OMC: NOTICIAS 2008

   

> La Declaración de Doha explicada
> Explicación de la Decisión de Doha relativa a la aplicación
> Cómo están organizadas las negociaciones

Declaración introductoria del Presidente

Desde la última reunión formal del CNC, celebrada en julio, hemos proseguido e intensificado la labor encaminada a establecer modalidades en las esferas de la agricultura y del AMNA. A lo largo del otoño, la importancia y urgencia de esta labor han aumentado como consecuencia de la crisis financiera mundial, que continúa agravándose día tras día. El debate que mantuvimos el 12 de noviembre en la reunión informal de Jefes de Delegación sobre los efectos de la crisis financiera mundial dejó muy claro lo importante que es para todos los Miembros resistir a los llamamientos en favor de medidas proteccionistas y contrarrestar el caos financiero mediante una apertura más organizada, reglamentada y equilibrada del comercio a través de la Ronda de Doha.

Esto quedó aún más patente en la Declaración hecha por los dirigentes del G 20 en la Cumbre sobre la economía mundial y los mercados financieros que se celebró en Washington el 15 de noviembre. Los dirigentes subrayaron que, en momentos de incertidumbre financiera, era fundamental rechazar el proteccionismo y no replegarse sobre sí mismos, y se comprometieron a esforzarse por llegar este año a un acuerdo sobre las modalidades.

La Declaración del G 20, junto con otras exhortaciones políticas similares al más alto nivel, como las realizadas en las recientes reuniones de dirigentes del APEC y de Ministros de los PMA, nos dio el impulso político que necesitábamos para llevar adelante nuestro proceso de establecimiento de modalidades. Como señalé en el fax que envié a las delegaciones el 17 de noviembre, nuestra tarea consistía por tanto en convertir el compromiso político en convergencia sobre las cuestiones sustantivas en el poco tiempo de que se disponía de entonces a final de año.

En las últimas semanas, los esfuerzos realizados por los Presidentes de la Agricultura y el AMNA, por el Presidente del Consejo General y por mí mismo han estado directamente encaminados a lograr una convergencia respecto al fondo. Hemos continuado el proceso, ya probado y comprobado, que hemos aplicado hasta ahora: un proceso de acumulación progresiva, inclusivo y gradual.

El 6 de diciembre, los Presidentes de la Agricultura y el AMNA distribuyeron los textos revisados. Estos textos reflejaban los progresos efectivamente realizados en los últimos meses, y en general fueron bien recibidos y nos acercaron a nuestro objetivo. Seguidamente se celebraron varias rondas de consultas intensivas para hacer una evaluación política de las posibilidades de salvar las diferencias sustantivas que persistían en tres esferas clave: las iniciativas sectoriales, el mecanismo de salvaguardia especial (MSE) y el algodón. Esas no eran las únicas cuestiones aún pendientes, ni siquiera las más importantes para muchas delegaciones, pero sin proponer soluciones para ellas, no estabilizaríamos los textos sobre las modalidades en general.

En una reunión informal del CNC que tuvo lugar el pasado viernes, informé de que no se había producido ningún cambio lo suficientemente significativo en las posiciones individuales ni en la posición general. El informe completo que presenté en esa reunión informal se distribuyó a las delegaciones con la signatura JOB(08)/132.

En mi informe señalaba que, desde una perspectiva puramente técnica, los Miembros no estaban tan lejos de un acuerdo sobre esas cuestiones. Pero la evaluación que hicimos los Presidentes y yo fue que no habíamos detectado el impulso político para realizar los cambios que podrían dar el empuje final para el establecimiento de modalidades.
En conclusión, sugerí que, salvo que la situación experimentase un cambio espectacular en las próximas 48 horas, que era el tiempo que algunos líderes habían pedido, la realidad era que convocar a los Ministros para tratar de completar las modalidades al final del año supondría el riesgo inaceptablemente elevado de un fracaso que podría dañar no sólo a la Ronda sino también a todo el sistema de la OMC.

