DDG Anabel González

Reflexiones sobre el comercio, desde Ginebra

por la ex DGA Anabel González*

La OMC se vuelve verde

Ahora que el año llega a su fin, una cosa está clara en la Organización Mundial del Comercio (OMC): 2022 marca el inicio de un importante cambio en la manera en que las cuestiones relativas a la sostenibilidad del medio ambiente se abordan en el sistema multilateral de comercio. Por supuesto, los Miembros de la OMC siempre han podido adoptar las políticas ambientales de su elección, siempre que no se utilizaran como medios encubiertos de proteccionismo. Y las han adoptado. Entre 2009 y 2020, los gobiernos notificaron a la OMC más de 4.600 medidas climáticas relacionadas con el comercio en ámbitos como el ahorro de energía, la eficiencia energética, la reforestación y muchos más. Pero ya no se trata solo de que los Miembros de la OMC dispongan del espacio para aplicar medidas nacionales, sino también de utilizar de manera proactiva el comercio, las políticas comerciales y la cooperación comercial para alcanzar objetivos ambientales. Un nuevo acuerdo sobre subvenciones a la pesca, tres iniciativas centradas en el comercio y la sostenibilidad, así como un trabajo analítico más profundo corroboran este cambio. Pero tenemos desafíos por delante que se deben gestionar con cuidado para evitar tensiones comerciales que puedan socavar la estabilidad y la previsibilidad necesarias para liberar la ingente inversión destinada a financiar la transición ecológica.

A group of wind turbines

El Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca, adoptado en la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC el pasado mes de junio, es el primer acuerdo de la OMC que tiene como principal objetivo el medio ambiente, en este caso la salud de los océanos. El Acuerdo, firmado por los 164 Miembros, permitirá en gran medida reducir las subvenciones perjudiciales, estimadas en 22.000 millones de dólares anuales, que están contribuyendo a agotar las poblaciones de peces y privando a las comunidades pesqueras de una fuente de subsistencia esencial. La Directora General de la OMC, Dra. Ngozi Okonjo-Iweala, está desplegando grandes esfuerzos para conseguir que el Acuerdo sea ratificado por un grupo de países lo suficientemente grande como para que entre en vigor, es de esperar, el año próximo. También está prevista la negociación de disciplinas adicionales para limitar aún más estas subvenciones perjudiciales.

No cabe duda de que los Miembros de la OMC desean intensificar su compromiso en torno a las cuestiones relativas al comercio y el medio ambiente. Casi 90 países, de Ecuador a China, pasando por Türkiye y los Estados Unidos y otros, que representan más del 85% del comercio mundial, participan en debates sobre cuestiones de sostenibilidad clave, que abarcan desde el comercio de plásticos y la economía circular, hasta las políticas relativas al cambio climático y la biodiversidad y las tecnologías verdes, pasando por la reforma de las subvenciones a los combustibles fósiles. Por el momento, las conversaciones son de carácter técnico y tienen por objeto fomentar el aprendizaje colectivo, el intercambio de experiencias y la comprensión mutua. Pero los participantes en cada una de estas iniciativas han empezado a plantearse cómo pasar del debate y la ambición a la acción y a resultados concretos, mientras trabajan con la mirada puesta en la próxima Conferencia Ministerial de la OMC (CM13), que se celebrará en febrero de 2024 en los Emiratos Árabes Unidos.

