Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

Nueva Zelandia: octubre de 1996


COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/43
15 de octubre de 1996

NUEVA ZELANDIA EMPIEZA A BENEFICIARSEDE SUS AUDACES REFORMAS

La liberalización comercial, la privatización y la supresión de reglamentaciones internas han transformado la economía de Nueva Zelandia, que era una de las más protegidas y reglamentadas, en una de las más orientadas al mercado y abiertas al mundo. Nueva Zelandia viene llevando a cabo audaces reformas económicas insistentemente desde 1984; en aquella época su economía arrastraba una inflación y un desempleo elevados y su déficit fiscal se aproximaba al 9 por ciento del PIB. Ahora esas reformas están empezando a aportar beneficios considerables, entre ellos el aumento del potencial de crecimiento económico sostenible.

En un nuevo informe de la Secretaría de la OMC sobre las políticas y las prácticas comerciales de Nueva Zelandia, se indica que el proceso de reforma unilateral seguido por este país se basa en la convicción de que las políticas comerciales liberales redundan en su propio beneficio, independientemente de cuáles sean las políticas comerciales de los demás países. La liberalización comercial y las reformas estructurales han contribuido a reducir la tasa de desempleo, que era del 11 por ciento a mediados de los años 80, a un 6 por ciento en 1996, a rebajar la inflación en los últimos 10 años de un 15 por ciento hasta aproximadamente un 2 por ciento, y a alcanzar un promedio de crecimiento económico anual del 4 por ciento, que se ha mantenido desde 1993. Según el informe, se estima que las reformas del comercio y otras reformas estructurales han aumentado el potencial de crecimiento económico real de Nueva Zelandia en alrededor de un 1 por ciento al año.

    El informe de la Secretaría de la OMC y un informe preparado por el Gobierno neozelandés se discutirán en el debate de dos días de duración que celebrará el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales los días 21 y 22 de octubre. Según el informe de la OMC, las reformas de Nueva Zelandia están orientadas a hacer más eficaz la competencia y a desplazar los recursos hacia sus usos más eficientes. Nueva Zelandia ha aplicado ya dos programas de reducción y simplificación de los aranceles. A pesar de que los aranceles impuestos a los textiles, el vestido, el calzado y los vehículos automóviles se mantienen relativamente altos y se rebajaron menos que los que gravan a otros productos, en promedio los aranceles habrán caído del nivel actual del 6 por ciento a un 3 por ciento en el año 2000. En el informe se indica que, como el tipo consolidado medio de Nueva Zelandia estará próximo al 12 por ciento y el tipo que se aplicará será de alrededor de un 3 por ciento, existe un amplio margen para que Nueva Zelandia reduzca sus tipos arancelarios consolidados y dé a las empresas que intervienen en el comercio mayores seguridades acerca de los aranceles que se aplicarán en el futuro. Respecto a las demás medidas, el informe señala que se han eliminado el régimen de licencias de importación, las subvenciones y prácticamente todas las modalidades de ayuda estatal prestada a la industria y a la agricultura. Por otro lado, se han comercializado o privatizado la mayoría de empresas estatales. Nueva Zelandia no concede subvenciones ni aplica impuestos a las exportaciones y adopta pocas medidas relativas a éstas.

    El sector agropecuario está muy orientado hacia el mercado. La proporción del PIB representada por las subvenciones agrícolas descendió del 3,8 por ciento en 1983 al 0,1 por ciento en 1994. Sin embargo, en el informe se indica que gran parte de las exportaciones agropecuarias de Nueva Zelandia están sujetas a controles por juntas de comercialización, que en algunos casos equivalen a monopolios de exportación. La silvicultura se encuentra entre los sectores de más rápido crecimiento de Nueva Zelandia. De 1989 a 1995 la producción aumentó más del 50 por ciento; se prevé que para el año 2005 se habrá elevado otro 70 por ciento. El volumen de las exportaciones de mercancías aumentó entre 1990 y 1992 alrededor del 18 por ciento. En total, los productos básicos representan directamente alrededor del 13 por ciento de las exportaciones de bienes y servicios. El sector de servicios representa alrededor del 62 por ciento del PIB y casi un cuarto del total del comercio, y se rige por el principio de la competencia; las telecomunicaciones las cubre la legislación general sobre la competencia, y no un organismo normativo específico. Nueva Zelandia alienta la inversión extranjera y mantiene un régimen liberal en ese campo, con el trato nacional como regla general, lo cual contribuyó entre 1992 y 1994 a que se produjese un marcado aumento de las inversiones.

    A diferencia de la mayoría de los países, para los cuales las ventajas de la Ronda Uruguay se derivan principalmente de las reformas de sus propios regímenes, introducidas según lo convenido en ella, la mayor parte de los beneficios que se prevén para Nueva Zelandia procederán de las modificaciones de las políticas de otros países. Debido a sus reformas unilaterales, los cambios que debe efectuar Nueva Zelandia en virtud de la Ronda Uruguay son relativamente pequeños.

    El comercio con Australia supone alrededor del 20 por ciento del comercio total de mercancías neozelandesas. El intercambio con los demás miembros del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) representa el 70 por ciento del comercio del país, y el realizado con la Unión Europea aproximadamente el 17 por ciento. Nueva Zelandia es parte en varios acuerdos comerciales regionales. El Acuerdo comercial por el que se estrechan sus relaciones económicas con Australia (CER) se cuenta entre los acuerdos comerciales de mayor alcance del mundo. Este Acuerdo extiende el libre comercio bilateral a todas las mercancías y a la mayoría de los servicios. A él se suma la cooperación económica entre los dos países en otros campos, que comprende la libre circulación de la mano de obra, la elaboración de normas conjuntas relativas a los productos alimenticios y el trato nacional para las compras del sector público. Con arreglo al Acuerdo de Cooperación Comercial y Económica de 1982, Nueva Zelandia concede preferencias arancelarias al Canadá respecto de una amplia variedad de importaciones. Como miembro del APEC, Nueva Zelandia apoya plenamente el enfoque de "regionalismo abierto" de éste, que interpreta en el sentido de que las medidas acordadas en el APEC se aplicarán en régimen NMF y que ese Foro estará abierto a la incorporación de nuevos miembros.

    La conclusión del informe es que la Ronda Uruguay ha conducido a una considerable apertura de los mercados para productos cuya exportación interesa a Nueva Zelandia y que estuvieron durante mucho tiempo sujetos a considerables restricciones de importación y subvenciones a la exportación en otros países. A este respecto, las ventajas que espera obtener Nueva Zelandia, que el informe de la OMC estima equivalentes al 1-3 por ciento del PIB anual, reflejan los costos económicos que ha venido sufriendo como consecuencia de las medidas distorsionadoras del comercio mantenidas por otros países. Si la economía de Nueva Zelandia estuvo muy reglamentada y protegida hasta mediados de los años ochenta, ahora proporciona un ejemplo claro y positivo de liberalización. De esta conversión surge el crecimiento y queda atrás una economía débil. Nueva Zelandia ve en el libre comercio multilateral, dice el informe, la mejor opción posible y se consagra a fomentarlo en la Organización Mundial del Comercio.

Nota para las redacciones

    El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC) de la OMC examinará el informe de la Secretaría, junto con un informe elaborado por Nueva Zelandia, los días 21 y 22 de octubre de 1996.

    El OEPC realiza una evaluación colectiva de la gama completa de las políticas y prácticas comerciales de cada Miembro de la OMC a intervalos regulares y sigue de cerca las tendencias y acontecimientos importantes que puedan tener consecuencias para el sistema mundial de comercio.

    Los dos informes, junto con un acta del debate del OEPC y el resumen del Presidente, se publicarán oportunamente como documentación completa del examen de las políticas comerciales de Nueva Zelandia. Podrán obtenerse en la Secretaría de la OMC, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

    Los informes abarcan la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales de Nueva Zelandia, como las leyes y reglamentos nacionales, el marco institucional y las políticas comerciales por clase de medidas y por sectores. Desde la entrada en vigor de la OMC, los informes abarcan también las "nuevas esferas" del comercio de servicios y los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. Se adjuntan las observaciones recapitulativas de los informes de la Secretaría y del Gobierno. Los periodistas que deseen disponer del texto íntegro de los informes pueden solicitarlo a la Secretaría de la OMC.

