DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Quiero dar las gracias al Gobierno del Japón por acoger esta reunión y por la organización y las excelentes instalaciones ofrecidas para hacer fructíferas y agradables nuestras reuniones y nuestra estancia en Niigata.

Los avances tecnológicos han transformado de un modo fundamental las interacciones en las cadenas de valor agroalimentarias nacionales e internacionales. En relación con nuestro debate de hoy resultan especialmente pertinentes los principales resultados de un reciente informe sobre el desarrollo de las cadenas de valor mundiales cuyas conclusiones se debatieron el 13 de abril en un acto especial durante las Reuniones de Primavera de 2019 del FMI y el Grupo del Banco Mundial.

Informe sobre el desarrollo de las cadenas de valor mundiales de 2019

Muchas de las conclusiones del informe, publicado conjuntamente por la OMC, el Grupo del Banco Mundial, la OCDE, el Instituto de Economías en Desarrollo (IDE-JETRO), el Centro de Investigación de las Cadenas de Valor Mundiales de la Universidad de Estudios Empresariales y Económicos Internacionales y la Fundación de Investigación para el Desarrollo de China (CDRF), pueden y deben aplicarse al comercio agrícola:

El informe subraya la evolución permanente de las cadenas de valor mundiales en los dos últimos decenios y su papel crucial en la apertura de nuevos mercados para países, sectores y empresas, en particular mediante la reducción de los obstáculos al comercio y la disminución de los costos. Las cadenas de valor mundiales desempeñan un importante papel positivo en la economía mundial, con beneficios económicos directos muy sustanciales.

Se ha comprobado mediante estudios empíricos que el comercio no ha sido un factor significativo en la pérdida de puestos de trabajo del sector manufacturero en las economías desarrolladas y ha generado empleo y aumentado los ingresos en las economías en desarrollo. La evolución de los procesos de producción en el marco de las cadenas de valor mundiales ha llevado aparejados incrementos del empleo en el sector de servicios. Esto reviste una importancia crucial para las cadenas de valor agroalimentarias y supone amplios beneficios tanto en las economías desarrolladas como en las economías en desarrollo.

El informe reconoce, no obstante, que las cadenas de valor mundiales pueden dar lugar a cambios estructurales que varían considerablemente según las regiones, los países y los distintos niveles de cualificación de las personas, especialmente en los países desarrollados. Por ello, el informe subraya la necesidad de que los Gobiernos diseñen y apliquen políticas de ajuste para asegurarse de que los beneficios económicos, que superan a los costos, se repartan más equitativamente. El informe concluye que la transformación digital en curso proporciona importantes oportunidades para impulsar el crecimiento y el comercio mundiales, especialmente para las pymes.

Innovación, conectividad digital y tecnologías de la información y la comunicación (TIC)

La OMC ha subrayado la importancia de las TIC para ayudar a los países en desarrollo a mejorar la conectividad digital. En diciembre de 2015, en la Conferencia Ministerial de la OMC celebrada en Nairobi, se amplió el ámbito de aplicación del Acuerdo sobre Tecnología de la Información (ATI) para incluir 201 productos de alta tecnología adicionales. Los beneficios del ATI se extienden a todos los Miembros de la OMC.

La mayor disponibilidad de los productos y servicios de TIC permite a los colectivos interesados en las cadenas de valor alimentarias/cadenas de valor mundiales acceder con creciente facilidad, en tiempo real, a datos en los que basar sus decisiones en materia de plantación, elaboración, comercialización, distribución e inversión. Mejorar las inversiones en conectividad digital, mecanismos electrónicos de apoyo logístico y sistemas de información basados en TIC puede generar nuevos incrementos de eficiencia en las cadenas de valor alimentarias/cadenas de valor mundiales, especialmente en las industrias agroalimentarias, que manejan grandes volúmenes de datos, están expuestas a riesgos (como contingencias meteorológicas, volatilidad de los precios, cuestiones relacionadas con la inocuidad de los alimentos, etc.) y presentan una gran dependencia del sector de servicios.(1)

Cabe citar los siguientes ejemplos de beneficios para los colectivos interesados de las cadenas de valor:

