WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

56° período de sesiones de la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD
“Evolución del sistema internacional de comercio y del comercio internacional desde una perspectiva de desarrollo: El impacto de la crisis”


> Discursos: Pascal Lamy

Señor Presidente,
Señoras y señores

Con la satisfacción de siempre participo en este 56º período de sesiones de la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD, cumpliendo así lo que constituye ya un punto permanente de mi programa.

En el 55º período de sesiones, el año pasado, comencé mis palabras señalando que había esperado comunicarles que las negociaciones sobre las modalidades para la agricultura y los productos industriales habían concluido con éxito para pasar a la fase final de las negociaciones de la Ronda de Doha. Dentro de algunos minutos les daré un panorama de cómo están las cosas un año después en las negociaciones del PDD y les diré cómo veo lo que se requiere para concluirlas.

Pero antes quisiera referirme al contexto en el que tienen lugar estas negociaciones, y en particular a la crisis. Esta ha sido la primera crisis de naturaleza verdaderamente mundial: una crisis que ha afectado gravemente al comercio internacional.

El efecto ha sido devastador, tanto para las economías grandes como para las pequeñas, ya se trate de las economías de la OCDE o de las economías de monocultivo del Caribe. No hace falta decir que aunque ninguna economía ha quedado a salvo, los países que más agudamente han sufrido todo su efecto son los países en desarrollo, especialmente los menos adelantados. Son los países con capacidad más limitada para combatir la crisis, por lo limitado de sus recursos financieros -no pueden permitirse inyectar miles de millones de dólares de estímulo para salvar las empresas en dificultades-, y por consiguiente su recuperación queda muy a la merced del sistema económico mundial.

La familia de las organizaciones internacionales, como nosotros en la OMC, ha tomado medidas para ayudar a reducir al mínimo el impacto de la crisis, teniendo presente cuánto dependen del comercio las economías de muchos países en desarrollo.

En primer lugar, hemos procurado que se mantenga el flujo del comercio, movilizando esfuerzos hacia su financiación. En segundo lugar, hemos ayudado a los Miembros a hacer frente a las presiones proteccionistas asegurando la transparencia de las medidas que adoptan para responder a la crisis. En tercer lugar, hemos seguido movilizando la ayuda internacional a los países en desarrollo para fomentar su capacidad productiva y comercial mediante el aumento de la ayuda para el comercio.

En todas estas esferas hemos actuado en asociación con otras organizaciones internacionales, principalmente con la UNCTAD y el CCI, pero también en el marco de las iniciativas conjuntas del sistema de las Naciones Unidas en situaciones de crisis. Si esta es la primera crisis económica mundial de la historia, no encontraremos la debida estrategia para salir de ella si no hay coordinación, entre las organizaciones internacionales y, yo diría principalmente, entre los miembros de esas organizaciones.

Me ocuparé primero de la financiación del comercio, gravemente golpeada por la merma de liquidez. Esta financiación, como saben, es el sistema de crédito que actúa como lubricante del comercio internacional y que también ha sido víctima de la explosión financiera.

A fin de que haya más financiación para el comercio y de que esta sea más asequible, hemos trabado activos contactos con todos los interlocutores pertinentes, como los bancos comerciales, las instituciones de crédito a la exportación y los bancos multilaterales de desarrollo, para hallar prontas respuestas. Este esfuerzo está dando fruto. Una de las principales decisiones adoptadas por la cumbre del G 20 en Londres fue el compromiso de facilitar 250.000 millones de dólares destinados a apoyar la financiación del comercio, junto con otras iniciativas que inciden en este proceso. Bajo la dirección de la CFI del Banco Mundial, se puso en marcha el Programa de Liquidez Comercial Global, que reúne a los bancos comerciales y los bancos regionales de desarrollo. Son respuestas tangibles a las dificultades con que se enfrentan los países en desarrollo como consecuencia de esta crisis.

Ayer tuvo lugar una reunión por mí convocada del grupo de expertos de la OMC sobre comercio y finanzas, con participación de todos los operadores de este mercado. El panorama que se observa es el de una situación que empieza a estabilizarse, tanto en cuanto a los precios como en lo que respecta a la disponibilidad de liquidez, aun cuando no hayamos llegado todavía a un nivel de recuperación plena e incluso si las PYME, los bancos pequeños y los países de ingreso bajo siguen padeciendo la aguda necesidad de financiación para el comercio. Es necesario mantener la vigilancia sobre la financiación del comercio para abrir paso a un mercado más sostenido a mediano y largo plazo.

Quisiera ahora abordar el tema del seguimiento de las medidas comerciales y relacionadas con el comercio que han adoptado nuestros Miembros en la crisis. Desde que comenzó ésta hemos presentado informes trimestrales a los Miembros como medio para mejorar la transparencia pero también para ayudarlos en su lucha contra las inevitables presiones proteccionistas internas.