    Desde diciembre de 1989, se han llevado a cabo los siguientes exámenes: Argentina (1992), Australia (1989 y 1994), Austria (1992), Bangladesh (1992), Bolivia (1993), Brasil (1992), Camerún (1995), Canadá (1990, 1992 y 1994), Chile (1991), Colombia (1990 y 1996), Comunidades Europeas (1991, 1993 y 1995), Corea, Rep. de (1992 y 1996), Costa Rica (1995), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992), Estados Unidos (1989, 1992 y 1994), Filipinas (1993), Finlandia (1992), Ghana (1992), Hong Kong (1990 y 1994), Hungría (1991), India (1993), Indonesia (1991 y 1994), Islandia (1994), Israel (1994), Japón (1990, 1992 y 1995), Kenya (1993), Macao (1994), Malasia (1993), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995), México (1993), Nigeria (1991), Noruega (1991 y 1996), Nueva Zelandia (1990), Pakistán (1995), Perú (1994), Polonia (1993), República Checa (1996), República Dominicana (1996), República Eslovaca (1995), Rumania (1992), Senegal (1994), Singapur (1992 y 1996), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993), Suecia (1990 y 1994), Suiza (1991 y 1996), Tailandia (1991 y 1995), Túnez (1994), Turquía (1994), Uganda (1995), Uruguay (1992), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

Informe de la Secretaría

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
NUEVA ZELANDIA
Informe de la Secretaría - Observaciones recapitulativas

    Con el objeto de poner fin a los deficientes resultados económicos que había venido obteniendo en el pasado, Nueva Zelandia transformó su economía, que era una de las más protegidas y reglamentadas, en una de las más orientadas al mercado y abiertas del mundo. Entre los instrumentos de reforma aplicados desde 1984 se cuentan la liberalización comercial y financiera, la privatización, y la supresión de reglamentaciones del mercado laboral y otras reglamentaciones internas. Las medidas estructurales fueron acompañadas por disciplinadas políticas macroeconómicas.

    Un aspecto digno de señalarse del proceso de reformas de Nueva Zelandia es que ha sido en gran medida unilateral; Nueva Zelandia llegó a la clara conclusión de que la reducción de los obstáculos al comercio redundaría principalmente en su propio beneficio. La reforma estuvo orientada a hacer más eficaz la competencia y a desplazar para ello los recursos hacia sus usos más eficientes. Con este objeto, Nueva Zelandia ha aplicado ya dos programas de reducción y simplificación de los aranceles, a los que han de seguir nuevas reducciones unilaterales. Se suprimió el régimen de licencias de importación, así como las subvenciones y la mayor parte de las formas de ayuda oficial a la industria y a la agricultura. La mayoría de las empresas estatales se transformaron en empresas comerciales o se privatizaron; las funciones comerciales de los departamentos gubernamentales se separaron en general de las de regulación y asesoramiento; los mercados de productos y servicios se desregularon y se suprimieron la mayoría de las restricciones al transporte marítimo de cabotaje; se adoptó un tipo de cambio flotante y se eliminaron todas las restricciones en materia de divisas, y se reformó el mercado laboral, facilitándose la movilidad de los recursos, que ha resultado esencial para el éxito.

    Estas reformas condujeron a un espectacular cambio de rumbo de la economía de Nueva Zelandia. A mediados del decenio de 1980 el crecimiento era escaso y lento, el déficit fiscal se aproximaba al 9 por ciento del PIB, la inflación era de casi el 15 por ciento anual, el desempleo estaba aumentando hacia su máximo, que llegó al 11 por ciento, y había dificultades de balanza de pagos. Desde 1993, el crecimiento real anual ha sido en promedio de casi el 4 por ciento, la inflación se ha mantenido en general por debajo del 2 por ciento, el presupuesto arroja superávit y se están reduciendo los impuestos, el desempleo ha caído al 6 por ciento y la deuda externa está disminuyendo. Se estima que las reformas del comercio y otras reformas estructurales han aumentado el potencial de crecimiento real de Nueva Zelandia alrededor de un punto porcentual por año, con importantes beneficios para el bienestar económico nacional.

La economía de Nueva Zelandia

    El entorno normativo más favorable creó la oportunidad para una rápida recuperación, encabezada por las exportaciones. El volumen de las exportaciones de mercancías aumentó entre 1990 y 1992 alrededor del 18 por ciento, y las exportaciones de productos y de servicios no atribuibles a factores pasaron del equivalente del 27 por ciento del PIB al equivalente del 32 por ciento. El crecimiento adquirió con rapidez una base más amplia. Los productores fueron aumentando la capacidad, y la inversión se incrementó de manera muy marcada en 1992-94. Posteriormente, a medida que aumentaba el empleo y la confianza, se activó también la demanda de los consumidores. El crecimiento parece ser ahora sostenible, ya que se diferencia claramente de la experiencia anterior, en la que el impulso para lograrlo provenía típicamente de la expansión fiscal o de una súbita mejora de la relación de intercambio.

    El rápido aumento de la inversión con respecto al ahorro ha tenido como contrapartida un incremento del déficit en cuenta corriente, que pasó entre 1993 y 1995 del 1,6 al 4,5 por ciento del PIB. Al mismo tiempo, reflejando en parte la nueva confianza, el dólar de Nueva Zelandia se revalorizó en términos reales, lo que afectó a la competitividad de ciertas industrias. Esta situación puede estar generando de hecho un mayor apoyo a la reforma. Reconociendo que el origen del desequilibrio externo radica en la escasez del ahorro interno comparado con la inversión, las industrias exportadoras apoyan el mantenimiento de un superávit considerable en el presupuesto nacional, como fuente de ahorro interno. Agrupaciones de fundamental importancia que representan a industrias exportadoras y a industrias no protegidas que compiten con las importaciones, unas y otras perjudicadas por la protección contra las importaciones que aún se concede a algunos sectores, abogan por la necesidad de eliminar esta protección y señalan que ello es aún más necesario en momentos en que hay exportadores que pueden experimentar dificultades.

    Los servicios representan alrededor del 62 por ciento del PIB de Nueva Zelandia, la industria manufacturera el 21 por ciento, los sectores de productos básicos el 11 por ciento y otros sectores el 6 por ciento. Impulsados por el crecimiento de las exportaciones, sectores tales como el de elaboración de productos lácteos, el de silvicultura y productos forestales y el de manufacturas no basadas en productos primarios han experimentado en los últimos años una rápida expansión. Los productos básicos representan directamente alrededor del 13 por ciento de las exportaciones de bienes y servicios, pero si se incluyen los incorporados en manufacturas, constituyen más de la cuarta parte de las exportaciones. Más de la mitad de la producción de productos alimenticios elaborados se exporta, incluido el 90 por ciento de los productos lácteos. Entre las importaciones principales se cuentan el material de transporte, la maquinaria no eléctrica, la maquinaria eléctrica y los materiales en bruto distintos de los combustibles.

    Como resultado de los estrechos vínculos económicos (que comprenden un acuerdo comercial), la proximidad geográfica y los lazos históricos, el comercio con Australia alcanza a alrededor del 20 por ciento del comercio total de mercancías neozelandesas. El intercambio con los demás miembros del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) representa la mitad del comercio del país, y el realizado con la Unión Europea, aproximadamente el 17 por ciento. El crecimiento de las exportaciones al Asia Oriental aportó cerca de las tres quintas partes del crecimiento total de las exportaciones de mercancías de 1990 a 1995.

Marco de políticas comerciales

    Dentro de la estrategia general de Nueva Zelandia en el ámbito externo, la política comercial procura complementar y reforzar la orientación de las políticas económicas internas hacia el mundo exterior, y se aplica por cuatro vías: unilateral, multilateral, regional y bilateral. La liberalización del comercio se ha emprendido principalmente por la vía unilateral, por reconocerse que las políticas comerciales liberales favorecen los intereses de Nueva Zelandia, sean cuales fueren las políticas de otros países. No obstante, Nueva Zelandia estima que el libre comercio multilateral constituye el mejor marco posible de política, y trabaja con este fin el seno de la OMC.

