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Undécimo Foro Global para la Alimentación y la Agricultura
Berlín (Alemania)
18 de enero de 2019

Ningún gobierno legítimo puede permanecer indiferente a la agricultura, a sus agricultores o a la necesidad de alimentar a su población. Debido a este hecho inmutable, la agricultura es una esfera indispensable en la OMC -la Organización y el conjunto de normas que 164 países mantienen en beneficio mutuo y en interés de todo el mundo-. La agricultura es una prioridad fundamental para los Miembros de la OMC.

Las negociaciones sobre la agricultura se estancaron después del decisivo logro alcanzado en 2015 en la Conferencia Ministerial de Nairobi, a saber, la prohibición de las subvenciones a la exportación. En la actualidad se está trabajando muy seriamente en el Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria para prepararse a reanudar una fase de negociación activa. Esto se lleva a cabo mediante sesiones informativas a cargo de expertos y comunicaciones de los Miembros sobre la realidad actual en cuanto a las medidas causantes de distorsión del comercio, desde los aranceles hasta la ayuda interna.

Un baremo fundamental para juzgar los resultados de la OMC es el grado en que el comercio agropecuario consigue aumentar el nivel de vida de los pueblos del mundo, lo que está enteramente en manos de los Miembros de la OMC, es decir, en manos de los Ministros responsables. El mes pasado, los dirigentes de países, que en su conjunto representan el 80% del PIB mundial y tres cuartas partes del comercio mundial, pidieron una reforma de la OMC. No se puede, ni se debe, dejar atrás la agricultura, que no quedará fuera de ningún esfuerzo de reforma.

De aquí al año 2050, la producción agropecuaria mundial deberá aumentar lo suficiente para alimentar a 1.300 millones de personas más. Además, la agricultura debe contribuir a elevar el nivel de vida de miles de millones de personas, incluidos los cientos de millones que todavía viven en una situación de extrema pobreza. Y eso debe conseguirlo pese a fenómenos climáticos catastróficos y tendencias que parecen irreversibles a corto y medio plazo.

La respuesta a estos desafíos reside en gran medida en la revolución digital, que está transformando la producción y el comercio mundiales. Gracias a la aparición de nuevas tecnologías de vanguardia, los agricultores pueden producir, con menos insumos, una mayor cantidad de alimentos de manera sostenible. Hoy día los agricultores y otros integrantes de la cadena de valor agrícola tienen acceso a datos sobre las semillas de mayor rendimiento, las pautas meteorológicas, las condiciones de cultivo y del suelo, y las zonas de prevalencia de plagas; eso les permite adoptar decisiones pertinentes en tiempo real con respecto a la producción, la comercialización y la financiación.

En estos momentos, muchos Miembros se disponen a iniciar la fase de negociación sobre el comercio electrónico, y también se están examinando activamente otras posibles reformas. Es esencial que la agricultura no quede excluida. La revolución digital ya ha alterado la configuración del sector manufacturero mundial. Ahora hay que permitir que la agricultura se beneficie plenamente de las nuevas tecnologías digitales y otras.

El pasado como prólogo

La agricultura siempre ha sido una cuestión controvertida en el GATT y la OMC. Durante los años del GATT, las disciplinas en materia de agricultura eran insuficientes, y eso permitía a los países imponer elevadas barreras arancelarias, hacer amplia utilización de los obstáculos no arancelarios, otorgar ayuda causante de distorsión del comercio a sus agricultores y conceder subvenciones a la exportación a sus exportadores. El Acuerdo sobre la Agricultura, resultado de la Ronda Uruguay, fue el primer esfuerzo global por imponer disciplinas a las prácticas causantes de distorsión del comercio en el sector.

Con respecto al acceso a los mercados, se prescribió en el Acuerdo sobre la Agricultura que los Miembros que imponían obstáculos no arancelarios transformaran esa clase de medidas en aranceles y que, a partir de 1995, los países desarrollados y los países en desarrollo redujeran sus aranceles, en promedio, un 36% en un período de 6 años y un 24% en un período de 10 años, respectivamente. Los países desarrollados y los países en desarrollo tenían que realizar un recorte mínimo del 15% y el 10% en cada línea arancelaria, respectivamente. Los países menos adelantados quedaban exentos de los compromisos de reducción.

