CAMBIO CLIMÁTICO

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La Directora General Okonjo-Iweala asistió en Sharm el-Sheikh (Egipto) al “Evento de los Dirigentes de la CP 27: Acelerar la Adaptación en África”, organizado conjuntamente por la Unión Africana y el Centro Mundial de Adaptación (GCA). Este evento brindó una oportunidad para que la comunidad internacional impulsara la promesas de financiación de las medidas de resiliencia ante el clima, en particular a través del Programa de Aceleración de la Adaptación en África (AAAP), creado y dirigido por los propios países africanos.

En su intervención, la Directora General Okonjo-Iweala hizo hincapié en la importancia de la financiación en favor de la adaptación y la mitigación, y señaló que dicha financiación debía ir acompañada de unas políticas comerciales sólidas. Recordó que, si bien el Mecanismo COVAX contaba con fondos suficientes para adquirir vacunas contra la COVID-19, no había vacunas disponibles, y subrayó que debía evitarse que esa situación se reprodujera en el contexto de la crisis climática. 

La Directora General se refirió al Informe sobre el comercio mundial 2022 de la OMC, en el que se recomiendan políticas comerciales que permiten apoyar tanto la adaptación al cambio climático como su mitigación. “El comercio puede reducir los costos de la adaptación en África, disminuir la pobreza, desplegar las tecnologías necesarias y garantizar la circulación constante de las mercancías”.

El Banco Africano de Desarrollo (BAfD) y el GCA crearon el AAAP con el propósito de movilizar 25.000 millones de dólares de los Estados Unidos hasta 2025 para aplicar, ampliar y acelerar las medidas de adaptación al clima en todo el continente africano. Patrick Verkooijen, Director Ejecutivo del GCA, anunció que los países africanos ya habían recaudado la mitad de los 25.000 millones de dólares previstos inicialmente para acelerar y ampliar los esfuerzos de adaptación al clima en África. 

El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, recordó a los participantes que si bien África no contribuye mucho a las emisiones de gases de efecto invernadero, el continente es uno de los más afectados por el cambio climático. Pidió a las instituciones financieras internacionales que exploren la manera de movilizar fondos privados para mejorar el acceso a la financiación para los proyectos de adaptación y mitigación.

El evento contó con la participación del Presidente de Kenya, William Ruto; el Presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo; el Presidente del Senegal, Macky Sall; el Presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud; el Presidente de Madagascar, Andry Rajoelina; el Canciller de Alemania, Olaf Scholz; el Primer Ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre; y el Primer Ministro de Bélgica, Alexander De Croo, entre otros.   

La Directora General Okonjo-Iweala también formuló unas observaciones iniciales en un evento titulado “La Acción Empresarial en el Comercio para Acelerar la Transición hacia Bajas Emisiones de Carbono”, organizado conjuntamente por la OMC y la Cámara de Comercio Internacional (CCI). Subrayó la función que desempeñan el comercio, la OMC y el sistema multilateral de comercio en el apoyo a las labores de descarbonización del mundo, pero señaló que deben redoblarse los esfuerzos.

“El comercio internacional permite dar una amplia difusión a las tecnologías con bajas emisiones de carbono, así como crear y conectar mercados para los productos que generan bajas emisiones de carbono o casi ninguna. Ese es el contexto en el que encaja la OMC”, dijo, destacando que la OMC es la única organización que se ocupa de las normas comerciales a nivel mundial. Sin embargo, puso de relieve que las normas y prácticas comerciales mundiales deben actualizarse para responder mejor a los desafíos que supone el cambio climático.

La Directora General Okonjo-Iweala indicó que existen cerca de 70 iniciativas de tarificación del carbono en todo el mundo que han sido adoptadas en 46 jurisdicciones nacionales. “Por supuesto, no todo el mundo puede avanzar al mismo ritmo: algunas regiones progresan con rapidez y otras necesitarán más tiempo para efectuar la transición. Lo importante es velar por la compatibilidad, la coherencia y la transparencia de estas medidas”, dijo. “No podemos permitirnos caer en la fragmentación, ya que es la fórmula para el fracaso. Es una pérdida para el comercio, pues genera fricciones comerciales, y una pérdida para la acción climática, ya que aumenta la confusión y la imprevisibilidad a nivel de las empresas”.

A este respecto, la Directora General señaló que 89 Miembros de la OMC, que representan aproximadamente el 90% del comercio mundial, participan en al menos una de las tres principales iniciativas medioambientales y climáticas de la OMC, a saber: el comercio y la sostenibilidad ambiental, la reforma de las subvenciones a los combustibles fósiles y la eliminación del comercio de plásticos contaminantes.