    Nueva Zelandia es uno de los miembros iniciales de la OMC, ya que ratificó el Acuerdo de Marrakech el 7 de diciembre de 1994. Las obligaciones asumidas en el marco de la OMC se ponen en vigor en el ámbito interno por medio de leyes, reglamentos y disposiciones administrativas, así como de las políticas seguidas por los ministerios. Se han introducido reformas considerables de la legislación en campos tales como el de la propiedad intelectual y el de las medidas antidumping a fin de cumplir las obligaciones resultantes de la Ronda Uruguay. Nueva Zelandia concede por lo menos trato NMF a todos sus interlocutores comerciales.

    Se prevé que los resultados de la Ronda Uruguay serán muy beneficiosos para Nueva Zelandia. A diferencia de la mayoría de los países, para los cuales las ventajas de esa Ronda se derivan principalmente de las reformas de sus propios regímenes, introducidas según lo convenido en ella, la mayor parte de los beneficios que se prevén para Nueva Zelandia procederán de las modificaciones de las políticas de otros países. En primer lugar, debido a sus reformas unilaterales, los cambios que debe efectuar Nueva Zelandia en virtud de la Ronda Uruguay son relativamente pequeños. En segundo término, el reajuste interno ha conferido mayor flexibilidad a la economía y la ha hecho más apta para aprovechar las nuevas oportunidades comerciales. Por último, la Ronda Uruguay ha conducido a una considerable apertura de los mercados para productos cuya exportación interesa a Nueva Zelandia y que estuvieron durante mucho tiempo sujetos a considerables restricciones de importación y subvenciones a la exportación en otros países. A este respecto, las importantes ventajas que espera obtener Nueva Zelandia reflejan los costos económicos que ha venido sufriendo como consecuencia de las medidas distorsionadoras del comercio mantenidas por otros países.

    El Acuerdo comercial por el que se estrechan las relaciones económicas entre Australia y Nueva Zelandia (CER) se cuenta entre los acuerdos comerciales de mayor alcance del mundo. El Acuerdo extiende el libre comercio bilateral a todas las mercancías y a la mayoría de los servicios. Los dos países convinieron en no aplicar, a partir de julio de 1990, ninguna medida antidumping a su comercio bilateral: advirtiendo que estaban pasando de un "entorno de ordenación del comercio, que comprendía una política antidumping, al libre comercio", llegaron a la conclusión de que las medidas antidumping constituían una anomalía en el nuevo entorno. La extensión al comercio transtasmánico de las leyes de ambos países relativas a la competencia fue un factor de economía política que facilitó la supresión de las medidas antidumping en ese ámbito. Se están armonizando las normas y se prevé que a mediados de 1997 entrará en vigor el Acuerdo transtasmánico de reconocimiento mutuo, que permitirá que las mercancías importadas que se vendan en uno de los países se vendan también en el otro sin cumplir requisitos adicionales; autorizará asimismo a las personas registradas para ejercer una profesión en uno de los países a ejercerla en el otro. Complementa al CER la cooperación económica entre los dos países en otros campos, que comprende la libre circulación de la mano de obra, la elaboración de normas conjuntas relativas a los productos alimenticios y el trato nacional para las compras del sector público.

    Nueva Zelandia concede preferencias arancelarias al Canadá en una amplia variedad de importaciones, con arreglo al Acuerdo de Cooperación Comercial y Económica de 1982. Asimismo, otorga preferencias unilaterales a los países en desarrollo en virtud de su programa del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) y a los países insulares miembros del Foro, de conformidad con el Acuerdo Regional de Cooperación Comercial y Económica en el Pacífico Sur (SPARTECA).

    Nueva Zelandia, miembro del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC), apoya plenamente el enfoque de "regionalismo abierto" de éste, que interpreta en el sentido de que las medidas acordadas en el APEC se aplicarán en régimen NMF y que ese Foro estará abierto a la incorporación de nuevos miembros.

    Nueva Zelandia alienta la inversión extranjera y mantiene un régimen liberal en ese campo, con el trato nacional como regla general. Sólo existen requisitos de autorización en ciertas condiciones claramente determinadas y las restricciones sectoriales son raras. La inversión extranjera directa en el país se ha elevado rápidamente desde fines del decenio de 1980.

Características y tendencias de la política comercial

Instrumentos de política

    Los aranceles son el principal instrumento de la política comercial de Nueva Zelandia. Esto constituye un aspecto importante y positivo del régimen comercial del país: no sólo los aranceles son más transparentes que otras formas de protección contra las importaciones, sino que son también cuantificables y más fáciles de reducir y finalmente de suprimir. Los tipos arancelarios aplicados por Nueva Zelandia son moderados y se están rebajando. Nueva Zelandia no concede subvenciones ni aplica impuestos a las exportaciones y adopta pocas medidas relativas a éstas; las juntas de comercialización de productos agropecuarios son la principal excepción.

    Durante el último decenio se introdujeron importantes reducciones en los aranceles, entre ellas las de julio de 1996, que representaron una baja de un punto porcentual en el tipo medio. El promedio del arancel legal NMF es hoy del 6 por ciento, aunque los tipos aplicados a algunos productos, tales como los textiles y el vestido, el calzado y los vehículos automóviles, siguen siendo relativamente elevados. El arancel medio es en realidad mucho menor, ya que el 40 por ciento o más de las mercancías importadas ingresan libres de derechos en virtud de concesiones arancelarias que se aplican a unos 23.000 productos definidos en términos muy precisos, que no se producen en Nueva Zelandia y que sin ellas estarían sujetos a derechos de importación. Estas concesiones, no obstante, aumentan las desigualdades arancelarias y resultan en una mayor protección real de los sectores productores de mercancías protegidas.

    Se prevé que el programa de nuevas reducciones arancelarias proyectado por Nueva Zelandia para 1997-2000 atenuará esas desigualdades. Para el año 2000, según lo programado, los aranceles han de ser en promedio del 3 por ciento y las desigualdades arancelarias (medidas por la desviación típica) también quedarán reducidas a la mitad. Los tipos aplicables a los textiles, el vestido, el calzado, los vehículos automóviles y otros productos sensibles, que en el pasado se rebajaron menos que otros tipos, se reducirán de niveles que alcanzan al 30 por ciento, al 15 por ciento o menos. Los derechos se revisarán nuevamente en 1998 a fin de "determinar el modo en que ha de avanzarse hacia un punto final nulo con arreglo a un programa nacional unilateral de reducciones arancelarias". En el marco del APEC, el Gobierno tiene el propósito de suprimir todos los aranceles en régimen NMF para el año 2010.

    En la Ronda Uruguay, Nueva Zelandia extendió la cobertura de sus consolidaciones del 55 por ciento de las líneas del arancel a más del 99 por ciento de las mismas y se comprometió a efectuar reducciones considerables para las líneas ya abarcadas por las consolidaciones antes de la Ronda. En el año 2000, cuando se hayan llevado a efecto la mayoría de los compromisos arancelarios del país, el tipo consolidado medio estará próximo al 12 por ciento; los aranceles que se aplicarán en esa época representarán en promedio la cuarta parte de ese nivel. Así pues, existe amplio margen para que Nueva Zelandia reduzca sus tipos arancelarios consolidados y dé a las empresas que intervienen en el comercio mayores seguridades acerca de los aranceles que se aplicarán en el futuro.

Pautas de las políticas sectoriales

    El sector agropecuario está muy orientado hacia el mercado, con regímenes muy liberales tanto en el ámbito interno como en relación con las importaciones. La proporción del PIB representada por las subvenciones agrícolas descendió del 3,8 por ciento en 1983 al 0,9 por ciento en 1987 y al 0,1 por ciento en 1994. De manera análoga, el equivalente en subvenciones al productor, que es una medida de la ayuda suministrada a los agricultores, se redujo durante este período de un máximo del 33 por ciento al 3 por ciento, cifra muy inferior a la de cualquier otro país de la OCDE.