Con respecto a la ayuda interna, el Acuerdo sobre la Agricultura dispuso que los países desarrollados y los países en desarrollo redujeran su Medida Global de la Ayuda un 20% en un período de 6 años y un 13,3% en un período de 10 años, respectivamente. Los niveles de minimis autorizados a los países desarrollados y los países en desarrollo para mantener la ayuda causante de distorsión del comercio se fijaron en el 5% y el 10% del valor de la producción, respectivamente.

En cuanto a la competencia de las exportaciones, los Miembros contrajeron compromisos con respecto al volumen de exportaciones subvencionadas y el nivel de gasto. Mientras que los países desarrollados se comprometieron a reducir el volumen de sus exportaciones subvencionadas un 21% y el nivel de su gasto un 36% en un período de 6 años, los países en desarrollo se comprometieron a reducir los suyos un 14% y un 24%, respectivamente, en un período de 10 años.

Los resultados eran impresionantes, si tenemos en cuenta la laxitud de las normas durante los años del GATT, pero inferiores a lo que, a juicio de los Miembros de la OMC, debía lograrse. Por esta razón, en el Acuerdo, los Miembros se comprometieron a seguir reformando el sistema de comercio agropecuario, con el objetivo de aumentar la competitividad y abordar la cuestión de la seguridad alimentaria.

Las negociaciones comenzaron de firme en el año 2000, bajo los auspicios del Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria, y después se incorporaron a la Ronda de Doha, cuando esta se inició en 2001. La Decisión Ministerial de eliminar las subvenciones a la exportación y las medidas de efecto equivalente, adoptada en Nairobi en 2015, y la Decisión de Bali sobre la constitución de existencias públicas de 2013, representaron grandes avances, pero aún queda mucho por hacer en las esferas de la ayuda interna y el acceso a los mercados.

En la Conferencia Ministerial de Buenos Aires celebrada en diciembre de 2017, los Miembros no llegaron a un acuerdo sobre una solución permanente para la constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria ni adoptaron un programa de trabajo general para orientar las negociaciones en el futuro. Pero sí se comprometieron a llevar adelante la reforma de la agricultura al amparo del artículo 20 del Acuerdo sobre la Agricultura y otros mandatos ministeriales.

El camino aún por recorrer

La situación de las negociaciones sobre la agricultura en la OMC

Las negociaciones podrían compararse con un coche que se ha salido de la carretera y ha quedado atascado en la nieve acumulada en la cuneta. Eso es lo que ocurrió en 2008, el octavo año de las negociaciones del Programa de Doha para el Desarrollo. En los años posteriores, la tendencia fue pisar el acelerador, lo que produce un único efecto: que las ruedas patinen sin que se logre avanzar (con las dos excepciones señaladas anteriormente). Eso se debía en parte a las vinculaciones que los Miembros establecían entre distintas esferas dentro y fuera de la agricultura y a los cambios que se producían en las realidades del comercio: quién utilizaba la ayuda interna, cuál era el volumen de la ayuda, qué forma de ayuda se concedía, qué obstáculos se reducían de manera autónoma (sin reciprocidad) o mediante acuerdos de libre comercio, y demás. El mundo seguía su curso. Algunos afirmaban que la anterior ronda de negociaciones había muerto, otros sostenían que debía reiniciarse. El resultado fue una mezcla de ambas cosas, sin grandes avances. Y en la OMC no hubo ninguna negociación significativa para sacar el coche de la cuneta.

Desde el nombramiento, en abril de 2018, del Embajador John Deep Ford de Guyana como Presidente del Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria, se ha intensificado la actividad en el Comité. Los Miembros han entablado debates basados en hechos para determinar la evolución y las tendencias de todos los tipos de ayuda prestada por los Miembros, así como los obstáculos reales al acceso a los mercados. Los Miembros han presentado alrededor de 18 documentos con el objetivo de establecer el fundamento fáctico que sería necesario para reiniciar las negociaciones. Algunos de los documentos describen con mucho detalle la estructura arancelaria, las salvaguardias especiales y los programas de ayuda interna. Por lo general, contienen una comparación con los compromisos vigentes en el marco de la OMC. También se ha hecho hincapié en la mejora de la transparencia con miras a que los Miembros cumplan sus obligaciones de notificación. La reciente presentación por China de sus notificaciones relativas a la ayuda interna hasta el año 2016 es un paso en la dirección correcta.

