DDG Anabel González

Reflexiones sobre el comercio, desde Ginebra

por la ex DGA Anabel González*

¿Cómo puede la facilitación del comercio hacer que el comercio sea más inclusivo?

En el mundo actual, los responsables de la formulación de políticas tienen opiniones divergentes sobre muchas cuestiones comerciales. Sin embargo, cuando se trata de hacer que el comercio sea más inclusivo, en países que van desde Barbados hasta Camboya, desde Colombia hasta Kenya y desde el Pakistán hasta los Estados Unidos, por no nombrar más, se comparte en general el objetivo de lograr que un mayor número de personas participe en los intercambios transfronterizos de bienes y servicios. El motivo es evidente: el comercio ofrece un camino hacia la prosperidad. Los responsables de la formulación de políticas lo saben, como también lo saben los particulares y las empresas, razón por la cual quieren explorar mercados extranjeros, establecer nuevos contactos y participar en el comercio regional y mundial.

Si bien hay consenso general sobre el objetivo de aumentar la participación en el comercio internacional, existen numerosas percepciones diferentes en cuanto a qué políticas pueden contribuir a la consecución de ese objetivo. Aunque las pruebas demuestran que los beneficios del comercio son significativos, la idea equivocada de que la ganancia de un país es la pérdida de otro puede a veces nublar la formulación de políticas.

Ahora bien, una prescripción es incuestionable: el comercio debe ser más rápido, más fácil y menos costoso. La Organización Mundial del Comercio (OMC), a través de sus normas, su intercambio de experiencias y sus esfuerzos de creación de capacidad, puede ayudar a los Gobiernos a facilitar el comercio y a impulsar la cooperación del sector privado. Prestando una atención renovada a la aplicación efectiva del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio (AFC) de la OMC (véase el gráfico 1), así como al aprovechamiento de las tecnologías avanzadas y a la utilización de medidas comerciales urgentes para apoyar la transición ecológica, se puede capacitar a más personas para comerciar.

Gráfico 1: Progresos en los compromisos de aplicación del AFC

Fuente: Base de Datos del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC (consultada el 26 de abril de 2023).

El comercio puede beneficiar a la mayoría

La función que ha desempeñado el comercio para impulsar una reducción de la pobreza sin precedentes en los últimos 40 años está bien documentada. Sin embargo, a causa de la pandemia de COVID-19, los esfuerzos encaminados a erradicar la pobreza y reducir la desigualdad se han visto gravemente obstaculizados. La elevada inflación y la guerra en Ucrania han agravado aún más la situación. Se necesita un comercio cada vez más inclusivo.

Las exportaciones pueden crear nuevas oportunidades de empleo, aumentar los ingresos y mejorar las competencias. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial muestra que el aumento de las exportaciones por trabajador da lugar a salarios más altos y niveles más bajos de empleo informal para muchos grupos marginados. En otro estudio se constata que las empresas exportadoras emplean a más mujeres que las empresas no exportadoras. Además, este estudio pone de relieve que las mujeres empleadas en sectores con niveles altos de exportación tienen más probabilidades de obtener empleos formales con mejores prestaciones, y que el comercio aumenta tanto los salarios de las mujeres como la igualdad económica.

Una próxima publicación de la OMC y el Banco Mundial confirmará que el crecimiento del comercio de servicios se ha traducido en un número cada vez mayor de puestos de trabajo relacionados con las exportaciones de servicios, incluso en las economías en desarrollo, y que las empresas más pequeñas desempeñan un papel fundamental en este ámbito.

Las importaciones de bienes y servicios también son importantes. Ejercen una presión a la baja sobre los precios y amplían las posibilidades de elección de los consumidores. Asimismo, contribuyen a mejorar el nivel de vida, en particular de los hogares más pobres tanto de los países avanzados como de los países en desarrollo, que gastan una parte relativamente importante de sus ingresos en bienes objeto de intenso comercio, como alimentos y prendas de vestir. Además, las importaciones de insumos intermedios de alta calidad y precios competitivos pueden impulsar la productividad de las empresas nacionales.