    Gran parte de las exportaciones agropecuarias de Nueva Zelandia están sujetas a controles en virtud de regímenes de licencias -que en algunos casos equivalen a monopolios de exportación- administrados por juntas de comercialización oficiales controladas directa o indirectamente por los productores. Nueva Zelandia ha fomentado la competencia en prácticamente todos los demás campos de su economía, con notables resultados. No obstante, el carácter excepcional de las referidas juntas se pone de manifiesto por la exención de algunas de sus actividades de la legislación relativa a la competencia; en el resto de la economía esas exenciones son raras. El efecto de la competencia en los demás sectores ha sido promover la innovación y la eficiencia; por ello, las autoridades mantienen a las juntas de comercialización en permanente examen, teniendo presentes esos objetivos. La asignación de recursos en el sector agropecuario y en la economía en general podría aún beneficiarse de una atenuación -e incluso de la supresión, en su momento- de tales restricciones a la comercialización.

    La silvicultura se cuenta entre los sectores de más rápido crecimiento de Nueva Zelandia; su participación en el PIB se ha duplicado ampliamente en el último decenio, y alcanza al 2,5 por ciento. De 1989 a 1995 la producción aumentó más del 50 por ciento; se prevé que para el año 2005 se habrá elevado otro 70 por ciento y el volumen de las exportaciones correspondientes quizá llegue a duplicarse. Se están registrando cambios en la propiedad y el control de las empresas del sector y gran parte de los activos del mismo se han privatizado en los últimos años. Los aranceles aplicados a los productos de la silvicultura y la extracción de madera son muy bajos; los derechos sobre los productos de la madera y sobre el papel, sin embargo, son relativamente elevados, y alcanzan hasta al 25 por ciento.

    La composición del sector manufacturero de Nueva Zelandia y su comercio internacional de manufacturas refleja la fuerza de la economía en la producción primaria. La tercera parte de la actividad manufacturera corresponde a la industria alimentaria, y los productos alimenticios elaborados representan los dos quintos de las exportaciones de manufacturas. En los últimos años ha aumentado rápidamente la producción manufacturera no basada en productos primarios, estimulada por la demanda de exportación.

    Hasta mediados del decenio de 1980, el sector manufacturero estaba muy protegido por un régimen de licencias de importación y elevados aranceles. Con la supresión de dicho régimen y las grandes reducciones arancelarias, la protección ha disminuido mucho. Las pautas de la producción están ahora más en armonía con las ventajas comparativas de que parece gozar Nueva Zelandia, al haberse contraído en campos tales como los textiles y el vestido y los productos químicos básicos y ampliado en sectores como la industria alimentaria. Las reducciones arancelarias en sectores como los textiles y el vestido, el calzado y los vehículos automóviles y sus componentes están en retraso con respecto a las introducidas en otros campos. La protección efectiva otorgada a estas industrias bien puede ir en detrimento de actividades tales como la industria alimentaria, la impresión y edición, el refinado del petróleo, y la producción de metales básicos y de equipos profesionales. El programa de reducción arancelaria para 1997-2000 debería disminuir considerablemente esta protección.

    El sector de los servicios de Nueva Zelandia desempeña un papel fundamental en su economía. Ese sector representa alrededor de las dos terceras partes de la actividad económica; su eficiencia y productividad, por tanto, tienen grandes repercusiones en el bienestar económico. La participación del comercio de servicios en el comercio total llega casi a la cuarta parte. Además, los servicios son insumos importantes en otras partes de la economía; a ellos corresponde, por ejemplo, el 40 por ciento de los costos de insumos directos de la industria alimentaria. En la medida en que se reducen los costos de los servicios mediante una competencia internacional abierta y el aumento de la productividad, la competitividad de industrias como la citada se va reforzando.

    Por el papel fundamental que desempeñan, los servicios se han situado en la primera línea del esfuerzo de reforma estructural de Nueva Zelandia. La competencia es ahora la regla en el sector, y la reglamentación directa está en gran medida ausente; no hay, por ejemplo, ningún órgano de regulación de las telecomunicaciones. Se han organizado en forma comercial prácticamente todas las empresas estatales esenciales, y muchas de ellas se han privatizado. Dado el tamaño relativamente pequeño del mercado de Nueva Zelandia, la apertura de los mercados de servicios a la competencia internacional ha sido fundamental para el establecimiento de los niveles deseados de competencia.

Políticas e interlocutores comerciales

    Hasta mediados del decenio de 1980, la economía de Nueva Zelandia estaba muy reglamentada y protegida. Los deficientes resultados que obtenía han demostrado los inconvenientes de ese enfoque. Nueva Zelandia proporciona ahora un ejemplo claro y positivo de liberalización. Su perseverancia en la introducción de reformas en casi todos los aspectos de su economía ha comenzado a dar considerables dividendos, con un aumento del potencial de crecimiento sostenible de aquélla. La liberalización del comercio ha sido vital para este éxito.

    Las autoridades son conscientes de que los aranceles de importación que aún existen imponen un costo a la economía de Nueva Zelandia y de que su eliminación podría proporcionar un aumento sostenido del bienestar equivalente a más del 1 por ciento del PIB. Algunos otros aspectos del régimen comercial, entre ellos los monopolios de exportación mantenidos por las juntas de comercialización, también pueden hacer soportar ciertos costos a la economía. Así pues, la prosecución de las reformas comerciales hasta su conclusión sigue siendo un elemento crítico del programa de acción relacionado con las políticas.

    Nueva Zelandia también tiene un interés vital en el sistema multilateral. A principios del decenio de 1990, los mercados de otros países estaban suficientemente abiertos para permitir una rápida expansión de sus exportaciones, lo que dio origen a un elevado crecimiento económico. Ulteriormente, por medio de la Ronda Uruguay, en la que Nueva Zelandia participó activamente, el sistema multilateral proporcionó nuevas aperturas de los mercados, que se prevé serán de gran utilidad para el país. No obstante, aún siguen existiendo restricciones considerables para algunos productos cuya exportación interesa a Nueva Zelandia, lo que reduce el bienestar tanto en este país como en los países que son sus interlocutores comerciales. Es pues importante que Nueva Zelandia siga trabajando por medio del sistema multilateral para lograr una mayor apertura del comercio internacional y que aporte su particular perspectiva y experiencia al examen de las cuestiones multilaterales.

Informe del Gobierno

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
NUEVA ZELANDIA
Informe del Gobierno

Introducción

    Nueva Zelandia acoge con agrado la oportunidad de participar nuevamente en el proceso de examen de las políticas comerciales en tanto que economía que es objeto del examen. El Mecanismo de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC, mediante la investigación detallada que lleva a cabo la Secretaría, aporta una valiosa transparencia al estudio de la evolución de los regímenes comerciales de las economías de los países Miembros y de sus progresos hacia el ideal de la OMC de un comercio libre y abierto de bienes y servicios. El debate efectuado en la reunión del Órgano de Examen constituye también una buena oportunidad para que otros Miembros procedan a un análisis que rebasa el marco inmediato de los derechos y obligaciones mutuos dimanados de las disposiciones y compromisos de la OMC.

    En Nueva Zelandia la política comercial es parte de una estrategia de política exterior más amplia encaminada a fomentar la apertura de la economía interna así como a establecer vínculos económicos internacionales más fuertes. El objetivo fundamental es promover el crecimiento económico de Nueva Zelandia mediante el comercio y mejorar los niveles de vida de los neozelandeses de manera sostenible. Los sucesivos gobiernos de Nueva Zelandia han aplicado esta estrategia desde comienzos del decenio de 1980.

