Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

Malasia: diciembre de 1997

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/67
1° de diciembre de 1997



LA APERTURA DEL COMERCIO Y LAS INVERSIONES
FAVORECEN EL CRECIMIENTO EN MALASIA
DETERMINADAS MEDIDAS PONEN TRABAS A LA UTILIZACION EFICIENTE DEL CAPITAL

La política de apertura comercial que viene aplicando Malasia y el atractivo que ofrece este país para las inversiones extranjeras directas han conducido al crecimiento extraordinario y a la transformación sostenida de la economía, según señala un nuevo informe de la Secretaría de la OMC sobre las políticas y prácticas comerciales de Malasia. Desde el anterior examen de las políticas comerciales realizado en 1993, Malasia ha seguido teniendo notables resultados económicos. El vigor latente de la economía ha permitido que los efectos de la crisis actual en Asia hayan sido menos graves para Malasia que para otros mercados.

No obstante, Malasia se enfrentará efectivamente con ciertos desafíos macroeconómicos y estructurales si pretende mantener su rápido crecimiento económico.

El informe de la Secretaría de la OMC sobre las políticas y prácticas comerciales de Malasia, junto con la exposición de políticas preparada por el Gobierno de este país, servirán de base para el examen de las políticas y prácticas comerciales de Malasia a que procederá el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC los días 4 y 5 de diciembre.

En el informe de la OMC se indica que Malasia ha reducido sus aranceles de importación casi a la mitad desde 1993. El promedio del tipo arancelario n.m.f. aplicado se ha reducido del 15,2 por ciento en 1993 al 8,1 por ciento en 1997. Dentro de las obligaciones de Malasia con arreglo a la OMC, las consolidaciones de aranceles pasaron de menos del 1 por ciento a cerca de las dos terceras partes de las líneas arancelarias. Sin embargo, en el informe se observa que en algunos subsectores agropecuarios así como en la industria automovilística subsisten elevados niveles de protección arancelaria, con crestas de hasta el 145 por ciento.

La concesión de licencias de importación afecta a cerca del 17 por ciento de todas las líneas arancelarias, principalmente en el sector agrario y en el sector del automóvil. Las importaciones de café en grano y de coles redondas están restringidas y las de vehículos de motor están sometidas a contingentes de importación y a aranceles elevados. Entretanto, los fabricantes nacionales de automóviles se benefician de una reducción del impuesto sobre ventas.

En el informe se indica que Malasia mantiene una política industrial muy activa que lleva aparejadas medidas arancelarias y no arancelarias, junto con medidas internas como los incentivos, los reglamentos y la contratación pública preferencial. Las medidas de promoción de la exportación y los gravámenes a la exportación también desempeñan un papel en esta política. Un rasgo esencial de la política industrial de Malasia consiste en desviar los incentivos de las actividades intensivas de mano de obra a los procesos intensivos de capital, como la automatización de las industrias que emplean mano de obra poco cualificada y la concepción y adquisición de tecnologías avanzadas.

Durante el período 1992-96, la inversión en Malasia registró un promedio del 40 por ciento del PIB, procediendo una parte considerable de la misma del extranjero, especialmente del sector manufacturero, donde actualmente más de la mitad del capital de todas las empresas es de propiedad extranjera. Se fomentan las inversiones mediante un conjunto de incentivos fiscales y no fiscales otorgados, en su mayoría, con carácter no discriminatorio a las empresas de propiedad tanto nacional como extranjera. En el informe se observa que el crecimiento reciente de Malasia se ha basado en gran medida en aumentos en el volumen de capital aplicado más que en su asignación eficiente. La mejora de la productividad total de los factores se ha ralentizado, incidiendo de manera adversa en la asignación de recursos.

En lo que respecta al comercio de servicios, en el informe se señala que Malasia mantiene restricciones al acceso de otros países a una parte amplia de este sector, con la consiguiente disminución de la competencia y la eficiencia en el mercado nacional. Por ejemplo, el Gobierno de Malasia se niega a otorgar nuevas licencias a los prestatarios privados de servicios de telecomunicaciones o prohíbe el establecimiento de nuevos bancos o la proliferación de sucursales de bancos extranjeros. No obstante, en el presupuesto de 1998 el Gobierno reiteró su compromiso de desregulación y liberalización, particularmente en el sector financiero. Se introdujeron medidas para ampliar el acceso de extranjeros a las adquisiciones de bienes raíces y para desarrollar el mercado de capital. Malasia ha reafirmado también su compromiso con respecto a las negociaciones de servicios financieros de la OMC, teniendo la intención de liberalizar los seguros y las industrias de intermediación financiera.

Malasia es miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y de la Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC). En virtud del Acuerdo de la Zona de Libre Comercio de la ASEAN (AFTA), Malasia ha reducido sustancialmente los aranceles aplicados a las importaciones procedentes de sus socios miembros de AFTA. También ha contraído la obligación de reducir los aranceles sobre las importaciones de la práctica totalidad de las manufacturas, incluidos los productos para automóviles, hasta un máximo del 5 por ciento para 2003. En el informe se observa que en la medida en que los aranceles AFTA se reducen antes que los aranceles n.m.f., las importaciones procedentes de países ASEAN consiguen un margen sustancial de preferencias. No obstante, los compromisos de Malasia con AFTA ayudan a dar impulso a su liberalización n.m.f., si bien con retraso.

En el informe se señala que la OMC, junto con la ASEAN y el foro APEC, se encuentra en el núcleo de la elaboración de la política comercial exterior de Malasia. Este país ha contraído compromisos sustanciales con arreglo al GATT de 1994 y a las disposiciones del AGCS. Asimismo, Malasia está introduciendo en la actualidad la nueva legislación que requiere el Acuerdo ADPIC, antes del vencimiento del período de cinco años de que gozan los países en desarrollo. Sin embargo, Malasia no es parte del Acuerdo Plurilateral sobre Contratación Pública; en el informe se señala que las prácticas de contratación pública favorecen explícitamente a los proveedores locales de bienes y servicios mediante políticas de preferencias explícitas y políticas oficiosas en materia de contenido nacional. Con todo, los interlocutores extranjeros han recibido una proporción amplia de los contratos del Gobierno. Malasia no tiene leyes sobre la competencia y en el informe se observa que esta carencia podría constituir una forma adicional de ayuda a los productores nacionales en la medida en que los protege de la competencia nacional y extranjera.

El informe concluye que al parecer las perspectivas para la economía malasia son muy buenas. La creciente apertura de la economía al comercio de bienes y servicios, como consecuencia de la aplicación de los Acuerdos de la Ronda Uruguay, fomentará la competencia y la especialización. El crecimiento y la productividad aumentarán aún más si, como se considera, las medidas de liberalización del comercio regional con arreglo a la ASEAN y dentro de la APEC se hacen extensivas a los demás Miembros de la OMC sobre una base n.m.f.

A pesar del compromiso renovado de desregulación y liberalización, se han introducido en el último presupuesto de Malasia algunas medidas de control del comercio selectivas, así como medidas fiscales más generales destinadas a equilibrar el presupuesto. Se espera que dichas medidas selectivas sean de corta duración.

Nota para las redacciones

El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC) de la OMC examinará el informe de la Secretaría de la OMC, junto con un informe elaborado por Malasia, los días 4 y 5 de diciembre de 1997. El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC realiza una evaluación colectiva de la gama completa de las políticas y prácticas comerciales de cada Miembro de la OMC a intervalos regulares, y sigue de cerca las tendencias y acontecimientos importantes que puedan tener consecuencias para el sistema mundial de comercio. Los dos informes citados, junto con un acta del debate del OEPC y el resumen del Presidente, se publicarán oportunamente como documentación completa del Examen de las Políticas Comerciales de Malasia. Podrán obtenerse en la Secretaría de la OMC, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

Los informes abarcan la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales de Malasia, como las leyes y reglamentos nacionales, el marco institucional, las prácticas comerciales por clase de medidas y las políticas comerciales por sectores. Desde la entrada en vigor del Acuerdo sobre la OMC, los informes abarcan también las "nuevas esferas" del comercio de servicios y los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. Se adjuntan las observaciones recapitulativas del informe de la Secretaría y del Gobierno. Los periodistas que deseen disponer del texto íntegro de los informes pueden solicitarlo a la Secretaría de la OMC.

