DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Buenos días — y gracias por su amable invitación.

Desearía señalar tres razones principales por las que los debates estructurados que se han iniciado hoy pueden ser de gran importancia para la OMC.

La primera es que esta iniciativa pone el foco en la urgente necesidad de que la OMC pueda desempeñar el papel de garante de la sostenibilidad del comercio mundial.

Los desafíos que plantean el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y otras crisis ambientales cada día más profundas pueden a veces parecer lejanos. Pero no lo son. Ya están poniendo en grave riesgo a las comunidades, especialmente las más pobres y vulnerables. Si no actuamos ahora — este año, y en los próximos años y decenios — grandes franjas de nuestro planeta serán cada día más inhóspitas para nuestros hijos y nuestros nietos.

Las autoridades comerciales no pueden permanecer ajenas a esta realidad. Tienen que reconocer que las grandes crisis ambientales a las que nos enfrentamos no saben de fronteras. Son de carácter mundial y necesitan una respuesta mundial coordinada a una escala que probablemente nunca se haya visto en la historia de la humanidad.

Las políticas comerciales pueden y deben ser parte de la respuesta porque tienen un gran potencial para apoyar la sostenibilidad. No solo pueden mejorar el acceso a tecnologías avanzadas a precios competitivos, sino que también pueden ayudar a la expansión de las empresas ecológicas, impulsar la inversión y la innovación en sectores limpios y crear empleos ecológicos y decentes.

Hay muchos ejemplos de casos en que el comercio contribuye a la sostenibilidad. La energía solar fotovoltaica y la energía eólica se han convertido en las fuentes de electricidad más económicas en muchos mercados, en gran parte porque las cadenas de valor mundiales han estimulado la competencia y la inversión, a la vez que han permitido que los productores de esas tecnologías se abastezcan de insumos suministrados por los proveedores más competitivos y realicen importantes economías de escala.

La iniciativa que han lanzado ustedes podría ser fundamental para que un grupo amplio y diverso de Miembros de la OMC llegue al entendimiento común de que el comercio puede estar al servicio de las personas y del planeta.

La segunda razón por la que su iniciativa puede ser importante para la OMC es que puede servir de catalizador para una sólida acción colectiva por el comercio sostenible.

Reconocer el papel del comercio en el fomento de la sostenibilidad es importante, pero no suficiente. Los Miembros de la OMC deben aprender a actuar en favor del comercio sostenible y deben hacerlo antes de que sea demasiado tarde.

En la OMC tenemos bases sólidas para ocuparnos de cuestiones ambientales. Disponemos de un foro mundial de excepción -el Comité de Comercio y Medio Ambiente- que se dedica a promover un entendimiento mutuo de la interacción entre el comercio y el medio ambiente y de la forma de asegurar que las políticas comerciales y ambientales se coordinen mejor y se refuercen mutuamente.

También disponemos de un conjunto de normas que otorga a los Miembros un amplio margen para perseguir objetivos ambientales legítimos, controlando a la vez firmemente el proteccionismo.

Asimismo, estamos manteniendo conversaciones que podrían reportar grandes beneficios para el medioambiente: las negociaciones sobre las normas para reducir las subvenciones a la pesca perjudiciales. Si estas concluyen con éxito, sería la primera vez que el sistema de comercio impone obligaciones positivas a los Miembros de la OMC sobre la base de preocupaciones con respecto a la sostenibilidad.

También se están manteniendo conversaciones entre más de 90 Miembros de la OMC con el fin de adaptar las normas comerciales a la economía digital mundial. Un resultado positivo podría ayudar a los países a aprovechar las tecnologías digitales para un futuro más sostenible e inclusivo. En la India, la inteligencia artificial ha ayudado a los agricultores a aumentar un 30% el rendimiento por hectárea del cultivo de cacahuetes, al proporcionarles información sobre cómo preparar la tierra, utilizar fertilizantes y elegir las fechas de siembra. En Noruega, ha ayudado a crear una red eléctrica flexible y autónoma que integra más energías renovables.

