DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Gracias, Axel, por su amable introducción. Axel es uno de los primeros expertos en trabajar en la iniciativa Comercio para la Paz en calidad de Negociador Jefe para la adhesión de Liberia a la OMC; es alguien de quien hemos aprendido mucho.

Es un placer para mí estar con ustedes en la sesión de clausura de la primera edición de la Semana sobre el Comercio para la Paz. Me reuní con algunos de ustedes y sus colegas durante el viaje que realicé a Addis Abeba en febrero con ocasión del Diálogo Regional sobre las Adhesiones a la OMC para África, justo antes de que se introdujeran restricciones a los viajes como consecuencia de la pandemia. Por aquel entonces, nunca habríamos imaginado el drástico cambio que iban a dar nuestras vidas de un mes para otro ni la incidencia que iba a tener el virus en diferentes partes del mundo.

No hay duda de que nos enfrentamos a numerosos desafíos que son el resultado de múltiples crisis de una magnitud que la humanidad rara vez ha experimentado, y menos en nuestra generación. Pero con los desafíos también se presentan nuevas oportunidades, en especial para el continente africano. Es un momento de cambio para África y para la OMC. El continente presentó tres de los ocho candidatos sobresalientes para dirigir el sistema multilateral de comercio. La energía, las ideas y los compromisos aportados por estas personas han infundido vigor a los Miembros de la OMC durante los últimos meses. Han insuflado en nuestros Miembros y en la Secretaría un renovado optimismo de que el futuro del sistema multilateral de comercio será sólido y brillante. Para que estos logros se materialicen, la OMC debe responder mejor a las necesidades del mundo, haciendo frente a crisis como la actual pandemia, apoyando la recuperación económica que tanto se necesita y aprovechando las reformas institucionales necesarias para cumplir la promesa contraída en el momento de su fundación.

Esta tarde me centraré en dos puntos: en primer lugar, el comercio para la paz en el Cuerno de África y la complementariedad entre la AfCFTA y la pertenencia a la OMC; y, en segundo lugar, algunas reflexiones sobre la Semana sobre el Comercio para la Paz que hoy concluimos, con sugerencias sobre las próximas etapas.

El comercio para la paz en el Cuerno de África a través de la AfCFTA y de las adhesiones a la OMC

El camino hacia un futuro próspero del comercio en el continente africano se encuentra en una coyuntura crucial. Las repercusiones socioeconómicas de la pandemia de COVID-19 han agravado las inseguridades existentes en África, reforzando los obstáculos a la paz y la estabilidad, y socavado los progresos realizados en el comercio y el desarrollo en los dos últimos decenios. Estos efectos se han dejado sentir más allá de las fronteras nacionales. La pandemia ha demostrado claramente lo interconectados que estamos todos y ha puesto de relieve la importancia de la cooperación en los planos local, regional y multilateral.

Ante los numerosos desafíos, muchos dirigentes africanos han actuado con firme determinación para garantizar la entrada en vigor oportuna de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA). En la OMC aguardamos con interés la puesta en marcha de la AfCFTA, que se iniciará en menos de un mes, el 1 de enero de 2021. Desde la OMC, nos comprometemos a brindar apoyo, en la medida de nuestras capacidades, para responder a las solicitudes de asistencia y hacer que el acuerdo de libre comercio reporte todo el valor que es susceptible de ofrecer a sus signatarios. La AfCFTA puede desempeñar un papel importante para impulsar la recuperación económica después de la pandemia, tanto en África como en el mundo, así como para sentar una base sólida que facilite el crecimiento a largo plazo y la adición de valor al comercio africano.

En la actualidad, el comercio interregional de África representa tan solo el 18% del total de sus exportaciones, en comparación con el 58% y el 67% en Asia y Europa, respectivamente. Se considera que, mediante la eliminación de aranceles, la AfCFTA impulsará el comercio intraafricano en un 52,3% una vez que se haya aplicado plenamente el acuerdo. Esta cifra podría duplicarse si también se eliminan los obstáculos no arancelarios.(1)  Se trata de objetivos sumamente ambiciosos y se debe hacer todo lo posible por alcanzarlos.