    • La rastreabilidad mejora la inocuidad de los alimentos. Detectar antes un problema permite reducir los riesgos para la salud, las perturbaciones del suministro, los costos para los productores y distribuidores (en ocasiones de forma muy pronunciada) y el despilfarro.
    • Los productores, incluidos los pequeños agricultores, pueden tener una relación más cercana con los consumidores y suministrarles productos más frescos con más rapidez, ofrecerles una mayor variedad de elección y una experiencia mejorada, así como obtener mayores beneficios económicos, algo particularmente importante para los productores con ingresos relativamente limitados.
    • Un mayor acceso a información en tiempo real sobre los mercados, las políticas y los precios favorece el cumplimiento de la reglamentación en todas las etapas de la cadena de suministro (normas en materia de inocuidad y calidad, requisitos financieros, procedimientos aduaneros, etc.), alienta la inclusión de agentes de menor tamaño, permite salvar las distancias y reduce los costos del comercio.
    • Una colaboración y coordinación más estrecha entre los asociados e instituciones locales, regionales e internacionales -tanto públicos como privados- acelera la integración. La capacidad de cada uno de los colectivos interesados de prever los riesgos y gestionarlos fortalece la resiliencia de toda la cadena agroalimentaria.
    • La adopción de prácticas de producción sostenibles y "climáticamente inteligentes" basadas en la tecnología de observación satelital y terrestre, sistemas de tratamiento y vigilancia de los cultivos mediante drones y técnicas modernas de rastreabilidad y gestión de riesgos, como la tecnología de cadena de bloques y la certificación electrónica, puede aumentar la productividad y reducir el costo de los insumos (abonos, plaguicidas, agua) y así contribuir a incrementar los ingresos de las explotaciones agrícolas y mejorar la inocuidad de los alimentos y la nutrición, aumentando al mismo tiempo la sostenibilidad y disminuyendo el impacto perjudicial para el medio ambiente.

A fin de maximizar las mejoras de la eficiencia, en el Informe sobre el desarrollo de las cadenas de valor mundiales de 2019 se insta a los Gobiernos a elaborar estrategias digitales integrales que abarquen inversiones en TIC, contemplen la formación y la creación de capacidad y fortalezcan la apertura comercial, el entorno empresarial y la innovación. Los marcos institucionales locales, regionales e internacionales de investigación y educación deben diseñarse y aplicarse de un modo que brinde apoyo a los colectivos interesados de las cadenas de valor mundiales.

Los colectivos interesados de las distintas cadenas de valor alimentarias pueden prever mejor las fluctuaciones de precios y adoptar las medidas necesarias en sus ámbitos correspondientes, tanto si trabajan en los mercados de futuros y en el sector de los seguros como si representan a la comunidad agrícola, el sector de elaboración de alimentos, el comercio, la distribución o la inversión. Sin transparencia, que es la piedra angular de un entorno comercial predecible, es difícil tomar decisiones fundamentadas y acertadas, y mucho más gestionar eficazmente los riesgos.

El marco basado en normas de la OMC aporta beneficios comerciales prácticos a los participantes en cadenas de valor alimentarias/cadenas de valor mundiales incipientes y en desarrollo, así como a los correspondientes colectivos interesados, al facilitar sus operaciones cotidianas y alentar la cooperación entre Gobiernos en materia de reglamentación. En un entorno caracterizado por cadenas de valor mundiales en el que los obstáculos a la importación incrementan los costos de los insumos y actúan como impuesto sobre las exportaciones de los Miembros, las políticas que restringen el comercio o incrementan innecesariamente sus costos obstaculizan el desarrollo de las cadenas de valor agroalimentarias.

Para que mejore la competitividad general de las cadenas de valor mundiales agroalimentarias y para que las industrias puedan aprovechar las ventajas comparativas subyacentes es necesario adoptar políticas comerciales abiertas y transparentes. Esto implica reducir las ayudas internas causantes de distorsión y los obstáculos de acceso a los mercados y asegurarse de que las medidas no arancelarias sean transparentes y de que las medidas relacionadas con la inocuidad de los alimentos tengan una base científica y se apliquen de forma no discriminatoria.

Además del ATI, los Acuerdos de la OMC cubren la inocuidad de los alimentos (Acuerdo MSF), los obstáculos técnicos al comercio (Acuerdo OTC), los derechos de propiedad intelectual pertinentes para las políticas y reglamentos en materia de transferencia de tecnología (Acuerdo sobre los ADPIC), los procedimientos aduaneros racionalizados y modernizados (Acuerdo sobre Facilitación del Comercio) y los servicios. Cada uno de ellos representa un contexto importante para el desarrollo de los componentes de valor añadido necesarios en las exportaciones agroalimentarias y los productos finales, y todos ayudan a garantizar el funcionamiento eficiente de las cadenas de valor mundiales.

Los Miembros de la OMC están considerando recientemente posibles medidas de reforma -destinadas a fortalecer el sistema multilateral de comercio- en las esferas del comercio electrónico, la inversión y las microempresas y pequeñas y medianas empresas (MIPYME).

Si estos esfuerzos tienen resultados positivos se generarán nuevas vías para una reforma sostenible de las políticas agrícolas y un crecimiento económico inclusivo. Todos los colectivos interesados de las cadenas de valor agroalimentarias, y todos los países, independientemente de su estadio de desarrollo económico, pueden beneficiarse de una participación plena en un sistema multilateral de comercio fortalecido y dinámico.

Comercio electrónico

El comercio electrónico alberga el potencial de generar oportunidades de crecimiento tanto en las cadenas de valor agroalimentarias internas como en el comercio transfronterizo. Al conectar comunidades rurales remotas con los mercados, el comercio electrónico se usa cada vez más para trasladar productos agrícolas desde zonas excedentarias hasta otras deficitarias. Un estudio de la OMC halló que, de aquí a 2030, las tecnologías digitales podrían incrementar el comercio hasta en un 34% al tiempo que reducen los costos y aumentan la productividad.

