OMC: NOTICIAS 2010

  

Declaración de Pascal Lamy

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La celebración de hoy tiene un profundo significado para todos nosotros. A medida que vamos saliendo lentamente de una de las crisis económicas más graves, es evidente que no podemos seguir como si no pasara nada. Si queremos preservar nuestro planeta para las generaciones futuras, debemos proteger nuestros recursos, la biodiversidad de nuestro planeta y el medio ambiente en general.

La apertura del comercio tiene mucho que aportar a la lucha contra el cambio climático y en la protección del medio ambiente, pero el cometido de la OMC no se limita a la apertura del comercio. Los dirigentes que fundaron nuestra Organización estaban firmemente convencidos de que el desarrollo sostenible constituye el fundamento mismo de nuestra misión. Para asegurarse de que así sea, los gobiernos han convenido en otorgar a los Miembros de la OMC la flexibilidad necesaria para que puedan lograr sus objetivos ambientales.

Con la apertura del comercio mejora la asignación de recursos a nivel internacional, incluidos los recursos naturales. Por ejemplo, el comercio internacional puede ayudar a los países con pocos recursos hídricos a ahorrar agua si adquieren en el extranjero los productos agrícolas para los que se requiere mucha agua. Además, el comercio genera crecimiento económico, que puede propiciar una demanda de normas ambientales más estrictas y la capacidad financiera para responder a esa demanda.

No obstante, no cabe ninguna duda de que ese crecimiento podría provocar un aumento del consumo de energía y de los niveles de emisiones de CO2. Dicho esto, alrededor del 90 por ciento del comercio se transporta por mar, un modo de transporte cuya huella de CO2 es inferior a la de cualquier otro.

Cabe señalar asimismo que una mayor apertura del comercio puede mejorar los métodos de producción y facilitar el acceso de un mayor número de consumidores a productos y tecnologías inocuos para el medio ambiente, a un costo inferior. Ciertamente será necesario lograrlo para reducir el consumo de energía y la contaminación.

Proteger el medio ambiente también significa proteger nuestros océanos. La pesca excesiva agota las poblaciones de peces de nuestros océanos y amenaza de extinción a muchas especies. Muchos ecologistas establecen un vínculo directo entre determinados tipos de subvenciones públicas y la pesca excesiva. De disminuir las subvenciones a la pesca se podría reducir significativamente la explotación excesiva de los recursos y se favorecería la conservación de las especies, razón por la cual en la actualidad los Miembros de la OMC negocian disciplinas internacionales más estrictas en esta esfera. Un acuerdo en la OMC permitiría dejar a las generaciones futuras unos océanos más ricos y sería beneficioso para el comercio, el medio ambiente y el desarrollo.

Todo el mundo es consciente de los peligros ambientales a que se enfrenta nuestro planeta. No obstante, la capacidad de los gobiernos para responder a estos peligros guarda estrecha relación con los recursos de que disponen. Los países que han logrado aliviar la pobreza y mejorar el nivel de vida tienen más tendencia a crear las condiciones para un medio ambiente más limpio. Sin embargo, es indudable que no podemos abordar este problema individualmente. Los problemas mundiales requieren soluciones mundiales, para las que es fundamental una buena gobernanza mundial del medio ambiente.

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