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El Director General Azevêdo alabó la determinación del Grupo de “asegurar el flujo transfronterizo de suministros médicos vitales, productos agrícolas críticos, y otros bienes y servicios”, en el marco de un compromiso más amplio de “minimizar las disrupciones al comercio y a las cadenas de suministro globales”.

En una declaración conjunta, los líderes del G-20 se comprometieron a hacer “lo que sea necesario y a utilizar todas las herramientas de política disponibles para minimizar el daño económico y social de la pandemia”, prometiendo coordinar las medidas fiscales para restablecer el crecimiento mundial. Los líderes acordaron “facilitar el comercio internacional y coordinar respuestas de formas que eviten interferencias innecesarias al tráfico y al comercio internacionales". Dijeron que las medidas comerciales de emergencia dirigidas a proteger la salud deberían ser "puntuales, proporcionales, transparentes y temporales”.

Antes de la Cumbre, el Director General había enviado una carta al país que preside actualmente el G-20, Arabia Saudita, en la que advertía que, si bien la pandemia de COVID-19 es “ante todo una crisis sanitaria que amenaza a millones de vidas”, es también una crisis social y económica que está poniendo en peligro los medios de subsistencia de otros tantos millones de personas. Señaló que los economistas de la OMC preveían “una fuerte contracción del comercio” y subrayó que la cooperación, también en el comercio, ayudaría a que la desaceleración económica provocada por la pandemia “sea breve y venga seguida de una recuperación rápida, sostenida e inclusiva”.

El Director General hizo hincapié en que el comercio sería un medio vital para hacer llegar productos esenciales donde más se necesitan. Señaló que la cooperación transfronteriza en materia de investigación, desarrollo, producción y comercio reduciría los costos para los países que están trabajando para reforzar la capacidad del sistema sanitario y desarrollar kits de pruebas, tratamientos y vacunas a gran escala.

“Pocos países — o ninguno — pueden producir todos los suministros médicos, los alimentos y la energía que necesitan”, dijo el Director General Azevêdo. “El cierre de fronteras sería especialmente perjudicial para la población de muchos países en desarrollo que dependen de las importaciones de equipos médicos sofisticados”.

Asimismo, alentó a los miembros del G-20 a que dieran ejemplo facilitando información con prontitud a la Secretaría de la OMC sobre cualquier política comercial relacionada con la COVID-19.

El Director General Azevêdo hizo un llamamiento a la solidaridad y la cooperación entre los Gobiernos del G-20 y las organizaciones internacionales para dar una respuesta efectiva a la pandemia y asegurar una recuperación mundial sólida. “La historia no nos recordará con benevolencia si no trabajamos juntos”, escribió.

La Cumbre virtual extraordinaria de líderes del G-20 sobre la COVID-19 fue organizada por el Reino de la Arabia Saudita, que ejerce actualmente la presidencia rotatoria del Grupo. Además del Director General de la OMC, participaron en la reunión los jefes de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, el Grupo Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Internacional del Trabajo y la OCDE.

Puede consultarse más información sobre la respuesta de la OMC a la crisis provocada por la COVID-19 aquí.

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