DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Esta charla virtual, dirigida a los miembros de la Asociación de Comercio Internacional de Washington, tiene por objeto reunir en un mismo lugar los puntos esenciales de las declaraciones y las propuestas oficiales sobre política comercial que se han formulado en las últimas tres semanas en el contexto de las reacciones de los Gobiernos, los grupos empresariales y los expertos en comercio a la propagación del nuevo coronavirus.

La extinción de los dinosaurios y el coronavirus

Hace unos 65 millones de años se extinguieron los dinosaurios que poblaban la Tierra. Según una teoría, cayó en la Tierra un asteroide enorme, levantando una nube de polvo que llenó la atmósfera, y los dinosaurios murieron de asfixia.(1) La realidad es un poco más compleja. Los dinosaurios carecían de varias cualidades esenciales que acaso los hubieran ayudado a sobrevivir. No se distinguían por su capacidad de planificación. De hecho, según parece, sus procesos mentales eran, en general, muy limitados y lentos. Su organización social se caracterizaba, aparentemente, por la falta de interés en las otras especies de dinosaurios. En resumidas cuentas, su capacidad para generar una respuesta colectiva eficaz a su difícil situación era nula.

Incontables miles de milenios más tarde, los seres humanos se enfrentan a una grave crisis. Esta crisis, pese a no amenazar la existencia colectiva, es extremadamente grave. Como sociedad, nuestro tiempo de ciclo — desarrollar ideas, convenir un plan de acción y actuar — es demasiado lento. De hecho, nos enfrentamos a dos grandes desafíos: la amenaza a la salud humana y, pisándole los talones, la amenaza a la economía mundial, que va unida, en el plano personal, a la pérdida del empleo y los ahorros. 

Medidas comerciales en tiempos de pandemia

Los directivos de los bancos centrales y los Ministros de Finanzas están acostumbrados a adoptar medidas de urgencia coordinadas para reducir los tipos de interés y proporcionar estímulos fiscales cuando se produce una fuerte desaceleración económica. En general, eso no es aplicable a los Ministros de Comercio. Estos no han tenido que actuar conjuntamente para responder a una desaceleración económica mundial desde la crisis financiera de 2008. En aquella ocasión el sistema multilateral de comercio respondió muy bien, manteniéndose firme ante las medidas proteccionistas. En ese momento solo se recomendó inacción: no imponer nuevas restricciones. Esta vez el desafío es mucho mayor. No se trata únicamente de no adoptar medidas que puedan perjudicar a la población del propio país o de otros, sino también de reflexionar sobre lo que podría hacerse para dar una respuesta positiva sensata.

Tiempo de ciclo y aceleración de los acontecimientos. Según dicen, si un brontosaurio recibía un mordisco en la cola, la señal de lo ocurrido tardaba mucho tiempo en llegar a su cerebro. El Homo Sapiens, integrado en organizaciones sociales, tiene una respuesta mejor. El tiempo de ciclo no equivale al de la mensajería instantánea, pero el hecho es que hay en todo el planeta profesionales de la salud, investigadores en laboratorios, ingenieros mecánicos en fábricas textiles y de automóviles, ingenieros informáticos que se dedican a la impresión en 3D e innovadores de muy diversos campos trabajando en lo que es y será la respuesta mundial al coronavirus.

Cronología de las medidas adoptadas hasta la fecha en el Centro William Rappard, sede de la OMC en Ginebra (Suiza).

El 2 de febrero de 2020, el New York Times reprodujo las siguientes palabras del Doctor Anthony S. Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas: “Es muy, muy transmisible, y casi con toda seguridad causará una pandemia. Pero ¿será catastrófica? No lo sé”. (Cuando llegué al aeropuerto de Addis Abeba el 10 de febrero, todo el personal llevaba mascarillas. En cambio, no se veía ninguna mascarilla en los aeropuertos suizos).

      • El 2 de marzo, las autoridades suizas visitaron la OMC y recomendaron lavarse las manos y evitar los besos, los apretones de manos y los abrazos. Instaron a la Secretaría de la OMC a que recurriera al sentido común.
      • El 6 de marzo, se elaboró una lista de funcionarios que podían trabajar desde sus casas, por si acaso se adoptaba una decisión a ese respecto.
      • El 9 de marzo, se pidió a quienes tuvieran los síntomas que se quedaran en casa.
      • El 10 de marzo, se notificó a todo el personal el primer caso confirmado de COVID-19 en el seno de la Secretaría. Ese mismo día se suspendieron todas las reuniones de delegados de la OMC previstas para los 10 días siguientes. Se pidió a los funcionarios con una salud frágil que trabajaran desde casa hasta finales de mes.
      • El 12 de marzo, el Gobierno de Kazajstán informó a la OMC de que no se celebraría la Duodécima Conferencia Ministerial, prevista para los días 8 a 11 de junio.
      • El 13 de marzo, se comunicó a quienes debían hacerse cargo de niños pequeños con motivo del cierre de las escuelas que podían trabajar desde casa.
      • El 14 de marzo, se cerró el recinto de la OMC. Se suspendieron todas las reuniones de la OMC hasta finales de abril.
      • El 15 de marzo, se elaboró una lista de 24 funcionarios que tendrían acceso permanente a la sede de la OMC.
      • El 16 de marzo, las autoridades cantonales suizas cerraron todos los bares y restaurantes, así como otros establecimientos públicos. A partir de ese día, se indicó a todos los funcionarios de la OMC que trabajaran desde casa hasta el 31 de marzo, a excepción de un reducido número de personas que prestaban servicios a los demás.
      • El 21 de marzo, el Grupo de Trabajo Especial sobre Salud de la OMC distribuyó un reglamento del Gobierno suizo que prohibía las reuniones de más de cinco personas en un mismo sitio e imponía una distancia mínima de dos metros entre unas y otras.
      • El 23 de marzo, se prohibió la entrada en el edificio de la OMC incluso a quienes hasta entonces tenían acceso permanente. Quedó excluido de esa norma el personal cuya presencia en la sede era imprescindible, como los proveedores de servicios de tecnología de la información.
      • El 26 de marzo, se pidió a todos los funcionarios que trabajaran desde casa hasta finales de abril.
      • El 27 de marzo, se restringió aún más el acceso al edificio y se anunció un protocolo de contacto nulo, reduciéndose drásticamente el espacio en el que podía trabajar el personal imprescindible.
    • El 1º de abril, a las 4 h, Suiza registraba 16.605 casos positivos y 433 fallecidos.(2)

Cronología de las respuestas políticas coordinadas (hasta la fecha)

  • El 21 de marzo, Nueva Zelandia y Singapur se comprometieron a mantener abiertas las cadenas de suministro.
  • El 25 de marzo, Australia, Brunei, el Canadá, Chile y Myanmar se sumaron a ese compromiso.