Sin embargo, los beneficios del comercio no son automáticos. Las políticas e instituciones complementarias son fundamentales para conseguirlos. De manera análoga, se necesitan políticas adecuadas para gestionar los riesgos que afrontan los más vulnerables y para reducir los costos de ajuste asociados a las perturbaciones del comercio.

Pero los obstáculos pueden limitar la participación en el comercio

El comercio internacional no es solo un poderoso motor del crecimiento económico, sino también un complejo sistema de transacciones comerciales transfronterizas. En él intervienen numerosos participantes, tanto del sector público como del privado, y depende en gran medida de documentos, procesos, procedimientos e infraestructuras, elementos todos ellos esenciales para el traslado de cosas de un lugar a otro.

Aunque de nada sirve hacer que la participación en el comercio resulte más difícil y costosa, existen obstáculos — como las prácticas y reglamentaciones ineficientes en materia de gestión aduanera y fronteriza, la infraestructura relacionada con el comercio y el transporte obsoleta, o los servicios de transporte marítimo y de logística ineficientes y caros — que impiden muy a menudo que el comercio sea eficiente. Otros factores, por ejemplo el escaso acceso a la financiación del comercio o las limitaciones de capacidad para cumplir las normas, también pueden afectar a la capacidad de las personas para beneficiarse del comercio.

El reciente índice de desempeño logístico (IDL) del Banco Mundial presenta las últimas opiniones sobre la red de servicios que apoyan el movimiento físico de las mercancías a través de 139 países. El IDL muestra que, si bien el desempeño global ha mejorado en comparación con años anteriores, aún queda mucho por hacer. Por ejemplo, según el IDL, tomando todas las rutas de comercio posibles, el tiempo medio necesario para que un buque portacontenedores se traslade del puerto de exportación al puerto de destino son 44 días, con una desviación típica de 10,5 días. Durante la mayor parte de ese tiempo el buque está en el mar, pero sufre retrasos significativos en los puertos de origen y destino, retrasos que se podrían reducir o evitar. Es interesante observar que, aunque los países que encabezan el índice son economías avanzadas, el desempeño transciende los niveles de ingresos.

La OMC es un instrumento para facilitar el comercio con miras a la inclusión

Los procedimientos aduaneros gravosos, así como otros factores que aumentan el tiempo y los costos asociados a la importación y la exportación, afectan de manera desproporcionada a quienes tienen menos recursos para seguirlos, en particular las pequeñas empresas y los países más pobres. Las herramientas que reducen los costos del comercio pueden ser un factor de cambio decisivo.

Varios Acuerdos de la OMC ayudan a reducir los costos del comercio, principalmente el AFC, que entró en vigor en 2017. El AFC constituye un marco para agilizar el movimiento, el levante y el despacho de las mercancías, incluidas las mercancías en tránsito, al tiempo que establece medidas para la cooperación efectiva entre las autoridades aduaneras y otras autoridades competentes en las cuestiones relativas a la facilitación del comercio y el cumplimiento de los procedimientos aduaneros. Contiene disposiciones sobre las principales herramientas a las que recurren los servicios de aduanas modernos para desempeñar sus funciones, como la gestión de riesgo, las ventanillas únicas,  y las medidas para los operadores autorizados, entre otras.

Como acuerdo multilateral, el AFC es valioso principalmente porque sirve tanto de ancla como de catalizador de los esfuerzos nacionales por facilitar el comercio. El AFC exige que todos los interlocutores comerciales inviertan en la facilitación del comercio. Impide a los Gobiernos dar marcha atrás frente a los grupos de interés contrarios a la facilitación. Fomenta la adopción de procedimientos y requisitos comunes, eliminando la redundancia de documentos. Además, moviliza el apoyo de los donantes para ayudar a crear capacidad en los países en desarrollo.

En uno de los primeros esfuerzos por evaluar empíricamente la repercusión del AFC después de su aplicación, un estudio reciente de la OMC muestra que el AFC ha generado un incremento del comercio por valor de 231.000 millones de dólares EE.UU., con un aumento medio del 5% en el comercio mundial de productos agropecuarios, del 1,5% en el comercio de manufacturas y de aproximadamente el 1% en el comercio total. El análisis confirma el dividendo favorable al desarrollo del AFC: los países menos adelantados son los que más se han beneficiado, al incrementar sus exportaciones de productos agropecuarios un 17%, sus exportaciones de manufacturas un 3,1% y sus exportaciones totales un 2,4%. Las estimaciones apuntan además a un aumento de entre el 16% y el 22% en el comercio de productos agropecuarios entre los Miembros en desarrollo que han contraído compromisos en el marco del AFC.