La disponibilidad de las tecnologías más recientes debería estar lo más extendida posible. Es necesario reducir las enormes brechas tecnológicas de conectividad que existen entre distintos países, para lo cual se requerirá asistencia técnica y creación de capacidad.

En la última Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en Buenos Aires en diciembre de 2017, un grupo de Miembros de la OMC dieron pasos para buscar un terreno común. De forma transparente e inclusiva, 76 países decidieron poner en marcha una iniciativa sobre comercio electrónico promovida por Miembros. Los promotores y otros Miembros interesados han intercambiado experiencias e ideas. Este año, 77 Miembros de la OMC han anunciado su intención de entablar negociaciones y elaborar nuevas normas para regular los aspectos del comercio electrónico relacionados con el comercio, lo cual abarca:

    • facilitación de las transacciones de comercio electrónico (por ejemplo, medidas de facilitación aduanera, comercio sin papel, firmas electrónicas y pagos electrónicos);
    • cuestiones relacionadas con el acceso a los mercados y con los flujos de datos;
    • datos de los consumidores y datos personales; y
    • transparencia de las medidas y reglamentos en materia de comercio electrónico.

Los debates sobre comercio electrónico y las próximas negociaciones al respecto en la OMC pueden tomar como base los muchos acuerdos bilaterales y regionales, cada vez más numerosos, que contienen disposiciones destinadas a facilitar el comercio electrónico transfronterizo. En la actualidad, aproximadamente el 30% de los acuerdos comerciales regionales notificados a la OMC contienen disposiciones sobre comercio electrónico, y se prevé que este porcentaje vaya en aumento. Se prevé que la labor en materia de comercio electrónico y economía digital en el seno de la OMC influya de manera importante en las cadenas de valor mundiales agroalimentarias. Los agricultores y otros participantes en la cadena de valor alimentaria deben tener un derecho reconocido al acceso a los datos pertinentes para garantizar su participación en los beneficios de esta revolución tecnológica, así como al libre movimiento de dichos datos.

En la OMC, esta labor también se lleva a cabo por una segunda vía con los debates en el marco del Programa de Trabajo sobre el Comercio Electrónico que tienen lugar en los órganos ordinarios de la OMC y bajo los auspicios del Consejo General de la OMC. Debe prestarse mucha atención a cualquier decisión que revoque o limite la decisión tomada por los Miembros de no imponer derechos de aduana a las transmisiones electrónicas (moratoria de la imposición de derechos de aduana a las transmisiones electrónicas, que se viene prorrogando regularmente por períodos de dos años).

Facilitación de las inversiones

Aunque las normas de la OMC ya cubren las medidas en materia de inversiones relacionadas con el comercio (Acuerdo sobre las MIC), un amplio número de Miembros promovió conjuntamente en la última Conferencia Ministerial una iniciativa sobre la facilitación de las inversiones para el desarrollo.

Actualmente se están manteniendo debates estructurados entre más de 50 delegaciones, muchas de ellas de Miembros en desarrollo y PMA Miembros, así como de no signatarios. Como sucede con el comercio electrónico, algunos de los elementos que se están debatiendo en el plano multilateral ya se han puesto en práctica en leyes internas y en acuerdos comerciales bilaterales y regionales.

Recientemente, los debates han pasado a una nueva fase, con intercambios intensos sobre los puntos de vista y experiencias de los Miembros, así como sobre el alcance, funciones y componentes probables de las nuevas disciplinas destinadas a racionalizar los procesos y requisitos administrativos; mejorar la transparencia y previsibilidad de las medidas de inversión; impulsar la cooperación internacional, el intercambio de información y el intercambio de buenas prácticas óptimas; y reflejar la dimensión de desarrollo del marco multilateral.

Los Miembros de la OMC participantes han hecho hincapié en la necesidad de alentar la participación de más países en desarrollo Miembros y prevén explorar actividades adicionales de asistencia técnica y creación de capacidad en esta esfera. Facilitar las inversiones en el sector agrícola y en capacidades institucionales -en particular en infraestructuras digitales y físicas y en servicios de apoyo logísticos-, así como en educación y en innovación resulta vital para crear entornos nacionales propicios y estrategias de desarrollo sólidas, también para los sectores agroalimentarios.

Formación y creación de capacidad en las cadenas de valor alimentarias/cadenas de valor mundiales

La creación de capacidad y el desarrollo de competencias son determinantes cruciales de la competitividad en las cadenas de valor mundiales y constituyen elementos esenciales para impulsar con éxito la participación de los países en dichas cadenas. El Informe sobre el desarrollo de las cadenas de valor mundiales de 2019 subraya la importancia de la formación y la creación de capacidad para maximizar los beneficios derivados de las cadenas de valor mundiales.

Los compromisos para mejorar la inversión en investigación, educación y divulgación son piezas importantes del puzle. Al mismo tiempo, es importante que las soluciones para desarrollar tanto las competencias personales como la capacidad institucional dimanen de los responsables nacionales de la elaboración de políticas y tengan en cuenta las dimensiones económicas y sociales internas.

