SOLUCIÓN DE DIFERENCIAS: EMBAJADOR RONALD SABORÍO SOTO

Órgano de Solución de Diferencias de la OMC — Novedades en 2015

Observaciones del Embajador Ronald Saborío Soto


 

Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales
21 de marzo de 2016

INTRODUCCIÓN

Muchas gracias, Joost, por invitarme a participar hoy en este acto y permitirme compartir este estrado con el Presidente del Órgano de Apelación. Es un honor para mí.

Me complace estar con ustedes esta tarde para ofrecerles algunas reflexiones acerca de las negociaciones sobre el ESD a la luz de las experiencias recientes en el ámbito de la solución de diferencias.

ACTIVIDADES EN LA ESFERA DE LA SOLUCIÓN DE DIFERENCIAS

El año 2015, como los anteriores, fue un año de gran actividad en la esfera de la solución de diferencias.

En 2015 hubo 13 solicitudes de celebración de consultas; se solicitó el establecimiento de grupos especiales para examinar 15 diferencias; se constituyeron grupos especiales en 11 diferencias; y se distribuyeron informes de grupos especiales en 9 diferencias. En el capítulo de las apelaciones, se iniciaron procesos de apelación en 8 diferencias, y se distribuyeron informes del Órgano de Apelación relativos a 11 diferencias.

Además, se emitieron decisiones arbitrales sobre el plazo prudencial para el cumplimiento con arreglo al párrafo 3 c) del artículo 21 del ESD en tres diferencias, y sobre la suspensión de concesiones con arreglo al párrafo 6 del artículo 22 del ESD en dos diferencias.

Coincido plenamente con el Director General en que este alto nivel de actividad refleja la confianza que los Miembros siguen teniendo en el sistema de solución de diferencias de la OMC, opinión que expresó en su alocución ante el OSD en octubre del año pasado. Pero, al mismo tiempo, el hecho de que los Miembros recurran cada vez más al sistema de solución de diferencias de la OMC ha generado presiones que inciden en la capacidad del sistema para satisfacer las exigencias que se le plantean.

La situación actual nos lleva a plantearnos cómo pueden los Miembros hacer frente a las realidades, las complejidades y los desafíos nuevos surgidos en torno al mecanismo de solución de diferencias de la OMC.

LAS NEGOCIACIONES SOBRE EL ESD

Entre los diversos medios para hacer frente a esas cuestiones, los Miembros tienen a su disposición el examen del ESD que se lleva a cabo en el OSD en Sesión Extraordinaria, que tuve el privilegio de presidir desde 2006 hasta la Conferencia Ministerial de Nairobi celebrada en diciembre del año pasado.

Como seguramente ya sabrán casi todos ustedes, estas negociaciones se basan en el mandato contenido en la Declaración Ministerial de Doha de lograr un acuerdo sobre "mejoras y aclaraciones" del ESD.

Es importante señalar que los Ministros situaron explícitamente estas negociaciones fuera del todo único, para que los Miembros pudieran concluir y llevar a la práctica por separado cualquier posible resultado.

Si bien es cierto que tal vez algunos Miembros lamenten que no hayamos logrado acordar un resultado final hasta ahora, la larga duración de las negociaciones ha tenido su lado positivo. En particular, ha permitido a los Miembros tomar en consideración la evolución del sistema de solución de diferencias al mismo tiempo que buscan aclaraciones y mejoras que introducir en el ESD.

Hemos llevado a cabo nuestra labor en el marco de "12 cuestiones" que abarcan muy diversas propuestas.

Al presentar mi informe a los Miembros en fecha reciente1, expresé mi evaluación de la situación en las distintas esferas objeto de debate. El documento que presenté al Comité de Negociaciones Comerciales en agosto del año pasado, documento de la OMC que lleva la signatura TN/DS/27, era mi informe como Presidente del Órgano de Solución de Diferencias en Sesión Extraordinaria. Hago especial mención de este documento porque es una lectura interesante. Mi intención era presentar una visión transversal de todas las etapas del procedimiento de solución de diferencias y ayudar a los Miembros a determinar el equilibrio de intereses que debería quedar reflejado en un posible resultado.

También expuse a los Miembros posibles formas de salvar las distancias entre algunas posiciones divergentes que todavía existen con respecto a diversas cuestiones.

Hoy quiero ir aún más lejos.

Porque, a mi juicio, las negociaciones han alcanzado un grado de madurez que debería permitir concluirlas satisfactoriamente.

Creo que ya se han sentado todas las bases.