El Canadá, Australia, Chile, Brunei y Myanmar se han sumado a Nueva Zelandia y Singapur en el compromiso de mantener abiertas las cadenas de suministro y eliminar todas las medidas de restricción del comercio vigentes aplicadas a los bienes esenciales, en especial los suministros médicos, ante la crisis generada por la COVID-19.

Hoy, el Ministro de Comercio y Crecimiento de las Exportaciones neozelandés, David Parker, se ha congratulado por ese anuncio.

“Celebro que el Canadá, Australia, Chile, Brunei y Myanmar se hayan sumado al compromiso contraído por Nueva Zelandia y Singapur de contribuir a garantizar el acceso de nuestros ciudadanos a importantes mercancías y suministros médicos que necesitamos en estos tiempos de crisis mundial”, ha dicho David Parker.

“Es importante que algunos de nuestros principales interlocutores nos aseguren que las líneas comerciales entre nosotros permanecerán abiertas, en particular mediante el transporte aéreo y marítimo, a fin de facilitar la circulación de mercancías, en especial de suministros esenciales.

“La política comercial no puede, por sí sola, resolver los problemas y los desafíos a los que nos enfrentamos, pero sí puede, y debe, formar parte de la solución. Estamos pensando qué medidas deben adoptarse para llevar a la práctica con rapidez nuestro compromiso común de hacer frente a la pandemia mundial mediante la cooperación internacional”.

DECLARACIÓN MINISTERIAL CONJUNTA DE AUSTRALIA, BRUNEI DARUSSALAM, EL CANADÁ, CHILE, LA REPÚBLICA DE LA UNIÓN DE MYANMAR, NUEVA ZELANDIA Y SINGAPUR

La pandemia de COVID-19 es una grave crisis mundial. Como parte de nuestra respuesta colectiva para combatir la COVID-19, Australia, Brunei Darussalam, el Canadá, Chile, la República de la Unión de Myanmar, Nueva Zelandia y Singapur tienen la firme determinación de mantener las cadenas de suministro abiertas y conectadas. También trabajaremos en estrecha colaboración para identificar y subsanar las perturbaciones comerciales con repercusiones en la circulación de productos de primera necesidad.

Reconocemos que es en nuestro interés mutuo que las líneas comerciales permanezcan abiertas, en particular mediante el transporte aéreo y marítimo, a fin de facilitar la circulación de mercancías, en especial de suministros esenciales.

Afirmamos que es importante, en estos momentos, abstenerse de imponer controles a las exportaciones o aranceles y obstáculos no arancelarios y eliminar toda medida de restricción del comercio aplicada actualmente a los bienes esenciales, en especial los suministros médicos.

Tenemos la firme determinación de trabajar con todos los países de ideas afines para velar por que el comercio siga circulando sin impedimentos y por que las infraestructuras esenciales, como nuestros puertos y aeropuertos, permanezcan abiertas para apoyar la viabilidad y la integridad de las cadenas de suministro en todo el mundo.

  • El 26 de marzo, los líderes del G-20 mantuvieron una reunión virtual e hicieron pública una declaración con respecto al comercio internacional:

Abordar las perturbaciones comerciales internacionales

Teniendo presentes las necesidades de nuestros ciudadanos, trabajaremos para asegurar el flujo transfronterizo de suministros médicos vitales, productos agrícolas esenciales, y otros bienes y servicios, y trabajaremos para resolver las perturbaciones en las cadenas de suministro mundiales a fin de apoyar la salud y el bienestar de todas las personas.

Nos comprometemos a seguir trabajando conjuntamente para facilitar el comercio internacional y coordinar respuestas de forma que se eviten interferencias innecesarias en el tráfico y el comercio internacionales. Las medidas comerciales de emergencia destinadas a proteger la salud deberían ser puntuales, proporcionadas, transparentes y temporales. Encomendamos a nuestros Ministros de Comercio que evalúen las repercusiones de la pandemia en el comercio.

Reiteramos nuestra meta de lograr un entorno de comercio e inversión libre, justo, no discriminatorio, transparente, predecible y estable, y de mantener abiertos nuestros mercados.

El 30 de marzo, los Ministros de Comercio del G-20 mantuvieron una reunión virtual y se comprometieron a lo siguiente:

De conformidad con las prescripciones nacionales, adoptaremos inmediatamente las medidas necesarias para facilitar el comercio de […] bienes esenciales.

Favoreceremos la disponibilidad y la accesibilidad de suministros médicos y productos farmacéuticos esenciales a precios asequibles, sobre una base equitativa, allí donde más se necesiten y lo antes posible, en particular fomentando el aumento de la producción mediante incentivos e inversiones específicas, según las circunstancias nacionales.

Nos aseguraremos de que nuestra respuesta colectiva favorezca a las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.

Estamos de acuerdo en que las medidas de urgencia concebidas para hacer frente a la COVID-19, en caso de considerarse necesarias, deben ser específicas, proporcionadas, transparentes y temporales, en que no deben crear obstáculos innecesarios al comercio ni perturbar las cadenas de suministro mundiales, y en que deben ser compatibles con las normas de la OMC.

Aplicaremos esas medidas respetando el principio de la solidaridad internacional, tomando en consideración la evolución de las necesidades de suministros de emergencia y de ayuda humanitaria de los demás países.

Insistimos en la importancia de la transparencia en el entorno actual y en nuestro compromiso de notificar a la OMC todas las medidas adoptadas en relación con el comercio.

[Trataremos de] mitigar […] las repercusiones en el comercio internacional y la inversión, y seguiremos colaborando para crear un entorno de comercio e inversión libre, justo, no discriminatorio, transparente, previsible y estable, y para mantener nuestros mercados abiertos.