Los exámenes de la Iniciativa de Ayuda para el Comercio realizados por la OMC también han confirmado que, en el caso de los pequeños operadores de países en desarrollo, las competencias suponen una importante limitación que afecta a la oferta. Mientras el comercio y los flujos de inversiones fomentan la difusión de conocimientos teóricos y promueven la transferencia de tecnología y conocimientos prácticos, las MIPYME de los países en desarrollo, especialmente los menos adelantados, necesitan adquirir las competencias, el talento y los conocimientos expertos que hacen falta para sacar partido a la participación de las cadenas de valor mundiales en la economía digital.

Formación y creación de capacidad: inocuidad de los alimentos a lo largo de las cadenas de valor alimentarias/cadenas de valor mundiales

En el marco del Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio (STDF), adscrito a la Secretaría de la OMC, la OMC colabora con la FAO, la OIE, la OMS y el Banco Mundial, así como con los países donantes, para ayudar a los países en desarrollo a cumplir las prescripciones en materia de inocuidad de los alimentos en sus mercados de exportación y a mejorar su acceso a mercados internos, regionales y mundiales de mayor valor.

El STDF trabaja de modo dinámico, inclusivo y pragmático para poner el comercio al servicio del crecimiento, la creación de empleo y la reducción de la pobreza. Para el desarrollo de competencias desde una perspectiva que contemple las cadenas de valor de forma integrada es crucial asegurarse de que las actividades tengan un efecto sostenido y duradero sobre el terreno. Esto se traduce en un fortalecimiento de las relaciones, una mayor concienciación sobre las necesidades de los distintos colectivos interesados, una difusión eficiente de tecnologías y prácticas óptimas, y un mayor acceso a la información técnica y relativa a los mercados.

El STDF ha colaborado con varios tipos de destinatarios: pequeños agricultores, asociaciones y cooperativas agrícolas, agentes de divulgación, elaboradores de productos básicos, servicios de comercialización y distribución, comerciantes, instituciones nacionales y juntas nacionales de productos básicos, unidades de inspección de la inocuidad y calidad de los alimentos, así como centros técnicos, de formación profesional, educativos y de investigación, universidades locales, organizaciones internacionales de productos básicos y ONG que trabajan para impulsar los conocimientos técnicos, las capacidades productivas y la competitividad de los agentes de menor tamaño de las cadenas de valor mundiales.

  • Se ha enseñado a los agricultores a utilizar de modo eficiente los productos químicos y los equipos para aumentar la seguridad en el control de plagas y enfermedades. Se han implantado las prácticas y reglamentos más avanzados en el cultivo y la poscosecha, lo que ha permitido aumentar la productividad de los agricultores, mejorar la calidad e inocuidad de los productos, reducir las pérdidas poscosecha y disminuir el número de rechazos por parte de los compradores e importadores en los destinos de exportación.
  • A fin de generar efectos multiplicadores, se han incorporado a programas de formación profesional con acreditación gubernamental módulos de formación sobre tecnologías de producción avanzadas y ciertas plantas de elaboración se han modernizado y han obtenido la certificación de buenas prácticas de fabricación.
  • Se han diseñado e implantado sistemas electrónicos de rastreabilidad para seguir los movimientos de los productos agrícolas a lo largo de la cadena de suministro. Se ofreció a los receptores formación para crear y mantener registros y sistemas de introducción de datos normalizados, a menudo basados permanentemente en la nube para garantizar el acceso en línea.
  • En definitiva, los países beneficiarios de África, Asia y América Latina han adquirido una mejor comprensión de la articulación de las cadenas de suministro en diversas cadenas de valor agrícolas y pesqueras. En todos los casos, la inocuidad y calidad de los productos ha mejorado de forma integrada a lo largo de la cadena de valor.

Anexo

Ejemplos de proyectos apoyados por el SDTF que fortalecen las cadenas de valor mundiales/cadenas de valor alimentarias en beneficio de los países en desarrollo

Las asociaciones promueven las exportaciones de jengibre y los ingresos rurales en Nepal

Beneficiario: los productores de jengibre y otros agentes de la cadena de valor en Nepal
Dirigido por: la FAO, junto con el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, el Ministerio de Comercio y Suministros, la Federación de Cámaras de Comercio e Industria de Nepal y la Asociación de Productores y Comerciantes de Jengibre de Nepal (NGPTA)
Duración: junio de 2012 a septiembre de 2015
Financiación del STDF: 462.144 dólares EE.UU. (valor total del proyecto: 1.212.629 dólares EE.UU.)

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El jengibre es un cultivo comercial muy apreciado por los pequeños agricultores de las zonas montañosas remotas de Nepal, muchos de ellos mujeres, que disponen de pocas oportunidades para obtener ingresos. Ahora bien, los agricultores obtenían rendimientos bajos, se enfrentaban a plagas y enfermedades y sus pérdidas poscosecha podían llegar al 90%. Al mismo tiempo, les resultaba difícil demostrar la inocuidad y calidad de sus productos. La mayor parte del jengibre fresco se vendía sin lavar a la India a bajo precio por canales informales. Los productores y comerciantes no tenían posibilidad alguna de agregar valor a sus productos, por lo que no podían acceder a los mercados de mayor valor de Bangladesh, Europa, el Japón y el Oriente Medio.