Con la entrada en vigor de la AfCFTA, la Secretaría de la OMC está dispuesta a ampliar e intensificar la colaboración con nuestros asociados en el continente, entre ellos la Comisión de la Unión Africana, la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas y la secretaría de la AfCFTA, no solo en la aplicación de la AfCFTA, que se basa en los principios y normas de la OMC, sino también en las esferas en las que las dos comunidades — tenemos unos 30 miembros en común — están negociando nuevas normas comerciales, como las relativas al comercio electrónico.

Asimismo, esperamos con interés trabajar juntos para respaldar los procesos de adhesión de los países africanos que actualmente no son Miembros de la OMC, impartiendo formación sobre las normas y procedimientos de la OMC y facilitando la coherencia y la complementariedad entre la AfCFTA y la OMC. Nueve países africanos están en proceso de adhesión a la OMC. Los países del Cuerno de África son muy activos.

A principios de este año, Etiopía reanudó su proceso de adhesión, después de casi ocho años de estancamiento, mediante la celebración de la cuarta reunión de su Grupo de Trabajo. El Sudán y Sudán del Sur mantienen contactos frecuentes con la Secretaría para preparar el próximo conjunto de actividades de sus respectivos Grupos de Trabajo. Somalia participó ayer en una sesión que contó con una presentación de su Viceprimer Ministro. El país presentó su Memorándum sobre el régimen de comercio exterior en abril, con la confianza de poder celebrar la primera reunión del Grupo de Trabajo en el primer semestre de 2021. Al sur del Cuerno de África, en el océano Índico, la adhesión de las Comoras es una de las más avanzadas de las 23 adhesiones en curso.

Sea en el pasado o en el presente, el Cuerno de África no es ajeno a los conflictos. Debido a esta circunstancia, cobran mayor importancia las políticas y las medidas encaminadas a crear estabilidad y aumentar las perspectivas de paz, tanto en el plano nacional como en el regional. En los últimos años, hemos sido testigo de importantes logros en el marco de los esfuerzos por la paz, pero estos también han sufrido reveses sobre el terreno. Lo que está claro es que los dirigentes de la región han aceptado la idea y la realidad de que el comercio y la integración regional pueden apoyar el logro y el mantenimiento de la paz y la estabilidad en el Cuerno de África. Esto se refleja en la participación activa de los países de la región tanto en la AfCFTA(2) como en las adhesiones a la OMC. El proceso de adhesión es completamente complementario de los programas nacionales de integración regional. Espero con interés conocer los puntos de vista de los oradores de Etiopía, el Sudán y Sudán del Sur sobre el comercio para la paz a través de la AfCFTA y de la adhesión a la OMC.    

A lo largo de esta semana se ha debatido repetidamente sobre la forma en que el sistema multilateral de comercio en general, y el proceso de adhesión a la OMC en particular, pueden contribuir a los esfuerzos por la paz. A principios de esta semana, un alto representante de los defensores de la paz dijo que “la adhesión a la OMC constituye en sí misma un proceso de consolidación de la paz”. No podría estar más de acuerdo.

¿Qué papel desempeña la AfCFTA para alcanzar el objetivo del comercio para la paz? La AfCFTA es un modelo de acuerdo comercial que forja un vínculo explícito entre el comercio y la paz, como lo hizo la Organización Internacional de Comercio de 1948, precursora del sistema multilateral de comercio, que reflejaba la visión de un orden mundial pacífico posterior a la guerra y basado en una prosperidad económica común propiciada por una mayor interconexión.

El primero de los objetivos generales establecidos en el artículo 3 del Acuerdo sobre la AfCFTA establece que el Acuerdo debe:

(a) crear un mercado único de bienes y servicios y facilitar la libre circulación de las personas a fin de profundizar la integración económica del continente africano, de conformidad con la Visión panafricana de un África integrada, próspera y pacífica consagrada en la Agenda 2063.

