WTO NOTICIAS: DISCURSOS DG PASCAL LAMY
Taller sobre el Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio — Dar-es-Salaam
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Permítanme que, para comenzar, dé las gracias
al Ministro Mramba por haber sido nuestro anfitrión esta mañana y por
sus calurosas palabras de bienvenida. Estamos agradecidos a él y a su
Gobierno por haberse brindado a acoger esta conferencia regional sobre
la Ayuda para el Comercio. También estamos agradecidos al Presidente del
Banco Africano de Desarrollo, Donald Kaberuka, y a su equipo por haber
organizado esta conferencia y el acto paralelo de hoy.
Deseo también expresar mi reconocimiento por la presencia del Dr.
Bernard Vallat, Director General de la Organización Mundial de Sanidad
Animal (OIE), con quien acabo de celebrar esta mañana una reunión de
trabajo.
Hemos convocado este taller sobre el Fondo para la Aplicación de Normas
y el Fomento del Comercio (FANFC) en el marco más amplio del Examen
Regional sobre la Ayuda para el Comercio específicamente centrado en
África. Como sabrán ustedes, nuestro objetivo es prestar especial
atención a los problemas de capacidad con que se enfrenta África en la
esfera del comercio y movilizar los recursos necesarios para
resolverlos. Se han celebrado ya actos similares en Lima (Perú), para la
región de América Latina y el Caribe, y en Manila (Filipinas), para la
región de Asia y el Pacífico. Estos actos culminarán en el primer Examen
Global de la Ayuda para el Comercio que tendrá lugar en Ginebra los días
20 y 21 de noviembre de 2007.
El FANFC es una iniciativa conjunta de cinco organizaciones
internacionales, la FAO, la OIE, el Banco Mundial, la OMS y la OMC, con
dos objetivos estratégicos: en primer lugar, ayudar a los países en
desarrollo a aumentar sus conocimientos técnicos y su capacidad de
analizar y aplicar las normas sanitarias y fitosanitarias
internacionales a fin de mejorar su situación con respecto a la salud
humana y la sanidad animal y vegetal y, por consiguiente, su capacidad
de beneficiarse de las oportunidades actuales y futuras de acceso a los
mercados; y, en segundo lugar, coordinar mejor las actividades de los
donantes, la movilización de fondos, el intercambio de experiencias y la
difusión de buenas prácticas en relación con las medidas sanitarias y
fitosanitarias.
Desde su creación en 2002, el FANFC ha financiado 15 proyectos y ha
aprobado 17 donaciones para la preparación de proyectos en países
africanos, lo que representa el 46 por ciento del gasto total. Esto
demuestra claramente el compromiso del programa con respecto a África.
Además, estos proyectos se han basado fundamentalmente en las
prioridades indicadas por los PMA, lo que asegura la compatibilidad con
sus prioridades nacionales.
El FAFNC es uno de los medios de pasar de la teoría a la práctica
haciendo realidad el acceso a los mercados. Uno de los objetivos de la
actual Ronda de Doha para el Desarrollo es continuar reduciendo los
obstáculos al comercio, pero todos sabemos que los países africanos no
se beneficiarán automáticamente de la apertura del comercio debido a sus
limitaciones en lo que respecta a la oferta.
Lo que hace falta, pues, es proporcionar a esos países un apoyo
coordinado para ayudarles a superar esas dificultades, de manera que
puedan sacar pleno provecho de los resultados de la Ronda de Doha. Ahí
es donde reside la importancia de la ayuda para el comercio y, en
particular, del programa del FAFNC.
En el caso de África, la Ronda de Doha proporcionará un mayor acceso a
los mercados de los países desarrollados y en desarrollo que se han
comprometido a otorgar a los países menos adelantados acceso libre de
derechos y de contingentes. Además, la Ronda dará lugar, por una parte,
a fuertes reducciones de las subvenciones a la agricultura en los países
desarrollados, incluidas las que se conceden en el sector del algodón,
y, por otra parte, a la eliminación de las subvenciones a la exportación
y al reforzamiento de las disciplinas en materia de subvenciones a la
pesca.
El programa del FANFC ocupa un lugar central en nuestros esfuerzos
orientados a aumentar la capacidad de los países africanos para obtener
esos beneficios potenciales. Por ejemplo, este programa ha ayudado ya a
los exportadores de pescado de Benin a cumplir las prescripciones
sanitarias y fitosanitarias de los mercados de exportación
impartiéndoles capacitación en la manipulación del pescado en
condiciones higiénicas en las playas; a los exportadores de mango de
Malí a fortalecer la capacidad institucional y operacional del Sistema
Nacional de Control Fitosanitario; a los exportadores de lichis de
Madagascar a mejorar los controles en la producción de fruta; a los
exportadores de páprika de Malawi a abordar problemas de gestión después
de la recolección, como la contaminación por aflatoxinas; y a los
exportadores de frutas y hortalizas de Tanzanía a establecer un Consejo
de Fomento de la Horticultura, con la participación de los sectores
público y privado, por citar sólo algunos proyectos
Esta mañana deberíamos centrarnos en identificar medidas específicas
para ayudar a los exportadores africanos a cumplir las normas relativas
a la inocuidad de los alimentos y la sanidad animal y vegetal que en
conjunto denominamos medidas sanitarias y fitosanitarias, y en
determinar el modo en que puede lograrse ese cumplimiento.
En este sentido, resulta cada vez más evidente que el cumplimiento
comprende dos elementos principales. El primero es la observancia de los
reglamentos oficiales sobre cuestiones como la ausencia de una
determinada plaga o enfermedad, la utilización de un determinado
plaguicida o producto químico en cantidades que no superen un
determinado límite crítico, etc. Si se observan esos reglamentos, el
producto llegará al muelle de embarque. Ahora bien, para que el producto
llegue a los estantes del supermercado, será necesario que cumpla un
número cada vez mayor de normas privadas. Estas normas abarcan una
amplia gama de prescripciones relativas a múltiples aspectos de los
productos, desde la rastreabilidad hasta las prácticas de los pequeños
agricultores, pasando por el comercio justo, la agricultura orgánica y
nuevos conceptos, como la huella de carbono de los productos y el número
de kilómetros que han recorrido hasta llegar a nuestras mesas. Por mi
parte, estoy convencido de la necesidad de que abordemos estas
cuestiones en los debates y las negociaciones de la OMC si realmente
queremos impulsar las exportaciones africanas.
Para concluir, permítanme señalar que, si bien la reunión de hoy está
específicamente centrada en el África Oriental, no dudo de que las
conclusiones a las que llegarán ustedes en ella tendrán una amplia
repercusión en todo el continente africano. Espero con interés recibir
el informe de los resultados de esta reunión, que será presentado en la
sesión plenaria de la conferencia principal sobre Ayuda para el Comercio
que se celebrará en los dos próximos días.
Les doy las gracias y les deseo una jornada productiva.
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