OMC: NOTICIAS 2011

COMITÉ DE NEGOCIACIONES COMERCIALES: REUNIÓN INFORMAL

> Observaciones introductorias del Presidente
> Observaciones finales del Presidente

NOTA:
ESTA NOTICIA tiene como finalidad ayudar al público a comprender los nuevos acontecimientos de la OMC. Si bien se ha hecho todo lo posible para asegurar que el contenido de la información sea exacto, ésta se entiende sin perjuicio de las posiciones de los gobiernos Miembros.

“REUNIÓN INFORMAL” es una reunión que se celebra sin actas.

MÁS INFORMACIÓN:
> Programa de Doha para el desarrollo (PDD)
> Comité de Negociaciones Comerciales (CNC)
> Noticias sobre el PDD
> Noticias sobre el CNC

En una reunión informal del Comité de Negociaciones Comerciales, que supervisa las negociaciones sobre todos los temas, los embajadores dijeron que los informes de los Presidentes distribuidos el 21 de abril de 2011. les habían hecho reflexionar. Estos documentos reflejaban el estancamiento en esferas clave de las negociaciones, pero también recogían lo mucho que se había logrado en casi 10 años de negociaciones, y, varios oradores dijeron que no se debía echar a perder esto.

El Sr. Lamy, que preside el Comité, dijo que facilitaría más información a los Miembros en la siguiente reunión del 31 de mayo (véase la declaración completa más adelante). Varios oradores coincidieron con él en que había tres opciones que no funcionarían:  “hacer como si no pasara nada” (seguir como antes), “parar y empezar de cero”, lo que algunos oradores llaman “reiniciar” — “ya que las cuestiones que nos impiden avanzar hoy serán las mismas que se planteen mañana,” dijo el Sr. Lamy — y “‘dejarse llevar por la corriente’ con la esperanza de que el problema desaparezca”.

En consecuencia, el reto ahora es tratar de encontrar una alternativa viable a estas tres opciones, incluida la posibilidad de seguir procurando que todos los temas se acuerden conjuntamente o de que algunos se concluyan más rápidamente que otros, dijeron.

“Hoy no vamos a decidir sobre ellas [las posibilidades],” dijo el Sr. Lamy. “De hecho, aconsejo encarecidamente que no tengamos prisa en hacer ningún juicio hoy.” Varios oradores estuvieron de acuerdo.

Algunos embajadores se hicieron eco de la advertencia del Sr. Lamy acerca del peligro que se corría ahora que los Miembros se enfrentaban a la perspectiva real de que la Ronda de Doha fracasara y la “oportunidad política” que se pensaba existía en 2011 se agotaba rápidamente. Según ellos, el costo sería la oportunidad perdida de impulsar el comercio y el desarrollo, el aumento del proteccionismo y la erosión de la fe en el sistema de comercio.

“Tenemos que ser lúcidos y realistas,” dijo el Sr. Lamy.  “Si la OMC no cumple su función legislativa;  si la OMC no actualiza las normas que regulan el comercio internacional — cosa que hizo por última vez en 1995 — adaptándolas a las necesidades cambiantes de sus Miembros; si la OMC no encamina nuestra creciente interdependencia económica de manera cooperativa, se corre el riesgo de un debilitamiento lento y silencioso del sistema multilateral de comercio a largo plazo.”

“Y con ello una pérdida de interés de numerosos dirigentes políticos, una erosión del sistema multilateral de comercio basado en normas, un regreso sigiloso a la ley de la selva,” añadió.

Varios embajadores dijeron que había que hablar claro, en privado si era necesario, a fin de lograr un avance decisivo. Varios pidieron que el proceso siguiera siendo transparente (intercambio de información) y basado en la acumulación progresiva (que las ideas procedan de los Miembros), y elogiaron los textos del 21 de abril por haber seguido esos principios. Algunos hicieron referencia a la carta que sus Ministros habían escrito al Comité de Negociaciones Comerciales sobre su firme intención de no dejar que la Ronda de Doha fracasara (documento TN/C/W/58).

Hay quienes ya habían estado estudiando posibles soluciones de compromiso. La UE informó de que había debatido con algunos países una solución de compromiso en el ámbito de las “iniciativas sectoriales sobre el AMNA”. Se trataba de una propuesta de acuerdo para la liberalización o la casi liberalización del comercio entre países que representasen una parte importante del comercio mundial, en sectores específicos objeto de las negociaciones sobre el acceso a los mercados no agrícolas (AMNA), que abarcaban desde productos forestales y pesqueros hasta productos industriales. La UE se refirió específicamente a los productos químicos, la maquinaria y los productos electrónicos.