Gracias a su iniciativa, ustedes podrían aprovechar esos esfuerzos y motivar a los Miembros a poner sobre la mesa propuestas concretas y ambiciosas para un comercio sostenible.

El tercer y último punto que quisiera resaltar es la voluntad que tienen ustedes de reforzar un diálogo activo con las partes interesadas.

El cambio climático y las demás crisis ambientales de primer orden no son problemas que puedan solucionar solos los Gobiernos. Necesitamos la participación de todos, incluidas las empresas, los consumidores, la sociedad civil y las demás partes interesadas.

La propuesta que hacen ustedes de abrir canales de comunicación con las partes interesadas puede ser una manera eficaz de aportar nuevas ideas y perspectivas a su labor. Con el tiempo, colaborar con las partes interesadas también les podría ayudar a generar la confianza y el apoyo necesarios para obtener resultados concretos sobre comercio y sostenibilidad.

El grupo FAST ha mostrado su liderazgo al iniciar esos debates. Se trata de un paso positivo en la buena dirección, pero todavía queda mucho trabajo por delante.

¿Qué cuestiones creen ustedes que se podrían explorar como parte de los debates estructurados?

Si bien las políticas comerciales tienen un enorme potencial para apoyar la sostenibilidad, los Miembros de la OMC han de estar preparados para ponerse manos a la obra a fin de que ese potencial se convierta en realidad. Una manera de conseguirlo sería acordar un programa de trabajo proactivo y orientado hacia el futuro que sea adoptado, a más tardar, durante la próxima Conferencia Ministerial de la OMC.

Un programa de trabajo de ese tipo podría constar de iniciativas colectivas para lograr, por ejemplo, lo siguiente:

  • en primer lugar, eliminar los obstáculos arancelarios y no arancelarios a los bienes y servicios ambientales. Se ha trabajado mucho sobre esta cuestión en la OMC, más recientemente durante las negociaciones relativas a un Acuerdo sobre Bienes Ambientales (ABA). Ya es hora de que los Miembros retomen la labor donde la dejaron los participantes en el ABA hace unos años y de que acuerden una amplia lista de bienes y servicios ambientales cuyo comercio pueda liberalizarse;
  • en segundo lugar, reformar las ineficientes subvenciones a los combustibles fósiles, que fomentan el consumo antieconómico, en consonancia con los compromisos de larga data adquiridos en el marco del G-20, el APEC y los ODS;
  • en tercer lugar, promover una economía circular mundial, por ejemplo, facilitando, a lo largo de las cadenas de suministro, el comercio necesario para fomentar las actividades de reciclaje y de otro tipo que ahorren recursos y minimicen la generación de desechos. Podrían existir inmensas sinergias entre esa parte del programa de trabajo y el diálogo sobra la contaminación producida por los plásticos;
  • en cuarto lugar, reforzar el apoyo mutuo entre el comercio y el programa de acción frente al cambio climático. Esto podría incluir una mayor y mejor colaboración entre los países para el diseño, la utilización y el fomento de sistemas de cálculo de la huella de carbono, así como para la evaluación del contenido de carbono de los productos comercializados. De esta manera, se podrían promover decisiones de consumo respetuosas con el clima y reforzar los incentivos para una producción con bajas emisiones de carbono, sin crear innecesarios obstáculos al comercio;
  • y, en quinto lugar, apoyar los esfuerzos realizados en los países más pequeños y pobres para encontrar fuentes de financiación verde a fin de desarrollar las aptitudes, la capacidad de suministro y la infraestructura comercial necesarias para participar en las cadenas de valor verdes y en los sectores de la economía verde en rápida expansión..

La mayoría de esas cuestiones se han examinado en el CCMA a lo largo de sus 25 años de historia. Los Miembros pueden aprovechar la abundante información que existe en el CCMA para determinar la manera de avanzar.

En la OMC son los Miembros los que están al mando y, por consiguiente, han de decidir ahora qué rumbo emprender para seguir adelante.

La Secretaría está decidida y dispuesta a apoyar las iniciativas que tomen ustedes para progresar.

 

 

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