Velaremos por el funcionamiento fluido e ininterrumpido de las redes logísticas que vertebran las cadenas de suministro mundiales.

Seguiremos vigilando y evaluando las repercusiones de la pandemia en el comercio.

Instamos a las organizaciones internacionales a que proporcionen un análisis profundo de los efectos de la COVID-19 en el comercio mundial, la inversión y las cadenas de valor mundiales.

Las normas de la OMC dejan a los Gobiernos un amplio margen de maniobra para adoptar medidas de urgencia. La moderación es de vital importancia.

Propuestas relativas a futuras medidas concretas de política comercial(3)

En un documento de debate preparado el 11 de marzo para la reunión del Grupo de Ottawa del 18 de marzo, posteriormente cancelada, se incluyó para su examen el punto reproducido a continuación. Se insistía en establecer amplias reducciones arancelarias como medida de estímulo fiscal y se planteaba la eliminación de aranceles como respuesta directa al brote de COVID-19. 

No hay tiempo suficiente para iniciar y concluir una nueva ronda de negociaciones arancelarias, ni una clara voluntad por parte de los Miembros de la OMC a ese respecto. La única medida eficaz sería una reducción autónoma de los aranceles coordinada. En aras de la rapidez, la medida podría no ser contractual. Sería una medida recíproca en tanto que otros Miembros de la OMC se sumaran voluntariamente a ella. El objetivo sería que todas las naciones industrializadas redujeran sus aranceles NMF aplicados a un tipo medio inferior al 5%, que los países en desarrollo no industrializados redujeran los aranceles a un tipo medio del 10% ad valorem, y que los países menos adelantados redujeran sus aranceles consolidados en un 10%, de ser posible, a modo de contribución simbólica. Los aranceles NMF consolidados deberían reducirse, puesto que los aranceles preferenciales medios ya son bajos y, en todo caso, los aranceles aplicados en el marco de los Acuerdos de Libre Comercio también pueden ser bajos debido a normas de origen engorrosas. 

En dos esferas [prosigue el documento], debería ser posible ir más allá del programa de reducciones autónomas.

En primer lugar, dadas las circunstancias actuales, debería ser políticamente viable suprimir todos los derechos aplicados a los productos relacionados con la salud, entre los que se incluyen los equipos médicos, los suministros médicos, las prendas de vestir necesarias para la manipulación de materiales peligrosos, el jabón, los desinfectantes y los productos farmacéuticos. (Más urgente aún es estudiar la posibilidad de contraer el compromiso paralelo de no imponer limitaciones a la exportación de esos productos, aunque eso, desde un punto de vista político, podría ser más problemático)

En segundo lugar, los derechos aplicables a las mercancías enumeradas en el Acuerdo sobre Bienes y Servicios Ambientales, que se ha suspendido, podrían reducirse por completo. Eso se justificaría por el hecho de que ya se convino eliminar los derechos aplicables a esas mercancías; asimismo, la eliminación autónoma y no recíproca de los aranceles impuestos a esas mercancías (y servicios) se justifica también por el hecho de que sería buena para el medio ambiente y, en consecuencia, beneficiaría directamente al país que adoptara la medida, tanto si los demás países la adoptaran como si no.

¿Acogería favorablemente estas medidas un número suficiente de Miembros de la OMC? La crisis sanitaria y la ralentización de la economía mundial son, cada una por sí sola, razones suficientes para adoptar medidas urgentes. Un gran número de empresas, Ministros de Finanzas y directivos de bancos centrales las celebrarían. Los mercados reaccionarían favorablemente. El programa sería un voto de confianza a la OMC y al sistema multilateral de comercio, una iniciativa de apoyo concreta y sustancial que iría más allá de las consideraciones retóricas sobre lo muy necesaria que es. La UE, que está adoptando cada vez más políticas respetuosas con el medio ambiente, y otros Miembros de la OMC deberían considerar útil la adopción de estas medidas si tenemos en cuenta sus tendencias en defensa del medio ambiente. La actual Administración de los Estados Unidos debería celebrar estas medidas por considerarlas una armonización con su bajo nivel arancelario medio. Incluso podría sumarse a la iniciativa. No serían necesarias negociaciones sobre qué es un bien ambiental o sobre por qué habría que adoptar medida alguna.

No se requiere que un gran número de Miembros de la OMC adopte esta iniciativa siempre y cuando los Miembros que se sumen representen una parte significativa del comercio mundial.

El 26 de marzo, el Director General de la OMC, Roberto Azevêdo, hizo tres sugerencias al G‑20 en respuesta a la declaración de sus dirigentes:

  • Los miembros del G-20 podrían pedir a la OMC, la OMS y la OMA, así como a otras organizaciones internacionales, que establezcan normas y mejores prácticas coordinadas para facilitar el comercio de productos y servicios sanitarios relacionados con la COVID-19.
  • Los miembros del G-20 podrían comprometerse a cooperar para garantizar suministros suficientes y una circulación transfronteriza de bienes y servicios fluida, en particular de aquellos que sean esenciales durante la crisis y el período posterior.
  • Los miembros del G-20 podrían acordar que el recurso a las restricciones a la exportación debe ser selectivo, proporcionado, temporal y transparente, y comprometerse a notificar a la OMC esas medidas.

El 28 de marzo, John Denton, Presidente de la CCI, dirigió una carta a los Ministros de Comercio del G-20 con las siguientes recomendaciones (resumen de los puntos formulados):

1. Utilizar la política comercial para acelerar la respuesta a la crisis sanitaria relacionada con la COVID-19

Con miras a hacer efectivos los compromisos de los dirigentes del G-20 para garantizar la circulación de los suministros médicos esenciales, instamos a los Ministros de Comercio a:

  1. Eliminar los aranceles aplicados a los productos esenciales. Los países del G-20 deben hacer todo lo posible para garantizar la accesibilidad y la asequibilidad de los suministros médicos necesarios.
  2. Agilizar la facilitación del comercio para los productos esenciales. […] Establecer “canales verdes” para acelerar la inspección y el despacho de los productos esenciales. Las restricciones no deben aplicarse al personal que debe viajar para:
    1. aumentar la producción de suministros médicos;
    2. elaborar, ensayar, producir y distribuir vacunas; o
    3. transportar esos productos a otros países.
  3. Eliminar las restricciones a la exportación para los productos esenciales.
  4. Suspender todos los reglamentos nacionales de contratación pública y las medidas de localización estatales que ponen trabas al abastecimiento transfronterizo de suministros médicos esenciales.