Se está preparando el terreno para permitir la reanudación de las negociaciones en los meses venideros. A fin de facilitar el proceso, el Presidente prevé crear siete Grupos de Trabajo sobre los temas de negociación (la ayuda interna, la constitución de existencias públicas, el acceso a los mercados, el mecanismo de salvaguardia especial, la competencia de las exportaciones, las restricciones a la exportación y la cuestión del algodón), que estarían dirigidos por los Miembros. Volviendo a la metáfora del automóvil atascado en la nieve, en lugar de que los pasajeros pidan insistentemente que se pise el acelerador o el freno -lo cual no serviría de nada-, o giren sin más el volante a uno u otro lado (planteando a otros Miembros exigencias en conflicto e incompatibles), lo que se procura hacer ahora es poner suficiente gravilla (hechos) bajo las ruedas para conseguir tracción. Este es un avance muy positivo y sensato.

En principio, el proceso de los grupos de trabajo se incorporará al proceso de negociación general en el marco del Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria. El Presidente ha previsto tener preparado un paquete de medidas de reforma que puedan adoptar los Ministros en la Conferencia Ministerial de Astana, programada para junio de 2020.

Las TIC aplicadas a la agricultura

Con respecto a la digitalización de la agricultura, muchos de los intereses de los Ministros de Agricultura tendrán que abordarse a nivel nacional y regional, así como en el marco de la OMC, donde lo más probable es que estas cuestiones se planteen no solo en el Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria, sino también en otros grupos. La revolución digital es fundamental para el futuro de la agricultura, pero esta cuestión, que yo sepa, no se está abordando de manera sistemática, al menos no desde el punto de vista de lo que se necesita a nivel multilateral.

Hace dos decenios, según me han contado, France Telecom invirtió en servicios de telefonía móvil en el Senegal, dando así a los pescadores acceso a información sobre los precios corrientes del mercado. Con eso aumentaron espectacularmente los ingresos que estos podían obtener. Se produjeron efectos similares en el mercado de cereales en el Níger y entre los agricultores del sector del banano ugandés.

De cara al futuro, las TIC -la digitalización aplicada a la agricultura- presentan grandes oportunidades. Pero, para sacar partido de los beneficios, será necesario ajustar las reglamentaciones nacionales y los compromisos internacionales. Es probable que los Ministros de Agricultura tengan que plantearse una nueva serie de preguntas muy serias:

  • ¿Tienen sus agricultores asegurado el acceso a los motores de búsqueda extranjeros especializados en agricultura y a aplicaciones de móvil que les permitan obtener información sobre las mejores semillas y otros insumos disponibles a nivel mundial aptos para su tipo de suelo y sus condiciones climatológicas?
    • Saber lo que se tiene a disposición es un primer paso para promover una actividad agrícola más inteligente.
  • ¿Pueden unas empresas situadas en cualquier parte del mundo reunir datos locales suficientes como para proporcionar resultados pertinentes a esas búsquedas?
  • ¿Tienen los agricultores locales acceso garantizado a servicios de entrega urgente para poder conseguir los frutos de sus búsquedas de insumos y equipo?
  • ¿Disfrutan los agricultores locales de franquicia arancelaria sobre las importaciones del equipo que necesitan para sacar partido de las herramientas requeridas en el proceso de digitalización?
    • En 2018 tendría que haberse realizado un examen de la cobertura del Acuerdo sobre Tecnología de la Información. No se llevó a cabo.
  • Si intervienen mercancías, ¿se ha puesto plenamente en aplicación el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio? ¿Se han reducido los obstáculos en frontera lo suficiente para que las transacciones transfronterizas sean viables (en particular para los pequeños propietarios)?
  • ¿Se pueden suministrar desde el extranjero servicios de seguros de cosechas basados en datos locales?
    • "20.000 explotaciones agropecuarias de Ghana, Kenya y Uganda, tienen acceso a seguros de cosechas sencillos y asequibles a través de sus teléfonos inteligentes". Los contratos se basan en tecnologías de registro compartido, concretamente en la variante denominada de la cadena de bloques. El pago de la indemnización es inmediato si las imágenes vía satélite de alta resolución destinadas a determinar la pluviosidad y el crecimiento de las plantas detectan determinado número de días de sequía.
  • Una empresa australiana alquila robots para las labores del campo, lo cual permite reducir determinados insumos, entre ellos los herbicidas, los pesticidas y los fertilizantes. Se utilizan la computación móvil, los sensores y la inteligencia artificial. ¿Pueden realizarse en su país estos arrendamientos transfronterizos? ¿Se debe eliminar para ello algún obstáculo arancelario o no arancelario? ¿Se pueden transmitir electrónicamente a través de las fronteras las instrucciones necesarias para adaptar las máquinas a las condiciones locales? ¿Se pueden recopilar datos para mejorar la utilización a nivel local?