Desde diciembre de 1989 se han llevado a cabo los siguientes exámenes: Argentina (1992), Australia (1989 y 1994), Austria (1992), Bangladesh (1992), Benin (1997), Bolivia (1993), Brasil (1992 y 1996), Camerún (1995), Canadá (1990, 1992, 1994 y 1996), Chile (1991 y 1997), Chipre (1997), Colombia (1990 y 1996), Comunidades Europeas (1991, 1993, 1995 y 1997), Corea, Rep. de (1992 y 1996), Costa Rica (1995), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992), El Salvador (1996), Estados Unidos (1989, 1992, 1994 y 1996), Fiji (1997), Filipinas (1993), Finlandia (1992), Ghana (1992), Hong Kong (1990 y 1994), Hungría (1991), India (1993), Indonesia (1991 y 1994), Islandia (1994), Israel (1994), Japón (1990, 1992 y 1995), Kenya (1993), Macao (1994), Malasia (1993), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995), México (1993 y 1997), Nigeria (1991), Noruega (1991 y 1996), Nueva Zelandia (1990 y 1996), Pakistán (1995), Paraguay (1997), Perú (1994), Polonia (1993), República Checa (1996), República Dominicana (1996), República Eslovaca (1995), Rumania (1992), Senegal (1994), Singapur (1992 y 1996), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993), Suecia (1990 y 1994), Suiza (1991 y 1996), Tailandia (1991 y 1995), Túnez (1994), Turquía (1994), Uganda (1995), Uruguay (1992), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

Informe de la Secretaría

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MALASIA
Informe de la Secretaría - Observaciones recapitulativas

Introducción

Malasia ha logrado una tasa de crecimiento notable y ha proseguido su transformación económica desde el anterior examen de sus políticas comerciales llevado a cabo en el GATT, en 1993. Cabe atribuir en gran medida esas tendencias a la persecución de una política de apertura comercial y a la continuidad de las elevadas tasas de inversión. Durante el período de examen, las exportaciones e importaciones de mercancías y de servicios no imputables a los factores arrojaron promedios respectivos del 90 y el 91 por ciento del PIB. Malasia ha reducido sus aranceles de importación casi a la mitad desde 1993 y ha disminuido la protección de la mayoría de las mercancías agropecuarias y manufacturadas. Sin embargo, en algunos subsectores agropecuarios así como en la industria automovilística subsisten elevados niveles de protección arancelaria. La inversión registró un promedio del 40 por ciento del PIB durante el período 1992-96; una parte considerable procedió del extranjero, especialmente del sector manufacturero, donde actualmente más de la mitad del capital de todas las empresas es de propiedad extranjera. Considerando que por lo general las políticas en materia de inversiones extranjeras directas en el sector manufacturero son liberales y que la inversión en multimedios y otros subsectores de servicios tecnológicamente avanzados ha quedado enteramente liberalizada, subsisten restricciones del acceso de los inversores directos a la mayor parte del sector de servicios, lo que limita la competencia y menoscabada la eficiencia potencial de ese sector.

Como otros países de la subregión, Malasia ha sufrido el impacto de la crisis financiera originada en Tailandia a mediados de 1997. El vigor latente de la economía ha permitido que los efectos de la crisis hayan sido menos graves para Malasia que, de hecho, ha contribuido al paquete financiero del FMI para Tailandia. No obstante cabe interrogarse acerca del alcance y la dirección de las medidas comerciales adoptadas en el más reciente presupuesto.

Resultados económicos recientes

Con un PIB real que crece a unas tasas anuales medias de cerca del 8,6 por ciento, una tasa de desempleo inferior al 3 por ciento, una tasa de inflación que ha descendido hasta el 3 por ciento en 1996 y una deuda exterior reducida, los resultados macroeconómicos de Malasia desde el anterior examen de las políticas comerciales han resultado excelentes. Malasia también se ha esforzado en garantizar que los diferentes grupos sociales y étnicos compartan equitativamente las ventajas del crecimiento.

A pesar de esos notables resultados, la economía malasia hace frente a dos desafíos fundamentales para su crecimiento futuro. En primer lugar, la mano de obra, y particularmente la mano de obra calificada, se ha vuelto cada vez más escasa. Como esa escasez da lugar a crecimientos de los salarios nominales superiores a los incrementos de la productividad de la mano de obra, terminaría por erosionar la competitividad de la industria malasia y por contribuir a las presiones inflacionarias. La falta de mano de obra calificada también puede afectar negativamente a la absorción de nuevas técnicas materializadas en nuevo capital y, de esta forma, inhibir el crecimiento de la productividad total de los factores. Mientras que en el pasado las autoridades han tratado el problema de la escasez de mano de obra promoviendo industrias intensivas en capital merced a incentivos de la inversión y basándose en la mano de obra inmigrante no calificada en los sectores de la agricultura y la construcción, en la actualidad se hace más hincapié en la inversión en capital humano.

En segundo lugar, el crecimiento reciente de Malasia se ha basado en gran medida en aumentos en el volumen de capital aplicado más que en su asignación eficiente; en consecuencia, el crecimiento de la productividad total de los factores ha experimentado una acentuada pérdida de ritmo. A pesar de las ventajas externas (efecto de rebase) que por lo general van asociadas a las inversiones extranjeras directas, incluida la adquisición de nuevas tecnologías y de pericia empresarial y el aprendizaje por la práctica, el crecimiento de la productividad total de los factores se cifró en un promedio del 0,9 por ciento anual para el período 1991-1996 en comparación con un promedio anual del 2,9 por ciento en 1987-1990. De haberse mantenido la mejora de la productividad total de los factores al mismo ritmo que en el período anterior, el crecimiento anual de Malasia podría haber llegado a ser hasta de dos puntos porcentuales más durante el período que se examina; alternativamente la misma tasa de crecimiento podría haberse conseguido con una inversión considerablemente menor.

Otro desafío macroeconómico al que debe hacer frente el Gobierno de Malasia es el de la disparidad entre la inversión y el ahorro y el déficit por cuenta corriente que ello lleva aparejado. El ahorro bruto nacional, a pesar de arrojar un promedio del 33 por ciento del PIB durante el período 1992-1996, resultó considerablemente inferior a la inversión nacional; en la medida en que el presupuesto estaba más o menos equilibrado, la disparidad de 7 puntos porcentuales se debe en gran medida a una entrada neta de inversiones extranjeras directas. La contrapartida de esa disparidad es un déficit por cuenta de renta que también arroja un promedio de cerca del 7 por ciento del PIB, y que rebasó el 10 por ciento en 1995, un nivel que causó grave preocupación a las autoridades. Merced a una política monetaria estricta el déficit se redujo hasta el 5,2 por ciento en 1996 y se espera que siga disminuyendo en 1997.

Formulación de la política comercial

El anhelo declarado del Gobierno es que Malasia se convierta en una nación plenamente desarrollada para el año 2020. Los objetivos a medio y corto plazo de las políticas de comercio e inversión se publican en planes industriales periódicos y en el presupuesto anual. La administración no publica evaluaciones de la eficacia de instrumentos políticos específicos, como los incentivos fiscales, para alcanzar los objetivos políticos o de la relación entre la pérdida de ingresos como consecuencia de cada medida y la inversión que no se habría emprendido de no existir el incentivo, la posible mala asignación de recursos derivada del incentivo o los beneficios o pérdidas netas de bienestar para los consumidores. A pesar de que el sector comercial tenga una función consultiva sustancial en la elaboración de la política, no parece que los grupos de consumidores contribuyan formalmente a ella. Por consiguiente, a falta de cualquier prueba convincente de lo contrario, bien podría ponerse en entredicho la eficacia con respecto al coste de la política industrial activa de Malasia.

La OMC se encuentra en el núcleo de la elaboración de la política comercial exterior de Malasia. En aplicación del Acuerdo de Marrakech, Malasia ha reducido sus aranceles de importación aproximadamente a la mitad durante el período que se examina; ha contraído compromisos sustanciales con arreglo al Acuerdo AGCS y está introduciendo la nueva legislación que requiere el Acuerdo ADPIC antes del vencimiento de los plazos. Asimismo Malasia, en general, ha enviado sus notificaciones puntualmente, ha utilizado el mecanismo de solución de diferencias activamente y ha cooperado plenamente en la preparación del presente Examen de las Políticas Comerciales. Estos elementos ilustran su resuelto compromiso con los mecanismos de la OMC.

Simultáneamente, la ASEAN ofrece a la vez una zona de comercio preferencial y un foro regional fundamental donde Malasia puede examinar su política y coordinarla con sus vecinos más cercanos. El proceso de la APEC, que entraña un "regionalismo abierto", así como la aplicación de planes de acción individuales, exige una nueva evaluación de las políticas y un intercambio de puntos de vista con los interlocutores comerciales. La ASEAN y la APEC también desempeñan papeles importantes en la preparación de los Estados Miembros para el debate acerca de las nuevas cuestiones que puedan suscitarse en la OMC.

