DESARROLLO

Grupo de Trabajo sobre Comercio, Deuda y Finanzas

La creación del Grupo de Trabajo sobre Deuda, Comercio y Finanzas se propuso inicialmente en la Conferencia Ministerial de la OMC de Seattle, en 1999, ante el temor de muchos países en desarrollo de que diversos problemas financieros internacionales, sobre todo la inestabilidad de los flujos de capital, la amenaza de crisis financieras recurrentes y el endeudamiento externo insostenible, socavaran sus oportunidades y políticas comerciales.

Ver también:
> Financiación del comercio

Grupo de Trabajo sobre Deuda, Comercio y Finanzas

En esas fechas, las economías emergentes se habían visto sacudidas por una serie de crisis financieras, en algunos casos por simple contagio, y los tipos de cambio experimentaron oscilaciones enormes (México, en 1995; Malasia/Indonesia/Corea/Tailandia, en 1997-1999; Rusia, en 1998-1999; el Brasil, en 1999; Turquía, en 2001). Muchos países en desarrollo quedaron conmocionados al darse cuenta de que las correcciones abruptas en los mercados de activos y las salidas de capital podían hacer que los “casos exitosos de integración” experimentaran profundas recesiones, un aumento de la pobreza y problemas sociales. La crisis argentina de 2002 corroboró la idea de que era preciso hacer frente a las crisis globales con respuestas políticas globales (o, al menos, que estuviesen mejor coordinadas), que abarcasen no sólo la deuda y las finanzas, sino también el comercio. Los países más pobres (en África, el Caribe y algunos países de América Central), que no tienen acceso a los mercados financieros, también apoyaron la labor de la OMC en esta esfera, sobre todo vinculando su integración en el sistema de comercio a la reducción de la carga que representaba para ellos su endeudamiento. Hay cierta sensación de que las iniciativas internacionales para reducir el endeudamiento mediante el alivio de la deuda (la Iniciativa PPME) son insuficientes, y que no son sino un elemento de una estrategia más global que debería centrarse en el aumento del acceso a los mercados y el desarrollo de la capacidad de oferta.

El Grupo se creó finalmente en la Cuarta Conferencia Ministerial, en Doha, en noviembre de 2001, y en un principio se le otorgó un nivel de prioridad relativamente alto, con el mandato de informar sobre los progresos realizados a la Quinta Conferencia Ministerial, celebrada en Cancún en 2003. El mandato del Grupo era el siguiente:
 

El Mandato de Doha de 2001

Comercio, deuda y finanzas

36. Convenimos en que se lleve a cabo, en un grupo de trabajo bajo los auspicios del Consejo General, un examen i] de la relación entre comercio, deuda y finanzas, y ii] de posibles recomendaciones sobre las medidas que cabría adoptar en el marco del mandato y la competencia de la OMC a fin de a] mejorar la capacidad del sistema multilateral de comercio para contribuir a una solución duradera del problema del endeudamiento externo de los países en desarrollo y menos adelantados, y b] de reforzar la coherencia de las políticas comerciales y financieras internacionales, con miras a salvaguardar el sistema multilateral de comercio frente a los efectos de la inestabilidad financiera y monetaria. El Consejo General informará al quinto período de sesiones de la Conferencia Ministerial sobre los progresos realizados en el examen.

Los informes del Grupo de Trabajo al Consejo General figuran en los documentos WT/WGTDF/W/1 a 7.

El programa de trabajo del Grupo establecido en la Conferencia Ministerial de Doha (2001) y en la Conferencia Ministerial de Cancún (2003) era en gran medida analítico, y su fin era determinar los verdaderos vínculos entre el comercio, el endeudamiento y la inestabilidad financiera, sobre la base de documentos de trabajo elaborados por la Secretaría de la OMC y otras organizaciones intergubernamentales. En 2002-2004, el Grupo de Trabajo estructuró su labor de análisis en torno a un programa basado en ocho puntos, detallados en el anexo 1.

  • Tres de esos puntos se referían a la liberalización del comercio, el acceso a los mercados y las normas de la OMC. En esencia, los Miembros reconocían el carácter de “amortiguador” del sistema de la OMC, así como la conveniencia de mantener abiertos los mercados de todo el mundo en períodos de crisis financiera a fin de garantizar que las economías afectadas por la crisis puedan seguir contando con las exportaciones para obtener ingresos en divisas y como fuente de crecimiento de los ingresos; asimismo, se mostraron de acuerdo en que la liberalización del comercio puede servir para mejorar la asignación de recursos a la hora de hacer frente a las causas internas de dichas crisis, y contribuir a que las economías sean más resistentes frente a las perturbaciones externas. Los Miembros destacaron la importancia de los debates del Grupo de Trabajo para la coherencia global de las políticas, ante la evidencia de que el éxito de las negociaciones de Doha era importante para que el comercio y la OMC siguiesen siendo factores de relevancia en la respuesta al endeudamiento externo y la inestabilidad financiera.

