OMC: NOTICIAS 2015

DIRECTORES GENERALES ADJUNTOS


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Observaciones del Director General Adjunto Brauner

Excelencias,
Señoras y señores:

Me complace enormemente estar hoy aquí para demostrar que las instituciones multilaterales de comercio están uniendo sus fuerzas con el fin de respaldar las iniciativas encaminadas a hacer frente al cambio climático.

Numerosas partes interesadas, de la administración pública, la sociedad civil y el sector privado, se han reunido aquí en París para inaugurar una nueva era de cooperación multilateral en la esfera del cambio climático. También nosotros debemos hacer lo que nos corresponde para aprovechar ese impulso, tanto individual como institucionalmente, y asegurarnos de que este compromiso político se traduzca en un cambio positivo.

Estas dos semanas de intensas negociaciones son solamente el punto de partida de un empeño común. Un empeño al que tienen que contribuir todas las partes interesadas, también el mundo del comercio internacional.

Es preciso que creemos un círculo virtuoso de políticas comerciales y ambientales que fomenten la producción y el consumo sostenibles, y que al mismo tiempo favorezcan el crecimiento y el desarrollo.

El comercio ha demostrado ser uno de los instrumentos de lucha contra la pobreza más eficaces de la historia. Ha desempeñado un papel crucial en la consecución del Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir la pobreza a la mitad. También es un elemento transversal de muchos de los nuevos objetivos de desarrollo sostenible convenidos en Nueva York en el mes de septiembre. Esta contribución del comercio continuará.

Por consiguiente, ¿cómo podemos asegurarnos de que las políticas comerciales sigan cumpliendo plenamente el papel que les corresponde en este círculo virtuoso tras la COP 21?

Tenemos como mínimo tres esferas fundamentales de trabajo.

En primer lugar, debemos mejorar la difusión y el acceso a tecnologías, bienes y servicios que sean respetuosos del clima, en vistas a apuntalar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. En algunos países, los aranceles de importación aplicados a productos como los calentadores de agua solares continúan excediendo del 20% y, en el caso de las turbinas eólicas, del 15%, valores que son muy superiores al arancel promedio del 9%.

Abordar los obstáculos al comercio de bienes y servicios ambientales contribuiría a su abaratamiento y mejoraría el acceso a los mismos. Esto, a su vez, ayudaría a los países a sustituir las tecnologías con altos niveles de emisión de carbono y avanzar en el uso de alternativas inocuas para el clima.

Un grupo de Miembros de la OMC está negociando un Acuerdo sobre Bienes Ambientales cuyo objetivo es reducir sus obstáculos al comercio para una serie de productos ambientales importantes. Estos países representan la mayor parte del comercio mundial de bienes ambientales.

Si la iniciativa da fruto, ayudaría a difundir tecnologías de punta a un costo mucho más bajo, y al mismo tiempo fomentaría la innovación y fortalecería la economía verde en todo el mundo.

Es importante recalcar que los beneficios se harían extensivos a todos los Miembros de la Organización Mundial del Comercio.

A este respecto incumbirá un papel crucial al sector privado y la sociedad civil. Deberán asegurarse de que la economía verde se integra en los modelos empresariales y que se desarrollan modelos más sostenibles de consumo, utilizando para ello las nuevas oportunidades que se presentan.

En segundo lugar, debemos aumentar la eficiencia del comercio en general.

Con frecuencia el comercio se vincula a las emisiones de carbono en el contexto del transporte internacional.

El 80% del volumen del comercio se realiza por vía marítima, que es la modalidad de transporte con menor nivel de emisiones, con alrededor del 3% de las emisiones mundiales.

Pero se puede hacer más. Por ejemplo, la Organización Marítima Internacional y la Organización de Aviación Civil Internacional están trabajando para encontrar una solución de alcance mundial al problema de las emisiones en los sectores marítimo y de la aviación. Es importante que apoyemos esos esfuerzos.

En ello también interviene la OMC.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC, adoptado en nuestra última Conferencia Ministerial en Bali, puede reducir los costos del comercio más de un 14% en promedio. Se prevé que los países más pobres se beneficiarán aún más.

El actual sistema de fabricación de productos ambientales, en el que interviene una densa cadena de valor de proveedores de otros bienes y servicios, también se beneficiará. Por ejemplo, una turbina eólica consta de más de 8.000 componentes. Acortar el tiempo que se tarda en transportar esas partes componentes a través de las fronteras haría disminuir los costos y ayudaría a aumentar la disponibilidad de tecnologías respetuosas del clima. Asimismo, será necesario que intervengan un gran número de proveedores de servicios en la instalación, el mantenimiento y la difusión de estos productos y tecnologías.

Las empresas verdes también deben estar dispuestas a aprovechar esta oportunidad.

En tercer lugar, disponemos de un marco jurídico institucional para facilitar la aplicación de los compromisos contraídos en la esfera del cambio climático.

Numerosos países se han comprometido ya a emprender acciones en el marco de las contribuciones determinadas para cada país. La aplicación de estos compromisos exigirá la adopción de numerosas políticas concretas, entre ellas, medidas que podrían afectar al comercio.

Ha quedado claro en las últimas décadas que las normas comerciales internacionales dan a los Miembros un amplio margen para perseguir objetivos legítimos de política ambiental o de otro tipo, pero manteniendo el proteccionismo firmemente bajo control.

Desde la creación de la OMC, varias medidas relacionadas con el medio ambiente se han sometido a nuestro sistema de solución de diferencias para determinar su conformidad con nuestras normas.

La jurisprudencia ha confirmado que se puede permitir a los Miembros aplicar medidas ambientales que restringen el comercio, siempre y cuando no se apliquen de forma arbitraria ni se utilicen como una forma encubierta de proteccionismo. El resultado ha sido por lo general el logro de unas políticas ambientales más uniformes y coherentes.

La aplicación de los resultados de la COP 21 exigirá nuevos enfoques en lo que respecta al desarrollo económico, así como la plena utilización de las estructuras institucionales existentes. En la OMC, el Comité de Comercio y Medio Ambiente ha ofrecido a los Miembros un canal abierto de comunicación entre ellos y con la comunidad de la política ambiental, y sin duda continuará siendo un valioso foro para apoyar los renovados esfuerzos en la lucha contra el cambio climático tras la COP 21.

El ambicioso acuerdo de cooperación multilateral que están logrando los líderes mundiales reunidos aquí en París supondrá un reto histórico para la comunidad del comercio internacional.

Debemos asegurarnos de que los programas de comercio, desarrollo y medio ambiente se complementen entre sí. Debemos hacer posible que se logren todos los beneficios complementarios de las políticas comerciales y ambientales, reconocidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Hemos recorrido un largo camino desde que se firmó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992.

En la actualidad, las instituciones comerciales y ambientales reaparecen mejor a la hora de especificar las oportunidades que permiten avanzar hacia los objetivos comerciales, de desarrollo y ambientales.

Confío en que todos nosotros, la comunidad multilateral de comercio representada hoy aquí, seremos capaces de superar este reto.

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