2. Mantener las corrientes comerciales para restablecer el crecimiento y preservar el empleo

Nos encontramos ante un desmoronamiento sin precedentes de las cadenas de valor en muchos sectores, lo que tiene grandes repercusiones en el empleo y el suministro de mercancías.

  1. Asegurar la continuidad de las actividades de carga. Resolver la escasez de pilotos de aviones de carga resultante de las prescripciones en materia de cuarentena.
  2. Ampliar los plazos para el pago de derechos y tasas.
  3. Mantener el flujo de la financiación del comercio […] promoviendo la utilización de documentos digitales.
  4. También alentamos a los Ministros de Comercio del G-20 a que tengan presente la posible necesidad de intervenciones políticas tempranas para mantener el nivel de liquidez en el mercado de financiación del comercio.

3. La COVID-19 no debe poner trabas a una reforma a largo plazo del sistema de comercio

  1. Llevar a cabo una reforma exhaustiva de la OMC.
  2. Acelerar la transición hacia el comercio digital. Reconocer la imperiosa necesidad de alcanzar un acuerdo de alto nivel sobre los aspectos del comercio electrónico relacionados con el comercio, basado en normas comunes para garantizar un acceso abierto y no discriminatorio a los mercados digitales y posibilitados por medios digitales.
  3. Favorecer el comercio digital mediante la normalización. Promover una mayor inclusión económica mediante la elaboración de normas comerciales abiertas […] como la Iniciativa relativa a las Normas en materia de Comercio Digital de la CCI, que puede contribuir a que el comercio pase de analógico a digital. 

Bibliografía reciente sobre las prescripciones en materia de política comercial propuestas

  • El Global Trade Alert(4), informe extraordinariamente útil elaborado bajo la dirección de Simon Evenett, de la Universidad de San Galo, propone las siguientes medidas:

Respuesta de política comercial recomendada: facilitar la entrega de suministros médicos y jabón.

  1. Durante al menos seis meses, eliminar los impuestos a la importación y los contingentes de importación aplicables a todos los equipos médicos, medicamentos, desinfectantes y jabones necesarios.
  2. Examinar todos los obstáculos no arancelarios que afectan a las importaciones de suministros médicos importantes, a excepción de aquellos cuya única finalidad demostrada sea garantizar la seguridad de esos suministros.
  3. Comprometerse públicamente a no prohibir o limitar la exportación de suministros médicos importantes.
  4. Revocar las prohibiciones vigentes a la exportación de suministros médicos necesarios para luchar contra el coronavirus.
  5. Reforzar los incentivos para incrementar la producción nacional estableciendo precios mínimos ventajosos para los suministros médicos vendidos al Estado.(5)
  • El 17 de marzo de 2020, Wendy Cutler, una negociadora comercial veterana y muy respetada, publicó las siguientes ideas en un blog:
  • La OMC debería convocar una reunión urgente (virtual) para debatir y adoptar medidas con respecto a la creciente utilización de las restricciones a la exportación aplicadas a los suministros médicos y los equipos y materiales conexos. En estos momentos, los países deberían cooperar y ayudarse mutuamente, en lugar de ir cada cual a la suya. El artículo XI del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) proscribe específicamente las prohibiciones o restricciones a la exportación, aunque prevé limitadas excepciones, que algunos países podrían aducir que son aplicables en las actuales circunstancias.
  • El G-7 y el G-20 deberían anunciar un acuerdo sobre la congelación inmediata — lo que en el mundo del comercio se conoce como “statu quo” — de nuevas subidas arancelarias, prohibiciones o limitaciones a la exportación y otras medidas restrictivas del comercio durante el resto del año.
  • A fin de dar un necesario impulso a la economía mundial y velar por que las restricciones comerciales no agraven la actual crisis sanitaria, los Estados Unidos y China deberían desmantelar sus respectivas medidas en relación con las subidas arancelarias impuestas en los últimos dos años, que afectan a productos acabados y semielaborados por un valor de miles de millones de dólares. Para poner en marcha este proceso, los Estados Unidos deberían, con carácter inmediato, 1) desmantelar el arancel del 7,5% restante aplicado en septiembre del año pasado a las importaciones procedentes de China de determinados productos médicos y productos de consumo por un valor de USD 120.000 millones; y 2) conferir carácter permanente a las exclusiones temporales otorgadas hasta la fecha a determinados productos, en particular a los productos médicos y afines. Ante estas medidas adoptadas de buena fe, China no tendría más remedio que seguir su ejemplo.
  • Reconociendo que es probable que haya otras pandemias en el futuro, la OMC debería iniciar negociaciones, sobre una base plurilateral si es necesario, para eliminar los aranceles y otras restricciones aplicados a una amplia gama de equipos, suministros y materiales médicos y afines. Este ejercicio arancelario sectorial debería tomar como modelo uno de los pocos acuerdos satisfactorios de la OMC, el Acuerdo sobre Tecnología de la Información, en el que participó una masa crítica de Miembros de la OMC.(6)
  • Jennifer Hillman, antiguo Miembro del Órgano de Apelación de la OMC, investigadora superior de comercio y economía política internacional en el Consejo de Relaciones Exteriores, presentó las siguientes propuestas de política:
  1. Eliminar los aranceles aplicados a las importaciones de productos farmacéuticos y equipo médico
    Recomendación
    : Los dirigentes del G-7 y el G-20 deberían acordar la suspensión temporal de todos los aranceles aplicados a los productos farmacéuticos y los dispositivos y suministros médicos necesarios, así como a los desinfectantes y el jabón. Estos dirigentes mundiales deberían animar a los demás países a seguir su ejemplo.
  2. Acordar no imponer prohibiciones a la exportación de suministros médicos y medicamentos
    Recomendación
    : Los países del G-20 deberían acordar no prohibir o limitar la exportación de suministros médicos importantes y deberían instar a los demás países a que sigan su ejemplo. Mantener los mercados abiertos es la manera más segura de incentivar la producción de los equipos y los medicamentos necesarios en todo el mundo.
  3. Conceder subvenciones en la categoría del compartimento verde para la producción de medicamentos y suministros médicos
    Recomendación
    : Los Miembros de la OMC deberían restablecer — ya sea formal o informalmente — el concepto de subvención no recurrible o del “compartimento verde”, enunciado en el artículo 8 del Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias de la OMC, para todas las subvenciones otorgadas a las empresas productoras de equipos y suministros médicos, desinfectantes y otros productos utilizados en la lucha contra el coronavirus, así como para toda investigación encaminada a desarrollar vacunas contra el virus o medicamentos para tratarlo.
  4. Eximir de la aplicación de las disposiciones en el marco de la legislación “Buy American”, que limitan la contratación pública
    Recomendación
    : El Presidente debería utilizar la autoridad que le confiere el Congreso para eximir de las prescripciones establecidas en la legislación “Buy American” para los suministros, dispositivos y equipos médicos, los desinfectantes y el jabón con el fin de velar por que los hospitales y las clínicas de propiedad estatal, el Departamento de Asuntos de los Excombatientes y el Departamento de Sanidad y Servicios Sociales tengan acceso a todo el material necesario para combatir el coronavirus, independientemente de su lugar de origen. La emisión inmediata de una exención general permitiría a todos los proveedores de servicios médicos públicos saber que pueden realizar las compras necesarias con la mayor rapidez posible sin preocuparse de si los productos están o no incluidos en la legislación “Buy American”.
  5. Acelerar los requisitos de visado y entrada para permitir que el personal médico viaje a donde sea necesario
    Recomendación
    : La Administración debería anunciar que procurará acelerar de inmediato la tramitación de los visados H-1B para los profesionales de la salud y a la vez eximir de la tasa de USD 4,000-4,500 impuesta en la actualidad a los hospitales y los proveedores de asistencia sanitaria que dan empleo a personal sanitario extranjero. La Administración también debería plantearse una exención temporal del límite de 20.000 personas impuesto al número de trabajadores altamente cualificados que pueden entrar este año en el país.
  6. Conceder licencias obligatorias para los derechos de propiedad intelectual correspondientes a los productos farmacéuticos y los dispositivos médicos necesarios
    Recomendación
    : Los países del G-20 deberían comprometerse a poner a disposición de todo el mundo y a precios razonables las vacunas desarrolladas recientemente, los medicamentos eficaces y los dispositivos médicos patentados, recurriendo bien a las licencias obligatorias, bien a otros medios que no sean la fijación de precios monopolista en el marco de los regímenes tradicionales de protección de la propiedad intelectual. Todos aquellos que pueden fabricar esos medicamentos esenciales deberían tener la posibilidad de producirlos y distribuirlos a quienes los necesitan.(7)
  • Anabel González, investigadora principal del Peterson Institute for International Economics, recomienda lo siguiente:

Reducir los aranceles aplicados a los productos farmacéuticos, los dispositivos médicos y otros suministros médicos. La lista indicativa de los suministros médicos relacionados con la COVID-19 publicada por la Organización Mundial de Aduanas constituye un punto de partida. 

Mejorar la facilitación del comercio para reducir los costos del movimiento transfronterizo de los productos y los materiales relacionados con la salud. El movimiento transfronterizo de suministros de socorro es esencial para ayudar a los enfermos oportunamente y apoyar a los productores nacionales que utilizan insumos importados para fabricar los productos en cuestión. China y la  Unión Europea han establecido “canales verdes” para agilizar la inspección y el despacho de mercancías a fin de evitar retrasos en la importación de suministros esenciales. La  Organización Mundial de Aduanas puede ayudar a simplificar los procedimientos y mejorar la gestión de riesgos.

Adoptar normas internacionales para garantizar la calidad y la seguridad de los productos relacionados con la salud importados. Por lo general, los productos farmacéuticos y los dispositivos médicos están sujetos a un proceso de registro y aprobación para velar por la seguridad de los consumidores y la salud pública. Aunque el régimen normativo aplicable a estos productos no está concebido específicamente para restringir el comercio, puede limitar indebidamente el acceso a medicamentos y equipo médico. Las reglamentaciones nacionales incompatibles con las normas internacionales deben flexibilizarse, y es preciso acelerar los procedimientos complejos y prolongados de evaluación de la conformidad con esas normas. Una opción es autorizar el registro automático de los suministros médicos que ya cumplen las normas en las economías avanzadas.

Autorizar el movimiento transfronterizo de los profesionales de la salud. Es necesario posibilitar la circulación de médicos, enfermeras y profesionales de la salud, en especial en los países más pobres, lo que puede facilitarse con visados especiales, permisos de trabajo y reglamentaciones más flexibles.

Compartir conocimientos mediante la cibersanidad y otras interacciones digitales transfronterizas. La telemedicina se está convirtiendo rápidamente en la primera línea de  defensa contra el coronavirus. La comunidad sanitaria mundial está recurriendo a las tecnologías digitales, los datos y la cibersanidad transfronteriza para compartir información y experiencias a fin de detectar y prevenir los casos de COVID-19, proporcionar una respuesta a la enfermedad y superar la pandemia. Un marco digital sólido es fundamental para favorecer la libre circulación de datos, proteger la privacidad, garantizar la seguridad y, en general, crear un entorno de confianza para los intercambios digitales.

Asegurarse de que una protección adecuada de la propiedad intelectual no obstaculice el desarrollo de nuevas tecnologías y medicamentos. Las nuevas tecnologías — como  la impresión en 3D de las piezas de los respiradores desarrollada por ingenieros italianos — pueden contribuir a subsanar la escasez. Los derechos de propiedad intelectual de los inventores de esas innovaciones deben protegerse, pero es preciso mantener un  equilibrio entre sus necesidades y la trascendencia de la pandemia a nivel mundial.

Evitar las restricciones a la exportación. Según  los datos disponibles más de 24 países han adoptado medidas para limitar sus exportaciones de equipo médico — las mascarillas, por ejemplo —, así como de medicamentos y sus componentes. En la crisis alimentaria de 2006-2008, las  restricciones a la exportación redujeron el suministro mundial de alimentos y provocaron  un incremento de los precios. En el pasado, fue difícil imponer disciplinas multilaterales contra el uso indebido de esas restricciones, pese al  perjuicio que causan a los exportadores e importadores por igual al aumentar los precios, desincentivar la inversión e inducir a la adopción de medidas de retorsión. Para satisfacer la creciente demanda mundial de equipos de protección individual (mascarillas, gafas, etc.), su fabricación debe incrementarse en un 40%. La  solución radica en recurrir a las subvenciones u otras medidas para estimular la producción mundial y acelerar la distribución.

