De acuerdo con el Programa de Trabajo sobre el Comercio Electrónico, se encomienda al Comité de Comercio y Desarrollo que examine las consecuencias del comercio electrónico para el desarrollo, teniendo en cuenta las necesidades económicas, financieras y de desarrollo de los países en desarrollo.

El Programa de Trabajo encomienda a otros tres órganos de la OMC que estudien la relación entre los Acuerdos de la OMC existentes y el comercio electrónico. Estos órganos son el Consejo del Comercio de Mercancías, el Consejo del Comercio de Servicios y el Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio.

China y el Pakistán copatrocinaron una propuesta relativa al comercio electrónico. China, que presentó la propuesta, compartió información sobre la función del comercio electrónico en el alivio de la pobreza y la labor realizada en su país para alentar a las empresas a establecer plataformas de comercio electrónico y mejorar la circulación de mercancías en las zonas desfavorecidas. China mencionó las dificultades asociadas a las infraestructuras y a los recursos humanos para lograr esos objetivos. La propuesta, que hace hincapié en la necesidad de mantener la dimensión de desarrollo en los debates sobre el comercio electrónico, aborda principalmente la promoción y la facilitación del comercio transfronterizo de mercancías, pagos y servicios logísticos.

Una segunda propuesta, presentada por el Brasil y copatrocinada por la Argentina y el Paraguay, se centró en las firmas electrónicas y su función en la identidad digital de los usuarios. Los proponentes compartieron sus experiencias sobre cómo se tratan las firmas electrónicas en la zona del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). También señalaron que los procedimientos de “ventanilla única” en la esfera de la facilitación del comercio se beneficiarán de las firmas electrónicas, puesto que los Gobiernos podrán determinar la identidad de las personas que envían los documentos.

La Unión Europea presentó una propuesta en la que los copatrocinadores trazaron las cuestiones del comercio electrónico relacionadas con la política comercial. Entre estas cuestiones se incluyen los marcos normativos, los mercados abiertos, las iniciativas que faciliten el desarrollo del comercio electrónico, como la facilitación del comercio y la Ayuda para el Comercio, y la transparencia en el sistema multilateral de comercio. Los copatrocinadores dijeron que la lista que acompañaba a la propuesta no era exhaustiva e invitaron a los Miembros a expresar sus opiniones sobre los elementos adicionales que deberían incorporarse.

En un documento informal copatrocinado por Brunei Darussalam; Colombia; Costa Rica; Hong Kong, China; Singapur; China; Israel; Malasia; México; Nigeria; el Pakistán; Panamá; Qatar; Seychelles; y Turquía se identificaron varias cuestiones para poner en marcha el debate, como la seguridad en línea y el acceso a los pagos en línea, así como el modo de subsanar las deficiencias de infraestructura que hay en los países en desarrollo.

Por lo general, los Miembros parecen reconocer la función del comercio electrónico como un medio y una oportunidad de promover el comercio mundial. Algunos Miembros manifestaron interés en profundizar y proseguir el debate con el objetivo de lograr resultados tangibles en la Undécima Conferencia Ministerial a finales de 2017. Otros Miembros recalcaron la necesidad de utilizar las herramientas disponibles en la OMC para dar a los países la posibilidad de subirse al “tren del comercio electrónico” o prepararse para el comercio electrónico.

Sin embargo, muchos países en desarrollo Miembros pusieron de relieve la brecha digital que sigue habiendo entre los Miembros y señalaron que se necesitan unos componentes fundamentales para el comercio electrónico, como el suministro de electricidad, la conectividad, el ancho de banda o el acceso a Internet, de los que a menudo carecen los países en desarrollo. Ese grupo de Miembros sostuvo que la función del Comité debería ser abordar las necesidades de desarrollo de esos países.