¿Y ahora qué, pues?

Ahora son los Miembros los que deben decidir cómo mejorar el sistema con arreglo a sus necesidades y expectativas, sin poner en peligro los probados puntos fuertes del sistema.

Sí, es más fácil decirlo que hacerlo. Pero no podría haber momento más oportuno que este, porque el sistema necesita un reajuste, en vista de las dificultades que plantea la carga de trabajo actual.

Las cuestiones objeto de debate en las negociaciones podrían agruparse en tres secciones generales:

    — El primer grupo se referiría a los arreglos técnicos y la resolución de deficiencias de procedimiento.

    — El segundo grupo de cuestiones guarda relación con la mejora del acceso al sistema para los Miembros que encuentran problemas para recurrir de una manera eficaz al procedimiento de solución de diferencias.

    — El tercer grupo atañe al equilibrio entre la función de los órganos resolutorios independientes y la función de los Miembros, tanto en calidad de participantes en diferencias específicas como en calidad de órgano colectivo, el OSD.

Me referiré brevemente a cada uno de estos grupos de cuestiones.

El primer grupo — arreglos técnicos y resolución de deficiencias de procedimiento — abarca muy diversas cuestiones. Hay ya convergencia en algunas de ellas, por ejemplo la codificación de la ampliación de los derechos de terceros en la etapa de actuación de los grupos especiales; una mayor transparencia de las soluciones mutuamente convenidas; y una mayor protección de la información estrictamente confidencial presentada por las partes.

Otras cuestiones, en la práctica, se tratan caso por caso, pero no es seguro que los Miembros siempre se pongan de acuerdo en esta clase de arreglos. En el caso de la ya antigua cuestión de la secuencia, la experiencia ha demostrado que las cuestiones no resueltas pueden a su vez ser objeto de un procedimiento de solución de diferencias.2 Una solución multilateral para las cuestiones de esta índole sería una auténtica oportunidad para aumentar la eficiencia en beneficio de todas las partes interesadas.

También se apoya la idea de resolver las deficiencias de procedimiento en el contexto posterior a la retorsión, tema que ha sido objeto de litigación en Estados Unidos/Canadá — Mantenimiento de la suspensión.3

El reenvío es otra cuestión que podría tener un amplio interés, ya que podría facilitar una solución más eficaz de las diferencias en situaciones en que el Órgano de Apelación no pueda "completar el análisis".

Todavía existen entre los Miembros divergencias sobre la mejor manera de abordar estas deficiencias o ambigüedades técnicas que han surgido en la práctica. Aun así, las negociaciones sobre el ESD representan una oportunidad para acordar procedimientos seguros y previsibles que puedan mejorar el funcionamiento general del sistema.

Y nunca antes ha existido una necesidad tan clara de eficiencia.

El segundo grupo de cuestiones que hoy deseo poner de relieve guarda relación con la mejora del acceso al sistema.

Las cuestiones incluidas en este grupo conciernen en general a la capacidad de los Miembros para recurrir de manera eficaz a la solución de diferencias.

Los debates en torno a este tema han adquirido muy diversas formas a lo largo de los años. Recientemente, los Miembros han empezado a examinar, con espíritu constructivo, cuándo convendría prever un trato especial y diferenciado, a fin de atender a los problemas con que se encuentran algunos Miembros. Un ejemplo es la etapa de consultas.

En cuanto a las propuestas de conceder apoyo directo a los países en desarrollo mediante un Fondo de Solución de Diferencias y la adjudicación de las costas procesales, el funcionamiento y las repercusiones de estos mecanismos suscitaron cierta preocupación. Más recientemente, se han celebrado debates positivos para determinar las necesidades y las dificultades concretas relacionadas con la creación de capacidad en la esfera de la solución de diferencias a fin de hacer frente a las limitaciones institucionales.

En este grupo también incluiría posibles mejoras en la administración y la vigilancia en los casos en que se han adoptado resoluciones y recomendaciones del OSD, con el fin de reforzar el nivel ya alto de cumplimiento en los procedimientos de solución de diferencias de la OMC.

El tercer grupo de cuestiones guarda relación con el equilibrio entre la función de los órganos resolutorios independientes y la función de los Miembros.

En lo que respecta al "control de los Miembros", existe apoyo a la posibilidad de suspender los procedimientos de los grupos especiales y del Órgano de Apelación cuando lo soliciten las partes, con el fin de facilitar la negociación de soluciones mutuamente convenidas.