Enfoque asociativo

El sector público y el privado se asociaron para reactivar la cadena de valor del jengibre, agregarle valor y abordar los problemas fitosanitarios y de inocuidad alimentaria, con el apoyo del SDTF y el Marco Integrado mejorado (MIM). Se entablaron asociaciones sólidas con las autoridades locales y con los productores y comerciantes de jengibre. Las escuelas de campo para agricultores reforzaron los conocimientos prácticos y técnicos sobre las buenas prácticas agrícolas y de gestión poscosecha. En las parcelas de demostración se mostró la manera de aplicar nuevos métodos y técnicas para aumentar la productividad y luchar contra plagas y enfermedades. Se formaron instructores que pueden difundir más ampliamente estos conocimientos. Las escenificaciones y el material gráfico y audiovisual de apoyo hicieron que los mensajes calaran más en las comunidades con bajos niveles de alfabetización. Los agricultores y las cooperativas colaboraron con la NGPTA para agregar valor al jengibre e incrementar la productividad.

Resultados

  • Las pérdidas poscosecha disminuyeron en un 30%. El precio al productor del jengibre fresco aumentó, los márgenes de beneficio crecieron y los ingresos de los productores subieron más de un 60%.
  • Se formó a casi 2.000 agricultores (muchos de ellos mujeres) en buenas prácticas agrícolas, gestión poscosecha y técnicas mejoradas de lucha contra las plagas y enfermedades.
  • La promoción de las buenas prácticas agrícolas redujo el consumo de plaguicidas y la generación de residuos. Un nuevo sistema de gestión, certificación y rastreabilidad de las existencias agrícolas reforzó la confianza en la inocuidad alimentaria del jengibre.
  • Una nueva planta de lavado de jengibre presta servicio a 8.000 hogares productores y ha propiciado la creación de 200 puestos de trabajo estacionales.
  • Las cooperativas locales se reforzaron y se formaron nuevos grupos de agricultores. La NGPTA estableció nuevas secciones de distrito.
  • El Gobierno se puso en contacto con los interlocutores comerciales para resolver los problemas sanitarios y fitosanitarios que afectaban a las exportaciones de jengibre. Ahora se exporta jengibre lavado a Bangladesh y la India.

En 2017, el STDF publicó un documento con los resultados de su proyecto relativo al jengibre: Chandra Kala Rai, miembro de una cooperativa de producción de jengibre del este de Nepal, fue una de los casi 2.000 pequeños agricultores -en su mayoría mujeres- que se beneficiaron de este proyecto dirigido por la FAO. Anteriormente, los agricultores obtenían rendimientos bajos y se enfrentaban a plagas y enfermedades y a unas pérdidas poscosecha que podían llegar al 90%.
Las escuelas de campo para agricultores reforzaron los conocimientos prácticos y técnicos sobre las buenas prácticas agrícolas y de gestión poscosecha. Los agricultores colaboraron con la NGPTA para agregar valor al jengibre e incrementar la productividad. Tras el proyecto, las pérdidas poscosecha disminuyeron en un 30% y los ingresos de los productores aumentaron en más del 60%. Una nueva planta de lavado presta servicio a hasta 8.000 hogares productores de jengibre.

En 2017, la NGPTA movilizó fondos de contrapartida procedentes de Dinamarca para construir una carretera asfaltada a la planta de lavado de jengibre e incrementar la capacidad de lavado, con lo que aumentó el impacto del proyecto del STDF. En 2017, los agricultores implicados en el proyecto exportaron su jengibre a Bangladesh y recibieron la visita de compradores europeos. (En 2018, comenzaron a exportar a Europa).

Efecto sostenido

  • La mayor parte de las escuelas de campo para agricultores siguen funcionando con sus propios recursos. Las parcelas de demostración se han convertido en centros de aprovisionamiento de semillas, que disponen de materiales de plantación de mayor calidad.
  • Los servicios de divulgación gubernamentales y los programas ejecutados por la NGPTA y las ONG utilizan los materiales de formación y llegan a un mayor número de agricultores.
  • El sector público y el privado colaboran para explotar la planta de lavado de jengibre. Los ingresos generados van a un fondo fiduciario que beneficiará a las comunidades locales.
  • Hay mecanismos para compartir los materiales de formación en todo el país y utilizar el proyecto para movilizar inversiones con objeto de fomentar el desarrollo de las agroindustrias.

Asociaciones en el Senegal para producir repollo con garantía de inocuidad y fomentar las exportaciones regionales

Beneficiario: los productores y otros colectivos interesados de la cadena de valor del repollo en el Senegal
Dirigido por: Asociación de Uniones de Agricultores de la región de Niayes (Senegal) (AUMN)
Duración: febrero de 2012 a julio de 2014
Financiación del STDF: 577.142 dólares EE.UU. (valor total del proyecto: 636.175 dólares EE.UU.)