El comercio y las políticas estructurales conexas

Los instrumentos de política comercial y relacionados con el comercio son características fundamentales de la activa política industrial que el Gobierno de Malasia ejecuta en estrecha colaboración con el sector comercial. La política entraña medidas en frontera como los aranceles, los procedimientos de concesión de licencias no automáticos, las restricciones cuantitativas y las medidas antidumping, junto con medidas internas como los incentivos, los reglamentos y la contratación pública preferencial.

Medidas en frontera

Desde el último examen se han liberalizado sustancialmente los aranceles. El promedio del tipo arancelario n.m.f. aplicado se ha reducido del 15,2 por ciento en 1993 al 8,1 por ciento en 1997, y dentro de las obligaciones de Malasia con arreglo a la OMC las consolidaciones de aranceles han pasado de menos del 1 por ciento a cerca de las dos terceras partes de las líneas arancelarias. Además mientras que en 1993 sólo el 13 por ciento de las líneas arancelarias estaban exentas de derechos de importación, en la actualidad más de la mitad de las líneas contienen tipos efectivos nulos. No obstante Malasia cuenta con un margen de flexibilidad para elevar los aranceles dentro de los niveles máximos de consolidación. Por otra parte, algunos tipos se mantienen a un nivel muy superior al 100 por ciento. El mantenimiento de unos 500 derechos específicos, combinados y alternativos oculta la existencia de tipos ad valorem muy elevados; por ejemplo, unos 100 derechos específicos entrañaban tipos cuyo promedio ad valorem equivalía al 145 por ciento.

De conformidad con las obligaciones contraídas en el Acuerdo de la Zona de Libre Comercio de la ASEAN (AFTA), Malasia ha reducido sustancialmente los aranceles aplicados a las importaciones procedentes de sus socios miembros de AFTA. También ha contraído la obligación de reducir los aranceles sobre las importaciones de la práctica totalidad de las manufacturas, incluidos los productos automóviles, hasta un máximo del 5 por ciento para 2003. En la medida en que los aranceles AFTA se reducen antes que los aranceles n.m.f. las importaciones procedentes de países ASEAN consiguen un margen sustancial de preferencia. No obstante, resulta que muchos aranceles n.m.f. también se están reduciendo en paralelo con los aranceles AFTA, para limitar las repercusiones en materia de diversión del comercio de tales preferencias. Parece pues que los compromisos de Malasia con AFTA pueden dar impulso a su liberalización n.m.f., si bien con un retraso, durante el cual los países ASEAN reciben acceso preferencial al mercado de Malasia.

La concesión de licencias de importación es la principal medida no arancelaria y afecta a cerca del 17 por ciento de todas las líneas arancelarias, principalmente las de exportación forestal y maderera, artículos agropecuarios y minerales y el sector del automóvil. La mayoría de las licencias parecen concederse de forma automática o previsible tras el cumplimiento de ciertos criterios. Se aplican contingentes de importación a vehículos de motor completamente construidos; asimismo están restringidas las licencias de importación de café en grano y coles redondas.

A pesar de que las autoridades malasias todavía tengan que cambiar su legislación antidumping de manera que concuerde plenamente con las normas de la OMC, sólo dos de estas medidas se aplican en la actualidad. Los exportadores de Malasia también han de hacer frente a medidas antidumping y compensatorias en algunos mercados de sus interlocutores comerciales. Los interlocutores comerciales consideran que hasta cierto punto esas medidas se intensifican por su propósito de compensar la asistencia "desleal" que los exportadores obtienen del Gobierno de Malasia o la falta de competencia en el mercado interior malasio.

Las medidas de promoción de la exportación y los gravámenes a la exportación también desempeñan un papel en la política industrial de Malasia. Las exportaciones se fomentan mediante exenciones o reembolsos de derechos de importación y otros impuestos indirectos, así como incentivos internos e iniciativas en materia de información comercial patrocinadas por el Gobierno. Aparentemente, estas medidas de promoción tienen en parte la finalidad de compensar las medidas disuasorias inherentes a otras políticas, como los aranceles a la importación, percibidos sobre los insumos utilizados en las mercancías para exportación y los impuestos sobre las ventas "en cascada", que a diferencia del IVA, tienden a establecer una discriminación de las exportaciones. Al mismo tiempo, los impuestos y otros gravámenes, así como los acuerdos de licencia se aplican a determinadas exportaciones, con lo que tienden a disuadir de la exportación de las mercancías en cuestión y a reducir sus precios nacionales. Ello constituye una subvención indirecta para los usuarios nacionales de esos bienes. Las autoridades justifican algunos impuestos y gravámenes a la exportación, incluidos los relativos a la madera, con el argumento de que tienen el propósito de tomar en consideración el perjuicio ambiental causado por el proceso de producción. No obstante, en la medida de que éste sea efectivamente el caso, los gravámenes sobre la producción serían una forma más eficaz que los derechos de exportación para corregir las economías externas ambientales. De esta forma, aunque estos instrumentos puedan contribuir al logro de objetivos legítimos, los mismos objetivos pueden alcanzarse de forma más eficaz mediante medidas alternativas.

Medidas internas

Un rasgo esencial de la política industrial de Malasia consiste en desviar los incentivos de las actividades intensivas de mano de obra a los procesos intensivos en capital, como la automatización de las industrias que emplean mano de obra poco cualificada y la concepción y adquisición de tecnologías avanzadas. En esas actividades se fomentan activamente las inversiones extranjeras directas.

Malasia dispone de un conjunto de incentivos fiscales y no fiscales de los cuales algunos se otorgan a todos los sectores, mientras que otros están destinados a empresas o industrias específicas. Los incentivos también se han ideado para alentar la participación de la comunidad Bumiputra en las inversiones, así como para el desarrollo de pequeñas empresas. La concesión de esos incentivos está gestionada por la Administración de Desarrollo Industrial de Malasia (MIDA), que es el organismo principal del Gobierno para la promoción y coordinación del desarrollo industrial en un trámite único. Salvo por una notable excepción relativa a unos impuestos de venta reducidos sobre los automóviles "nacionales", los incentivos se otorgan con carácter no discriminatorio para las empresas de propiedad tanto nacional como extranjera. Como consecuencia las empresas propiedad de extranjeros representaron más de las dos terceras partes del valor de la inversión requerido para merecer el título de empresa innovadora y la desgravación fiscal de las inversiones durante el período de 1992-1996.

A pesar de que las autoridades malasias parecieron (con anterioridad al presupuesto 1998) estar examinando la utilización de incentivos con miras a hacerlos más selectivos, cabe cuestionar la utilidad general de los incentivos a la inversión. Estas medidas pueden presentar un efecto adverso no sólo en la asignación de recursos, y por tanto en la productividad total de los factores, sino también en el equilibrio fiscal, con la consiguiente reducción del ahorro nacional, el ensanchamiento del desajuste entre ahorro e inversión y la exacerbación del actual déficit por cuenta corriente. No se dispone de estimaciones de los costes anuales de los incentivos fiscales en términos de pérdida de rendimientos. No obstante, a juzgar por la información suministrada por las autoridades malasias, estos costes pueden resultar sustanciales; por ejemplo la Prima de Reinversión por sí sola costó más o menos 1.000 millones de M$ anualmente en pérdida de ingresos por impuestos sobre la renta durante el período de 1995-96. Esos incentivos también pueden desencadenar una situación del tipo "empobrece a tu vecino" en la que otros países reaccionan ofreciendo sus propios incentivos, de la misma forma en que el Gobierno malasio puede haber respondido, a su vez, a los incentivos de otros países.

El Gobierno malasio confiere importancia a la protección de la propiedad intelectual como herramienta de la política industrial. La protección legislativa de las patentes, derechos de autor y marcas de fábrica se está revisando con objeto de que se ajuste al Acuerdo sobre los ADPIC; si bien Malasia se ha acogido oficialmente al período de gracia de cinco años de que gozan los países en desarrollo con arreglo al acuerdo, se espera que esta legislación entre en vigor para 1998 a más tardar.

Malasia no es parte del Acuerdo Plurilateral sobre Contratación Pública. A diferencia de las regulaciones generales los requisitos para la concesión de licencias y los incentivos, las prácticas de contratación pública del Gobierno malasio favorecen explícitamente a los proveedores locales de bienes y servicios mediante políticas de preferencias explícitas y políticas oficiosas en materia de contenido nacional. Además, se exige a determinadas empresas de propiedad estatal que adopten prácticas similares. Con esas preferencias se presta asistencia a las empresas elegidas; no obstante, al aumentar el coste que para el Gobierno y las empresas de propiedad estatal tiene la adquisición de bienes y servicios, reducen la eficiencia económica. Con todo y a pesar de esas preferencias, los interlocutores extranjeros han recibido una proporción amplia de los contratos del Gobierno.