    Después de ser una de las economías más aisladas y restrictivas entre los países de la OCDE, Nueva Zelandia se ha convertido en una de las más abiertas y competitivas. El proceso de reforma en curso durante los últimos 13 años se ha descrito como uno de los programas de reforma económica más amplios emprendidos por un país de la OCDE en los últimos decenios. Si bien más adelante se esboza a grandes rasgos el alcance de las reformas, el presente informe estará centrado en el período transcurrido desde el último examen multilateral de las políticas comerciales de Nueva Zelandia efectuado en 1990. Desde entonces Nueva Zelandia ha seguido avanzando considerablemente hacia el objetivo del comercio y la inversión libres y abiertos que le parece deseable para todas las economías a nivel multilateral.

    En el presente informe se comienza por esbozar someramente la estrategia de política comercial de Nueva Zelandia. Luego se examinan con más detalle los elementos de cada uno de los aspectos de esta estrategia y se estudia su futura evolución.

Estrategia de la política comercial

    Nueva Zelandia es un país con una población de poco más de 3,5 millones de habitantes y su prosperidad depende en gran medida del comercio internacional. Las exportaciones de bienes y servicios representan alrededor del 30 por ciento del PIB del país. El principal objetivo de la política comercial de Nueva Zelandia es muy claro: lograr un desarrollo económico sostenible mediante el comercio. Esta meta, orientada a conseguir una libertad completa del comercio multilateral, se trata de alcanzar al mismo tiempo mediante cuatro vías de política relacionadas entre sí.

Política interna: la vía unilateral

    Las políticas económicas internas abiertas y orientadas al exterior son la base sobre la cual se construye la estrategia comercial de Nueva Zelandia:

    -    la reducción o eliminación de la asistencia, protección y reglamentación de las industrias durante los últimos años han sido fundamentales para aumentar la eficiencia y la competitividad internacional de la economía de Nueva Zelandia;

    -    las reformas internas siguen la dirección de la reforma multilateral, pero Nueva Zelandia no ha esperado que se lleve a cabo la reforma internacional para adoptar decisiones conformes a sus mejores intereses.

La vía bilateral

    El Gobierno trabaja en estrecha colaboración con sus distintos interlocutores comerciales a fin de resolver problemas y de establecer relaciones más abiertas en materia de comercio e inversión:

    -    el Acuerdo comercial por el que se estrechan las relaciones económicas entre Australia y Nueva Zelandia (ANZCERTA) constituye uno de los más amplios acuerdos bilaterales de libre comercio que existen en el mundo y abarca un mercado conjunto de unas 20 millones de personas.

La vía regional

    Las agrupaciones económicas regionales (entre las cuales el TLC, la UE, la AELC y el MERCOSUR) tienen una influencia cada vez mayor en la política comercial de Nueva Zelandia:

    -    en el marco del objetivo general de lograr una libertad completa del comercio multilateral, Nueva Zelandia trata de promover y elaborar acuerdos de liberalización del comercio en la región de Asia y el Pacífico;

    -    la CEAP (Cooperación Económica de Asia y el Pacífico) constituye el foro más amplio para la liberalización del comercio en la región;

    -    el Gobierno ha declarado asimismo que estaría dispuesto a estudiar las opciones subregionales de libre comercio, en el marco de las disposiciones de la OMC, con cualquiera de los interlocutores comerciales más importantes de Nueva Zelandia sobre la base de principios que reflejen los intereses de Nueva Zelandia en tanto que economía orientada al exterior en la región de Asia y el Pacífico;

    -    estos acuerdos deben ser orientados al exterior, abiertos, favorables al comercio, beneficiosos para los países de Asia y el Pacífico y de amplia cobertura sectorial y no ser contrarios a las reformas unilaterales de Nueva Zelandia.

La OMC: la vía multilateral

    Para un país pequeño con intereses comerciales mundiales, un sistema eficaz de comercio multilateral resulta de importancia vital:

    -    completar la libertad del comercio multilateral es el mejor resultado posible para Nueva Zelandia; el buen éxito de la Ronda Uruguay constituye un nuevo paso adelante en tal dirección;

    -    además de asegurar la aplicación plena y efectiva de los compromisos asumidos en la Ronda Uruguay, Nueva Zelandia está a favor de que se lleven a cabo nuevos trabajos en la OMC a fin de suprimir los obstáculos al comercio y la inversión libres y abiertos a nivel multilateral.

    A continuación se examinan los aspectos de cada uno de los elementos de esta estrategia y se estudia su futura evolución.

El programa de reforma económica

    Como antes se ha observado, la política comercial es sólo una parte de una estrategia exterior más amplia en materia de inversión, transporte y otras vinculaciones externas. A su vez, estos factores están relacionados con políticas económicas más amplias del Gobierno, que tienen por objeto el desarrollo económico sostenible y la prosperidad para todos los neozelandeses.

    El programa de reforma económica ha entrañado en Nueva Zelandia la creación de mercados más abiertos y competitivos de productos y factores así como la creciente integración de estos mercados en los mercados regionales e internacionales. Por consiguiente, existe una convergencia cada vez mayor entre la política económica interna de Nueva Zelandia y los diversos elementos de su política económica exterior. Habida cuenta de sus vinculaciones internacionales, Nueva Zelandia dispone de un marco de políticas basado en el grado de exposición de los mercados a la libre competencia internacional; este marco está centrado en mercados libres y competitivos de productos y factores que son resultado de las políticas comerciales y de inversión aplicadas en la frontera y de las cuestiones reglamentarias conexas "detrás de la frontera". Entre las principales esferas de la reforma figuran las siguientes:

Reestructuración del sector público

    Como los gastos públicos representan más del 30 por ciento del PIB, las ineficiencias del sector gubernamental imponen costos importantes al sector comercial. Las reformas efectuadas, tales como la "conversión en sociedades", la privatización y la introducción de nuevos sistemas de gestión financiera, han tenido por consecuencia progresos considerables. Los principios más importantes que han guiado estas reformas han sido la transparencia, la coherencia y el retiro del Estado de actividades que pueden ser realizadas de manera más eficiente y efectiva por la comunidad o por la empresa privada. Los principales elementos de las reformas son los siguientes:

    -    transformación de los departamentos gubernamentales que se dedican a actividades comerciales (por ejemplo, servicios postales, redes de electricidad) en empresas de propiedad del Estado que aplican los principios del sector privado y están expuestas a mayores presiones competitivas;

    -    privatización de antiguas empresas estatales (por ejemplo, telecomunicaciones, aviación, ferrocarriles, silvicultura) para aumentar al máximo la eficiencia; desde 1987 se han vendido más de 25 empresas por valor de más de 14.000 millones de dólares neozelandeses;

    -    reformas de la gestión financiera en los demás departamentos gubernamentales, en particular introduciendo plenamente la contabilidad en valores devengados y los contratos específicos de rendimiento concertados entre los Ministros y los dirigentes ejecutivos;

    -    liberalización y descentralización de las compras del sector público, encargándose a los gerentes la compra de bienes y servicios, habida cuenta de la relación entre la calidad y el precio en el marco de presupuestos departamentales rigurosamente limitados;

    -    reorganización general del sector público de servicios sociales y, en particular, de la política de pensiones de jubilación a fin de lograr una mayor eficiencia y una asistencia mejor adaptada a los beneficiarios.

Política monetaria y fiscal

    Es importante contar con un marco coherente de políticas a fin de reducir la incertidumbre en el medio comercial. La política fiscal se encamina a reducir los recursos de la economía que absorbe el Estado y la política monetaria está orientada a lograr la estabilidad general de precios, factor fundamental en la planificación comercial. Entre las reformas efectuadas en esta esfera figuran las siguientes:

    -    una política fiscal reorientada a objetivos a mediano plazo que consisten en lograr un excedente en el balance fiscal ajustado, y reducir los niveles de la deuda así como los gastos públicos en tanto que porcentaje del PIB;

    -    introducción de medidas legislativas por las que se requiere la presentación de informes fiscales periódicos en valores devengados y articulación de los objetivos y estrategias fiscales;

    -    una política monetaria que tiene por único objetivo económico el mantenimiento de la estabilidad general de precios;

    -    formulación y aplicación de la política monetaria, de la cual se encarga una autoridad independiente, el Banco de la Reserva de Nueva Zelandia, de conformidad con un acuerdo sobre objetivos de política concertado entre el Gobierno y el Gobernador del Banco de la Reserva (en el acuerdo en vigor se establece que la inflación subyacente se situará entre el 0 y el 2 por ciento).

