LAS CONFERENCIAS MINISTERIALES

15 de diciembre de 2011

Carta de bienvenida del Director General

> Ginebra 30 de nov.- 2 dic. de 2009
> Hong Kong 13-18 de dic. de 2005
> Cancún 10–14 de sep. de 2003
> Doha 10-14 de nov. de 2001
> Seattle 30 de nov-3 dic. de 1999
> Ginebra 18-20 de mayo de 1998
> Singapur 9-13 de dic. de 1996

     


Estimados amigos,

Hoy se reúnen aquí, en Ginebra, cerca de 150 Ministros de todo el mundo en un momento en el que amenaza una tempestad en el horizonte de la economía mundial.

El crecimiento se está frenando en general y esto podría causar una recesión en algunas partes del mundo.  El aumento del nivel de endeudamiento y de la volatilidad financiera está menoscabando la confianza de las empresas y los consumidores.  El desempleo es persistentemente elevado.  La seguridad alimentaria preocupa en muchas partes del mundo en desarrollo.  La incertidumbre y la vulnerabilidad globales van en aumento.

Todo esto ocurre en un escenario mundial de transformaciones geopolíticas tectónicas, que han dado lugar a la aparición de nuevos actores y a la necesidad creciente de repartir el poder y la responsabilidad para buscar respuestas colectivas a los problemas que tanto pesan hoy sobre los gobiernos.

Como dije hace poco en una carta dirigida a los Ministros, la Conferencia Ministerial de la OMC permitirá trazar el itinerario de la labor de la Organización en los dos próximos años;  un itinerario que nos lleve a intensificar la cooperación multilateral, a elaborar mejores normas para el comercio mundial, a resistir al proteccionismo y a ayudar a nuestros Miembros a volver a generar crecimiento, empleo y desarrollo.

Hay algunas buenas noticias.

En esta Conferencia Ministerial, vamos a dar la bienvenida a cuatro nuevos Miembros de la OMC:  Rusia, Montenegro y dos pequeñas islas menos adelantadas del Pacífico, Samoa y Vanuatu.  La adhesión de estos cuatro países tan diversos es una muestra de confianza en la Organización.

Las normas de la OMC podrán seguir mejorando y actualizándose si en los próximos días los Miembros convienen en mejorar los términos y las condiciones del Acuerdo sobre Contratación Pública.  Ese pacto permitiría abrir los mercados de contratación pública, lo que generaría unos 100.000 millones de dólares anuales de ahorro, y establecería un entorno más competitivo para las licitaciones, mejoraría la gestión pública y reduciría la presión sobre las arcas públicas, consideración sumamente importante en esta época de severas restricciones fiscales.  Aunque se trate de un acuerdo plurilateral aplicable solamente a un grupo de 42 Miembros, los beneficios serían reales, sobre todo porque es muy probable que un acuerdo así atraiga a futuros signatarios, incluida China.

Los Miembros de la OMC han negociado también un paquete de medidas, que se someterán a los Ministros en la Conferencia Ministerial para que adopten una decisión, y que, aunque sean modestas, serán útiles para nuestros Miembros más pobres.

La OMC ha conseguido también vincular con éxito la apertura del comercio con la creación de capacidad comercial gracias a la iniciativa de la Ayuda para el Comercio.  La Ayuda para el Comercio ha ofrecido a los países en desarrollo vías mucho más eficaces de asistencia financiera, haciéndose más hincapié en que los proyectos respondan a la demanda, se vigilen atentamente y se ejecuten eficazmente.  Durante las consultas que celebraré esta semana con los Ministros, insistiré en la necesidad imperiosa de que nos centremos en mantener la financiación y mostrar los resultados.

Pero no todo lo que ha ocurrido ha sido positivo.

Todavía no hemos encontrado la forma de finalizar la Ronda de Doha para el Desarrollo.  El estancamiento obedece principalmente a las diferencias existentes entre las economías avanzadas y los países emergentes sobre lo que constituye una distribución equitativa de derechos y obligaciones dentro del sistema de comercio entre Miembros con diferentes niveles de desarrollo.

La Conferencia Ministerial es el lugar idóneo para que los Ministros debatan medidas concretas que permitan salir del estancamiento en 2012.

Este estancamiento ya está pasando factura al sistema multilateral de comercio.  Las demoras en la consecución de un acuerdo privan a la economía mundial de un seguro contra el proteccionismo, cuyo valor se ha estimado en 800.000 millones de dólares.  Ante la creciente amenaza del proteccionismo, ese seguro nunca ha parecido tan necesario.

Nos enfrentamos a un período de gran incertidumbre y de riesgos considerables para la economía mundial.  La OMC debería seguir siendo un factor de estabilidad, previsibilidad y transparencia y servir de importante plataforma para el lanzamiento de la recuperación económica.  Creo que todos nosotros debemos poner el listón más alto si queremos obtener mejores resultados en beneficio de los gobiernos Miembros y de los pueblos que éstos representan.

Atentamente,

Pascal Lamy
Director General