El Gobierno participa mediante la propiedad estatal de las empresas no sólo en la adquisición de bienes, servicios e insumos, sino también en su suministro. No obstante, con el objeto de fomentar la eficiencia económica se concede a algunas empresas propiedad del Estado mayor autonomía, incluida la exención de los reglamentos de contratación pública mientras que otras han sido privatizadas. La privatización ha contribuido significativamente al crecimiento económico y a los ingresos públicos. Se ha pedido a los inversores extranjeros que participen en algunos casos de privatización y también se les ha permitido invertir en empresas malasias con cotización en bolsa hasta alcanzar un límite máximo del 25 por ciento del capital social.

Malasia no tiene leyes sobre la competencia. Esta carencia (particularmente si va aparejada con el afán de privatización) puede en algunas circunstancias funcionar como una forma adicional de asistencia a los productores nacionales en la medida en que los protege de la competencia nacional y extranjera. Este es el resultado de una situación en la que el comercio y la asignación nacional de recursos resultan distorsionados, no tanto por la intervención de la administración, sino más bien por su incapacidad para tomar medidas contra las prácticas anticompetitivas privadas. Como ocurre con las medidas tanto en la frontera como internas, la protección de esa índole se obtiene a expensas tanto de otros productores nacionales que, como consecuencia, deben pagar precios más elevados por sus insumos como de los consumidores malasios. Si bien la libertad para elevar los precios de determinados productos esenciales queda limitada por los controles de precios, esos mismos controles pueden constituir una nueva distorsión potencial de la competencia.

Políticas comerciales por sectores

Las medidas comerciales y relacionadas con el comercio, tanto por separado como combinadas, tienden a afectar a las industrias e incluso a las empresas de la misma rama industrial de forma diferente, produciendo "ganadores" (los beneficiarios netos) y "perdedores" relativos (industrias o empresas que no pueden beneficiarse de dichas medidas o se ven afectadas adversamente por ellas). En Malasia, salvo por lo que se refiere a unos cuantos productos, la agricultura recibe escasa protección y se beneficia de una oferta de mano de obra inmigrante poco especializada. Por el contrario, unos aranceles relativamente altos, combinados con un contingente de importación sobre automóviles importados y una reducción del impuesto sobre ventas aplicable al automóvil nacional, favorecen directamente a los que fabrican estos últimos, no sólo en detrimento de otros automóviles de fabricación nacional o importados, sino también a expensas de otros sectores, como la agricultura y otras industrias manufactureras, que reciben menor protección. Análogamente, las restricciones en los sectores de servicios, como la negativa a otorgar nuevas licencias a los prestatarios privados de servicios de telecomunicaciones, o la prohibición del establecimiento de nuevos bancos o de la proliferación de sucursales de bancos extranjeros, reducen la competencia y la eficiencia en el mercado nacional.

En definitiva quienes pierden con esas medidas son los consumidores; además, las medidas de protección aplicadas a un sector (particularmente los insumos como la banca y las telecomunicaciones) afectan indirectamente a los demás. Por otra parte, los incentivos fiscales y no fiscales o las subvenciones acordadas a las empresas que producen bienes y servicios en un sector no sólo reducen los costes de esas empresas sino también los costes de empresas en otros lugares para los cuales esos bienes y servicios son insumos. Hasta una medida aparentemente general, como una inversión o un incentivo de I+D, afectará de forma diferente a las industrias y empresas, dependiendo de cual sea su capital y la intensidad de la aplicación de I+D. Resultaría sorprendente que el conjunto de medidas actualmente aplicado en Malasia no influyese de forma significativa en la asignación de recursos entre los sectores y dentro de cada uno de ellos. A falta de ventajas sociales suficientemente cuantiosas, el resultado sería una asignación nacional de recursos menos eficiente y una productividad más baja del conjunto de la economía.

Perspectivas

En la medida en que las tasas tanto de ahorros como de inversión de Malasia permanezcan cercanas a los elevados niveles registrados durante el decenio de 1990 y que tanto su apertura al comercio como su atractivo para las inversiones extranjeras directas se mantengan, es probable que prosiga el fuerte crecimiento de la economía malasia, a pesar del decepcionante ritmo que ha presentado recientemente el aumento de la productividad total de los factores. La atención cada vez mayor depositada en el desarrollo del capital humano aumentará la productividad y crecimiento futuros. Asimismo, la creciente apertura de la economía al comercio de bienes y servicios, como consecuencia de la aplicación de las medidas de liberalización consideradas en los acuerdos de la Ronda Uruguay, fomentará la competencia y la especialización. El crecimiento y la productividad aumentarán aún más si, como se considera, las medidas de liberalización con arreglo al Acuerdo de Libre Comercio de la ASEAN y dentro de la APEC se hacen extensivas a los demás Miembros de la OMC sobre una base n.m.f.

A pesar de esta perspectiva económica generalmente optimista, Malasia se enfrenta efectivamente con ciertos desafíos macroeconómicos y estructurales a la hora de mantener su rápido crecimiento económico. La enérgica política industrial de Malasia, que entraña cuantiosos volúmenes de inversiones públicas en infraestructura y la concesión de incentivos generosos para promover la inversión privada en sectores específicos bien puede haber conducido a una asignación del capital nacional inferior a la óptima. De asignarse de forma más eficiente el capital, podrían mantenerse la misma tasa de crecimiento de la producción con una tasa de inversión más baja que la alinease en mayor medida con el ahorro nacional bruto.

Una liberalización ininterrumpida del comercio contribuiría naturalmente a una utilización más eficiente de los recursos: entre las medidas específicas pueden figurar la aplicación paralela de las reducciones arancelarias AFTA y n.m.f., la restauración de un proceso más competitivo de oferta y licitación para los proyectos públicos de infraestructura, el recorte de incentivos a la inversión (y de otra índole) y la relajación, cuando no la eliminación, de restricciones sobre la titularidad extranjera de la propiedad en los sectores de servicios. Muchas de esas medidas también permitirían al Gobierno controlar el equilibrio fiscal y dar un margen tanto a las reducciones generales de los tipos impositivos como a los gastos más elevados en las esferas más esenciales, como el desarrollo del capital humano, una esfera en la que los beneficios sociales son sin duda más elevados. Cualquier mejora del equilibrio fiscal, junto con una reducción de la disparidad entre la inversión y el ahorro, también tendería a reducir el actual déficit por cuenta corriente de Malasia; además, permitiría aliviar la presión para utilizar medidas en frontera o de otra índole en la limitación de las importaciones o fomentar las exportaciones de categorías específicas de bienes y servicios.

El Presupuesto de 1998

El 17 de octubre de 1997 se hizo público el Presupuesto de 1998, con posterioridad a la redacción de la parte principal del presente informe. Al tiempo que se señalaba la solidez de los datos económicos fundamentales, se consideraba que un punto esencial era la reducción del actual déficit por cuenta corriente mediante, entre otras cosas, un conjunto de medidas cuya finalidad fuese reducir las importaciones y aumentar las exportaciones de bienes y servicios. El conjunto incluía aumentos de los derechos de importación sobre bienes de consumo específicos, entre los que figuraban los automóviles y varios bienes de consumo duraderos, los materiales de construcción y la maquinaría pesada utilizada en la construcción; las importaciones de este tipo de maquinaria también habían de someterse a la aprobación del MITI, que sólo se concede si no se puede disponer de la maquinaria en el país. El conjunto también contenía exenciones del impuesto sobre la renta para empresas exploradoras del sector manufacturero y para algunas empresas específicas de la agricultura y los servicios, de manera que el grado de las exenciones estaba en relación directa con los aumentos en el valor de exportación y la proporción de valor añadido de los bienes y servicios exportados.

Al mismo tiempo, el Gobierno reiteró su compromiso de desregulación y liberalización, particularmente en el sector financiero: se introdujeron medidas para ampliar el acceso de extranjeros a las adquisiciones de bienes raíces y para desarrollar el mercado de capital, y se reafirmó el compromiso de Malasia con respecto a las negociaciones de servicios financieros de la OMC, haciéndose referencia particularmente a la liberalización de los seguros y las industrias de intermediación financiera. Otras características del presupuesto fueron la confirmación del aplazamiento de varios proyectos de obras públicas, un recorte del tipo del impuesto sobre sociedades que pasó del 30 al 28 por ciento, medidas destinadas a incrementar el ahorro nacional y medidas cuya finalidad era controlar el crédito. Se prevé que el presupuesto promueva un incremento de los ingresos y los gastos del 1,9 por ciento y el 1,7 por ciento, respectivamente, lo que da lugar a su vez a un ligero aumento del excedente fiscal.