Entre los textos del 21 de abril, el Sr. Lamy incluyó un informe sobre las consultas que había celebrado acerca del estancamiento en este tema. En su declaración ante el Comité lo describió como un “tema mercantilista clásico:  los aranceles sobre los productos industriales, el objeto primordial de las negociaciones de la OMC desde su inicio. (…)”.

“Es por eso tan decepcionante que no se haya encontrado todavía una base para el acuerdo sobre la cuestión de los aranceles industriales. Pero para muchos de ustedes lo que es aún más preocupante es que esta situación no parece importunar demasiado a algunos,” añadió el Sr. Lamy.

“Tal vez porque se tiene la impresión de que todavía hay tiempo, o de que la situación se solucionará por sí sola cuando el ‘entorno político’ sea favorable. O tal vez porque algunos piensan que disponen de otras vías para abrir el comercio o reglamentarlo, por ejemplo mediante acuerdos bilaterales.”

La UE y algunos otros estuvieron de acuerdo en que se trataba de una cuestión que había que resolver inmediatamente para poder avanzar, aunque insistieron en que además de ésta había otras cuestiones difíciles.  Algunas delegaciones acogieron con satisfacción los esfuerzos de la UE.  Otras dijeron que las iniciativas sectoriales sobre el AMNA se centraban en los intereses de exportación de algunos países desarrollados, lo que desviaba la atención del objetivo de desarrollo de la Ronda de Doha.

Varios oradores reiteraron las preocupaciones que habían expresado en los últimos meses, en particular los países menos adelantados y los países en desarrollo más pequeños, en el sentido de que el estancamiento les impedía disfrutar de los beneficios que ya se habían prometido, como el acceso libre de derechos y de contingentes otorgado a los países menos adelantados en los mercados más ricos y los recortes de las subvenciones al algodón en los países ricos.

Algunos países en desarrollo se volvieron a quejar de que los países ricos exigían demasiado. Pero hubo países desarrollados y en desarrollo que dijeron que todos los Miembros tenían culpa y que todos tenían la responsabilidad de intentar encontrar una salida.

 

Reunión informal del Comité de Negociaciones Comerciales,
29 de abril de 2011

Observaciones introductorias del Presidente

Bienvenidos a esta reunión informal del CNC.

Como todos sabemos, estos son tiempos difíciles para las negociaciones que este órgano tiene el cometido de supervisar. La reunión de hoy será importante, no porque esperemos ningún milagro, sino porque se trata de una ocasión en que es muy necesario que nos reunamos de manera serena y responsable a fin de examinar juntos las próximas etapas de las negociaciones.

Como se había prometido, los proyectos de texto y los informes que los Presidentes de los Grupos de Negociación y yo distribuimos el 21 de abril no contenían sorpresas.  Muestran la magnitud de lo que se ha logrado en casi 10 años de arduo trabajo y las cuestiones que aún nos separan de un resultado satisfactorio. Como indiqué en el mensaje que les transmití la semana pasada, esta Ronda, como dice su mandato, no puede finalizarse sin antes solucionar esas cuestiones. Sin duda, todavía existen diferencias en muchas partes de esos textos que habrá que resolver con nuevas y duras negociaciones.

Pero pienso francamente que con las condiciones adecuadas de temperatura y presión sería factible lograr un acuerdo, teniendo presente que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, si no fuera por el AMNA, donde las diferencias entre los principales actores son tan grandes que impiden realmente avanzar en otras esferas y ponen seriamente en entredicho la conclusión del PDD este año.  Una vez más, esta Ronda está a punto de fracasar.

 

Estancamiento

En los últimos días se han dado muchos motivos y explicaciones del actual estancamiento de las negociaciones.  Por ejemplo, todos ustedes han leído ávidamente el foro creado en la Web por CUTS e incluso han participado en él o han leído el libro electrónico de VoxEU que se presentó ayer.

Para algunos, el inicio de esta Ronda no se preparó bien.  Fue más bien el fruto de las circunstancias históricas, una respuesta política precipitada, aunque bien intencionada, a los acontecimientos del 11 de septiembre, y no el resultado de un consenso bien fraguado y compartido en favor de nuevas reformas económicas.