Liberalización financiera

    El costo del capital es una limitación importante de la actividad comercial. La supresión de las barreras impuestas por el Gobierno al ingreso en la actividad bancaria y de las distinciones reglamentarias entre los diversos grupos institucionales del sector financiero han aumentado las vinculaciones con los mercados financieros internacionales y ampliado la gama de servicios disponibles. Las empresas tienen ahora acceso a medios más flexibles y económicos de financiación, con lo cual el costo de capital se acerca a los niveles mundiales. Entre las reformas figuran las siguientes:

    -    supresión de los controles de precios, tipos de interés, salarios y tipos de cambio;

    -    abolición de los controles sobre los movimientos de capital;

    -    amplia desreglamentación de los mercados financieros, en particular supresión de las restricciones al número de bancos y la competencia bancaria.

Tributación

    Las distorsiones del sistema fiscal influyen en las decisiones en materia de comercio e inversión. Nueva Zelandia tiene un sistema fiscal muy complejo con elevados tipos impositivos marginales contrarrestados por diversas concesiones asignadas a determinadas clases de inversión. Las reformas han creado un entorno más objetivo para las inversiones tanto en el plano interno como entre Nueva Zelandia y las jurisdicciones fiscales supranacionales. Entre las reformas figuran las siguientes:

    -    ampliación de la base impositiva mediante la creación de un amplio impuesto sobre el valor añadido;

    -    simplificación de la estructura del impuesto personal a una escala doble suprimiendo las exoneraciones y concesiones específicas;

    -    reducciones considerables en los tipos de imposición directa, habiéndose reducido el tipo de impuesto a las sociedades del 48 al 33 por ciento y el tipo máximo del impuesto sobre la renta de las personas físicas del 66 al 33 por ciento.

Desreglamentación de la infraestructura

    Las ineficiencias de los servicios de infraestructura entrañaban costos considerables en el sector de las mercancías. La privatización y la desreglamentación de las telecomunicaciones y de todas las formas de transporte ha aumentado la gama de servicios disponibles y reducido considerablemente sus costos para la industria. Entre las reformas figuran las siguientes:

    -    amplia desreglamentación en la mayoría de los sectores de la economía;

    -    supresión de las barreras impuestas por el Gobierno a la entrada en las principales industrias de infraestructura tales como las carreteras, los ferrocarriles, el transporte aéreo y marítimo, las telecomunicaciones, la radiodifusión y la distribución de electricidad.

Desreglamentación del mercado de trabajo

    Hasta 1991 el sistema de relaciones industriales de Nueva Zelandia se hallaba centralizado. La negociación colectiva se apoyaba en la sindicalización obligatoria y en el mecanismo gubernamental encargado de resolver los conflictos colectivos. Esto tenía por consecuencia una negociación que era, en lo fundamental, de alcance nacional y estaba basada en las diversas ocupaciones; el sistema producía resultados rígidos que aumentaban las dificultades del ajuste del mercado de trabajo a las condiciones económicas. Las reformas efectuadas para alentar la descentralización de la adopción de decisiones han permitido un ajuste más rápido en el mercado laboral cuando esto es necesario y contribuido a una mayor competitividad así como al crecimiento económico y del empleo. Entre esas reformas figuran las siguientes:

    -    desreglamentación y descentralización de los mercados de trabajo, estableciendo la libertad de negociación individual y colectiva entre empleadores y empleados a nivel del centro de trabajo, la empresa o la industria;

    -    legislación conexa en que se especifican las normas mínimas de empleo (tales como horarios mínimos, disposiciones reglamentarias sobre licencia por enfermedad, días feriados y vacaciones anuales) y los recursos contra las despedidas intempestivas de que disponen todos los empleados.

Liberalización de la inversión

    Nueva Zelandia reconoce que la inversión extranjera directa (IED) es un factor de importancia vital para su desarrollo económico y un elemento decisivo en la promoción de vínculos económicos internacionales en la economía mundial. Además de aportar capital para el desarrollo, la IED proporciona acceso a la tecnología, las técnicas de gestión y los canales de distribución que no están al alcance de las empresas nacionales. En consecuencia, Nueva Zelandia ha creado un régimen liberal de inversión extranjera aplicable a las inversiones procedentes de todos los países sin discriminación alguna. Entre las reformas en este campo figuran las siguientes:

    -    liberalización y simplificación del régimen de examen previo, aplicable a ciertas inversiones, administrado por la Comisión de Inversiones Extranjeras;

    -    supresión de las restricciones por sectores de inversiones, con excepción de la pesca (se mantienen restricciones a la propiedad del contingente pesquero) y la aviación civil (la propiedad extranjera de las aerolíneas internacionales de Nueva Zelandia está limitada de conformidad con las prácticas internacionales usuales).

Liberalización del comercio

    Los aranceles y contingentes destinados a proteger a una industria de las importaciones actúan como un impuesto sobre otros sectores de la economía. Nueva Zelandia ha aplicado un programa de liberalización firme, amplio y coherente para aumentar la exposición de los consumidores y productores nacionales a las señales de los precios internacionales. Entre las reformas figuran las siguientes:

    -    eliminación, completada en 1992, de todos los controles cuantitativos y medidas no arancelarias aplicados a las importaciones que todavía se mantenían para proteger a las industrias;

    -    eliminación de todas las subvenciones a la exportación y de las subvenciones agrícolas con efectos de distorsión del comercio;

    -    modificaciones en la comercialización de productos agropecuarios, en particular supresión de los poderes de monopolio nacionales, de conformidad con las condiciones del mercado;

    -    amplios programas de reducción arancelaria unilateral encaminados a fomentar la competitividad internacional en la economía interna (los aranceles se redujeron alrededor de un 50 por ciento entre 1988 y 1992 y en otro 33 por ciento entre 1993 y 1996, lo cual ha tenido por resultado un promedio aritmético del derecho n.m.f. para todas las partidas arancelarias de alrededor de un 7 por ciento).

Resultados

    Los resultados del proceso de reforma no han sido inmediatos pero durante los últimos cuatro o cinco años se han advertido claramente sus beneficios. Entre ellos se cuentan los siguientes:

    -    durante los cinco años transcurridos desde marzo de 1991 la economía ha crecido, en términos reales, en alrededor de un 15 por ciento;

    -    la inflación subyacente se ha mantenido por debajo de un 2 por ciento durante casi todo el período transcurrido desde 1991, y fue de un 2,3 por ciento durante el año terminado en junio de 1996;

    -    durante los cinco años anteriores a junio de 1996 los ingresos de exportación aumentaron en un 33 por ciento, registrándose un crecimiento importante de las exportaciones de manufacturas;

    -    durante un plazo semejante, el desempleo disminuyó de un 10,3 por ciento en diciembre de 1991 a un 6,1 por ciento en junio de 1996, mientras que el total de personas empleadas aumentó en más de 234.000 (16,1 por ciento) de las cuales tres cuartas partes en empleos a tiempo completo; y

    -    la deuda pública neta disminuyó del 50,5 por ciento del PIB en diciembre de 1991 al 32,4 por ciento del PIB en junio de 1996.

    El proceso de reforma ha suscitado también considerables interés y reconocimiento internacionales. Durante cuatro años sucesivos, hasta 1995, en el World Competitiveness ReportSee footnote 1 se clasificaba a Nueva Zelandia en primer lugar entre los países de la OCDE en cuanto a las políticas oficiales y la competitividad a largo plazo de las políticas económicas internas. En 1994 y 1995 Nueva Zelandia fue clasificada como el primero de los países de la OCDE en cuanto a la competitividad general en el Executive Opinion Survey. El presente año, Nueva Zelandia fue clasificada en el Global Competitiveness ReportSee footnote 2 como la tercera economía más competitiva del mundo después de Singapur y Hong Kong.