Se ha descrito el Acuerdo como un medio para “silenciar las armas” y reducir el impacto de los conflictos en el continente(3) La AfCFTA se ha basado en los acuerdos y comisiones económicos regionales que tienen por finalidad aumentar la interdependencia entre los miembros, aumentar el costo de oportunidad de la guerra e incentivar la preservación de la paz(4)

La cooperación internacional, canalizada a través de la pertenencia a la OMC, complementa a la AfCFTA. La capacidad del acuerdo comercial regional en cuanto que mecanismo para la paz solo podrá aumentarse mediante una cooperación multilateral más amplia. Para afrontar los desafíos que se plantean en nuestro sistema internacional de comercio, los Miembros de la OMC deben reflejar las necesidades y aspiraciones de todos. A través de la integración regional y multilateral auspiciada por la AfCFTA y la OMC, África puede sacar mayor provecho de su potencial, vivir en paz y, mediante su ejemplo, hacerse escuchar en el plano mundial para promover el comercio y la paz. Los mensajes enérgicos y positivos de África también pueden inducir a la OMC a emprender las reformas necesarias. (5)

Comercio para la paz: próximas etapas

Pasando ahora a algunas reflexiones sobre los enriquecedores debates sustantivos que han tenido lugar durante la Semana sobre el Comercio para la Paz, cabe preguntarse cómo podemos llevar la iniciativa Comercio para la Paz al siguiente nivel, es decir, a “una cooperación más estructurada entre la OMC y sus asociados en las comunidades que se ocupan de la paz y los asuntos humanitarios y más allá de ellas”.

Esta semana hemos celebrado 10 sesiones. En conjunto, han congregado a los representantes de siete organizaciones internacionales y acogido a 59 ponentes, que representan a 32 organizaciones y 15 países. Las sesiones fueron organizadas conjuntamente con nuestros asociados. Muchos de estos copatrocinadores no tenían un vínculo previo con la OMC. Han aportado perspectivas frescas y pertinentes para el diálogo sobre el comercio para la paz. Espero que compartan nuestro sentimiento y se sientan llenos de energía, entusiasmo y ánimo por el potencial que ofrece la iniciativa Comercio para la Paz para seguir avanzando.

Permítanme exponer algunas medidas que podrían adoptarse sobre la base de los logros alcanzados esta semana:

  • En primer lugar, la elaboración de un Libro Blanco sobre el Comercio y la Paz, basado en las aportaciones de expertos y profesionales de la comunidad comercial y las comunidades que se ocupan de la paz y los asuntos humanitarios. En ese documento podrían recogerse, por ejemplo, ideas sobre instrumentos y prácticas de política comercial que apoyen la consolidación y el mantenimiento de la paz, así como ideas sobre procesos consultivos inclusivos con las partes interesadas, es decir, quienes se dedican al comercio, prestando especial atención a la participación de las mipymes y las mujeres, que desempeñan un papel decisivo en la consolidación de la paz. Se espera que el Libro Blanco permita establecer una nueva agenda para la iniciativa Comercio para la Paz. Los debates de la mesa redonda sobre datos empíricos celebrada esta semana pueden ayudar a sentar una base conceptual sólida para las actividades de la iniciativa Comercio para la Paz.
  • En segundo lugar, a fin de apoyar la elaboración del Libro Blanco, podríamos considerar la posibilidad de crear una plataforma que reúna periódicamente a expertos, negociadores y profesionales de la comunidad comercial y el círculo de defensores de la paz. Podría adoptar la forma de un grupo de trabajo o una comisión, con un enfoque directo en los países, que se encargue de llevar la visión de la iniciativa Comercio para la Paz a la práctica a través de la adhesión a la OMC y de otros elementos de un programa de integración comercial que incluya acuerdos regionales como el Acuerdo sobre la AfCFTA.    
  • Como primer paso para institucionalizar nuestra colaboración, nos gustaría establecer oficialmente una Red de Comercio para la Paz, con todas las organizaciones y particulares involucrados en la Semana sobre el Comercio para la Paz.
  • La OMC está dispuesta a responder a la invitación de las Naciones Unidas en Nueva York para informar a la Comisión de Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas sobre la iniciativa Comercio para la Paz, junto con el Grupo g7+. Espero que esta ocasión contribuya a salvar otra brecha en la comunidad internacional, en este caso, entre la comunidad comercial/económica y la comunidad política/de las Naciones Unidas, que es esencial para la consecución del programa de consolidación de la paz que ha ido evolucionando con el tiempo.  
  • Paralelamente al Libro Blanco y a la Red de Comercio para la Paz, sería razonable elaborar materiales y módulos de formación sobre el comercio para la paz que ayuden a los profesionales del comercio y a los promotores de la paz a utilizar el comercio y la integración económica como instrumento para promover una paz inclusiva y sostenible sobre el terreno. Esta semana hemos escuchado algunos ejemplos positivos, como los de Somalia y el Yemen.  
  • Una de las mejores partes de la Semana sobre el Comercio para la Paz ha sido poder escuchar las experiencias de quienes utilizan el comercio y el espíritu empresarial para consolidar y favorecer la paz. En varias sesiones se dieron a conocer relatos y experiencias locales y se destacó el papel del sector privado y la importancia de involucrar a los agentes locales (en particular las mipymes y las mujeres)(6). Algunas conversaciones giraron en torno a cuestiones que no se habían tratado antes en el marco de la iniciativa Comercio para la Paz. Por ejemplo, la sesión con el Banco de Tecnología de las Naciones Unidas resultó fundamental para introducir, posiblemente por primera vez, el papel que desempeñan la innovación y la infraestructura en la iniciativa. Estos relatos y perspectivas nos han infundido esperanza e inspiración y brindado orientación sobre las esferas en las que el sistema multilateral de comercio puede hacer verdaderas contribuciones en el futuro. Por estas razones, quisiera pedir a nuestro equipo de la OMC que inicie una serie de Pódcast sobre Comercio para la Paz en los que se recojan íntegramente esos relatos y perspectivas. Espero que estos pódcast ayuden a los interesados en el comercio para la paz a “conectar” entre sí, “intercambiar” experiencias y “mantenerse comprometidos” unos con otros, con miras a una segunda edición de la Semana sobre el Comercio para la Paz.
  • En definitiva, todos y cada uno de nosotros, tanto los participantes como las organizaciones internacionales patrocinadoras, debemos incorporar la agenda de comercio para la paz en nuestras respectivas esferas de trabajo. Estamos listos para trabajar con ustedes en este cometido.

Con estas reflexiones que acabo de compartir con ustedes termino mi intervención. Aguardo con interés los debates de hoy y espero que los intercambios de opiniones y experiencias prosigan en el futuro. 

Muchas gracias.

Notas

  1. Puede obtenerse más información en:  https://au.int/sites/default/files/documents/36085-doc-qa_cfta_en_rev15march.pdf. Vuelta al texto
  2. Etiopía presentó el instrumento de ratificación en abril de 2019. Somalia ratificó el Acuerdo sobre la AfCFTA en agosto de 2020, y el Sudán y Sudán del Sur son signatarios del Acuerdo. Vuelta al texto
  3. Ibid., 3. Vuelta al texto
  4. Jaime de Melo y Yvonne M. Tsikata, Regional Integration in Africa: Challenges and Prospects, UNU-Wider (2014). Vuelta al texto
  5. He hablado de las reformas de la OMC en numerosas ocasiones anteriores; véase, por ejemplo: https://www.wto.org/spanish/news_s/news20_s/ddgaw_28sep20_s.htm; https://www.wto.org/spanish/news_s/news20_s/ddgaw_24nov20_s.htm Vuelta al texto
  6. En particular, la tercera sesión (en colaboración con el ITC y la CCI), la quinta sesión (en colaboración con la OIT), la sexta sesión (en colaboración con el Banco Mundial), la séptima sesión (en colaboración con Interpeace) y la novena sesión (en colaboración con la secretaría del Grupo g7+ y el Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC). Vuelta al texto

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