Algunos sostienen que con el aumento de los Miembros de la OMC y de su diversidad ahora es más engorroso y complicado lograr el consenso.  Para 153 Miembros, muy distintos entre sí, es más difícil ponerse de acuerdo que para los primeros 23 signatarios del GATT.

Otros consideran que, el programa negociado estaba sobrecargado.  Sostienen que la inclusión de temas sumamente controvertidos, como la reforma de la agricultura o las subvenciones a la pesca, han creado una fuerte resistencia a la idea de concluir con éxito la Ronda.  También aducen que el todo único es un handicap sistémico para reunir disciplinas normativas y apertura de los mercados que no pueden ser objeto de transacciones.  Hay otros también que piensan que el programa está anticuado, que hace demasiado hincapié en cuestiones comerciales clásicas como los aranceles y las subvenciones y pasa por alto temas importantes para el comercio de hoy en día, como son las restricciones a la exportación, la energía o la inversión, por nombrar solo algunos.

Algunos también sostienen que, con el paso del tiempo, el tipo de cambio original entre las concesiones agrícolas y las industriales ha quedado obsoleto, que los altos precios actuales de los productos básicos han restado importancia a la consolidación de concesiones en materia de aranceles o subvenciones agrícolas.

Algunos apuntan que la crisis económica ha agravado las presiones proteccionistas latentes, ha dado lugar a políticas aislacionistas y orientadas hacia el interior y ha debilitado la capacidad de los grandes Miembros de la OMC para ejercer el liderazgo necesario.  En definitiva, el sistema multilateral de comercio que tan útil ha sido a los Miembros durante 60 años y que ha frenado el importante brote de proteccionismo de estos últimos dos años, está siendo víctima de su propio éxito.  Si no está estropeado, ¿por qué repararlo?

Por último, algunos llegan incluso a decir que la incapacidad para concluir la Ronda de Doha no es sino el reflejo de un malestar más amplio:  es parte del cuestionamiento general de la globalización.  Según este punto de vista, el mundo ya no quiere una mayor apertura del comercio.  Más aún, la tendencia actual formaría parte de un abandono general del multilateralismo, que ya ha contaminado otras negociaciones internacionales, sea el cambio climático, el sistema monetario internacional, la coordinación macroeconómica o incluso el desarme.  Todo esto se enmarcaría a su vez en un cambio en la geopolítica continental que implicaría ajustes dolorosos y lentos en la gobernanza mundial, que están todavía por venir.

Ahora bien, lo que bloquea la conclusión de las cuestiones que siguen abiertas es un tema mercantilista clásico:  los aranceles sobre los productos industriales, el objeto primordial de las negociaciones de la OMC desde su inicio.  El tema en el que los negociadores comerciales llevan más de 60 años regateando y en el que en todo momento han podido hallar una solución de compromiso, sirviéndose de una mezcla de imaginación, determinación y espíritu de compromiso.  Es por eso tan decepcionante que no se haya encontrado todavía una base para el acuerdo sobre la cuestión de los aranceles industriales.  Pero para muchos de ustedes lo que es aún más preocupante es que esta situación no parece importunar demasiado a algunos.  Tal vez porque se tiene la impresión de que todavía hay tiempo, o de que la situación se solucionará por sí sola cuando el “entorno político” sea favorable.  O tal vez porque algunos piensan que disponen de otras vías para abrir el comercio o reglamentarlo, por ejemplo mediante acuerdos bilaterales.

 

¿Status quo?

Y sin embargo, lo que se desprende de las consultas que he mantenido hasta ahora es que limitarse al statu quo en la Ronda de Doha es peligroso.  Evidentemente, a corto plazo, la maquinaria de la OMC seguirá ejerciendo sus funciones de vigilancia en los numerosos Comités encargados de supervisar la aplicación de los compromisos contraídos. La OMC seguirá también solucionando las diferencias planteadas por sus Miembros. La Secretaría seguirá prestando asistencia técnica para crear capacidad comercial en los países en desarrollo y para ayudar a mejorar la Ayuda para el Comercio. Ninguno de los 30 países que están negociando su adhesión ha perdido las ganas de pertenecer a la OMC a causa de las dificultades que atraviesa la Ronda de Doha.  De hecho, hoy nos hallamos un paso más cerca de acoger a Vanuatu en la familia de la OMC. En definitiva, la OMC no corre el peligro de perder su relevancia de inmediato.