Estos son algunos ejemplos de los recientes avances en el ámbito de la digitalización del sector agropecuario:

    • Una organización extranjera sin fines de lucro ayuda mediante mensajes de texto a los agricultores kenianos a determinar la cantidad de cal necesaria para combatir la acidez del suelo. Se calcula que, gracias a los recordatorios de las fechas idóneas para plantar y escardar, las cosechas de caña de azúcar han aumentado más de un 10%.
    • En Nigeria, una empresa de nueva creación utiliza grandes cantidades de datos para proporcionar los precios de los productos agrícolas y microfinanciación colectiva. En Ghana se ofrece un servicio similar.
    • Empresas de nueva creación con sede en Nairobi proporcionan, a precios asequibles, sistemas de riego y unidades de conservación mediante frío que utilizan energía solar.
    • En el Camerún y en otros países, los servicios de TIC proporcionan datos sobre precios en tiempo real para facilitar la comercialización.(1)
    • El Internet de las Cosas permite controlar el rendimiento de la maquinaria y de los sistemas y proporcionar así la información necesaria para realizar ajustes y operaciones de mantenimiento en el equipo.
    • La concesión de crédito se basa cada vez más en la confianza, construida sobre la acumulación de datos acerca de cada comprador. La tecnología de la cadena de bloques permite la gestión de la cadena de suministro, el seguimiento de los productos con fines de seguridad alimentaria y la mejora de la información orientada a la comercialización, así como la facilitación de la financiación (incluidos los pagos y los seguros).(2)
    • La comercialización internacional de las aplicaciones depende en parte de la observancia de los derechos de propiedad intelectual. ¿Estos derechos son suficientes y exigibles en su país?

Hay que examinar las reglamentaciones nacionales para determinar si apoyan u obstaculizan la utilización en la agricultura de herramientas avanzadas basadas en tecnologías digitales. Es imprescindible adaptar el sistema multilateral de comercio a fin de que este proporcione certidumbre suficiente a los agricultores para que confíen en los proveedores y mercados extranjeros, y a los proveedores para que inviertan en prestar apoyo a los agricultores de otros países. El sistema de comercio debe ofrecer un marco suficientemente fiable para permitir que la digitalización allane el camino hacia una actividad agrícola inteligente.

Conclusiones

En primer lugar: Es indispensable velar por que los sistemas reglamentarios promulgados por los Gobiernos faciliten la innovación y no frenen los avances.

En segundo lugar: Es necesario actuar con urgencia para corregir las distorsiones causadas por las subvenciones nacionales injustificadas y el mantenimiento de obstáculos arancelarios y no arancelarios por parte de los Miembros de la OMC. Esto es esencial para garantizar un sistema de comercio orientado al mercado que sea justo, eficiente y sostenible que contribuya a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En tercer lugar: A fin de acabar con el estancamiento e inyectar dinamismo en el mercado agropecuario mundial, todos los Miembros de la OMC deben aumentar su participación y ser flexibles para tener en cuenta los intereses de los demás. La actitud "primero lo mío, después lo tuyo" no funcionará. Entender los intereses de los demás es fundamental para encontrar soluciones mutuamente aceptables. El endurecimiento de las posiciones negociadoras en esta coyuntura crítica impediría los progresos y entorpecería los esfuerzos desplegados para lograr que el sector agrícola sea fuerte y competitivo.