Actuar colectivamente en favor del comercio. Los Gobiernos deberían reforzar, no limitar, la cooperación comercial mundial, si no entre todos los países, sí al menos entre los más dispuestos. Deberían ponerse de acuerdo en  congelar las prohibiciones a la exportación, atenuar las restricciones recientes y ejercer la máxima moderación cuando las repercusiones son devastadoras. Los Gobiernos deberían asimismo negociar acuerdos para reducir los aranceles y los obstáculos no arancelarios aplicados a los productos relacionados con la salud, basándose, por ejemplo, en la  iniciativa de la OMC relativa al comercio de los productos farmacéuticos. Una mayor certidumbre con respecto a la apertura de los mercados estimularía la inversión. Los Gobiernos también podrían elaborar un marco detallado para apoyar la reforma del comercio de servicios médicos o la prestación de servicios de salud en línea para facilitar el flujo de conocimientos médicos prácticos y teóricos. Más importante aún, podrían aprovechar el marco que ofrece la OMC para celebrar esas negociaciones.(8)

El 27 de marzo, la Sra. González complementó estas recomendaciones con algunas otras en relación con las cadenas de valor mundiales:

Los principales fabricantes deberían ampliar y transformar las instalaciones de producción actuales para aumentar su capacidad, aprovechando las cadenas de valor mundiales y regionales; las empresas internacionales de transporte y logística deberían dar prioridad al transporte de los equipos relacionados con la COVID-19 y sus partes y componentes. Las multinacionales deberían modernizar las líneas de producción en sus fábricas localizadas en países en desarrollo con el fin de producir los equipos de protección individual necesarios para atender las necesidades de los pacientes, estén en Nueva York o en Honduras, y para que los productos finales lleguen a los hospitales y a los pacientes oportunamente.

Los gobiernos de los países en desarrollo deberían simplificar la inversión en empresas y facilitar su funcionamiento, así como adherirse a medidas de política comercial que mantengan en actividad las cadenas de suministro.

Los gobiernos de los países avanzados deberían velar por que las reglamentaciones en materia de contratación pública no obstaculicen el abastecimiento de fuentes extranjeras, procurar que pueda accederse libremente a las normas relativas a los productos y acelerar el proceso de aprobación de los suministros importados. También deberían mantener abiertas las cadenas de suministro y apoyar a los países pobres afectados por la COVID-19. Los gobiernos deberían seguir el ejemplo de la UE, que permite acceder libremente a las normas técnicas necesarias para la producción de determinados dispositivos y equipos médicos a la vez que agiliza el proceso de aprobación de los suministros relacionados con la COVID-19.

El Banco Mundial y otras instituciones de desarrollo deberían proporcionar financiación en favor del desarrollo para complementar la inversión privada, asesoría técnica a los países en desarrollo para fortalecer la capacidad de respuesta de estos países en materia de salud pública y ayuda financiera a los países pobres.(9)

Debe prestarse especial atención a la aplicación de las normas relativas a los productos

Los aranceles, cuando son elevados, pueden ralentizar el comercio. Las normas obstaculizan el comercio con demasiada frecuencia. En estos momentos, ese es un problema especialmente grave. Algunos responsables de la formulación de políticas buscan la autosuficiencia, y las normas pueden ser una herramienta para lograr ese objetivo. Dicho esto, cabe señalar que la autarquía no es una política viable a largo plazo, y es totalmente imposible a corto plazo. Los expertos en comercio temen que las medidas reglamentarias ralenticen inadvertidamente el suministro ya de por sí limitado de medicamentos y productos médicos esenciales. Las normas relativas a los productos revisten especial importancia para garantizar la calidad de la mayoría de estos productos. En circunstancias ordinarias son muchos los especialistas encargados de asegurar la conformidad con las normas. Es preciso mantener la evaluación de los riesgos, pero hay que reducir los trámites burocráticos. Estos no son tiempos ordinarios. Por consiguiente, la fiabilidad ha de encontrarse de otras maneras y en otros lugares. Los envíos deben circular sin interrupciones.

Los suministros existentes deben responder de manera flexible a la evolución de las necesidades. La incidencia del virus aumenta en distintos lugares y en distintos momentos. Eso puede ayudar a gestionar los suministros, pero son necesarias nuevas fuentes de abastecimiento y es preciso que se introduzcan fluidamente en el mercado volúmenes cada vez mayores. Hay que encontrar soluciones para evitar la duplicación de los procesos. Los costos del comercio están aumentando y es necesario reducirlos.

La OMC proporciona un marco para compartir conocimientos especializados sobre la gestión de la promulgación y la administración de normas. Se celebrarán reuniones virtuales del Comité de Obstáculos Técnicos al Comercio. Se seguirán notificando y examinando reglamentaciones nuevas y procedimientos de evaluación de la conformidad, y se seguirán planteando preocupaciones. Eso es ahora más importante que nunca. Cuantos participen en esas reuniones deben impulsar el objetivo de aumentar la eficacia sin reducir de manera inaceptable el margen de seguridad. En la lucha contra la pandemia, es preciso respetar las normas internacionales. Estas deben ser aptas para sus fines, y no deben representar un obstáculo para responder al desafío. Hay que compartir las mejores prácticas. Puede que sean necesarios otros procedimientos que faciliten la circulación internacional del equipo y los suministros médicos.

La COVID-19 constituye un desafío a nivel mundial y exigirá una respuesta a nivel mundial. La OMC proporciona un marco para la cooperación, que está a disposición de los Miembros. La elaboración y la administración de normas han sido el resultado de una cooperación extraordinaria en el marco del Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio. Tanto el marco del Acuerdo como la estructura y los procesos de la OMC están bien adaptados para ayudar a los Miembros en sus esfuerzos encaminados a aumentar urgentemente los suministros de los productos esenciales y facilitar su traslado a donde más se necesitan.

