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28 de septiembre de 2000

Reunión del grupo de trabajo sobre la adhesión de China

Resumen del Presidente

Al término de la duodécima reunión del Grupo de Trabajo sobre la Adhesión de China, desearía formular las siguientes observaciones.

En primer lugar, los debates y reuniones que hemos mantenido a lo largo de estas dos últimas semanas marcan una nueva etapa importante en el proceso de adhesión de China a la OMC.

En segundo lugar, tras las reuniones que celebramos en septiembre, resulta aún más evidente que el proceso de adhesión de China se encuentra en su última etapa. Lo positivo es que, como en reuniones anteriores, hemos logrado progresos concretos con respecto a cuestiones específicas del proyecto de informe. Tengo intención de distribuir un proyecto de informe revisado en el que estén reflejados esos progresos. Buena parte de esos progresos obedecen a los trabajos realizados en las distintas reuniones plurilaterales y aprovecho esta oportunidad para expresar nuestro agradecimiento a todos los presidentes de esas reuniones. Todos hemos valorado sobremanera el tiempo y los esfuerzos intelectuales que han dedicado al desempeño de las responsabilidades que les fueron encomendadas. Puede que recurramos de nuevo a ellos en el futuro. En tercer lugar, ya hemos definido claramente las cuestiones delicadas y difíciles que siguen existiendo y con respecto a las cuales es urgente lograr avances importantes. Sobre ese particular he de decir que debemos reconocer que, en comparación con los objetivos que nos fijamos para la reunión de septiembre, los progresos logrados, por muy positivos que fueran, fueron insuficientes. Es más, el hecho de que los progresos conseguidos en relación con estas cuestiones fundamentales hayan sido limitados, nos lleva a poner en tela de juicio nuestro objetivo de finalizar el proceso de adhesión este año. En cuarto lugar, tenemos que extraer otra lección importante de las reuniones que celebramos en septiembre. Los avances necesarios a que he hecho referencia sólo son posibles si en las capitales se examinan de nuevo las posiciones de negociación y se da a los negociadores en Ginebra la orientación política necesaria para poder finalizar el proceso. En resumidas cuentas, no se trata de problemas de redacción. A mi juicio, ni siquiera se trata -excepto con respecto a un número limitado de cuestiones- de los compromisos que se han de incluir en el proyecto de Protocolo o en el proyecto de informe. Al margen de esos compromisos, las cuestiones que quedan pendientes atañen, en su mayoría, al logro de un acuerdo multilateral respecto de las modalidades y del calendario de aplicación de esos compromisos de conformidad con las prescripciones de la OMC. Todos ustedes conocen sobradamente las cuestiones específicas a que hago referencia, por lo que no veo la necesidad de enumerárselas.

En quinto lugar, las reuniones de septiembre nos han permitido, así pues, llegar a la conclusión de que todos los negociadores deben informar urgentemente a sus respectivas autoridades políticas y mantener nuevas conversaciones entre ellos, según sea necesario. Me mantendré continuamente en contacto para que puedan llegar a mí las señales positivas de progreso en las esferas en las que se requieren avances importantes.

Por último, no necesito recordarles que tenemos que respetar un calendario muy estricto y que aún hay que realizar trabajos importantes en todas las esferas. En estas circunstancias, soy claramente partidario de que nuestra próxima reunión se celebre lo antes posible, a finales de octubre o principios de noviembre. Ahora bien, también es cierto que antes de fijar la fecha y el orden del día de la próxima reunión tendremos que estar en condiciones de garantizar que el carácter y los resultados de la próxima reunión serán sustancialmente diferentes a los de la presente reunión. Confío en que con la cooperación y esfuerzos de todas las partes ello sea posible.