Lograr un comercio seguro

El sector del repollo es uno de los más importantes de la agricultura del Senegal, país que está entre los principales proveedores de este producto en la región. Sin embargo, este sector no estaba bien organizado en el país ni suficientemente sensibilizado sobre las normas sanitarias y fitosanitarias, ni tampoco tenía los conocimientos necesarios para cumplirlas. Por falta de información, los cultivos sufrían infestaciones de plagas y los productores hacían un uso excesivo o indebido de plaguicidas que provocaba rechazos en las fronteras debido a una presencia de residuos tóxicos que incumplía las prescripciones aplicables en el mercado de exportación. Al mismo tiempo, era urgente adoptar medidas de lucha contra la pobreza y de impulso del desarrollo rural en las zonas de cultivo del repollo. Para incrementar la productividad del sector del repollo y facilitar el acceso a los mercados regionales había que solucionar los problemas de inocuidad y de calidad a lo largo de la cadena de valor.

Enfoque asociativo

La colaboración y el diálogo entre agentes públicos y privados del sector del repollo fue un elemento fundamental para llevar a buen puerto el proyecto dirigido por la AUMN. Los pequeños productores, los comerciantes y los organismos gubernamentales trabajaron de la mano con la asociación de la rama de producción para revitalizar la producción de repollo y desarrollar el sector. Se elaboró un proyecto de estrategia nacional que sentó las bases de un plan de colaboración entre los colectivos interesados que ha permitido impulsar el desarrollo de la cadena de valor y reproducir el planteamiento del proyecto a más largo plazo. A través del proyecto se proporcionaron insumos de calidad (semillas, fertilizantes y plaguicidas) a los productores, se pusieron en marcha actividades de formación técnica y de apoyo sobre buenas prácticas agrícolas dirigidas a los productores y se realizaron campañas de comercialización específicas centradas en la obtención de productos inocuos y de calidad.

Resultados

  • Aumento de la productividad de los agricultores, de 15 a 30 toneladas por hectárea; mejora de la calidad: se redujo la presencia de residuos de plaguicidas y con ello se ganó la confianza de los clientes en cuanto a la ausencia de sustancias tóxicas en los productos, lo que beneficia a la salud pública y al medio ambiente; se pueden ofrecer mejores precios: los gastos de transformación se redujeron en un 42%.
  • Introducción de nuevas especies de repollo adaptadas a las estaciones; utilización de técnicas de producción innovadoras y vigilancia de las principales plagas. Se compilaron datos en tiempo real sobre el costo de producción del repollo de calidad, en un modelo de rastreabilidad que ya están utilizando los productores.
  • Modernización de los procesos de transporte, embalaje y conservación a lo largo de la cadena de valor. El uso de cajas para el transporte y de cámaras frigoríficas para el almacenamiento ayudó a preservar la calidad del repollo. Se ofreció también a los productores la posibilidad de comercializar sus productos en bolsas de 2, 10 y 15 kg, que aprecian los consumidores finales.
  • Los productores incrementaron su presencia en los mercados de la región, en particular en Mauritania, Malí, Gambia y Guinea-Bissau. Las exportaciones pasaron de 1.900 toneladas en 2008 a 6.000 toneladas en 2014.

Efecto sostenido

  • Al mejorar las condiciones fitosanitarias, el proyecto permitió mejorar la calidad de los repollos y ahora sirve de ejemplo para otros productores de este vegetal en la zona y en toda la región.
  • Durante la ejecución del proyecto se creó una red interprofesional del sector del repollo que sigue potenciando el diálogo entre los productores y los vendedores.
  • Han aumentado los contratos de compras y los pedidos y los comerciantes gozan ahora de mayor previsibilidad; en particular, la demanda se adapta a las necesidades de los clientes que, por ejemplo, pueden pedir repollos de diferentes tamaños.
  • Gracias al proyecto, la AUMN ha pasado a ser un aliado fundamental de las autoridades sanitarias y fitosanitarias nacionales para las cuestiones relacionadas con el desarrollo del sector hortícola en su conjunto.
  • Las obras de mejora de las infraestructuras que se realizaron durante el proyecto, en particular mejores carreteras para transportar de forma segura los repollos y los insumos para los productores, están contribuyendo al desarrollo rural en la zona.

"El proyecto salió adelante porque el sector privado y las instituciones públicas colaboraron de verdad. Aunamos esfuerzos en favor de un objetivo común: ayudar a los pequeños productores a mejorar la calidad y la inocuidad del repollo, lo que des dio un mayor acceso a los mercados de exportación regionales". Mamadou Ndiaye, Asociación de Uniones de Agricultores de la región Niayes (Senegal).


La exportación de frutas y hortalizas con mejores garantías de inocuidad asegura medios de vida en Sri Lanka

Beneficiario: los agricultores y otros colectivos interesados que intervienen en las cadenas de valor de las frutas y hortalizas en Sri Lanka
Dirigido por: Centro de Comercio Internacional (ITC)
Duración: marzo de 2013 a junio de 2016
Financiación del STDF: 562.484 dólares EE.UU. (valor total del proyecto: 758.598 dólares EE.UU.)