En la CP 27 también se debatieron los efectos desestabilizadores que tienen las condiciones meteorológicas extremas y las catástrofes de origen climático en las pequeñas y medianas empresas (pymes), que por lo general no disponen de los recursos necesarios para adaptarse a la rápida evolución de las condiciones climáticas.

En un evento organizado conjuntamente por la OMC y el Centro de Comercio Internacional (ITC), los participantes coincidieron en que es necesario fortalecer la resiliencia de las pymes a fin de amortiguar las perturbaciones climáticas y de reconstruir de manera más ecológica y para mejorar a través de soluciones sostenibles. También examinaron de qué manera pueden adaptarse las políticas comerciales a las necesidades de las pymes para que puedan acceder a la financiación climática, priorizar las inversiones al movilizar los recursos y aumentar su competitividad comercial general en los mercados mundiales.

El Director General Adjunto Jean-Marie Paugam indicó que ambas organizaciones trabajan cada vez más en aprovechar el comercio en favor de los resultados climáticos. “Nuestra labor en materia de comercio y cambio climático no solo es complementaria, sino que el trabajo de una organización también afecta en gran medida al de la otra. La labor de la OMC se centra en las fases iniciales del proceso, ya que aporta conocimientos técnicos y de políticas sobre cuestiones que vinculan el comercio y el medio ambiente con la formulación de normas. La labor del ITC se centra en las fases ulteriores del proceso, al prestar asistencia técnica fundamental a una red mundial de microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes) que efectúan la transición a una producción y un comercio circulares y más ecológicos”, dijo.

El Director General Adjunto Paugam señaló que la OMC tiene previsto centrarse principalmente en las pymes africanas, ya que son fundamentales para la lucha contra el cambio climático y representan el futuro del comercio en el continente. “Según el ITC, el 60% de las pymes africanas que ecologizaron sus actividades dijeron que, gracias a ello, lograron crear productos nuevos, de mayor calidad y más numerosos, acceder a nuevos mercados o reducir los costos de los insumos. Además, estaban mejor preparadas para aprovechar la oferta cada vez más importante de financiación verde”, añadió.

La Directora Ejecutiva del ITC, Pamela Coke-Hamilton, señaló que el cambio climático afecta enormemente a las pymes y a sus proveedores. Los riesgos físicos, como los fenómenos meteorológicos extremos, las inundaciones y el aumento de las temperaturas, repercuten en las cadenas de suministro, dañan las infraestructuras, afectan a las instalaciones de producción y reducen el rendimiento de la tierra. “Para las empresas, tanto grandes como pequeñas, esto redunda en una mayor incertidumbre, en riesgos más elevados y en una disminución de los márgenes de beneficio. También significa que deben hacer frente a costos más elevados, a fluctuaciones de la calidad y a perturbaciones en la entrega de productos al mercado”, dijo.

La Sra. Coke-Hamilton subrayó que, aunque todo el mundo habla de la financiación, el problema de las pymes no radica en el dinero. “La financiación existe, pero no llega a las pequeñas empresas porque lo ignoran y, en caso de saberlo, no cuentan con el tiempo ni los conocimientos técnicos para solicitarla. Tenemos que cerrar la brecha de financiación, no solo haciendo que esta esté disponible, sino que sea accesible”, declaró.

Kemo Fatty, fundador y Director Ejecutivo de GreenUp en Gambia, se refirió a la labor que su organización realiza con empresarios y agricultores de todo el país para difundir prácticas agrícolas sostenibles. Destacando la necesidad de promover la conservación y de luchar por la justicia ambiental, subrayó la importancia de dar a conocer mejor las cuestiones relativas al cambio climático y el medio ambiente, de modo que los agricultores de los países en desarrollo y los países menos adelantados (PMA) puedan hacer de la agrosilvicultura un medio de vida sostenible.

En el evento, el Dr. Dhanush Dinesh, fundador de Clim-Eat, un grupo de reflexión que trabaja en la integración entre los datos científicos y las políticas en materia de alimentación y clima, también expresó su opinión. Señaló que el ecosistema institucional no facilita la adopción de medidas y que es necesario modificarlo, en particular prestando apoyo a las empresas de creación reciente, a las empresas en expansión y a las empresas maduras del sector privado para permitirles contribuir más a la acción climática.

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