WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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Señoras y señores embajadores,
Señoras y señores,
Es un placer para mí estar de nuevo con ustedes en la Organización Internacional de la Francofonía.
Les doy las gracias por su invitación y por esta oportunidad de dialogar con ustedes.

Estas reuniones son, en mi opinión, muy útiles para crear una asociación sólida y fortalecer nuestro diálogo.

Pienso que eso es muy positivo.

 

LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE LA FRANCOFONÍA

La Organización Internacional de la Francofonía es un organismo muy especial.

Están ustedes unidos, naturalmente, por una lengua común; pero al mismo tiempo su organización se caracteriza por una gran diversidad. Con 80 gobiernos y Estados miembros, cuentan ustedes con un área de influencia geográfica y cultural única.

Ustedes son una clara muestra de que es posible estar unidos en la diversidad. Y convierten esa circunstancia en su punto fuerte.

Y eso es, a mi juicio, una característica que comparten con la OMC.

En la actualidad la OMC tiene 161 Miembros, con economías de muy diversas características y tamaños que en conjunto representan el 98% del comercio mundial.

Concedemos gran importancia a esa diversidad.

En la OMC, todos los órganos rectores están abiertos a todos los Miembros.

Todos tienen voz; todos pueden sentarse a la mesa. Además, nuestras organizaciones tienen objetivos comunes.

Tanto la Organización Internacional de la Francofonía como la OMC consideran que el desarrollo es el centro de su labor.

Deseamos mejorar la gobernanza mundial para ofrecer a todos una vida mejor.

Pero no basta con ofrecer nuevas oportunidades. La gente necesita herramientas y capacidades que les permitan participar de manera sostenible en las corrientes económicas.

Eso es algo que ha entendido muy bien la Organización Internacional de la Francofonía, con sus numerosos programas y proyectos concebidos para mejorar los conocimientos técnicos a nivel nacional.

Y también es un elemento fundamental para la OMC.

Nuestra iniciativa de Ayuda para el Comercio presta apoyo a los países para mejorar su capacidad comercial y hacer frente a sus problemas de infraestructura.

Según algunos estudios, 1 dólar invertido en Ayuda para el Comercio genera casi 8 dólares de exportaciones de los países en desarrollo, y 20 dólares de exportaciones en el caso de los países más pobres.

La adopción, el mes pasado, de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible pone de relieve esta dimensión.

Los objetivos de erradicar la pobreza y el hambre, apoyar el desarrollo económico sostenible y preservar los recursos agotables -por citar solo unos pocos- son elementos fundamentales de nuestra labor.

Pienso que todo esto ilustra muy bien cuáles son nuestras responsabilidades comunes en cuanto organizaciones internacionales dirigidas por sus Miembros.

 

NEGOCIACIONES

Para alcanzar estos objetivos, será esencial mantener y fortalecer las iniciativas existentes en la OMC.

Pero, por supuesto, también debemos mejorar el sistema de comercio negociando nuevas normas comerciales.

A este respecto, la OMC ha realizado algunos avances importantes en los últimos años.

El paquete de Bali, que los Miembros adoptaron en 2013, abordó diversas cuestiones relativas a los PMA, el desarrollo y la agricultura, además de ofrecer el primer acuerdo multilateral en la historia de la Organización, a saber, el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

En julio de este año logramos un nuevo avance. Un grupo importante de nuestros Miembros convino en ampliar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información, el primer acuerdo de reducción de aranceles alcanzado en la OMC en 18 años.

Se trata de dos acuerdos de gran importancia y con grandes efectos económicos.

Además, hemos logrado avances notables en lo relativo a la adhesión de nuevos Miembros a la Organización: Kazajstán concluyó su proceso de adhesión en julio, y Liberia concluirá el suyo en diciembre.

Así pues, en estos últimos tiempos hemos logrado resultados alentadores. Y tendremos ocasión de ofrecer más en un futuro muy cercano.

 

NAIROBI

Dentro de poco más de un mes celebraremos en Nairobi nuestra Décima Conferencia Ministerial.

Será la primera vez que esta Conferencia se organice en África desde la creación de la OMC hace 20 años, y por eso mismo tenemos la clara sensación de que es nuestro deber obtener resultados para África, y en especial para los países en desarrollo y los países menos adelantados.

Los Miembros están trabajando con ahínco para preparar la Conferencia de Nairobi, pero una vez más está resultando muy difícil avanzar.

Las grandes cuestiones, como las subvenciones a la agricultura y el acceso a los mercados, suscitan grandes controversias.

Es poco probable que la situación cambie.

Pese a todos los esfuerzos desplegados, quedan aún muchos puntos de desacuerdo y discrepancias importantes.

No obstante, hay una clara voluntad de obtener resultados en Nairobi, y pienso que se está delineando un consenso en torno a los resultados que se esperan.

Permítanme decir ahora unas palabras sobre cada uno de esos resultados posibles, sin perjuicio de cualquier otro avance que podamos conseguir.

En primer lugar, el fomento de la competencia en las exportaciones del sector agrícola.

Un resultado en esta esfera sería un avance de gran importancia. De hecho, sería el resultado más importante en el ámbito de la agricultura negociado en el marco de la OMC.

Y todos sabemos que esta es una cuestión especialmente importante para los países en desarrollo y los países menos adelantados.

En efecto, aunque en la actualidad el nivel de las subvenciones a la exportación sea bajo, nada garantiza que vaya a permanecer así.

En ausencia de compromisos multilaterales, nada garantiza que los países no vayan a decidir unilateralmente aumentar esas subvenciones, como sucedió después de 2008, con los consiguientes efectos negativos que ese aumento podría tener.