Lograr un comercio seguro

Las frutas y hortalizas tienen un elevado valor de exportación en los mercados mundiales y en Sri Lanka se dan buenas condiciones para producir mango, papaya, piña (ananá), guindillas verdes y tomate, entre otros cultivos. Los agricultores, los procesadores y los comerciantes de las zonas de producción remotas del país, entre los que hay un gran número de mujeres y jóvenes, quedaban excluidos del mercado nacional y de los mercados de exportación por no lograr cumplir las medidas sanitarias y fitosanitarias. Esta circunstancia estaba limitando las oportunidades de empleo en Sri Lanka, los ingresos de los agricultores y exportadores y las posibilidades de mejorar la nutrición y la salud en el país con productos inocuos para los consumidores nacionales e internacionales. Solucionar los problemas de inocuidad y de calidad a lo largo de las cadenas de valor de las frutas y hortalizas era una prioridad.

Enfoque asociativo

La finalidad principal del proyecto dirigido por el ITC era reforzar y mantener las capacidades de los sectores público y privado para cumplir las normas internacionales de calidad, inocuidad alimentaria y sanidad vegetal a lo largo de las cadenas de valor de las frutas y hortalizas. La estrecha colaboración entre el Gobierno y las empresas reunió al Departamento de Agricultura y al sector privado, en particular a la Cámara de Comercio de Ceilán, la Asociación de Productores, Transformadores y Exportadores de Frutas y Hortalizas de Sri Lanka (LFVPPEA), el Consejo Nacional de Agroempresas y la Junta de Fomento de las Exportaciones de Sri Lanka. Se pusieron en marcha programas específicos de capacitación y fomento de la capacidad sanitaria y fitosanitaria dirigidos al Departamento de Agricultura y a más de 200 instructores superiores, instructores sobre el terreno y funcionarios de divulgación sobre el terreno, los cuales, a su vez, están formando a los agricultores.

Resultados

  • Se organizaron 40 programas de capacitación para más de 900 colectivos interesados sobre buenas prácticas agrícolas y cuestiones sanitarias y fitosanitarias, incluida la prevención de plagas y enfermedades.
  • La estrecha coordinación entre los sectores público y privado a lo largo de las cadenas de valor ayudó a resolver los problemas de exportación, mejorar las inspecciones, reducir el número de notificaciones de interceptación de la UE y elaborar una lista actualizada de plagas.
  • El sector privado también se ha beneficiado. Nidro Supply Ltd. (uno de los mayores exportadores de frutas y hortalizas que trabaja con pequeños agricultores) sigue ahora los protocolos establecidos en el marco de este proyecto.
  • El Departamento de Agricultura introdujo una norma nacional sobre buenas prácticas agrícolas que los agricultores pueden aplicar fácilmente, y los agricultores que participan en el proyecto fueron incluidos en el proceso de certificación.
  • Los productores y exportadores de frutas y hortalizas declararon que las oportunidades comerciales habían mejorado. El volumen de frutas y hortalizas de calidad para su exportación aumentó del 25% al 50%, y los casos de rechazo de determinadas frutas y hortalizas por cuestiones sanitarias y fitosanitarias disminuyeron al menos en un 20%.

Efecto sostenido

  • Se organizaron dos viajes de estudio a Italia y Tailandia para funcionarios públicos, agricultores y exportadores con el fin de mostrarles la evolución y los vínculos de la cadena de valor y abrirles nuevas oportunidades comerciales. A raíz de esos viajes, varias empresas europeas han mostrado interés en entablar relaciones comerciales con agricultores y exportadores de Sri Lanka.
  • El Departamento de Agricultura incluyó temas sanitarios y fitosanitarios en los módulos de formación que ofrece a más de 1.200 funcionarios. En el futuro se capacitará a más funcionarios con el nuevo plan de estudios, lo que permitirá difundir aún más los conocimientos más recientes en materia sanitaria y fitosanitaria.

"Las exportaciones podrían 'aumentar exponencialmente' si se diera formación a los pequeños agricultores sobre protocolos de cultivo adecuados que se ajusten a las normas internacionales.El éxito dependerá de que se forme a agricultores que cultiven parcelas de 0,5 acre o 1 acre (0,2-0,4 hectáreas). Es importante incluirlos en un programa de formación sobre calidad e inocuidad de los alimentos". Dawn Austin, Nidro Supply Ltd., Sri Lanka.


Un mayor control fitosanitario ayuda a los productores de flores de Uganda a crecer

Beneficiario: los productores de flores de Uganda
Dirigido por: Centro Internacional para la Agricultura y las Ciencias Biológicas (CABI), Departamento de Protección de Cultivos de Uganda (DCP) y Asociación de Exportadores de Flores de Uganda (UFEA)
Duración: enero de 2012 a mayo de 2015
Financiación del STDF: 348.632 dólares EE.UU. (valor total del proyecto: 392.154 dólares EE.UU.)