Reconozco que esta situación constituye una decepción para todos, que comparto plenamente. Sin embargo, hemos de hacer frente a la realidad y actuar de una forma compatible con la responsabilidad que nos incumbe a todos nosotros en relación con la solidez del sistema multilateral de comercio.

Cara al futuro, nuestras metas no deben cambiar. No creo que la voluntad política de preservar los logros conseguidos hasta ahora ni la necesidad de hacerlo desaparezcan, y menos aún dado el continuo deterioro de la situación económica. Por el contrario, cada vez será más importante que reafirmemos y defendamos los valores básicos del sistema multilateral de comercio y respetemos, no sólo la letra, sino también el espíritu de las normas.

Teniendo en cuenta lo anterior, el pasado viernes sugerí que nos centráramos ahora en analizar cómo podemos reunir la energía política necesaria el próximo año y desde entonces vengo celebrando consultas en este sentido con los Presidentes y con una amplia gama de delegaciones.

De lo que se dijo en estas consultas se desprende claramente que el objetivo que todos compartimos no es sólo consolidar los progresos realizados en todos los sectores de las negociaciones, sino también acrecentar la importancia de la OMC como un sistema que es más que un foro para las negociaciones.

A este respecto, hay tres supuestos básicos para nuestra labor en el marco del PDD a principios de 2009, que se derivan de las conversaciones que he mantenido con los Miembros:

1. Tenemos un claro mandato del PDD que deberá mantenerse sin modificaciones.
2. En las esferas de la agricultura y el AMNA, tenemos dos textos sobre la mesa que son el resultado de miles de horas de consultas; estos textos deberán conservarse y los trabajos deberán continuar a partir de ellos.
3. El próximo año se deberá seguir trabajando en las esferas de la agricultura y el AMNA para salvar las diferencias existentes, pero en el programa hay más cosas aparte de estas dos cuestiones y los trabajos deberán beneficiarse también de un nuevo impulso en el resto de las esferas.

Partiendo de estos tres supuestos, que a mi juicio gozan de un consenso razonable, lo que someteré a su consideración es lo siguiente: un marco que nos permita avanzar en dos frentes, el de las negociaciones y otro más amplio.

Por lo que respecta al frente de las negociaciones:

  • Los Presidentes de las negociaciones sobre la agricultura y el AMNA deberán reanudar los trabajos a principios de año, centrándose en las esferas que siguen pendientes y ayudando a los Miembros a forjar un consenso; celebrarán consultas con las delegaciones sobre el mejor modo de hacerlo, según la esfera y el aspecto de que se trate; en la esfera de la agricultura, pienso que todos sabemos dónde siguen habiendo diferencias y el Presidente celebrará consultas sobre la forma de superarlas; en la esfera del AMNA, el Presidente celebrará consultas similares, pero creo que también merece la pena entrar un poco en las cifras para tener una idea mejor del valor de lo que ya está sobre la mesa y de lo que queda por hacer; el Presidente avanzará en este sentido con las delegaciones a principios de año.

  • Los Presidentes de los demás Grupos de Negociación también proseguirán sus trabajos; la naturaleza de estos trabajos es diferente: en algunas esferas ya se dispone de textos, en otras se está avanzando hacia ello, y en otras se precisan peticiones y ofertas, pero yo sugiero que se aproveche en todas ellas la labor positiva realizada desde enero hasta el momento. En breve escucharemos los informes correspondientes; y

  • Algunos de ustedes han mencionado también la idea de que haya algún tipo de resultados iniciales, y han hecho alusión a esferas como la de la facilitación del comercio, el acceso a los mercados libre de derechos y de contingentes, el algodón o la cuestión de los bananos. La facilitación del comercio es la esfera en la que he detectado mayor consenso. Tengo la impresión de que, independientemente de que obtengamos resultados más pronto o más tarde, a fin de cuentas se trata de acelerar los trabajos sobre estas cuestiones en los próximos meses, empezando por la facilitación del comercio.