Tenemos una oportunidad histórica de lograr los resultados que se esperan desde hace mucho tiempo. No obstante, nada está garantizado por el momento. Todavía queda mucho por hacer.

En segundo lugar, posibles disposiciones tendientes a apoyar el desarrollo, y en especial a los PMA.

A este respecto, el trato especial y diferenciado es un elemento esencial. Y se trata sin duda de una esfera muy importante para los países en desarrollo y los países menos adelantados.

Se han presentado diversas propuestas y se ha iniciado un intenso proceso para examinarlas.

Algunas de ellas contienen elementos muy ambiciosos; de ahí que se plantean diferencias reales y muy marcadas.

Tal vez aún sea posible obtener resultados sobre ciertos elementos importantes relativos al trato especial y diferenciado, pero se precisará para ello un fuerte compromiso por ambas partes.

Las cuestiones relativas a los PMA deberían formar parte integrante del paquete de Nairobi. A mi juicio, es esencial desarrollar debidamente las decisiones tomadas en Bali que atañen específicamente a los PMA.

El paquete de Bali incluía asimismo disposiciones destinadas a mejorar el acceso a los mercados libre de derechos y de contingentes para los productos originarios de los PMA, reforzando así los resultados obtenidos en Hong Kong en 2005. En Nairobi debemos intentar conseguir avances concretos en esta esfera.

A fin de facilitar la utilización de los regímenes preferenciales por parte de los PMA, los Ministros adoptaron, por primera vez, directrices multilaterales sobre las normas de origen. También aquí hay margen de mejora.

Bali preparó asimismo el terreno para la aplicación de la exención para los PMA en la esfera de los servicios. A fecha de hoy, 17 Miembros -incluidos los principales mercados- han notificado su intención de otorgar preferencias en sectores y modos de suministro de servicios de interés para las exportaciones de los PMA. Insto a los demás Miembros a que presenten sus notificaciones lo antes posible.

En Bali se abordó también la cuestión del algodón -y a este respecto constatamos un compromiso importante-, en especial en lo relativo a la propuesta presentada recientemente por los Cuatro del Algodón. Pienso que será difícil avanzar en lo que se refiere al apoyo interno, pero creo que es posible obtener resultados respecto de la cuestión del algodón.

Estas son, pues, algunas de las esferas de actuación más prometedoras para Nairobi. Seguiré dialogando con los Miembros a fin de conseguir un paquete creíble para los PMA en Nairobi.

Por último, entre los posibles resultados de Nairobi podrían incluirse disposiciones sobre transparencia que abarquen cuestiones tales como las medidas antidumping y las subvenciones a la pesca.

Esta es otra esfera en la que, en mi opinión, es posible la convergencia, aun cuando no se vea tan claramente cómo evolucionará la situación.

Así pues, se perfilan ciertos elementos prometedores para Nairobi.

Pero para progresar en todas estas esferas será necesario trabajar con ahínco. Será ciertamente muy difícil obtener resultados en Nairobi.

La semana pasada advertí a los Miembros de la OMC de que nos queda mucho por hacer y el tiempo apremia.

Necesitamos, pues, que se aborde seriamente y con suma urgencia el fondo de las cuestiones en el seno de los grupos de negociación.

Y los Miembros deben revisar las líneas rojas que han trazado.

Para lograr la convergencia, debemos alcanzar cuanto antes niveles de flexibilidad y pragmatismo superiores a los que estamos viendo ahora.

De lo contrario, si no actuamos de inmediato, temo que se nos escapen incluso los elementos que acabo de mencionar.

Por último, me preocupan las consecuencias que esto podría tener en nuestra labor posterior a Nairobi.

 

DESPUÉS DE NAIROBI

Si bien es cierto que estos posibles resultados podrían tener un efecto real en la economía y el desarrollo, es evidente que no bastarían para anunciar la conclusión de la Ronda de Doha.

Así pues, ¿cómo podemos hacer avanzar las cuestiones que queden pendientes después de Nairobi, en especial las principales?

A mi parecer, todos los Miembros podrían convenir en continuar en el futuro las negociaciones sobre las cuestiones centrales del Programa de Doha para el Desarrollo.

Estas cuestiones podrían sin duda mantenerse en el programa de trabajo; pienso que hay consenso a ese respecto.

No hay acuerdo, en cambio, sobre cómo deben llevarse a cabo esas negociaciones: si en el marco actual de Doha o con una nueva arquitectura.

En estos momentos los Miembros están debatiendo sobre todos esos aspectos.

Eso es muy importante, porque todos sabemos que ya se están celebrando negociaciones sobre muy diversas cuestiones comerciales al margen de la OMC.

Si se limitan o paralizan las conversaciones en el seno de la OMC, eso no significa que no se entablen conversaciones sobre otras cuestiones comerciales. Significa sencillamente, que están desarrollándose en otro lugar, y con frecuencia en formatos en los que las voces de los países en desarrollo tienen pocas posibilidades de ser oídas.

Así pues, la OMC debe abordar los desafíos actuales sin perder nunca de vista la dimensión de desarrollo.

 

CONCLUSIÓN

Para concluir, lo que ocurra en Nairobi tendrá verdadera importancia y repercutirá en algunas de las cuestiones que tratan ustedes aquí en la Organización Internacional de la Francofonía.

Les he ofrecido una valoración muy sincera de la situación actual, y no es muy positiva.

Pero sigo convencido de que la OMC puede obtener resultados.

Como muestra nuestro historial, eso es posible sobre todo cuando somos creativos e innovadores.

Confío, pues, en que estemos una vez más a la altura de las expectativas.

Gracias por su atención; espero con interés el debate.

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