El Presupuesto ha añadido varias nuevas medidas a la amplia gama de incentivos disponibles en Malasia. Se admite que la reducción de dos puntos porcentuales en el tipo del impuesto sobre sociedades ha reducido ligeramente el valor de algunos incentivos fiscales, en particular las subvenciones por depreciación acelerada, y coloca el tipo más cerca del de Singapur. No obstante, al parecer el Gobierno de Malasia está tratando de reducir el actual déficit por cuenta corriente tanto al adoptar medidas restrictivas para el comercio como al enfrentarse con la causa macroeconómica fundamental del déficit, a saber, la disparidad entre la inversión y el ahorro.

Las medidas de control del comercio que figuran en el presupuesto se orientan selectivamente a los bienes y a los servicios no factoriales. El déficit en esas esferas es muy reducido (0,9 por ciento del PIB en 1996). La pérdida de ritmo de la economía y la depreciación del ringgit desde el principio de julio de 1997, en cualquier caso, deberían tender de forma independiente a desalentar las importaciones y alentar las exportaciones. Dado el vigor implícito de la economía de Malasia y el declive que ya ha sido observado en el déficit por cuenta corriente, cabe esperar que estas medidas selectivas sean de corta duración.

Informe del Gobierno

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MALASIA
Informe del Gobierno

Introducción

Desde 1990 la economía de Malasia ha venido registrando sucesivamente elevadas tasas de crecimiento. Este crecimiento sostenido y enérgico se ha atribuido a numerosos factores, en particular a las políticas de comercio e inversiones de corte liberal, a la reestructuración y desreglamentación económicas y a un entorno político estable.

La postura del Gobierno de Malasia favorable a la actividad de las empresas y los activos esfuerzos del sector privado han contribuido para que el país pudiera integrarse en la economía mundial y sacar provecho de ella. Esta integración trajo aparejadas la afluencia de inversiones extranjeras directas, la aceleración del proceso de industrialización y la ayuda para la transferencia de tecnología, convirtiendo a Malasia en un productor de artículos de alta calidad.

El dinamismo del sector externo ha sido un factor fundamental para el progreso económico de Malasia, con exportaciones que representan más del 75 por ciento del PNB. La expansión futura y la realización del anhelo de convertirse en un país desarrollado para el año 2020 dependerán de que persista el crecimiento de este sector. El objetivo de un crecimiento económico del 7 por ciento anual previsto en los objetivos de "Visión 2020" habrá de ser impulsado por las exportaciones.

La política comercial de Malasia está diseñada para promover y sostener el crecimiento económico. Su economía abierta, apuntalada por una política comercial liberal, proporciona los medios para el crecimiento económico y para la adaptación a una economía cada vez más mundializada. Malasia adopta un enfoque global, tanto en materia de relaciones comerciales como en materia de inversiones.

Malasia estrecha los vínculos con sus interlocutores comerciales tradicionales al mismo tiempo que forja nuevos lazos comerciales con otras naciones. Mantiene su enfoque multilateral y a la vez apoya las iniciativas regionales (la ASEAN, el APEC, el Grupo Económico de Asia Oriental) que favorecerán el fortalecimiento económico de los países que integran estos grupos, proporcionando a Malasia interlocutores comerciales fuertes y viables.

En particular, Malasia atribuye una gran importancia al sistema multilateral de comercio, que ha contribuido en gran medida a la estabilidad y el crecimiento del comercio internacional. Por esta razón ha apoyado siempre el papel de la OMC en cuanto a fortalecer el sistema multilateral de comercio. Malasia está empeñada en aplicar las obligaciones y responsabilidades que emanan de la Ronda Uruguay y de las negociaciones subsiguientes en el marco de los acuerdos comerciales internacionales y sobre telecomunicaciones básicas.

En la esfera del acceso a los mercados, Malasia está comprometida a ir liberalizando en forma continuada el comercio y las inversiones en mercancías, y a abrir progresivamente el sector de los servicios. Malasia proseguirá la reducción de sus aranceles conforme a sus esfuerzos de liberalización comercial y a sus compromisos con la ASEAN y la OMC, el APEC y otras iniciativas destinadas a fortalecer la cooperación Sur-Sur. Las medidas no arancelarias habrán de ser objeto de examen permanente y se eliminarán en cuanto corresponda.

En cuanto al sector de los servicios, Malasia ha asumido importantes compromisos en el marco del AGCS. En el sector de los servicios financieros ha contraído compromisos adicionales en el marco del Acuerdo Financiero Provisional para permitir una mayor participación extranjera en los sectores del leasing y el corretaje de bolsa. Malasia está comprometida a aplicar el conjunto de ofertas de acceso a los mercados a una gama de servicios a las empresas, profesionales, de telecomunicaciones y de hoteles y restaurantes.

Malasia seguirá manteniendo un régimen liberal en materia de inversiones, que brinde oportunidades y ofrezca flexibilidad al capital extranjero aumentando su transparencia y favoreciendo un entorno competitivo para las empresas.

En la esfera de la desreglamentación, Malasia ha reducido considerablemente la intervención del Estado en las actividades económicas y ha promovido activamente las iniciativas del sector privado para el desarrollo económico. Con el propósito de promover la eficiencia, se ha adoptado un importante programa de privatización en la producción de energía eléctrica, las telecomunicaciones, la infraestructura y otros servicios del Estado. Este criterio seguirá aplicándose en el futuro.

El Gobierno trabajará junto al sector privado para promover una economía equilibrada, con bases amplias y fuertes y competitiva a nivel internacional. Esto podría lograrse a través de un crecimiento impulsado por la productividad, el mejoramiento de la calificación de los trabajadores, el aumento de los capitales y las inversiones en tecnología. A mediano plazo, los esfuerzos para lograr nuevas transformaciones estructurales de la economía de Malasia comprenderán el aumento de la contribución del sector de los servicios y la reestructuración del sector de las manufacturas.

Se espera que el sector manufacturero seguirá desempeñando su función de motor del crecimiento económico de la nación. Se prevé que habrá de crecer un 10,5 por ciento del PNB: el 27 por ciento registrado en 1990 llegará a un 37 por ciento para el año 2000. En consonancia con ello, para ese año las exportaciones de manufacturas representarán un 81,8 por ciento del total de las exportaciones frente al 60,4 por ciento registrado en 1990.

Teniendo en cuenta los cambios que se producen en las pautas del comercio a nivel mundial y la expansión de sus propios intereses comerciales, Malasia desempeñará un papel activo y positivo en los foros internacionales junto con su enfoque bilateral y regional, para facilitar el comercio y promover su liberalización.

Entorno económico y comercial

Entre 1993 y 1996 continuó el rápido progreso económico que había comenzado a finales del decenio anterior. El PIB real aumentó en ese período a una tasa anual media del 8,8 por ciento, registrando un pico máximo de 9,5 por ciento en 1995 antes de atenuarse a finales del período llegando a un nivel más sostenible de 8,2 por ciento. En realidad, 1996 fue el noveno año consecutivo de crecimiento rápido durante el cual la economía experimentó el período más largo de vigoroso crecimiento sostenido. Como resultado de ello, el PNB per cápita subió de 8.022 ringgit (2.971 dólares EE.UU.) en 1993 a 11.234 ringgit (4.493 dólares) en 1996. Más significativo aún es el hecho de que este alto crecimiento se obtuvo manteniendo la estabilidad de los precios, ya que se logró contener la inflación a un nivel inferior a 4 por ciento durante todo el período. El bajo índice de inflación trajo aparejado un aumento del poder adquisitivo sin que subieran los costos ni mermara el nivel de competitividad.

Los sectores de las manufacturas, la construcción y los servicios contribuyeron progresivamente al crecimiento económico mientras que la participación de la agricultura y la minería disminuyó constantemente. Desde 1993 el sector manufacturero representó cerca de un tercio del PIB y más de tres cuartas partes de las exportaciones de mercancías. El sector manufacturero aumentó su participación en el PIB pasando de un 28,8 por ciento en 1992 a un 34,3 por ciento en 1996. Al mismo tiempo, su base se amplió y se volvió más sofisticada. Se registró una tendencia similar en las exportaciones de manufacturas, que en 1992 representaban un 68,6 por ciento del PIB y alcanzaron a un 76,8 por ciento en 1996.