Lograr un comercio seguro

Los productores de flores de Uganda sufrían graves pérdidas porque la UE interceptaba cada vez más envíos de flores cortadas. El creciente número de inspecciones, los tratamientos y los rechazos de envíos aumentaron los costos. Al mismo tiempo, la inversión en este sector estaba disminuyendo, y con ello las corrientes comerciales y el crecimiento económico. El problema eran las plagas vegetales; la solución, proporcionar los instrumentos y conocimientos sobre medidas fitosanitarias adecuados para mantener la inocuidad de la cadena de suministro de flores. De ese modo se protegerían además los medios de vida de los 6.000 trabajadores de la floricultura del país, de los que el 80% son mujeres, y sus familias.

Enfoque asociativo

Los productores y exportadores de flores se asociaron con el DCP de Uganda con el fin de crear capacidad para cumplir las normas fitosanitarias internacionales y los requisitos de la UE. Se creó una sólida asociación público-privada entre el DCP y la UFEA, basada en el diálogo y una planificación común. Se trabajó para sensibilizar a las instancias decisoras del país y conseguir su apoyo. Aprovechando los conocimientos técnicos especializados del CABI y de otros asociados, se organizaron formaciones prácticas y viajes de estudios destinados tanto al sector público como al privado. Se designaron equipos de funcionarios encargados de mejorar las inspecciones y certificaciones en los puntos de salida, y se crearon certificados de exportación y documentación de referencia accesibles en formato electrónico.

Resultados

  • El número de envíos de rosas interceptados debido a la presencia de plagas vegetales se redujo de 34 en 2013 a 18 en 2014 y a menos de 5 en 2015, y siguió disminuyendo en 2016. El hecho de que se vaya a seguir exportando a la UE redundará en beneficio de los medios de vida de los trabajadores -la mayoría mujeres- que dependen del sector de la floricultura.
  • El Centro de Excelencia Fitosanitaria (COPE) ha impartido formación a más de 100 observadores del sector de la floricultura y a 10 inspectores. Los inspectores y la rama de producción han demostrado que conocen bien las normas fitosanitarias internacionales y la legislación de la UE para cumplir las exigencias de este mercado.
  • Se adoptó un sistema simplificado de inspección y de certificación para la exportación, y se estableció un sistema de vigilancia, supervisión y rastreabilidad. Se elaboró un manual con 12 procedimientos de trabajo normalizados, vinculados a la Ley de Protección y Sanidad Vegetal de 2015.

Efecto sostenido

  • Una evaluación de 2015 puso de manifiesto que, gracias al proyecto, "se cumplían más las normas fitosanitarias internacionales de producción y exportación de flores a los mercados europeos", "se ha mejorado considerablemente la información sobre las cuestiones sanitarias que se han de tener en cuenta para exportar a la UE" y, al mismo tiempo, "el sector de las flores cortadas ha respondido de manera muy positiva en el programa de vigilancia y control".
  • Las explotaciones de flores también han establecido un sistema autorregulado de supervisión y vigilancia basado en medidas que desincentivan a las explotaciones no conformes, gestionado por un equipo de trabajo del Gobierno y del sector.
  • El DCP y la UFEA han firmado un nuevo acuerdo de asociación público-privada con el fin de prolongar su colaboración y aumentar la producción y exportación de flores.

"El uso de agentes biológicos mejora la salud y la seguridad de las mujeres que trabajan en los invernaderos al reducir su exposición a los plaguicidas y a los riesgos que conllevan para la salud. El 80% de las 8.500 personas que trabajan de forma directa en el sector de las flores son mujeres que pueden así mantener su familia". Esther Nekambi, Asociación de Exportadores de Flores de Uganda.

Para más información, véase: http://www.standardsfacility.org/results-stories.

Nota: La presente declaración refleja la labor de la División de Agricultura de la OMC, y en particular de Majda Petschen y del Director de la División, Edwini Kessie. El material relativo al STDF refleja la labor de dicha institución y del Jefe de la Secretaría del STDF, Melvin Spreij.

 

Notas

  1. En el Informe sobre el desarrollo de las cadenas de valor mundiales de 2019 se concluye que "las tecnologías digitales están transformando la gestión de las cadenas de suministro, que pasan de un modelo lineal en el que las instrucciones van del proveedor al productor, de este al distribuidor y de este al consumidor, y análogamente en sentido inverso, a un modelo más integrado en el que la información fluye en múltiples direcciones ...". Se afirma igualmente que el "impacto de las nuevas tecnologías digitales en las cadenas de valor mundiales es incierto: pueden disminuir la longitud de las cadenas de suministro fomentando la repatriación de la producción manufacturera, y así reducir las oportunidades de que los países en desarrollo participen en dichas cadenas, o bien pueden fortalecer las cadenas de valor mundiales al reducir los costos de coordinación y adaptación". https://www.wto.org/spanish/news_s/news19_s/publ_15apr19_s.htm Volver al texto

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