DIRECTORA GENERAL ADJUNTA ANABEL GONZÁLEZ

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En sus observaciones introductorias, la DGA González destacó la gravedad de la crisis alimentaria que afronta el mundo debido a una variedad de factores, como son la pandemia de COVID-19, la guerra en la región del Mar Negro, la elevada inflación y una posible recesión económica, así como los efectos del cambio climático.

Citó las cifras más recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y señaló que los precios de los alimentos, a pesar de haber disminuido tras alcanzar su nivel máximo en marzo de este año, siguen siendo un 2% más altos que el año pasado. En particular, se prevé que en 2022 el costo mundial de las importaciones de alimentos alcance un máximo histórico, al superar los USD 2 billones, y el de las importaciones de insumos agrícolas (principalmente abonos) alcance los USD 424.000 millones, lo que representa un incremento del 50% con respecto a 2021.  

La DGA González dijo que, ante los apremiantes retos actuales, el comercio tiene una función crucial que desempeñar para garantizar la seguridad alimentaria mundial, ya que “el comercio provee de alimentos a una de cada seis personas en el mundo”. Destacó la rápida respuesta de los Miembros de la OMC a la crisis alimentaria, haciendo hincapié en que, en la Duodécima Conferencia Ministerial (CM12) en junio de este año, lograron alcanzar tres resultados en los que la seguridad alimentaria ocupa un lugar central. Se trata de una declaración sobre la respuesta de emergencia a la inseguridad alimentaria , una decisión para apoyar las compras de alimentos realizadas por el Programa Mundial de Alimentos y una declaración sobre cuestiones sanitarias y fitosanitarias para modernizar el Acuerdo MSF, que regula las normas relativas a los alimentos, los animales y las plantas.  

La DGA González señaló la preocupante tendencia a imponer restricciones a la exportación que existe desde el inicio de la guerra en Ucrania, ya que 33 Miembros y observadores han introducido 72 medidas de restricción de las exportaciones para los alimentos y piensos y seis para los abonos, de las cuales solo 20 se han eliminado por ahora. Instó a los Gobiernos a aplicar los resultados de la CM12, a no imponer restricciones a la exportación y a promover el libre comercio en un momento de crisis. “Ningún país puede avanzar por sí solo, que se trate de alimentos, de vacunas, de productos farmacéuticos o de cualquier otro producto”, subrayó.

La DGA González pidió a los participantes que no olvidaran que la OMC ha logrado grandes avances en la liberalización del comercio de productos agropecuarios y ha contribuido enormemente a la seguridad alimentaria mundial al establecer normas vinculantes que han reducido los obstáculos al comercio y han creado condiciones considerablemente más equitativas a nivel mundial..

Indicó que el comercio mundial de productos agropecuarios se ha triplicado con creces desde que entró en vigor el Acuerdo sobre la Agricultura en 1996 y asciende actualmente a más de USD 1,8 billones. Añadió que el comercio Sur-Sur de productos agropecuarios también ha prosperado y actualmente representa una cuarta parte de las corrientes comerciales totales de productos agropecuarios.

Refiriéndose a la Base de Datos de Vigilancia del Comercio de la OMC, dijo que incluso durante la crisis había habido señales positivas, ya que 61 Miembros y observadores habían aplicado 55 medidas de facilitación del comercio relativas a alimentos y piensos y 8 relativas a abonos. Estas señales muestran que “muchos Miembros de la OMC se han dado cuenta de que les conviene abrir de manera unilateral sus mercados a los alimentos, los piensos y los abonos, a fin de reducir la inflación de los precios de los alimentos en el país”, dijo.

De cara al futuro, la DGA González destacó que había que hacer mucho más en la OMC para reforzar la seguridad alimentaria mundial. Subrayó que era importante continuar el proceso de reforma del comercio de productos agropecuarios, reducir las subvenciones agrícolas, eliminar la diferencia entre los tipos arancelarios aplicados y consolidados y seguir abordando los obstáculos no arancelarios al comercio de productos agropecuarios. “El proceso de reforma debe seguir avanzando. El mundo no puede permitirse que la OMC fracase”, añadió.

La DGA González también señaló un programa de trabajo establecido recientemente con miras a ayudar a resolver las preocupaciones relativas a la seguridad alimentaria de los países menos adelantados (PMA) y los países importadores netos de productos alimenticios (PDINPA), de conformidad con el mandato de la CM12. El grupo de trabajo establecido en el marco del programa examinará temas de especial interés para los PMA y los PDINPA en el próximo año, con el fin de formular una serie de recomendaciones para que el Comité de Agricultura las considere a más tardar a finales de noviembre de 2023. 

La DGA González expresó la esperanza de que los Miembros puedan mantener un grado de ambición elevado en los próximos debates “porque se trata de un tema que reviste una importancia crítica para muchos de esos países y para el mundo en general”, añadió.

La sesión de apertura fue seguida de cinco mesas redondas que ahondaron en temas específicos, entre ellos, la resiliencia de las cadenas de valor alimentarias y agrícolas mundiales; las normas alimentarias para mejorar el funcionamiento de las cadenas de valor mundiales; la facilitación del comercio, la digitalización y el comercio electrónico; la sostenibilidad ambiental de las cadenas de valor mundiales; y las opiniones del sector sobre el sistema multilateral de comercio basado en normas.

El programa completo puede consultarse aquí.

La grabación de vídeo está disponible aquí.

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