Durante este período el sector privado fue desempeñando un papel cada vez más importante como motor del crecimiento. Superando las previsiones, la inversión privada progresó a un ritmo anual del 16,6 por ciento en términos reales alcanzando los 207.400 millones de ringgit (82.300 millones de dólares) en términos nominales. Esto se debió a la gran afluencia de inversiones extranjeras directas, así como al aumento de la inversión interna, resultado de la Iniciativa para la Inversión Nacional que se puso en aplicación en 1993. El acelerado programa de privatización también contribuyó al crecimiento de la inversión privada y mejoró la eficiencia y la productividad, lo que condujo a un rápido crecimiento económico.

Tras haber registrado un fuerte crecimiento del 22,4 por ciento en 1995, en 1996 el comercio exterior de Malasia creció un 3,9 por ciento, o sea 394.000 millones de ringgit (157.600 millones de dólares). Este lento crecimiento se debió a una pronunciada desaceleración tanto de las exportaciones como de las importaciones durante ese año. La mejor situación del comercio exterior ha permitido que la cuenta comercial de la balanza de pagos arrojara en 1996 un excedente considerablemente más amplio, de 8.600 millones de ringgit (3.440 millones de dólares) que el registrado en 1995, de 200 millones de ringgit (78 millones de dólares). En 1996 el déficit de la cuenta de servicios se redujo ligeramente llegando a 18.800 millones de ringgit (7.520 millones de dólares), en lugar de los 19.000 millones de ringgit (7.480 millones de dólares) de 1995, debido principalmente al 27 por ciento de aumento en las percepciones por servicios no imputables a factores de producción como fletes y seguros, transporte aéreo y servicios profesionales y de viajes, que superó el 17 por ciento de crecimiento de las importaciones de tales servicios. En consecuencia, en 1996 el déficit de la cuenta corriente se redujo en forma significativa llegando a 13 millones de ringgit (5,2 millones de dólares), o sea un 5,5 por ciento del PNB (en 1995 representó el 9 por ciento del PNB). En 1996, la balanza básica registró un déficit de 1.000 millones de ringgit (400 millones de dólares) frente al déficit de 2.500 millones de ringgit (980 millones de dólares) registrado en 1995, lo que refleja que el capital a largo plazo financió ampliamente el déficit de la cuenta corriente, especialmente en forma de inversiones de sociedades. Si no fuera por el pago anticipado neto de 2.500 millones de ringgit (1.000 millones de dólares) de la deuda externa, la balanza básica habría registrado un excedente de 1.500 millones de ringgit (600 millones de dólares). Con un excedente de la balanza global de 6.200 millones de ringgit (2.480 millones de dólares), en 1996 las reservas internacionales del Banco Central de Malasia llegaron a 70.000 millones de ringgit (28.000 millones de dólares), y a finales de 1995 a 63.800 millones de ringgit (25.100 millones de dólares).

Régimen comercial de Malasia

Visión general

En el último decenio Malasia experimentó cambios estructurales significativos; su economía dejó de asentarse en la producción y exportación de productos básicos para convertirse en una economía de base amplia y cada vez más diversificada. Actualmente es un país más industrializado, orientado a la exportación de productos manufacturados.

Según las estadísticas recientes de la OMC sobre el comercio internacional, Malasia pasó del 40º puesto que ocupaba en 1980 al 19º entre los principales exportadores mundiales y al 17º entre los principales importadores.

El comercio exterior de Malasia se lleva a cabo en el marco de un sistema de libre empresa. La gestión del comercio de importación y de exportación está totalmente en manos del sector privado. Los empresarios de Malasia tienen libertad para realizar actividades de exportación e importación con todos los países con los que se mantienen buenas relaciones, independientemente de sus sistemas politicosociales.

Dado que la economía malasia depende fuertemente de las exportaciones, el enfoque básico de las políticas del comercio exterior propicia una liberalización progresiva del comercio a nivel mundial.

La apertura económica de Malasia, apuntalada por políticas y prácticas orientadas hacia el exterior, entre ellas su política de liberalización del comercio, proporciona los medios para lograr el crecimiento y adaptarse a una economía cada vez más mundializada. Sus políticas económicas y comerciales han sido diseñadas para que pueda asimilar más fácilmente los caprichos de la economía mundial y aprovechar las oportunidades que ofrece.

Evolución de las políticas comerciales entre 1993 y 1997

Aplicación de los compromisos de la Ronda Uruguay

Malasia ha efectuado ofertas sustanciales en el marco de la Ronda Uruguay, contribuyendo a un mayor acceso a los mercados para la importación de productos industriales y agrícolas. Las consolidaciones arancelarias subieron del 1 por ciento al 65 por ciento como resultado de estas negociaciones.

Las ofertas de Malasia relativas al acceso a los mercados en el sector de las mercancías abarcan actualmente el 70 por ciento de las importaciones totales de Malasia. Se prevé que las exportaciones de manufacturas malasias podrán beneficiar del 45 por ciento de reducción arancelaria en sus principales mercados de colocación. Como consecuencia de los compromisos de liberalización arancelaria en el sector agropecuario, se reducirá un 35 por ciento de los aranceles en algunos de los principales mercados de Malasia. En virtud de esos compromisos, los productores y exportadores malasios deberán hacer frente a una competencia más ardua, tanto en el mercado interno como frente a las economías emergentes del mercado internacional.

El perfeccionamiento de las normas comerciales en esferas como las medidas antidumping y compensatorias, las subvenciones, el uso de las salvaguardias, las normas de origen, la inspección previa a la expedición, los obstáculos técnicos al comercio, los procedimientos para el trámite de licencias de importación y las medidas sanitarias y fitosanitarias proporcionarán un entorno comercial a nivel mundial relativamente más previsible y transparente. Malasia ha iniciado medidas para modificar algunas de las leyes y políticas en vigor y para introducir nuevas normas legislativas, a fin de conformarse a las obligaciones contraídas en el marco de la OMC en virtud de los compromisos de la Ronda Uruguay.

Estas medidas incluyen:

- la eliminación progresiva, para el año 2000, de las prescripciones sobre contenido nacional vinculadas a los incentivos;

- ajustes en el sistema de valoración en aduana;

- la eliminación progresiva, para el año 2003, de las subvenciones a la exportación en el sector de las manufacturas;

- asegurar la concordancia de la Ley de Derechos Antidumping y Compensatorios de 1993 de Malasia con los Acuerdos de la OMC;

- dictar nuevas leyes para brindar mayor protección a derechos de propiedad intelectual como los relativos a la topografía de los circuitos integrados, los dibujos y modelos industriales y la protección de las obtenciones vegetales;

- elaborar una nueva ley que comprenda todas las disposiciones del Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) y corrija otras insuficiencias de la ley en vigor. Se elaborarán normas nacionales sobre los procedimientos de control, inspección y aprobación sobre la base de modelos internacionales apropiados;

- las normas de Malasia vigentes se están examinando a los efectos de conformarlas a normas internacionales.

El actual sistema de incentivos está en examen a fin de garantizar su conformidad con las disciplinas de la OMC que figuran en el Acuerdo sobre las MIC y el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias.

Tal como lo requieren los Acuerdos de la Ronda Uruguay, Malasia ha presentado diversas notificaciones a la Secretaría de la OMC, respetando los plazos y cumpliendo los calendarios especificados.

Iniciativas de liberalización arancelaria

En aplicación de los compromisos de la Ronda Uruguay relativos al acceso a los mercados, hasta ahora se han reducido los aranceles correspondientes a un total de 3.426 productos. Esta cifra comprende reducciones arancelarias para 988 productos industriales y de 49 productos agrícolas. Entre esos productos figuran principalmente el plástico y los artículos de plástico, productos químicos, productos de la madera, papel y productos del papel, vehículos y sus accesorios, maquinaria y aparatos mecánicos, instrumentos de precisión e instrumental médico. Varios productos agrícolas fueron objeto de reducciones arancelarias aceleradas, o bien sus tasas disminuyeron a un nivel situado muy por debajo del tipo máximo consolidado, como en el caso de las frutas frescas y elaboradas y varios tipos de preparaciones alimenticias.

A través de las medidas de reducción arancelaria que emprendió el Ministerio de Hacienda en octubre de 1994 (presupuesto de 1995) y en agosto de 1995, se redujeron los aranceles de un total superior a 3.000 productos. Esta reducción arancelaria abarcó 1.566 productos industriales y 751 productos agrícolas. Entre los productos industriales, los aranceles de 217 productos bajaron a un ritmo más rápido de lo estipulado en el programa de reducciones proporcionales de la OMC (aceleración); 318 productos tuvieron reducciones arancelarias hasta el nivel de sus tipos consolidados; mientras que los aranceles de 1.031 productos llegaron a niveles inferiores al de sus derechos consolidados (profundización). En cuanto a los productos agrícolas, los derechos arancelarios de 80 productos se redujeron más rápidamente de lo requerido, los de 147 se llevaron a sus tipos consolidados, y los de otros 524 bajaron a niveles inferiores a los de sus tipos consolidados. Para los 12 productos agropecuarios con medidas arancelizadas se aplica actualmente un arancel nulo.