Entretanto, la Secretaría de la OMC sigue prestando apoyo analítico y de otra índole para que los Miembros de la Organización puedan hacer un uso óptimo del comercio y las políticas comerciales para promover la sostenibilidad. Por ejemplo, en la edición de este año del Informe sobre el comercio mundial se abordan las interacciones entre el comercio internacional y el cambio climático, y se examina cómo el comercio y la cooperación comercial pueden ofrecer soluciones a la crisis climática. Destacan tres mensajes contundentes. El primero es una advertencia clara. El cambio climático amenaza con estrechar y hacer más peligrosa la senda hacia el crecimiento impulsado por el comercio, acompañado de un bloqueo de las cadenas de suministro y una agravación de la inseguridad alimentaria causados por el aumento del número de catástrofes naturales. Por ejemplo, el aumento de la temperatura de 1 ºC está asociado con un descenso de hasta un 5,7% del crecimiento de las exportaciones de los países de bajos ingresos. El segundo es que el comercio tiene un efecto multiplicador que puede ayudar a acelerar la inversión, ampliar las soluciones tecnológicas e incentivar la innovación necesarias para impulsar el progreso hacia una transición justa hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Las cadenas de valor mundiales han sido un factor fundamental en la acusada disminución del costo de la generación de energía solar y eólica, por ejemplo. Pero se puede hacer más para adaptar las políticas comerciales a los objetivos de sostenibilidad. Por ejemplo, en el informe se calcula que la reducción de los aranceles y las medidas no arancelarias respecto de incluso un pequeño subconjunto de bienes ambientales relacionados con la energía podría aumentar las exportaciones de esas tecnologías un 5% para 2030. También se traduciría en menores emisiones y en la creación de hasta 30 millones de puestos de trabajo en el sector de las energías limpias y sectores conexos para 2030. El tercero es que la OMC tiene un papel claro que desempeñar. Mediante la promoción de la cooperación comercial internacional, la OMC puede ayudar a que las medidas climáticas sean más eficaces y la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, más justa.

A pesar de todo lo bueno que está ocurriendo en el ámbito del comercio y el medio ambiente, también se plantean desafíos importantes que merecen abordarse con cuidado en el marco de la OMC, entre los que cabe señalar la necesidad de mantener el comercio abierto y las cadenas de suministro en funcionamiento. Las políticas comerciales abiertas y transparentes han hecho posible el surgimiento de cadenas de suministro mundiales que, a su vez, han fomentado la reducción de los precios y el rápido aumento de la capacidad de las energías renovables en todo el mundo. Pero el aumento de las subvenciones causantes de distorsión y otras políticas aislacionistas corren el riesgo de fragmentar los mercados, agravar la incertidumbre, obstaculizar la innovación y aumentar los costos de la transición hacia una economía verde. La atención que presta la OMC a la facilitación del comercio y a la reducción de los obstáculos al comercio podría contribuir en gran medida a reducir esos costos y acelerar la difusión de nuevas tecnologías.

También es necesario asegurarse de que los mercados de las energías limpias no estén tan concentrados como los de las energías sucias. Ahora mismo, el riesgo de concentración en los minerales críticos necesarios para la transición energética es elevado. La respuesta adecuada está en la diversificación y los mercados de mayor envergadura, no en la ayuda desconectada. Una vez más, la OMC puede contribuir con transparencia, vigilancia y diálogo sobre políticas. Y, por último, es preciso velar por que las economías menos adelantadas y las economías en desarrollo puedan seguir la senda del crecimiento impulsado por el comercio verde. Esto implica una mayor colaboración en materia de normas sobre emisiones de carbono y otras normas de sostenibilidad para que reflejen las condiciones presentes en todas las regiones. También se trata de seguir cooperando para reforzar la infraestructura de calidad en los países en desarrollo, de modo que las pequeñas empresas puedan demostrar que cumplen las nuevas normas y prescripciones verdes, y sacar provecho de los beneficios de la creciente demanda mundial de bienes y servicios verdes. La iniciativa de Ayuda para el Comercio dirigida por la OMC puede calibrarse para seguir apoyando unas cadenas de suministro verdes más inclusivas.

Queda mucho trabajo por hacer para aprovechar todo el potencial del comercio en favor de la sostenibilidad. No hay tiempo que perder: 2022 fue un año de promesas y peligros; 2023 debe ser uno de soluciones prácticas y resultados tangibles.

 
* Anabel González fue Directora General Adjunta de junio de 2021 a agosto de 2023