En el frente más amplio de la OMC, quisiera someter a su consideración tres elementos, que también han surgido en las conversaciones que hemos mantenido desde el viernes:

En primer lugar, creo que la OMC tiene una responsabilidad particular en el seguimiento de las medidas comerciales que se han adoptado a raíz de la crisis financiera; como todos ustedes saben, he establecido un grupo de trabajo interno encargado de presentar periódicamente información actualizada sobre estas medidas de manera que podamos hacernos una idea más clara de las consecuencias comerciales de la crisis financiera.

Estoy dispuesto a informarles regularmente por escrito sobre la evolución de la situación en ese frente, como lo han sugerido Egipto, en nombre del Grupo Árabe, y el Japón, con el apoyo también de otros Miembros. Mi primer informe podría llegarles ya esta semana.

También creo que sería útil contactar con un foro donde pudiera examinarse colectivamente esta imagen de radar de la OMC; no pienso que sea necesario reinventar la rueda, bastaría con utilizar uno de los foros que existen en la Organización a esos efectos: el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales. He hablado de ello con el Presidente del OEPC, Embajador Agah de Nigeria, y la idea le ha parecido aceptable. Buscaremos una fecha durante la segunda parte del mes de enero para celebrar un primer examen entre los Miembros sobre la base de esta imagen de radar.

En segundo lugar, creo que es necesario seguir analizando los acontencimientos en el ámbito de la financiación del comercio, en el que la intervención temprana de la OMC ha permitido movilizar recursos para este importante sector; la financiación del comercio es un sector que influye considerablemente en las corrientes comerciales en el caso de los países en desarrollo, y debemos mantenernos vigilantes y activos.

En tercer lugar, creo que necesitamos una hoja de ruta clara para la labor en el marco de Ayuda para el Comercio en 2009, que culminará con el segundo Examen Global antes de la pausa del verano. Debemos seguir centrándonos en la incorporación del comercio a las políticas de desarrollo de los Miembros y seguir insistiendo en la movilización de fondos, ámbito en el que, aunque hemos tenido bastante éxito, se podría hacer más, en particular teniendo en cuenta la crisis financiera actual.

En lo que respecta a 2009, algunos de ustedes han expresado el deseo de intercambiar ideas sobre cuestiones que están fuera del ámbito de las negociaciones pero tienen que ver con la OMC. Estoy de acuerdo con esto, pero me gustaría indicar que esta actividad podría ser útil, siempre y cuando no nos distrayera de nuestro objetivo principal que es hacer avanzar la Ronda. Propongo que volvamos a ocuparnos de este tema, en algún momento, en el Consejo General a principios de 2009.

Por último: en el nuevo año tendremos que examinar la cuestión de la próxima Conferencia Ministerial de la OMC, y me refiero con ello a la Conferencia Ministerial que, según lo establecido, debe celebrarse periódicamente; a mi parecer, no es necesario un evento tan aparatoso como en el pasado, sino más bien un lugar en el que los Miembros puedan analizar estratégicamente el futuro y tomar medidas para ir avanzando hacia la consecución de los objetivos de la Organización. A este respecto, el Presidente del Consejo General celebrará consultas con los Miembros para conocer su opinión y avanzar en esta cuestión.

En resumen, aunque el año pueda acabar con desencanto, debemos reponernos y trabajar en 2009 para demostrar que la OMC sigue siendo tan necesaria y digna de crédito como siempre. El sistema mundial de comercio requiere que la Ronda de Doha responda mejor a las necesidades y aspiraciones de sus Miembros. Concluir la Ronda debe seguir siendo nuestro principal objetivo en 2009. Sin embargo, este empeño forma parte de una cartera más global de actividades de la OMC en la que debemos seguir invirtiendo. La labor empieza hoy.

 

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