Atendiendo a lo solicitado por el G 20 en Londres, también hemos publicado recientemente el último de esos informes sobre las medidas relacionadas con el comercio y la inversión, esta vez en cooperación con la UNCTAD, cuya labor deseo hoy encomiar públicamente, la OCDE y el FMI. Es una señal más de que la familia de las organizaciones internacionales puede trabajar unida y estar a la altura del desafío.

Estos informes permiten ver que los Miembros se han abstenido de utilizar un proteccionismo de alta intensidad como el que se observó en los años treinta. Pero también está claro que ha habido una acumulación de medidas de baja intensidad que pueden ser como "granos de arena en los engranajes" del comercio internacional y que inevitablemente darán lugar a contramedidas basta ver lo ocurrido recientemente- y retrasarán la recuperación mundial. Es hora de que los Miembros, a partir de la reunión del G 20 en Pittsburgh a finales de mes, comiencen a pensar en desmantelar esas medidas, dado que la economía parece iniciar un giro al alza.

Paso ahora a referirme a la Ayuda para el Comercio, a la que también hemos dedicado esfuerzos para continuar la movilización de fondos más cuantiosos y previsibles. En julio del corriente año la OMC celebró el segundo examen mundial de la Ayuda para el Comercio, con la participación de todos nuestros asociados y en presencia del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon.

Uno de los puntos más destacados del examen fue la confirmación de que los países en desarrollo están atribuyendo más claramente prioridad al comercio en sus estrategias de desarrollo, que los donantes están ofreciendo más y mejor Ayuda para el Comercio y que se están incorporando nuevos copartícipes a la cooperación Sur-Sur. Además, el examen también puso de relieve el hecho de que la asignación de una mayor ayuda para el comercio se está realizando sin desviar recursos de otras prioridades del desarrollo como la salud, la educación o el medio ambiente.

En el examen también se destacaron algunas de las prioridades clave que ganan terreno en la Ayuda para el Comercio, entre ellas el fomento de la dimensión regional de ésta, la mejora de la función y la contribución del sector privado, la asignación de más recursos para el aumento de nuestra capacidad de evaluar el impacto de la Ayuda para el Comercio y la continua movilización de recursos adicionales, en particular con un horizonte que va más allá de 2010. Sobre esto último, me complace señalar que algunos donantes ya nos han dado claras muestras de su intención de elevar a una mayor escala su ayuda para el comercio en el período siguiente a 2010.

Contamos con que la UNCTAD y también el CCI cooperen en este empeño y ayuden conjuntamente a hacer avanzar este programa. La inversión en la capacidad productiva es fundamental para ayudar a los países en desarrollo a salir de la crisis.

Por último, algo no menos importante: la situación de las negociaciones del PDD.

A comienzos de septiembre, la India organizó una fructífera reunión de ministros de comercio destinada a examinar la situación de las negociaciones y a imprimir el impulso necesario para hacer que los negociadores volvieran a sus escaños en Ginebra con mucho que decir en el tintero.

En la reunión los Miembros reafirmaron unánimemente el compromiso de concluir las negociaciones a más tardar en 2010, dado el papel que, a su juicio, desempeña el comercio para la recuperación de sus economías.

En Delhi, los ministros encomendaron a sus altos funcionarios a que, como paso concreto, se reunieran aquí en Ginebra a partir del lunes pasado con el fin de diseñar y empezar a aplicar una hoja de ruta para colmar las lagunas que quedaron en julio último.

Estas consultas están teniendo lugar en todos los grupos de negociación y en ellas se examinarán todas las cuestiones pendientes en todos los ámbitos. Espero que el martes próximo, cuando se reúna la totalidad de los Miembros, dispongamos de una brújula que guíe las negociaciones a lo largo de los próximos meses a fin de poder culminarlas en 2010.

Como he dicho en numerosas ocasiones, lo que está pendiente en las negociaciones del PDD es factible y el acuerdo está a nuestro alcance, pero para llegar a él hace falta todavía expresar en actos de negociación tangibles el actual apoyo político mundial.

Los líderes del G 20, cuando se reúnan en Pittsburg, tendrán la oportunidad de ejercer toda su influencia para que se alcance un acuerdo en la Ronda de Doha para el Desarrollo. Como tendrán la oportunidad histórica de mostrar la común determinación de abordar otro desafío global al que se enfrenta el mundo: el cambio climático. Liderazgo significa responsabilidad. Toda inacción afectará duramente a la comunidad internacional entera. El G 20 no decide en nombre del mundo, pero puede mostrar liderazgo y enviar una señal. Esperemos que en lo que respecta a estos dos apremiantes desafíos mundiales salga humo blanco en Pittsburgh.

Gracias.

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