Alimentar el planeta

Todos los países dependen del comercio de productos agropecuarios, tanto para alimentar a sus poblaciones como para asegurar sus medios de subsistencia a través de las exportaciones. En estos tiempos de crisis, proliferan las medidas restrictivas en frontera. Al igual que en el sector manufacturero, existe una cadena de producción de alimentos internacional. Es más sensible a las perturbaciones porque los alimentos pueden echarse a perder, en particular la fruta y la verdura. Es preciso gestionar las perturbaciones desde la explotación agrícola hasta la mesa, a menudo mediante el valor añadido creado por las actividades de transformación a nivel local. En estos tiempos de pandemia, también son motivo de preocupación otras causas de perturbación, como la falta de mano de obra agrícola.

En el marco de los Acuerdos de la OMC, hay flexibilidad para imponer las medidas comerciales a fin de responder a la actual situación de emergencia. Es imprescindible abordar la pandemia de la manera menos restrictiva posible para el comercio. Eso es necesario no solo en aras de la eficacia, sino también para garantizar la seguridad alimentaria. La inestabilidad de los suministros puede excluir a los países pobres del mercado debido al alza excesiva de los precios, como se vio en la crisis alimentaria de 2008. Si eso se repite, la inestabilidad pública aumentaría innecesariamente la carga que representa la propia enfermedad para las estructuras sociales.

Tanto en tiempos normales como en tiempos de crisis, los alimentos deben poder transferirse de los países excedentarios a los países deficitarios. La protección contra la enfermedad y la seguridad alimentaria son necesidades de igual importancia. Hace falta una transparencia absoluta en lo que se refiere tanto a las medidas comerciales como a la información requerida para atender las necesidades.

La OMC ofrece un foro de vital importancia para intercambiar información y para adoptar prácticas que limitan los efectos adversos en otros países.

El 31 de marzo, los Directores Generales de la FAO, la OMS y la OMC publicaron una Declaración Conjunta que establece en parte lo siguiente:

Millones de personas en todo el mundo dependen del comercio internacional para su seguridad alimentaria y sus medios de vida. A medida que los países avanzan en la adopción de medidas destinadas a detener la expansión de la pandemia del COVID-19, debe tenerse cuidado de reducir al mínimo las posibles repercusiones en el suministro de alimentos o las consecuencias imprevistas en el comercio mundial y la seguridad alimentaria.

Cuando actúen para proteger la salud y el bienestar de sus ciudadanos, los países deben garantizar que ninguna medida relacionada con el comercio interrumpa la cadena de suministro de alimentos. […]

La incertidumbre sobre la disponibilidad de alimentos puede desencadenar una ola de restricciones a la exportación, generando escasez en el mercado mundial. […] Hemos aprendido de crisis anteriores que esas medidas son muy perjudiciales para los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, así como para los esfuerzos de las organizaciones humanitarias para adquirir alimentos destinados a quienes los necesitan de manera desesperada.

[…] En momentos como este es cuando más se necesita la cooperación internacional. En un contexto de confinamientos provocados por el COVID-19, hay que hacer todo lo posible para asegurar que el comercio fluya tan libremente como sea permisible, sobre todo para evitar la escasez de alimentos. […]

También debemos asegurarnos de que la información de las medidas sobre el comercio, los niveles de producción, consumo y existencias de alimentos — así como los precios —, esté disponible para todos en tiempo real. […]

Ahora es el momento de mostrar solidaridad, actuar con responsabilidad y sumarse a nuestro objetivo común de incrementar la seguridad y la inocuidad alimentarias y la nutrición y mejorar el bienestar general de la población de todo el mundo. Debemos garantizar que nuestra respuesta al COVID-19 no cause involuntariamente una escasez injustificada de artículos esenciales y agrave el hambre y la malnutrición.(10)

Ponerse en pie de guerra

  • El 26 de marzo, Andrew Cuomo, Gobernador del estado de Nueva York, zona afectada por un virulento brote de COVID-19, declaró: “Esto es una guerra, debemos tratarlo como una guerra”.
  • Al día siguiente, el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, invocó un texto en desuso desde hacía tiempo que confiere poderes de guerra, la Ley de Producción de Material para la Defensa, para obligar a General Motors a fabricar respiradores.

Los Estados Unidos saben cómo aumentar la producción rápidamente para satisfacer la demanda en tiempos de guerra.

  • En mayo de 1940, el Presidente Franklin D. Roosevelt pidió que se produjeran en dos años 185.000 aviones, 120.000 tanques, 55.000 cañones antiaéreos, y buques mercantes para transportar 18 millones de toneladas de mercancías. En 1939, la producción anual de aviones para el ejército estadounidense no llegaba a los 2.141 aparatos. Entre 1938 y 1940, se triplicó la producción. Entre 1940 y 1941 volvió a triplicarse, y de 1941 a 1942 aumentó un 250%. Cuando acabó la guerra, las fábricas estadounidenses habían producido 300.000 avione. 

Cuando empezó la segunda guerra mundial en Europa, no existía penicilina de uso médico. He aquí cómo se puso remedio a esa carencia:

El 25 de mayo de 1940, el equipo de un investigador australiano que trabajaba en la Universidad de Oxford consiguió curar con penicilina a ratones infectados. En julio de 1941, para proseguir sus investigaciones y solicitar ayuda a la industria farmacéutica estadounidense, el equipo se trasladó a Peoria (Illinois). Convenció a cuatro laboratorios farmacéuticos, Merck, E. R. Squibb & Sons, Charles Pfizer & Co. y Lederle Laboratories, de que contribuyeran a la producción de penicilina. […] El equipo de Oxford buscó cepas más productivas de Penicillium notatum y encontró el mejor espécimen en un melón maduro en una tienda de alimentación de Peoria. […] Después del ataque japonés a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, los científicos y los estrategas militares vieron claramente que se necesitaba un esfuerzo combinado para producir las grandes cantidades de penicilina necesarias para ganar la guerra.(11)

En otoño de 1944,

el interés del Gobierno estadounidense en el medicamento animó a más de 20 empresas a aunar esfuerzos para producir cantidades suficientes de penicilina. La producción aumentó tanto que en junio de 1944, cuando tuvo lugar el desembarco de Normandía, las empresas producían 100.000 millones de unidades de penicilina al mes.(12)

Los Estados Unidos, que era la principal potencia manufacturera del mundo cuando empezó la segunda guerra mundial, se convirtió en el arsenal de la democracia. En los próximos meses, la capacidad de los Estados Unidos se infrautilizará, pero también es cierto que la producción manufacturera está ahora mucho más repartida por todo el mundo. La autosuficiencia inmediata no es posible, por más que sea ese el deseo de los responsables de la formulación de las políticas nacionales. Las cadenas de valor mundiales deben reactivarse, alimentarse y ampliarse. Es una responsabilidad mundial. Las instituciones financieras internacionales pueden ayudar a financiar la transformación de las instalaciones existentes para que, en lugar de producir textiles y prendas de vestir de consumo general, fabriquen mascarillas y prendas de protección.(13)

Cuando se impone una cuarentena, puede haber escasez de mano de obra. El coronavirus es como una bomba de neutrones(14). La maquinaria y las fábricas permanecen en su sitio. La mano de obra no. 