  • Otras dos cuestiones abordadas en el Grupo, a saber, el comercio y los mercados financieros y la financiación del comercio, se analizaron en colaboración con el FMI y otras instituciones financieras internacionales (W/22, W/23). En relación con estos temas, el FMI elaboró un estudio en el que se mostraba que no había una relación clara entre la inestabilidad de los tipos de cambio y los flujos del comercio a escala mundial, si bien se observaba que el mantenimiento prolongado de los desajustes en esferas comerciales regionales podía tener efectos en la dirección e intensidad de ese comercio. El FMI y la OMC cooperaron para reunir a los principales interesados con el fin de encontrar la manera de mejorar los flujos de la financiación del comercio (cartas de crédito y otros créditos documentarios) dirigidos a los países en desarrollo y los países menos adelantados, y se puso de manifiesto que la OMC podía contribuir en esta esfera ampliando y profundizando los mercados para los instrumentos de financiación del comercio mediante la mejora de las ofertas en el marco del AGCS.

  • De las tres últimas cuestiones —la coherencia (W/17), la reforma de las políticas nacionales y los productos básicos—, sólo se debatió realmente la cuestión de la coherencia y la cooperación de la OMC con el FMI y el Banco Mundial. Todos los Miembros están a favor de aumentar la coherencia y la cooperación.

En las Conferencias Ministeriales de Cancún y Hong-Kong, los Miembros acordaron encomendar al Grupo que completase el análisis emprendido, siempre sin interferir en los ámbitos de competencia del FMI y el Banco Mundial. Al mismo tiempo, pudo observarse que, a juicio de muchos países en desarrollo e instituciones multilaterales y regionales, la relación entre las finanzas y el comercio estaba cobrando cada vez más importancia para la OMC. Además, aunque el programa PPME y la reanudación de la expansión económica de los países emergentes han aliviado algunas de las preocupaciones que dieron lugar a la creación del Grupo de Trabajo, quedó claro que, en un mundo globalizado y más abierto, nadie puede estar seguro de estar totalmente protegido en caso de que vuelva a haber cambios muy bruscos en las reacciones del mercado, en particular si se deteriora el crecimiento mundial.


El Mandato de Hong Kong de 2005:

Comercio, deuda y finanzas

42. Tomamos nota del informe transmitido por el Consejo General sobre la labor emprendida y los progresos realizados en el examen de la relación entre comercio, deuda y finanzas y sobre la consideración de posibles recomendaciones acerca de las medidas que cabría adoptar en el marco del mandato y la competencia de la OMC, como se prevé en el párrafo 36 de la Declaración Ministerial de Doha, y convenimos en que, partiendo de los trabajos realizados hasta la fecha, esa labor continúe sobre la base del mandato de Doha. Encomendamos al Consejo General que presente un nuevo informe a nuestro próximo período de sesiones.

Las actividades del Grupo volvieron a cobrar impulso a raíz del comienzo de la crisis de las hipotecas basura, al pedir los países en desarrollo que los Miembros examinasen las repercusiones de las turbulencias financieras en el comercio, la financiación del comercio y la deuda externa.

En total, el Grupo ha elaborado 39 documentos de trabajo (todos ellos de dominio público); las últimas contribuciones han corrido a cargo del Brasil, la Argentina, el Grupo ACP (respaldado por Cuba) y las CE. En la actualidad, el Grupo de Trabajo lo preside el Sr. Martin Glass, Representante Permanente de la Misión de Hong Kong ante la OMC, y presenta sus informes al Consejo General de la OMC.

 

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ANEXO1

Temas abordados por el Grupo de Trabajo

  • Temas dirigidos especialmente a la OMC

- La liberalización comercial como fuente de crecimiento. La liberalización comercial es uno entre los distintos factores que pueden mejorar la asignación de recursos al nivel nacional e internacional y por ende aumentar la resistencia de la economía a las perturbaciones externas. Por ser un factor que mejora la productividad y la asignación de recursos, la liberalización comercial puede tener efectos positivos en la capacidad de servicio de la deuda de las economías, ya que ello tendría por consecuencia el aumento de fuentes de divisas, tales como las exportaciones netas y la inversión extranjera directa. La liberalización del comercio debe complementarse con políticas nacionales apropiadas que garanticen un entorno favorable a las inversiones a fin de que puedan atraer inversiones extranjeras, que son una forma de financiación menos costosa que el endeudamiento. Si la liberalización comercial y las reformas se van sucediendo en el orden y con la programación adecuados, teniendo en cuenta las necesidades especiales de los países en desarrollo, podrían también reducir los costos de reajuste y potenciar la capacidad de esos países en desarrollo para aprovechar sus beneficios.

- Las normas de la OMC y la estabilidad financiera. El sistema de la OMC está desempeñando un papel importante al proporcionar estabilidad y seguridad económicas, en particular en los períodos de crisis económica o financiera. La función “amortiguadora” del sistema de la OMC se puso a prueba durante las crisis financieras de los mercados emergentes a finales del decenio de 1990. La existencia de un sólido sistema multilateral de comercio basado en normas dificulta el recurso al proteccionismo y contribuye a mantener los mercados abiertos y a garantizar que las economías afectadas por la crisis puedan seguir contando con las exportaciones como fuente de divisas y de ingresos adicionales. Algunos países afectados por la crisis han observado que la moderación por parte de los interlocutores comerciales en el recurso a la protección coyuntural (medidas antidumping/subvenciones y medidas compensatorias/medidas de salvaguardia) fue de gran ayuda para superar la crisis, y sugirieron que se siguiera examinando la cuestión en los foros apropiados de la OMC.