En el presupuesto de 1996 se redujeron los tipos del impuesto especial de consumo para un total de 1.047 productos. Estos recortes incluyeron la reducción de los tipos correspondientes a 998 productos industriales y 49 productos agrícolas. Entre los primeros, 33 bajaron a un ritmo más rápido (aceleración), 125 se limitaron a sus valores consolidados, y 840 bajaron a un nivel inferior al consolidado (profundización). En cuanto a los productos agrícolas, se aceleró la reducción de los tipos de 12 productos y otros 12 alcanzaron su tipo consolidado, mientras que para 35 productos los tipos bajaron a un nivel inferior al consolidado.

En 1997 han sido objeto de reducciones arancelarias 62 productos.

Desreglamentación y medidas sobre servicios

En su carácter de signataria del AGCS y del "acuerdo provisional" sobre los servicios financieros, Malasia está comprometida a liberalizar gradual y progresivamente el sector de los servicios financieros. Su Lista de compromisos abarca un total de 14 de los 16 sectores en materia de servicios bancarios, de seguros, de valores mobiliarios y otros servicios financieros cuya liberalización está prevista en el marco del AGCS. Malasia ha efectuado consolidaciones sustanciales sobre la base del statu quo. En los sectores de los servicios bancarios, de seguros y de valores mobiliarios, las ofertas de acceso a los mercados obligan al Gobierno a mantener las políticas que rigen actualmente la participación extranjera. Además, Malasia efectuó una importante mejora con el retiro de la exención del trato NMF formulada en diciembre de 1993, de modo que los compromisos del país con todos sus proveedores extranjeros de servicios se basan plenamente en el régimen NMF. Malasia mejoró asimismo sus ofertas al consolidar los nuevos ingresos en el Centro Financiero Extraterritorial, los reaseguros generales y las empresas emisoras de tarjetas de crédito. También se permite la entrada en las instituciones financieras ya existentes a través de las inversiones, con un límite añadido de 30 por ciento de capital extranjero. En el caso de las compañías de arrendamiento financiero y de corretaje de bolsa, el límite de la participación extranjera en el capital aumentará al 40 por ciento a partir del 1º de julio del año 2000.

Sector bancario

Durante años, Malasia ha ido suprimiendo muchos obstáculos estructurales que inhibían la competencia y la eficiencia, sin menoscabo de las normas cautelares. La desreglamentación estructural fue importante pues "allanó el campo de juego" para los diversos grupos de instituciones bancarias y contribuyó a que el sector fuera más liberal y competitivo. Una de las principales reformas que se llevaron a cabo fue la introducción de un sistema de reglamentación de dos niveles para las instituciones bancarias que propició el surgimiento de instituciones fuertes y con sólida capitalización a las que se les permitió emprender una gama más amplia de actividades y operar en un entorno más liberal. Otra reforma fue la revisión de la estructura del tipo básico de interés sobre los préstamos, a raíz de la cual su cálculo se basa en el tipo interbancario.

Sector de los seguros

En este sector, Malasia ha liberalizado el límite para el capital extranjero, llevándolo de un 30 por ciento a un 49 por ciento para las compañías de seguros que se establezcan en el país antes del 30 de junio de 1998. Además, Malasia se comprometió a conceder siete nuevas licencias de reaseguros generales.

Sector del mercado de capitales

Desde que se estableció la Comisión de Valores Mobiliarios en 1993, el mercado nacional de capitales ha experimentado una gran evolución.

En marzo de 1994 se introdujeron directrices más liberales sobre la colocación privada de nuevas acciones y en diciembre de 1995 se adoptaron nuevas directrices para la emisión de valores mobiliarios y para la valoración de las empresas nacionales que se cotizan en bolsa.

El acceso al mercado primario se ha ampliado sustancialmente con la introducción de títulos de opción de compra a la vista (diciembre de 1994), la cotización en bolsa de las empresas que se ocupan de proyectos de infraestructura (septiembre de 1995), los fondos de inversiones con capitales fijos (octubre de 1995) y recientemente, permitiendo la cotización en bolsa de las empresas con sede en el extranjero (abril de 1997).

Han iniciado sus actividades dos nuevas bolsas: en diciembre de 1995, la Bolsa de Opciones y Futuros Financieros de Kuala Lumpur, y en mayo de 1996 la Bolsa de Cambios de Malasia. Con el establecimiento de estos mercados de futuros, los proveedores de servicios extranjeros tienen la posibilidad de poseer hasta un 30 por ciento del capital de las empresas bursátiles de futuros constituidas en el país.

Las empresas de gestión de fondos extranjeros pueden ahora tener una presencia comercial en Malasia (desde agosto de 1995). Deben estar constituidas en el país (y haber obtenido licencia en él), con un 100 por ciento de capital extranjero o bien con un 70 por ciento y un 30 por ciento de capital nacional. Las 10 primeras empresas mixtas de gestión de fondos extranjeros que apruebe la Comisión de Valores también podrán administrar fondos de lotes de valores nacionales. Actualmente también se permite que las empresas nacionales de corretaje de bolsa establezcan empresas de fondos de inversión de lotes de valores (septiembre de 1995).

Con la introducción, en diciembre de 1995, de créditos y préstamos de valores, las empresas extranjeras de valores pueden ahora tomar valores en préstamo directamente de sus interlocutores malasios.

Medidas en materia de inversiones

Malasia sigue manteniendo un régimen de inversiones liberal que se caracteriza por sus políticas abiertas en materia de participación del capital extranjero. Se permite una proporción de hasta 100 por ciento de capital extranjero, principalmente en los proyectos orientados hacia las exportaciones, los de alta tecnología, los proyectos con alto valor añadido o que abarcan productos o actividades de alta prioridad para el desarrollo, incluyendo los de investigación y desarrollo. Ningún sector permanece cerrado a la inversión extranjera directa en la esfera de las manufacturas, aunque en algunos sectores debe actuarse sobre la base de la empresa mixta, a fin de mejorar la capacidad nacional. Se ha garantizado la libertad en cuanto a la propiedad del capital para los proyectos multimedios o de telecomunicaciones internacionales instalados en el Supercorredor Multimedios.

No existe ninguna ley especial que se aplique a la inversión extranjera. En general, se otorga a los inversionistas extranjeros un tratamiento justo y equitativo similar al que se brinda a los inversionistas nacionales, y Malasia no hace discriminaciones entre los países de origen de las inversiones extranjeras.

Son mínimas las restricciones a la entrada del personal superior de gestión y técnico a los efectos de las inversiones. Los puestos permanentes y de importancia clave se conceden a los inversionistas extranjeros si cumplen una serie de criterios establecidos. No habrá restricciones en materia de entrada y empleo para los trabajadores extranjeros especializados en información en el Supercorredor Multimedios.

El actual régimen de control de cambios de Malasia es muy liberal y se aplica de manera uniforme a las transacciones con todos los países. Los inversionistas tienen libertad para introducir capitales de cualquier lugar del mundo para la infraestructura del Supercorredor Multimedios y pueden tomar recursos en préstamo de cualquier lugar.

Se mantiene un régimen de inversiones de alta transparencia que proporciona información actualizada sobre la reglamentación, las políticas y los incentivos en materia de inversiones, totalmente accesible a través de documentos y de medios de comunicación electrónicos.

La buena disposición de Malasia para concertar acuerdos sobre garantía de las inversiones (AGI) con otros países (hasta junio de 1997 eran 54, o sea 25 más que en el último Examen de las Políticas Comerciales de Malasia) refleja su compromiso de acrecentar la confianza de los inversionistas. Los AGI brindarán protección frente a la expropiación y la nacionalización y permitirán la libre transferencia de capitales, beneficios y otros derechos, además de establecer la solución de las diferencias relacionadas con las inversiones en el marco del Convenio Internacional para la Solución de Diferencias relativas a Inversiones.

Reconociendo el aporte de las inversiones al crecimiento económico y el bienestar de la población, Malasia seguirá procurando mejorar las reglamentaciones en esta esfera para facilitar y seguir liberalizando el régimen de las inversiones.