No obstante, tenemos que ser lúcidos y realistas: si la OMC no cumple su función legislativa;  si la OMC no actualiza las normas que regulan el comercio internacional -cosa que hizo por última vez en 1995- adaptándolas a las necesidades cambiantes de sus Miembros; si la OMC no encamina nuestra creciente interdependencia económica de manera cooperativa, se corre el riesgo de un debilitamiento lento y silencioso del sistema multilateral de comercio a largo plazo y, con ello, de una pérdida de interés de numerosos dirigentes políticos, una erosión del sistema multilateral de comercio basado en normas, un regreso sigiloso a la ley de la selva.

Desde que se firmó el GATT en 1948, sucesivas rondas comerciales han reducido gradualmente los obstáculos comerciales y han forjado un acervo de normas que atienden las necesidades cambiantes del comercio internacional. Hasta la Ronda Kennedy, el principal objetivo era reducir los aranceles. La Ronda de Tokio, en 1979, dio lugar a una actualización importante de las normas de la OMC, con nuevos Acuerdos sobre OTC, antidumping, subvenciones y medidas compensatorias, licencias de importación y valoración en aduana. Se incorporó por vez primera en el GATT la contratación pública. Fue un paso importante de modernización, reflejo de una interdependencia creciente a través del comercio.  En la Ronda Uruguay, en 1995, se mejoraron Acuerdos concluidos anteriormente y se añadieron nuevas normas sobre MSF.  Pero se hizo mucho más:  la adición de los servicios y la propiedad intelectual, un entendimiento sobre solución de diferencias revisado, un primer paso hacia la inclusión de la agricultura en las normas del comercio mundial y, por supuesto, la reactivación del GATT, que se transformó en la OMC. La Ronda de Doha para el Desarrollo representa un paso más en esta larga andadura.  Es un medio para seguir adaptando nuestras normas a las realidades comerciales de hoy en día, atendiendo las necesidades de las cadenas de producción mundiales así como de las pequeñas y medianas empresas, y abordando cuestiones de sostenibilidad relacionadas con el comercio como la elaboración de disciplinas más amplias sobre agricultura, la facilitación del comercio, la elaboración de normas para someter a disciplinas las subvenciones a la pesca que contribuyen al agotamiento de nuestros océanos o la elaboración de normas para abordar las medidas no arancelarias, por citar algunas.

 

¿Qué funcionará?

Hoy en día es urgente completar esta tarea, dado que ya se vislumbran en el horizonte nuevas cuestiones que requieren nuestra atención.  Cuesta pensar que estas nuevas cuestiones se vayan a abordar de manera multilateral si no somos capaces de encontrar una solución a las que forman parte de la Ronda de Doha. En resumen, el punto muerto en el que se halla actualmente la Ronda de Doha para el Desarrollo amenaza con socavar la capacidad de la OMC para llevar a cabo su principal misión, que es la apertura del comercio en beneficio de todos.

Si me he referido a la historia, es porque considero que nos puede aportar enseñanzas muy útiles para la que es hoy nuestra prioridad:  examinar la situación global antes de debatir las próximas etapas. Hoy debemos empezar un proceso de reflexión activa y seria sobre cómo aprovechar el resultado de nuestros 10 años de trabajo y cómo mantener vivos los principios y compromisos centrales de los acuerdos de Doha. En este sentido, creo que hay tres opciones que no funcionarán:  la opción 1 “hacer como si no pasara nada” no funcionará.  La opción 2 “parar y empezar de cero” no funcionará, ya que las cuestiones que nos impiden avanzar hoy serán las mismas que se planteen mañana. La opción 3 “dejarse llevar por la corriente” con la esperanza de que el problema desaparezca, tampoco funcionará.

También creo que es imprescindible que recordemos los objetivos de la presente Ronda. Con ella se pretende encauzar la energía económica liberada por los cambios tecnológicos, la mejora de los conocimientos y la apertura multilateral del comercio para promover el crecimiento, el empleo y la creación de oportunidades en todos los Miembros de la OMC, especialmente en los Miembros en desarrollo más pobres. Esta Ronda se inició porque un amplio abanico de Miembros creyeron en su potencial como instrumento de crecimiento y desarrollo.  En mi opinión, es nuestro deber mantenernos fieles a esa visión.