- La importancia del acceso a los mercados y la reducción de otros obstáculos comerciales en el marco de las negociaciones del Programa de Doha para el Desarrollo. Con arreglo al PDD, una reducción sustancial no discriminatoria de los obstáculos al comercio por parte de los Miembros de la OMC, en el contexto de las negociaciones en curso de la OMC, especialmente en sectores donde dichos obstáculos afectan a los productos cuya exportación interesa a los países en desarrollo, puede ser una contribución valiosa de la OMC, dentro de su esfera de competencia, para mejorar las oportunidades de crecimiento y superar el problema del endeudamiento externo de los países en desarrollo, al aumentar su capacidad para obtener las divisas que necesitan. La reducción de los aranceles sobre los productos de mayor valor añadido ayudaría a aliviar el problema de la deuda de los exportadores de productos básicos. Los estudios pertinentes indican que los beneficios que pueden derivarse de la eliminación de los obstáculos a las exportaciones de esos países superan y complementan los flujos anuales de recursos que reciben de la AOD y el alivio de la deuda.

  • Temas dirigidos especialmente a la OMC y el FMI

- El comercio y los mercados financieros. En el decenio de 1990, las profundas crisis financieras perturbaron en parte las corrientes comerciales en varios países Miembros de la OMC. Al tiempo que reconocen los esfuerzos que se realizan para fortalecer la arquitectura financiera, los Miembros desean mejorar su comprensión de las consecuencias para el comercio y la política comercial del intenso incremento de las fluctuaciones percibido en los mercados financieros y los tipos de cambio en todo el mundo.

- La financiación del comercio [1]. Teniendo en cuenta en particular la experiencia adquirida en Asia y en otras regiones (en el decenio de 1990), existe la necesidad de mejorar la estabilidad y la seguridad de las fuentes de financiación del comercio, especialmente para hacer frente a los períodos de crisis financiera. Es necesario que los países, las organizaciones intergubernamentales y todos los interlocutores interesados del sector privado sigan esforzándose en encontrar el medio de garantizar la disponibilidad de fuentes predecibles de financiación comercial, especialmente en las circunstancias excepcionales que constituyen las crisis financieras.

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  • Reuniones del Grupo de Expertos sobre financiación del comercio (Signatura del documento: WT/WGTDF/W/*)   > buscar    > ayuda
  • Temas dirigidos a la OMC, el FMI y el Banco Mundial

- Mayor coherencia en la concepción, aplicación y supervisión de las reformas relacionadas con el comercio. Como se reconoce en la Declaración sobre la contribución de la Organización Mundial del Comercio al logro de una mayor coherencia en la formulación de la política económica a escala mundial de Marrakech, las interrelaciones entre los diferentes aspectos de la política económica exigen que las instituciones internacionales competentes en las esferas relacionadas con el comercio apliquen políticas coherentes y que se apoyen mutuamente. En consecuencia, una programación e integración mejores de la labor de estas organizaciones internacionales en esferas como la creación de capacidad y la infraestructura comercial, incluyendo la administración fiscal y aduanera, así como la vigilancia y el asesoramiento de la política comercial, podría beneficiar a los Miembros.

- Las interrelaciones entre la liberalización externa y las reformas internas. Se reconoció la importancia del engarce entre la liberalización externa y las políticas internas. A fin de elevar al máximo los beneficios de dicha liberalización y la integración de los distintos Miembros en el mercado mundial, las políticas de los Miembros también deberían estar orientadas a potenciar la respuesta de la oferta a las oportunidades del mercado, teniendo en cuenta las capacidades y necesidades respectivas. Ello quizás debería exigir medidas específicas encaminadas a suscitar el ahorro privado interno y estimular las inversiones extranjeras directas, de conformidad con el Consenso de Monterrey, y a eliminar los obstáculos que impidan el desarrollo de las exportaciones, como los elevados costos del transporte y de los servicios de manipulación y el mal estado de las infraestructuras comerciales.

- La financiación externa, los mercados de productos básicos y la diversificación de las exportaciones. Se reconocen las dificultades que experimentan la mayoría de los países en desarrollo para atraer financiación del desarrollo procedente de fuentes privadas o públicas. La escasez de financiación externa es un elemento importante que limita la capacidad de estos países para diversificar sus exportaciones. Se expresó interés en mejorar la comprensión que los Miembros tienen de los factores que provocan las fuertes fluctuaciones de los mercados de productos básicos y los factores que obstaculizan los esfuerzos de los países en desarrollo para no limitarse a la exportación de productos básicos, a pesar de las importantes reformas internas que están en curso.

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[1] La financiación del comercio es una expresión muy amplia que se aplica esencialmente a toda la esfera de las operaciones económicas a corto plazo, especialmente las que entrañan la financiación por los bancos mediante la emisión de cartas de crédito. Vuelta al texto