Las medidas destinadas a facilitar un comercio eficaz, digitalizado y ecológico pueden llevar a más personas a comerciar

De cara al futuro, será sumamente importante duplicar el nivel de facilitación del comercio para lograr la participación de muchas más personas en el comercio. Según la Base de Datos del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC, alrededor de una cuarta parte de las medidas previstas en el AFC todavía no se han aplicado, y serán los países en desarrollo los que más se beneficien de su aplicación (véase el gráfico 1). Se puede acceder  fácilmente a la asistencia técnica y el apoyo para la creación de capacidad que se prestan con el fin de respaldar la aplicación.

En cuanto a lo que está ocurriendo sobre el terreno, hay margen para mejorar el funcionamiento de las medidas de facilitación del comercio en la práctica. En una presentación realizada recientemente ante el Comité de Facilitación del Comercio, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) destacó que la mejora de las prácticas operativas, incluidas las relacionadas con la automatización en las fronteras y la simplificación de los procedimientos en frontera, podría reportar grandes beneficios.

La capacidad de aprovechar las nuevas tecnologías se ha convertido en un medio fundamental para impulsar la facilitación del comercio, y las tecnologías digitales ya están influyendo en la forma en que funcionan las aduanas. Un estudio realizado recientemente por la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la OMC reveló que, de varias de las denominadas tecnologías disruptivas, el análisis de datos y la inteligencia artificial (IA) eran las que mayor repercusión tenían en las operaciones aduaneras. Estas nuevas tecnologías ya se utilizan en la extracción de datos para fines de inteligencia y gestión de riesgos, así como en las auditorías y los controles posteriores al despacho de aduana y en la elaboración de modelos basados en la IA para la interpretación de imágenes obtenidas por rayos X, entre otras cosas. El intercambio de experiencias entre los organismos nacionales que intervienen en la frontera sobre el uso de tecnologías digitales puede ayudar a los países a aprender de los éxitos de los demás y a evitar errores costosos.

En un momento en el que el mundo se enfrenta a incidentes más frecuentes e intensos relacionados con el cambio climático, la facilitación del comercio, como parte de una estrategia de comercio y adaptación al cambio climático,  de amplia base, desempeñará un papel cada vez mayor en el fortalecimiento de la resiliencia económica. La facilitación del comercio puede contribuir a lograrlo reduciendo la repercusión de los aumentos de los costos del comercio provocados por el clima y reforzando la seguridad alimentaria durante las perturbaciones de la oferta causadas por el clima. También puede apoyar la preparación ante los desastres climáticos y la recuperación y rehabilitación tras esos desastres. Si se examina más en general la transición hacia un futuro sostenible, la facilitación del comercio también será fundamental para apoyar los esfuerzos de las empresas por convertir sus cadenas de suministro lineales en cadenas de suministro circulares que ayuden a utilizar los recursos de manera más eficiente y a reducir el despilfarro.

Las crisis recientes han hecho mella en la actividad económica, que se prevé que se reduzca del 3,4% en 2022 al 2,8% en 2023. Pero las preocupaciones van más allá. Ante la caída del crecimiento potencial mundial a un 2,2% anual en promedio entre 2022 y 2030 — la tasa de crecimiento más baja registrada en 30 años —, el Banco Mundial teme que se esté gestando un decenio perdido. La capacidad de los países para hacer frente a las crisis crediticias, combatir la pobreza y la exclusión social y luchar contra el cambio climático podría verse reducida en medida significativa. La eliminación de los obstáculos que aumentan los costos del comercio podría contribuir a revitalizar el comercio mundial.

No cabe duda de que las medidas de facilitación del comercio, respaldadas por un firme apoyo a su aplicación en los países más pobres, son un componente central de una ambiciosa asociación mundial para volver a encarrilar el crecimiento mundial.

 
* Anabel González fue Directora General Adjunta de junio de 2021 a agosto de 2023