“Hacer avanzar el comercio: adaptarse a un mundo en evolución”

La tecnología es un motor importante de los avances económicos, en la medida en que permite producir más fácil y eficientemente y a un menor coste, y contribuye a que los servicios sean más comerciables. Los métodos y procesos de producción han evolucionado gracias a factores como la automatización y las expectativas de los consumidores. Los servicios se han convertido en el segmento de producción, empleo y comercio que más rápidamente está creciendo, y han contribuido a que las actividades manufactureras y las cadenas de valor sean más eficientes. Las pautas del empleo están cambiando: el crecimiento del empleo cualificado supera al del empleo no cualificado y el mercado laboral se flexibiliza; en cambio, el sector informal sigue representando una parte importante de las economías en desarrollo. Las estructuras demográficas también han influido en las pautas del empleo. Los mileniales y la generación Z (que representarán previsiblemente más de la mitad de la población mundial de aquí a 2020) constituirán la mayoría de los futuros trabajadores. Las consideraciones medioambientales redundan en todos estos factores y, en gran medida, influyen en la mayoría de las decisiones, ya se trate de decisiones de inversión o de elecciones de los consumidores.

Ante la realidad de que estos y otros factores transforman el panorama comercial, ¿cuál es la mejor manera para lograr que los países, las empresas y los comerciantes de todo el mundo se preparen y adapten? ¿Cómo pueden conseguir que las oportunidades que brindan los avances tecnológicos beneficien a todos los sectores de la economía y, al mismo tiempo, hacer frente a los desafíos que conllevan esos avances? ¿Cuál es el papel de la próxima generación, que representa a nuestros futuros líderes, trabajadores, empresarios y consumidores? Sus esperanzas y expectativas para el futuro del comercio mundial y la cooperación económica mundial deben ser escuchadas. Teniendo en cuenta que los servicios representan una parte significativa y creciente de la economía mundial, ¿cómo pueden los países aprovechar este sector como una oportunidad para aumentar su participación en el comercio? ¿Qué políticas y reglamentos facilitarán el comercio de servicios y, al mismo tiempo, atenderán a las necesidades de desarrollo y a las preocupaciones de política nacional?

Si por una parte los cambios que configuran el panorama comercial ofrecen oportunidades y posibilidades de crecimiento, no es menos cierto que también plantean dificultades. ¿Cómo puede la OMC responder a un mundo que evoluciona tan rápidamente?

El Foro congregará a representantes de los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y el mundo académico y a estudiantes para debatir sobre estos temas y examinar cómo puede el sistema de comercio adaptarse a estos cambios y seguir siendo pertinente.