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INFORMACION SOBRE LA PROPIEDAD INTELECTUAL: OMS-OMPI-OMC

Promover el acceso a las tecnologías y la innovación en medicina: Intersecciones entre la salud pública, la propiedad intelectual y el comercio

 

Prólogo de los directores generales

La salud pública es, desde hace muchos años, una prioridad de actuación a escala mundial. Habida cuenta de que las enfermedades afectan a toda la humanidad, el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental es uno de los derechos humanos universales.

En la Constitución de la Organización Mundial de la Salud se subraya que los resultados alcanzados por cada Estado en el fomento y protección de la salud son valiosos para todos. En la era de la mundialización, los avances en materia de salud pública realizados en un país afectan a la comunidad internacional en su conjunto. Por consiguiente, hay argumentos sólidos para defender la necesidad de una cooperación internacional eficaz en materia de salud pública y que tal cooperación es el pilar fundamental del desarrollo sostenible.

La salud pública y las tecnologías médicas son objetivos importantes del sistema internacional, en particular de la labor que realiza el sistema de las Naciones Unidas en su conjunto, de la que cabe destacar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El objetivo fundacional mismo de la OMS es alcanzar para todos los pueblos el grado más alto posible de salud. Además, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Organización Mundial del Comercio -de conformidad con los mandatos asignados por los gobiernos y dentro de sus respectivos ámbitos de competencia- han aumentado progresivamente sus esfuerzos para apoyar las actuaciones mundiales de mejora de la salud.

La cooperación internacional en materia de salud pública adopta numerosas formas. En los últimos años se ha intensificado la atención en la función de las tecnologías médicas, tanto los procesos de innovación que dan origen a nuevas tecnologías como los procesos de difusión de esas tecnologías en los sistemas de salud. El acceso a los medicamentos esenciales como aspecto fundamental del derecho a la salud se considera un problema importante desde hace varios decenios. Sin embargo, la atención se ha extendido actualmente a cuestiones como el modo de promover la innovación necesaria, de hacer frente a las necesidades sanitarias desatendidas y lograr un acceso equitativo a todas las tecnologías médicas esenciales, incluidos los medicamentos, las vacunas y los dispositivos médicos. El carácter cambiante de la carga mundial de morbilidad genera una demanda constante de tecnologías nuevas y adaptadas, de manera que la innovación y la disponibilidad están ligadas indefectiblemente.

Para las Secretarías de la OMS, la OMPI y la OMC, la coordinación y colaboración, cada vez más estrechas en cuestiones tales como las dinámicas de innovación médica y el acceso a las tecnologías resultantes; los factores jurídicos y de políticas que influyen sobre la producción y la difusión de las tecnologías médicas, y la interacción entre la salud pública, las normas del comercio internacional y el régimen de propiedad intelectual son tanto una consecuencia lógica de las responsabilidades que nos confieren nuestros mandatos como una necesidad cada vez mayor a nivel práctico. Son cuestiones de larga data cuya pertinencia para una amplia comunidad de entidades con responsabilidades normativas se confirmó en la Declaración relativa al Acuerdo sobre los ADPIC y la salud pública (Declaración de Doha), adoptada el 14 de noviembre de 2001 en la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC. Tras la Declaración se produjeron varios avances importantes:

  • La creación de mecanismos nuevos e innovadores de financiación y contratación que generaron importantes incrementos de la financiación para la adquisición de medicamentos y la obtención de vacunas.
  • Una industria farmacéutica dinámica y más diversa, y una mayor capacidad de innovación en algunos países en desarrollo.
  • Enfoques innovadores en la investigación y desarrollo en el ámbito médico y en su financiación -en particular sobre enfermedades desatendidas-, con especial hincapié en las iniciativas conjuntas entre el sector público y el privado para el desarrollo de tecnologías médicas necesarias.
  • Una atención renovada a la costoeficacia de los sistemas de salud nacionales.
  • Una creciente concienciación a nivel mundial acerca de la repercusión de las enfermedades no transmisibles en la salud y el desarrollo socioeconómico, en especial en los países en desarrollo.
  • Un mayor reconocimiento de la necesidad de avanzar hacia la cobertura sanitaria universal.
  • Avances en la comprensión de los puntos de contacto entre la salud pública, el sistema de propiedad intelectual, las normas relativas al comercio y la competencia, y las medidas de fomento de la innovación de las tecnologías médicas y el acceso a estas.
  • Información de mayor calidad, más completa y más accesible sobre los precios, el acceso, las patentes y el comercio, lo que mejora la base empírica para el establecimiento de prioridades y la toma de decisiones sobre políticas basándose en información fidedigna.
  • Una mayor cooperación práctica y coherencia en los puntos de contacto entre las políticas de salud, el comercio y las cuestiones relativas a la propiedad intelectual dentro de las perspectivas más amplias establecidas en la dimensión de la salud como derecho humano y en los ODM de las Naciones Unidas.

Actualmente contamos con un acervo de datos empíricos y experiencia práctica más rico, más diverso y más integral para orientar la cooperación técnica, que en el caso de las tres organizaciones se ha caracterizado por el diálogo activo, la coordinación y las relaciones de asociación, que han mejorado la idoneidad y la eficacia de las actividades de fortalecimiento de la capacidad, todo ello basado en una información fáctica más sólida. Uno de los objetivos de esta cooperación ha sido lograr la máxima coherencia posible entre las políticas de las tres organizaciones.

El presente estudio es un ejemplo del fortalecimiento de esta cooperación trilateral, y presenta un amplio espectro de experiencias en torno a las relaciones recíprocas entre la propiedad intelectual, las normas del comercio y la dinámica de innovación que fundamenta las tecnologías médicas y el acceso a estas. Se reúnen aquí las competencias específicas de las tres Secretarías en lo relativo al marco general que se ocupa de la innovación y el acceso a las tecnologías médicas y sirve de plataforma para compartir experiencias prácticas y datos, así como para apoyar los debates en curso sobre cooperación técnica y políticas y aportar información. El estudio se guía por el enfoque para la cooperación en materia de salud pública que han catalizado la Declaración de Doha, el Programa de la OMPI para el Desarrollo y la Estrategia mundial y plan de acción de la OMS sobre salud pública, innovación y propiedad intelectual.

El impulso de los últimos años nos ha alentado a mantener un debate más fundamentado, abarcador y matizado sobre políticas de salud pública, reforzado por la perspectiva compartida definida por una determinación común de colaborar para lograr el acceso universal a las tecnologías médicas esenciales y fortalecer y diversificar los sistemas de innovación.

Los problemas son complejos y polifacéticos, por lo que requieren soluciones variadas y adaptadas a cada caso. En las páginas que siguen no se hallarán respuestas sencillas a las complicadas cuestiones a las que se enfrentan los responsables de la formulación de políticas. Aún así, esperamos que el presente estudio sirva de plataforma sólida para futuros debates y análisis de las políticas, y que sea útil para quienes buscan respuestas a cuestiones complejas. La publicación de este estudio supone también un hito en los esfuerzos de los tres organismos por cumplir con los aspectos coincidentes de sus mandatos de una forma coherente y cooperativa, y los tres organismos nos comprometemos a continuar trabajando, junto con otros asociados internacionales, para alcanzar el objetivo compartido de la cobertura universal y una mejor salud para todos.

 

Margaret Chan
Directora General de la OMS

Francis Gurry
Director General de la OMPI

Pascal Lamy
Director General de la OMC