También examinamos esferas en las que el OSD podría ofrecer orientación a los órganos resolutorios en materia de procedimiento y otros asuntos.

Se han debatido asimismo propuestas cuya finalidad es que las partes y el OSD tengan más oportunidades de dialogar con los órganos resolutorios o de presentar observaciones sobre los informes de los grupos especiales y el Órgano de Apelación.

Estos debates han sido sumamente instructivos. No solo han dado lugar a planteamientos de orden institucional sobre la naturaleza del procedimiento resolutorio de la OMC, sino que además han inducido a los Miembros a reflexionar positivamente sobre su propia función, en calidad de partes y en calidad de órgano colectivo, el OSD.

CONCLUSIÓN

Para concluir, permítanme ofrecer algunas observaciones concretas acerca de las negociaciones sobre el ESD.

¿Han durado demasiado? SÍ.

¿Deben proseguir? SÍ.

Esto quizá parezca contradictorio, pero les aseguro que no lo es. Me explicaré.

Las negociaciones sobre el ESD han permitido lograr resultados considerables. Han permitido a los Miembros participar de una manera positiva en debates a fondo sobre muy diversos temas con miras a aclarar y mejorar el ESD.

Estos debates no se han celebrado en vano. En ellos hemos aprendido mucho sobre el propio sistema, con la ventaja añadida de que, mientras aprendíamos, el sistema maduraba.

El enorme cuidado con que los Miembros llevan a cabo estas negociaciones es un fiel reflejo del principio de “no hacer daño” a un sistema que funciona bien. Este sistema ha destacado en la solución de diferencias entre Estados, y sus aportaciones de gran calidad son una contribución importante no solo al sistema multilateral de comercio, sino también al derecho internacional público.

Al mismo tiempo, las presiones y el aumento de la actividad que se registran actualmente brindan a los Miembros la oportunidad de proseguir sus conversaciones, y en especial de reflexionar sobre cómo puede un acuerdo en las negociaciones ayudar a todos los Miembros a satisfacer sus necesidades actuales y futuras.

Se nos presenta aquí una oportunidad que no debemos dejar escapar.

Y también recae en los Miembros la responsabilidad de proteger el eficaz funcionamiento del sistema.

Los tres grupos de cuestiones que acabo de perfilar son complementarios. La claridad técnica de las normas y los procedimientos propicia el uso eficiente de los recursos y el cumplimiento efectivo de las obligaciones. Este aumento de la eficiencia y la efectividad mejora de forma significativa el acceso al sistema y potencia la participación de los Miembros, sin que ello menoscabe la capacidad de los imparciales órganos resolutorios para cumplir su mandato.

Tengo la firme convicción de que las negociaciones están ya lo bastante avanzadas para adoptar decisiones. Deben reiniciarse cuanto antes.

Porque los Miembros deben aprovechar los importantes avances realizados hasta la fecha.

Ha sido un honor para mí presidir esas negociaciones, y espero sinceramente haber ayudado a los Miembros en sus esfuerzos por encontrar aclaraciones y mejoras para beneficio común de todos los Miembros.

Deseo al nuevo Presidente mucho éxito en la prosecución de las negociaciones.

Finalmente, les dejaré una última reflexión.

El pasado 4 de marzo falleció el Embajador Julio Lacarte, pocos días antes de cumplir 98 años. El sistema multilateral de comercio perdió así a uno de sus arquitectos más importantes. La extraordinaria influencia del Sr. Lacarte en el GATT y sus diversas contribuciones al sistema multilateral de comercio no tienen parangón.

Uno de sus mayores regalos al sistema fue el ESD, cuya negociación presidió hace unos 20 años.

Yo tuve el privilegio de participar en esos trabajos y fui testigo de su contribución y su legado.

Déjense guiar por ese gran legado para dar esos pocos pasos finales que faltan para concluir las negociaciones sobre el ESD.

Háganlo ya; háganlo por él; háganlo por el sistema.

Muchas gracias.

Notas:

Véase el documento TN/DS/27, informe del Presidente del Órgano de Solución de Diferencias en Sesión Extraordinaria, 6 de agosto de 2015. volver al texto

Véase, por ejemplo, el documento WT/DS481/1, solicitud de celebración de consultas presentada por la Unión Europea, Indonesia — Recurso al párrafo 2 del artículo 22 del ESD en la diferencia Estados Unidos — Cigarrillos de clavo de olor.volver al texto

Véase el documento DS320/321, Estados Unidos/Canadá — Mantenimiento de la suspensión.volver al texto