Nuevas medidas para la protección y promoción de los derechos de propiedad intelectual

Desde el último examen de sus políticas comerciales, Malasia ha realizado una labor concertada para mejorar la protección y procedimientos relativos a los DPI con arreglo a las normas y prácticas internacionales tal como lo estipulan todos los convenios internacionales sobre la propiedad intelectual. Además, se encuentra en curso la elaboración de nuevas leyes y la modificación de las vigentes, en cumplimiento del Acuerdo sobre los ADPIC de la OMC. Figuran entre ellas:

- Enmiendas a la Ley de Marcas de Fábrica o de Comercio de 1976 a fin de incluir la protección de las marcas de servicio. Se prevé su entrada en vigor para finales de 1997.

- Enmienda a la Ley de Patentes de 1983 para establecer modificaciones en el examen de fondo. Esta enmienda tendrá como resultado un otorgamiento más rápido de la patente, dado que el examen se basa en informes sobre la patente otorgada por otros países (para la misma solicitud). Esta enmienda entró en vigor el 1º de agosto de 1995.

- Enmiendas a la Ley de Derecho de Autor de 1987, aprobadas en 1996, para que el Tribunal de Derecho de Autor sea competente en materia de licencias de derecho de autor. La Ley fue enmendada nuevamente en 1997 para que protegiera los "contenidos" que circulen por el Supercorredor Multimedios de Malasia y las telecomunicaciones internacionales. Con la enmienda se procuró también la incorporación de la mayoría de las disposiciones del Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor y del Tratado de la OMPI sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas, aprobados en Ginebra en diciembre de 1996.

En relación con el Supercorredor Multimedios de Malasia, el Gobierno ha propuesto un proyecto de Ley de Garantías. Uno de los compromisos apunta a afirmar la posición de Malasia en la vanguardia regional en materia de propiedad intelectual y "ciberleyes".

Promulgación de la Ley de Dibujos y Modelos Industriales de Malasia. Esta Ley fue aprobada por el Parlamento en 1996 y su entrada en vigor está prevista para finales de 1997. La Ley cumple los requisitos del Acuerdo sobre los ADPIC.

Se han tomado medidas para que Malasia esté cumpliendo plenamente sus obligaciones en virtud del Acuerdo sobre los ADPIC de la OMC en 1999. Se encuentran en diferentes etapas del proceso de redacción los proyectos de nuevas leyes sobre la protección de las obtenciones vegetales, los derechos de los intérpretes o ejecutantes y los esquemas de trazado de los circuitos integrados, así como otras enmiendas de menor importancia a las leyes en vigor sobre patentes y marcas.

La Oficina de Propiedad Intelectual está trabajando para lograr la automatización total de los trámites y exámenes de patentes y marcas. Su entrada en funcionamiento está prevista para finales de 1997.

Participación en las agrupaciones regionales

Malasia atribuye una gran importancia a la cooperación regional y sigue participando activamente en diversas agrupaciones regionales, principalmente la ASEAN, el APEC, y el Grupo de los 15. Malasia ha sostenido que los convenios comerciales regionales, si están en conformidad con las normas de la OMC, pueden contribuir en forma positiva al multilateralismo y fortalecer las vinculaciones a nivel mundial.

ASEAN

Malasia tiene como objetivo prioritario acentuar los esfuerzos para impulsar la cooperación comercial y económica dentro del ámbito de la ASEAN. Además de las medidas adoptadas para fortalecer y expandir el comercio intrarregional de la ASEAN a través del Arancel Preferencial Común Efectivo (CEPT), Malasia, junto a otros países miembros de la ASEAN, procura activamente que se amplíen las esferas de cooperación económica en los sectores del comercio de servicios, la propiedad intelectual, el transporte y el desarrollo de la infraestructura para las comunicaciones y la cooperación industrial.

La ASEAN está elaborando un marco de cooperación con el propósito de aumentar la capacidad y la competitividad de sus sectores de servicios y obtener una estructura similar en materia de propiedad intelectual.

Desde 1997 Malasia ha introducido 8.580 líneas arancelarias (92 por ciento del total) en el esquema del Arancel Preferencial Común Efectivo (CEPT) para la Zona de Libre Comercio de la ASEAN. Para el año 2000 se introducirán en el Esquema del CEPT otras 516 líneas arancelarias que actualmente figuran en la Lista de Exclusiones Temporales. Se han excluido de las concesiones del CEPT únicamente 60 líneas arancelarias. En 1997 el arancel medio de Malasia para el CEPT es de 4,04 por ciento, que disminuirá gradualmente hasta un 1,97 por ciento en el año 2003.

Los países de la ASEAN, además de eliminar los aranceles y los obstáculos no arancelarios, están centrando su atención en los obstáculos técnicos al comercio y están comprometidos a lograr una mayor transparencia y equiparar las normas de los productos de los sectores prioritarios con normas internacionales. Se han determinado 20 grupos de productos prioritarios para la armonización de sus normas.

Orientación y estrategia futuras

En consonancia con la aspiración de Malasia de convertirse en una nación desarrollada para el año 2020, el objetivo central del desarrollo será el de promover una economía equilibrada, de amplia base, fuerte y competitiva a nivel internacional, que sirva de cimiento para conseguir un crecimiento sostenible a largo plazo. Esto podrá lograrse a través de un crecimiento impulsado por la productividad, un mejoramiento de la calificación de los trabajadores, un refuerzo del capital y la inversión en tecnología.

Las iniciativas de política se centrarán en la aceleración del programa de privatización, el fortalecimiento de los mercados de capital y financieros, el fomento de la inversión privada y el mejoramiento de la mano de obra calificada. Estos esfuerzos están orientados a ampliar la base industrial y garantizar que las condiciones para la inversión sigan siendo atrayentes, tanto para los inversionistas privados nacionales como para los extranjeros, y que las exportaciones de manufacturas sigan desempeñando su papel preponderante y mantengan su tendencia de crecimiento. Además, estas medidas están orientadas a hacer frente a las dificultades externas y colocar al país en una posición que le permita extraer provecho de las oportunidades que brinda la expansión del comercio mundial.

El Gobierno seguirá adoptando medidas para proporcionar un marco de políticas propicio a facilitar los empeños de los empresarios, tanto en el país como en el plano internacional. A fin de estimular la competencia, Malasia liberalizará progresivamente su sector interno y su régimen comercial. Las empresas nacionales se verán cada vez más expuestas a la competencia internacional para lograr que sean eficientes en un entorno caracterizado por la competitividad y no por la protección.

A nivel internacional, dentro del contexto de las normas multilaterales de comercio, Malasia procurará asegurar un entorno comercial abierto que resulte previsible. Para resistir a las tendencias proteccionistas, Malasia mantendrá abiertos sus mercados y trabajará a la vez con todos los países para que los mercados sigan estándolo. Esto se llevará a cabo a nivel bilateral, regional y multilateral.

El esfuerzo para lograr el aumento de las exportaciones no se centrará únicamente en los mercados tradicionales, sino también en un desarrollo continuado y en la búsqueda de nuevos mercados. Esos esfuerzos se complementarán con estrategias de comercialización agresivas, que incluirán las empresas mixtas con fuertes vínculos a nivel mundial, y también la creación y perfeccionamiento de la capacidad nacional para la promoción internacional de los productos, el mejoramiento de su calidad, su diseño y su embalaje, los estudios de mercado y la información confidencial.

En la esfera de la industrialización, el sector manufacturero seguirá desempeñando su papel de motor del crecimiento económico de la nación. La contribución de ese sector pasará de un 33,1 por ciento registrado en 1995 a un 37,5 por ciento previsto para el año 2000 (para el año 2005 se pronostica un 38,4 por ciento).

En la esfera de las inversiones en el sector de las manufacturas se promoverá la búsqueda de nuevas fuentes de crecimiento con la consiguiente diversificación de productos y de mercados. Se persistirá en la profundización industrial para lograr un mayor valor añadido y el establecimiento de conexiones horizontales y verticales. Se estimularán las industrias de elaboración más avanzada en los sectores de alta tecnología y en las industrias de transformación de recursos naturales. Se redoblarán los esfuerzos para aumentar el número de pequeñas y medianas empresas, que no sólo proporcionan una base para la expansión industrial, sino que además traen aparejada la creación de mayores vínculos industriales.

Se asignará al sector de los servicios un importante papel de apoyo a la transformación de la economía mientras el país procura convertirse en una nación industrializada para el año 2020. Para que pueda contribuir eficazmente al proceso de crecimiento, el sector de los servicios debe ser competitivo y eficiente. Malasia reconoce que la liberalización contribuirá a promover y aumentar la competencia, la eficiencia, la productividad y la innovación del sector. En consecuencia, Malasia está empeñada en liberalizar los servicios gradual y progresivamente. Esta liberalización se llevará a cabo conforme a las variables fundamentales de la economía nacional y a la aptitud del sector para adaptarse a los cambios sin repercusiones negativas en su desarrollo ordenado.