Por eso les pido que los debates que mantendremos hoy y en los próximos días sean realistas pero al mismo tiempo positivos, que seamos conscientes de lo lejos que hemos llegado y de todo lo que nos estamos jugando.  Tenemos una pesada responsabilidad colectiva, no sólo con la Ronda de Doha, sino con el sistema multilateral de comercio en su conjunto.  No hay una forma inteligente de eludir individualmente esa responsabilidad colectiva.

La pregunta a la que nos enfrentamos ahora es qué hacer y cómo. Al igual que todos ustedes, he oído argumentos a favor de muy diversas posibilidades.  Hoy no vamos a decidir sobre ellas. De hecho, aconsejo encarecidamente que no tengamos prisa en hacer ningún juicio hoy.  Se trata de cuestiones que deben abordarse de manera colectiva y sin exclusiones. A lo largo de toda esta Ronda hemos dado mucha importancia a trabajar basándonos en el enfoque de “acumulación progresiva” y creo que deberíamos seguir haciéndolo.

Por esa razón propongo que, después de esta reunión, mantengamos un proceso de consultas con todos los Miembros para ver qué debemos hacer.  Ya he empezado ese proceso y tengo la intención de llevarlo a cabo celebrando consultas con los grupos y los diversos Miembros en varias configuraciones y a varios niveles, incluido el nivel ministerial, en la próxima reunión de Ministros de Comercio del APEC y en la reunión ministerial que tendrá lugar en paralelo a la reunión ministerial de la OCDE del 26 de mayo.  Naturalmente, como siempre, mi puerta está abierta a las delegaciones que deseen reunirse conmigo.  Seguiré escuchando sus opiniones en las próximas semanas y propongo informar al CNC el 31 de mayo.  Desde ahora y mientras tanto, los Grupos de Negociación deberán seguir trabajando allí donde los Presidentes lo consideren provechoso, y el contenido del conjunto de documentos de Pascua muestra que quedan cosas útiles por hacer, algunas de las cuales ya han sido programadas por los Presidentes.

La reunión de hoy es una ocasión para que ustedes escuchen lo que tiene que decir cada uno.  Espero que todos ayuden centrando sus intervenciones de manera constructiva en el camino a seguir. Nos hallamos en un momento en el que hay que pensar y actuar de manera más sistémica que nunca. Lo principal ya no son los intereses nacionales o de grupo, sino nuestra responsabilidad común con los objetivos acordados en Doha.

 

Observaciones finales del Presidente

Durante esta reunión extraordinaria he escuchado a todos ustedes con suma atención. Quisiera ahora tratar de resumir lo que se ha dicho hoy:

1. Todos los Miembros son conscientes de los graves peligros que representa la parálisis actual, no sólo para la Ronda de Doha sino también para el sistema de la OMC en general.

2. Ningún Miembro está dispuesto a tirar la toalla y echar a perder todo lo que se ha logrado hasta ahora en las negociaciones. Ningún Miembro está dispuesto a dejar la Ronda de Doha a la deriva.

3. No podemos continuar como si nada hubiese ocurrido. Hace falta un nuevo enfoque que dé lugar a resultados este año.

4. Se han propuesto varias ideas para ese nuevo enfoque, empezando por la resolución del estancamiento en las negociaciones sobre el AMNA, pero sin limitarse a ello.

5. Hay que desarrollar estas sugerencias y examinarlas detenidamente, incluso a nivel político.

La conclusión es que los Miembros tienen claro lo que no quieren y están dispuestos a estudiar ideas sobre el camino a seguir.

Tengo la intención de celebrar consultas para contrastar las sugerencias sobre el camino a seguir, antes de la próxima reunión del CNC el 31 de mayo.

Dicho llanamente 

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• abiertas

• ACR

• acumulación progresiva

• ADPIC

• AGCS

• AMNA

• ayuda interna global causante de distorsión del comercio (AGDC)

• CACR

• CCD

• CCD en Sesión Extraordinaria

• CCMA

• CCMA en Sesión Extraordinaria

• CDB

• círculos concéntricos

• CNC

• compartimento

• corchetes

• entre corchetes

• ESD

• facilitación del comercio

• formal/informal

• horizontal

• incluyente

• indicaciones geográficas (IG)

• Jefes de Delegación

• listas

• modalidad

• modelos

• modos, modos de suministro

• multilateral

• normas

• obstáculos no arancelarios

• PDD

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• PMA

• S&D

• Sala Verde

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