En cuarto lugar: La función de los Ministros de Agricultura en las negociaciones reviste una importancia vital. Los animo a trabajar en estrecha colaboración con sus homólogos encargados de las cuestiones comerciales para elaborar propuestas que faciliten avances sustantivos en las negociaciones sobre la agricultura. Es vital que velen ustedes por que las normas internacionales permitan que todos los integrantes de la cadena de valor agrícola -desde el agricultor hasta el consumidor- saquen partido de las nuevas tecnologías.

Undécimo Foro Global para la Alimentación y la Agricultura
17-19 de enero de 2019

“La agricultura se digitaliza - Soluciones inteligentes para la agricultura del futuro”

Observaciones finales
Alan Wm. Wolff
Director General Adjunto, OMC
en la clausura de la reunión de Ministros

Doy las gracias a la Ministra Julia Klöckner y su Ministerio por acoger gentilmente esta Undécima Cumbre de Ministros de Agricultura.

En esencia, hay tres formas de afrontar de una manera sostenible y compatible con la conservación del medio ambiente el doble desafío de dar de comer a una población mundial que, según se prevé, alcanzará los 9.000 millones de personas de aquí a 2050 y de mitigar los efectos del cambio climático:

En primer lugar:Sedebe preservar, no menoscabar, el derecho de los agricultores a beneficiarse de la mejor información y la mejor tecnología disponibles. Los marcos reglamentarios deben apoyar la digitalización sin introducir obstáculos que pongan en peligro el acceso a las nuevas tecnologías. En el contexto de la reforma de las normas de la OMC, se debe garantizar el derecho de los agricultores y de quienes participan en la agricultura a recoger los frutos de la revolución digital.

En segundo lugar: Se deben reducir o eliminar las distorsiones del comercio, en particular en forma de subvenciones, para no poner en entredicho los posibles beneficios de la digitalización. Es necesaria la participación de los Ministros de Agricultura, junto con sus homólogos encargados de las cuestiones comerciales, para inyectar dinamismo a las negociaciones de la OMC encaminadas a la consecución de este objetivo. En caso de alcanzarse unos resultados óptimos, se apoyaría el crecimiento y la competitividad del sector agropecuario en todo el mundo y se generaría un aumento de los ingresos de los agricultores.

En tercer lugar: Las soluciones inteligentes deben incluir un incremento del comercio. Gracias al comercio, el precio de los alimentos es más asequible, porque permite que estos circulen desde el lugar donde se producen eficientemente y en abundancia hasta el lugar donde se necesitan. Los Miembros de la OMC procuran establecer disciplinas sobre las medidas fronterizas tales como los aranceles elevados y las restricciones a la importación. Además, en Buenos Aires, en diciembre de 2017, una masa crítica de Miembros de la OMC presentó iniciativas sobre el comercio electrónico, la facilitación de las inversiones, y las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, cuestiones todas relacionadas con el tema y el público de hoy.

La OMC será un asociado fiable, habida cuenta de nuestro compromiso común de conseguir que todos dispongan de alimentos nutritivos y a precios asequibles, preservando a la vez el medio ambiente.

Muchas gracias.


Notes

  1. La mayoría de los ejemplos proceden de artículos recientes de The Financial Times Volver al texto
  2. Tripoli, M. & Schmidhuber, J. 2018. Emerging Opportunities for the Application of Blockchain in the Agri-food Industry. La FAO y el ICTSD: Roma y Ginebra. Licencia: CC BY‑NC-SA 3.0 IGO. Véase también Information and Communication Technology (ICT) in Agriculture, A Report to the G20 Agricultural Deputies. Elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, con aportaciones del Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria (IIPA) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Roma, 2017. Volver al texto

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