Orientaciones futuras

    Una característica decisiva de la eficacia del programa de reforma ha sido su carácter amplio y coordinado. Todos los aspectos de las reformas estaban orientados a mejorar el grado de competencia y el funcionamiento de los mercados. La liberalización del comercio desempeñó un papel decisivo en este proceso y en el carácter sostenible de los resultados obtenidos al aumentar la exposición de los productores y consumidores a las señales del mercado internacional.

    La reforma destinada a hacer frente a los problemas y aprovechar las oportunidades de una economía en vías de globalización debe ser un proceso continuo. En consecuencia, Nueva Zelandia ya ha iniciado un nuevo programa de reducción arancelaria unilateral que tendrá por resultado que, para el año 2000, más de la mitad de las líneas arancelarias serán equivalentes a cero mientras que en la mayoría de ellas se impondrá un derecho del 5 por ciento. Ese año ningún arancel será superior al 15 por ciento y el promedio aritmético del tipo arancelario n.m.f. se habrá reducido a alrededor de un 3 por ciento.

    En 1998 se llevará a cabo un nuevo examen de los aranceles restantes con objeto de determinar la manera de avanzar hacia los derechos nulos en todos los aranceles con arreglo a un programa unilateral de reducción de los aranceles nacionales.

El Acuerdo comercial por el que se estrechan las relaciones económicas entre Australia y Nueva Zelandia

    El Acuerdo comercial por el que se estrechan las relaciones económicas entre Australia y Nueva Zelandia (ANZCERTA) es el instrumento más importante que rige el comercio de bienes y servicios entre Australia y Nueva Zelandia. Se trata de un instrumento dinámico que, desde su creación en 1983, se ha convertido en uno de los más amplios acuerdos bilaterales de libre comercio.

    Desde que se estableció el comercio enteramente libre de bienes en 1990, mediante la eliminación de todos los aranceles y restricciones cuantitativas a la importación y la exportación, se ha seguido ampliando y profundizando el Acuerdo en varios aspectos, entre los cuales figuran los siguientes:

    -    eliminación, al establecerse el libre comercio de bienes, de las medidas antidumping en el comercio transtasmanio de bienes conforme a las normas de origen del ANZCERTA, junto con un ajuste de las normas, procedimientos y medidas de aplicación de las leyes nacionales de competencia para hacer frente al comportamiento anticompetitivo de empresas de un país que tengan poder de mercado en el otro país o en el mercado conjunto ANZCERTA;

    -    expansión del alcance del libre comercio de servicios con arreglo al Protocolo de Comercio de Servicios de 1988 del ANZCERTA mediante la reducción y/o la supresión de inscripciones de la lista adjunta de servicios a las que no se aplica la obligación de trato nacional prevista en el Protocolo;

    -    iniciativas para facilitar la armonización de normas mediante el reconocimiento y armonización de los sistemas de evaluación de la conformidad, como resultado de la formación, en 1991, de un Sistema conjunto de acreditación transtasmanio y del establecimiento en 1995 de un marco para la armonización de las normas en materia de alimentos;

    -    concertación el presente año de un Acuerdo de reconocimiento mutuo transtasmanio por el que se establece el reconocimiento de productos y calificaciones profesionales en virtud de las cuales un producto que puede venderse legalmente en un país puede venderse legalmente en el otro y una persona inscrita para practicar una ocupación en un país tiene derecho a practicar una ocupación equivalente en el otro país.

    Desde su creación el ANZCERTA ha sido considerado por sus miembros como un acuerdo orientado al exterior. En consecuencia, Australia y Nueva Zelandia han seguido aplicando reducciones arancelarias unilaterales sobre una base n.m.f. y participando activamente en los procesos de liberalización del comercio multilateral. Además de que ambas economías asignan gran importancia al regionalismo abierto, Australia y Nueva Zelandia participan en el diálogo a nivel ministerial concertado entre el ANZCERTA y las economías del Área de Libre Cambio de la ASEAN (ALCA) y en el diálogo, iniciado más recientemente, entre el ANZCERTA y las economías del MERCOSUR.

Cooperación Económica de Asia y el Pacífico

    Nueva Zelandia es miembro fundador de la CEAP (Cooperación Económica de Asia y el Pacífico) creada en Canberra, Australia, en 1989. En tanto que agrupación que representa más del 50 por ciento del PIB mundial, comprende ocho de los diez mercados de exportación más importantes de Nueva Zelandia y es fuente de más del 70 por ciento del comercio en Nueva Zelandia, la CEAP constituye el foro de comercio e inversión más prometedor para Nueva Zelandia, con excepción de la OMC.

    En la reunión cumbre de la CEAP celebrada en 1994 en Bogor, Indonesia, las 18 economías miembros de la CEAP convinieron en el objetivo de crear en la región una zona abierta al comercio y a las inversiones para el año 2020. Al igual que otras economías industrializadas miembros de la CEAP, Nueva Zelandia se esfuerza por alcanzar este objetivo para el año 2010.

    En 1995 la CEAP aprobó el Programa de Acción de Osaka a fin de alcanzar las metas de la Organización. La amplitud de los objetivos fijados en Bogor quedó reafirmada en tanto que unos de los "Principios Generales" de gran alcance convenidos como parte integrante del programa de liberalización y facilitación de la CEAP. El Programa de Acción de Osaka contiene un programa de trabajo que abarca la facilitación y liberalización del comercio y de las inversiones así como la cooperación económica y técnica. Nueva Zelandia coordina las negociaciones sobre la política de competencia y la desreglamentación que forman parte de las 15 esferas específicas de acción.See footnote 3

    Conforme a este programa, Nueva Zelandia y los demás miembros de la CEAP están trabajando para lograr gradualmente el objetivo de Bogor mediante:

    -    medidas concertadas unilaterales detalladas por cada economía en los Planes de Acción Individuales; y

    -    medidas coordinadas detalladas por cada economía en los Planes de Acción Colectivos.

    En cada caso los planes se refieren a las medidas adoptadas en todas las 15 esferas específicas de acción y se presentan para fines de evaluación a la Reunión Ministerial de la CEAP. Los planes iniciales se presentarán durante el año en curso a la Reunión Ministerial de Manila, Filipinas.

    Los orígenes del proceso de la CEAP dimanan primordialmente de la idea de que el crecimiento dinámico suscitado por las empresas de la región de Asia y el Pacífico está creando una interdependencia económica cada vez mayor así como intereses comunes en mantener dicho dinamismo. El Programa de Acción de Osaka está destinado a prestar ayuda en este proceso liberalizando aún más el entorno reglamentario del comercio y las inversiones y fomentando otras formas de cooperación económica.

    Desde su creación la CEAP ha tenido por objetivo desarrollar y fortalecer el sistema de comercio multilateral abierto. Nueva Zelandia reconoce la necesidad de contar con planteamientos regionales y multilaterales de la liberalización del comercio y la inversión a fin de que éstos se apoyen y fortalezcan mutuamente. Esta necesidad se tuvo presente en la reciente reunión de Ministros encargados del Comercio de la CEAP que se celebró en Christchurch, Nueva Zelandia, en la cual los Ministros reconocieron la importancia de asegurar que el sistema de comercio multilateral siga desarrollándose en respuesta a la evolución de la economía mundial y reconocieron asimismo la contribución que está haciendo cada economía miembro de la CEAP en la aplicación del Programa de Acción de Osaka, que permite avanzar gradualmente hacia un entorno más abierto del comercio mundial.

Organización Mundial del Comercio

    Para Nueva Zelandia, que es un país pequeño con intereses comerciales a escala mundial, la existencia de un sistema de comercio multilateral fuerte, abierto, no discriminatorio y regido por normas es de vital importancia. En la estrategia de política comercial de Nueva Zelandia se pone de relieve que un sistema de comercio multilateral enteramente libre sería la mejor opción posible para Nueva Zelandia. La OMC es de importancia decisiva para conseguir este resultado.