La capacidad es esencial, en particular los conocimientos especializados que se requieren para producir equipos complejos que ahora mismo se necesitan perentoriamente. Para salir adelante, hay que mantener y reforzar la circulación de componentes en todos sus canales. Después será imprescindible que los productos finales estén disponibles en todo el mundo. El 30 de marzo, el Director Ejecutivo del principal productor de respiradores de Alemania, en declaraciones al Financial Times, dijo: “Compramos las distintas partes que necesitamos a proveedores de todo el mundo. Muchas proceden de Europa, pero también nos llegan de los Estados Unidos, Asia, Australia y Nueva Zelandia. Estas cadenas de suministro no deben interrumpirse bajo ninguna circunstancia. Si eso ocurre, el mundo entero tendrá un problema”.

Las corrientes comerciales internacionales son de vital importancia para dar una respuesta eficaz a la pandemia a escala mundial.

La política comercial en tiempos del coronavirus

La OMC proporciona un foro esencial para la cooperación internacional en torno a la mejor manera de utilizar el comercio para luchar contra la COVID-19 y reducir los graves efectos negativos de la enfermedad en la economía y el empleo mundiales. Para eso, deben mantenerse las fronteras abiertas a los suministros médicos necesarios; conectarse la producción, dondequiera que tenga lugar, con la demanda, dondequiera que surja la necesidad; abrir las fronteras a quienes puedan ofrecer servicios esenciales; mantener abierta la economía digital, y buscar un equilibrio entre la necesidad de favorecer la innovación mediante la protección de los derechos de propiedad intelectual y las exigencias del actual estado de emergencia. Hay una esfera que requiere una atención inmediata: debe abordarse el hecho de que las normas aplicables a la economía digital son insuficientes, y las que existen (como la moratoria sobre la imposición de derechos de aduana a las transmisiones electrónicas) son frágiles.   

La situación exige cooperación internacional. Esta nunca ha sido tan necesaria. Afortunadamente, tenemos ejemplos positivos de esa cooperación. Corea ha transmitido a los Estados Unidos los conocimientos tecnológicos que adquirió en la creación de centros de diagnóstico móviles, utilizados ahora en los Estados Unidos. La Casa Blanca anunció hace unos días que había despegado de Shanghái rumbo a Nueva York el primer avión de carga con suministros médicos muy necesarios. Añadió que es el primero de veinte vuelos de un nuevo puente aéreo.(15)   

Con respecto a las normas que rigen el comercio internacional, la OMC es el lugar adecuado para esa cooperación internacional.

Notas:

  1. https://www.history.com/topics/pre-history/why-did-the-dinosaurs-die-out-1. Vuelta al texto
  2. Suiza tiene una capacidad de detección del virus muy limitada, y sin embargo, según el Financial Times, es el país que realiza el mayor número de pruebas por millón de habitantes. Vuelta al texto
  3. En esta sección, hay algunas redundancias, porque, como cabía esperar, las recomendaciones políticas de varios eminentes expertos por fuerza tenían que coincidir, y así ha ocurrido. He mantenido sus recomendaciones tal cual, pero he eliminado la mayor parte de sus explicaciones al respecto. Además, posteriormente los expertos habrán formulado nuevas recomendaciones o actualizado las existentes. Ofrezco aquí una visión general de la situación en un momento dado. Debo añadir que hay otras personas eminentes y expertas cuyas recomendaciones no se han incluido. Con todo, esto es una muestra razonable.  Vuelta al texto
  4. Véasehttps://www.globaltradealert.org. Es el mejor sitio web para obtener información actualizada sobre las medidas causantes de distorsión del comercio. Vuelta al texto
  5. The Trade Policy Dimension: Tackling the Coronavirus, San Galo, 11 de marzo de 2020. https://www.globaltradealert.org/reports/50 Vuelta al texto
  6. https://asiasociety.org/policy-institute/coronavirus-need-adjust-and-reshape-our-trade-agenda Vuelta al texto
  7. https://www.thinkglobalhealth.org/article/six-proactive-steps-smart-trade-approach-fighting-covid-19. Vuelta al texto
  8. https://www.piie.com/blogs/trade-and-investment-policy-watch/memo-trade-ministers-how-trade-policy-can-help-fight-covid Vuelta al texto
  9. https://www.piie.com/blogs/trade-and-investment-policy-watch/yes-medical-gear-depends-global-supply-chains-heres-how-keep Vuelta al texto
  10. https://www.wto.org/spanish/news_s/news20_s/igo_26mar20_s.htm. Vuelta al texto
  11. “Thanks to Penicillin … He Will Come Home!” The Challenge of Mass Production, A Lesson Plan from The Education Department, The National WWII Museum. Vuelta al texto
  12. https://cen.acs.org/articles/83/i25/Penicillin.html Vuelta al texto
  13. Hoy, 30 de marzo, nueve fabricantes de prendas de vestir han empezado a producir mascarillas, y prevén producir entre 5 y 10 millones de aquí a mediados de abril. Financial Times“US factories retool from hoodies to face masks to fight coronavirus”. Vuelta al texto
  14. Un determinado tipo de arma nuclear que produce una onda expansiva y un calor mínimos pero emite una gran cantidad de radiación letal. Encyclopedia Britannica. Vuelta al texto
  15. Este término no se utilizaba en este sentido desde el puente aéreo de Berlín. https://www.nytimes.com/reuters/2020/03/29/world/asia/29reuters-health-coronavirus-trump-airlift.html. Vuelta al texto

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