    Debido a que durante mucho tiempo no han existido normas multilaterales efectivas en la esfera del comercio que más interesa a Nueva Zelandia, es decir la agricultura, se reconoce por lo general que pocos países tenían más interés que Nueva Zelandia en que concluyeran con éxito las negociaciones de la Ronda Uruguay. Las estimaciones parecen indicar que los beneficios para Nueva Zelandia de los resultados de la Ronda oscilan entre un 2 y un 3 por ciento del PIB.

    En el caso de Nueva Zelandia, que ya se había beneficiado de su propio programa de liberalización unilateral, la mayoría de estas ventajas dimanaban de la creación de oportunidades de exportación en mercados extranjeros. Habida cuenta del alcance del programa de reforma interno, Nueva Zelandia fue también uno de los pocos participantes de la Ronda Uruguay que promovieron activamente los efectos de la liberalización del comercio en todas las esferas de las negociaciones.

    A medida que la OMC se acerca a su segundo aniversario y a la primera de sus reuniones bienales, en su Conferencia Ministerial de Singapur, la prioridad más elevada de todos los Miembros es asegurar la plena y oportuna aplicación de los compromisos contenidos en el Acuerdo de Marrakech. Nueva Zelandia, que está decidida a desempeñar el papel que le corresponde, ha acelerado la ejecución de los Acuerdos basados en normas tales como los relativos a los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y a las Medidas en materia de Inversiones Relacionadas con el Comercio (MIC), ha integrado plenamente su sector textil con arreglo a las normas de la OMC y ha hecho efectivos todos sus compromisos en materia de reducciones arancelarias, salvo aquellos relativos a sectores en que se ha procedido a la supresión arancelaria.

    La globalización y el regionalismo son fuerzas paralelas que determinan la evolución de la economía mundial. Nueva Zelandia reconoce que sólo mediante la liberalización del comercio y de la inversión a nivel multilateral será posible hacer frente cabalmente a los problemas y oportunidades de la globalización en beneficio de todos los pueblos. En consecuencia, Nueva Zelandia está convencida de que los Ministros que se reunirán en Singapur deben dar nuevo impulso al sistema de comercio multilateral con sus deliberaciones sobre el programa de trabajo de la OMC. El programa de trabajo debe hacer posible la coherencia de las normas del sistema, y será preciso examinar todas las cuestiones de la liberalización de interés para una economía mundial en vías de globalización de manera tal que se asegure la convergencia entre las iniciativas de liberalización de carácter regional y multilateral.

    En última instancia, el éxito de la Ronda Uruguay se debe a que ha permitido tratar cuestiones de interés para todos los participantes. Las primeras medidas adoptadas para liberalizar el comercio mundial de productos agrícolas no hubieran sido posibles sin los resultados conseguidos en esferas tales como los servicios y la propiedad intelectual. Tampoco hubiera sido posible adelantar en las esferas más recientes de negociación de no haberse iniciado el proceso de liberalización en ciertas esferas, tales como la agricultura y los textiles, en que persistía una protección residual considerable por parte de los países industrializados.

    La Ronda Uruguay también ha anticipado gran parte del camino que queda por recorrer. Se trata de la primera negociación comercial multilateral que abarca toda clase de países participantes en la economía global y que permite lograr una liberalización considerable en esferas de interés en toda la gama. Es importante señalar que los resultados obtenidos también entrañan promesas de nuevos progresos en la mayoría de las esferas de negociación. El programa implícito en los Acuerdos de la Ronda Uruguay, que comprende futuras negociaciones o exámenes en toda una serie de esferas, constituye un programa de trabajo sustantivo y equilibrado que permitirá el adelanto del sistema comercial multilateral en el camino de la liberalización del comercio.

    Por ejemplo, forma parte de los Acuerdos la agricultura, esfera en la que será indispensable continuar el proceso de reforma a fin de suprimir las distorsiones graves del comercio de productos agropecuarios y de los servicios que todavía existan para el año 2000, y será de gran importancia continuar el proceso de liberalización gradual dando mayor alcance a los compromisos específicos en materia de acceso a los mercados y trato nacional asumidos con arreglo al Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). Además de otras esferas, tales como los textiles, las normas de origen y la propiedad intelectual, el programa implícito, mediante las disposiciones del AGCS y del Acuerdo sobre las MIC, abarca trabajos sobre la inversión y la competencia y, también en relación con las disposiciones del AGCS, sobre las compras del sector público.

    La Reunión Ministerial de Singapur ofrece una oportunidad para construir un programa de trabajo que permita adelantar la aplicación del programa implícito de manera coherente y coordinada. En algunos casos ya ha comenzado la labor en tal sentido, mientras que en otros será necesario llevar a cabo preparativos detallados antes de emprender las negociaciones y exámenes previstos. En algunas esferas, tales como las políticas de inversión y competencia, tal vez se puedan estudiar los medios de realizar de la mejor manera posible el proceso necesario de intercambio y análisis de la información. También podría examinarse la posibilidad de emprender iniciativas de liberalización distintas de las contenidas en el programa previsto, tales como nuevos trabajos sobre el mejoramiento del acceso a los mercados de los productos industriales.

    Nueva Zelandia considera que, a medida que avanza el proceso de liberalización del comercio, es importante que el sistema de comercio multilateral, mediante los trabajos del Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC, contribuya plenamente a asegurar que la liberalización del comercio y las medidas de protección del medio ambiente sigan apoyándose mutuamente en pro del desarrollo sostenible.

    Nueva Zelandia considera asimismo indispensable que, a fin de lograr la convergencia entre las iniciativas regionales y multilaterales de liberalización, la OMC trabaje activamente hacia la meta de lograr el comercio y la inversión libres y abiertos a nivel multilateral. En el programa de trabajo que debe convenirse en la Reunión Ministerial de Singapur se debe comenzar a establecer las modalidades que permitirán alcanzar esta meta y los Ministros deben reflexionar sobre la urgencia que esto supone.

Conclusión

    En la actual estructura del Mecanismo de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC, Nueva Zelandia es uno de los Miembros cuyos regímenes comerciales se examinan cada seis años. En el presente informe se han descrito brevemente las nuevas medidas adoptadas por Nueva Zelandia durante los últimos seis años, en relación con cada uno de los cuatro elementos de su estrategia de política comercial, a fin de lograr un crecimiento económico sostenible mediante el comercio así como el progreso que se ha obtenido en el logro de este objetivo.

    Como resultado del programa amplio y coordinado de reforma económica interna y de liberalización unilateral del comercio que se halla en curso, Nueva Zelandia se encuentra en una buena situación para beneficiarse aún más de las nuevas oportunidades de exportación que están surgiendo a medida que comienzan a rendir fruto las iniciativas internacionales de apertura de los mercados en los planos bilateral, regional y multilateral. En la estrategia de política comercial de Nueva Zelandia se reconoce que, para que el país alcance plenamente su objetivo de un crecimiento económico sostenible mediante el comercio, los mercados internacionales deben estar expuestos a la libre competencia en virtud del comercio libre y abierto a nivel multilateral.

    Nueva Zelandia ya ha indicado que piensa seguir aplicando su programa unilateral a fin de fomentar la apertura de la economía interna y de establecer vínculos económicos internacionales más fuertes. Mediante este programa y los nuevos trabajos que llevará a cabo en los foros bilaterales y regionales, así como de su actividad multilateral en el marco de la OMC, Nueva Zelandia espera que, al momento de procederse al nuevo examen previsto para el año 2002, estará mucho más cerca de lograr el objetivo del comercio y la inversión libres y abiertos a nivel multilateral.

Footnote: 1World Competitiveness Report 1992-1995; publicado conjuntamente todos los años por el Instituto de Administración y Desarrollo, Lausana y el Foro Económico Mundial, Ginebra.

Footnote: 2Global Competitiveness Report, 1996; Foro Económico Mundial, Ginebra.

Footnote: 3Las esferas específicas son las siguientes: aranceles, medidas no arancelarias, servicios, inversión, normas y conformidad, formalidades aduaneras, derecho de propiedad intelectual, política de competencia, compras del sector público, desreglamentación, normas de origen, mediación de controversias, movilidad de los empresarios, aplicación de los resultados de la Ronda Uruguay y reunión y análisis de la información.