La Directora General Adjunta de la OMC Anabel González inauguró el evento en el marco del tema “Fragilidad y conflicto: fomentar la paz a través del comercio y la integración económica”. En sus observaciones introductorias, subrayó la importancia del tema, que ha venido ganando protagonismo en los últimos años, especialmente dada la crisis polifacética que ha puesto de manifiesto la fragilidad existente en diversas esferas alrededor del mundo.

La DGA González subrayó la importancia de abordar la cuestión, e hizo hincapié en que “casi 1.000 millones de personas viven en Estados frágiles y afectados por conflictos, casi el doble de la cantidad que se registraba hace dos decenios”. Añadió que “se estima que el 60% de los pobres del mundo viven en estos países, en los que la fragilidad, los conflictos y la pobreza a menudo generan un círculo vicioso”.

La DGA González señaló que, durante varios decenios, el sistema multilateral de comercio ha proporcionado un entorno propicio para promover la paz mediante la integración y el crecimiento económicos y subrayó que “el comercio puede contribuir a reducir la fragilidad y los conflictos de diversas formas, por ejemplo al reducir las vulnerabilidades a las conmociones externas e internas, al fortalecer los vínculos entre los Estados con miras a reducir la probabilidad de un conflicto y al ofrecer a las poblaciones oportunidades de desarrollo económico”.

“Los problemas a los que se enfrentan los Estados frágiles y afectados por conflictos están intrínsecamente vinculados a importantes cuestiones que la OMC puede contribuir a abordar, como la gestión del cambio climático, la seguridad alimentaria, los recursos compartidos y escasos del mundo, el uso del espacio digital y las cadenas de suministro. Por lo tanto, estos desafíos deben abordarse simultáneamente si queremos aprovechar el poder del comercio como fuerza positiva”, añadió.

La DGA González recordó que el mes que viene se cumplen cinco años desde la Undécima Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en Buenos Aires, en la que un grupo de países menos adelantados (PMA) y frágiles en situación de postconflicto, — conocido como el Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC — planteó por primera vez a la atención de los Miembros de la OMC la importancia sistémica de abordar la fragilidad y los conflictos a través del comercio. El texto completo de su declaración se puede consultar aquí.

La sesión inaugural fue moderada por el Dr. Helder Da Costa, Secretario General del g7+, que dio las gracias a sus miembros y a la Secretaría de la OMC por los constantes esfuerzos realizados para señalar a la atención de la comunidad internacional el debate sobre el nexo entre el comercio y la paz. Quoting Xanana Gusmão, antiguo Presidente de Timor-Leste, subrayó que el comercio es una alternativa pacífica a la guerra e hizo hincapié en que “en la conversación internacional sobre el comercio y la integración económica mundial, es fundamental que se escuchen y entiendan las perspectivas y los contextos de los países frágiles afectados por conflictos”.

Añadió que “la fragilidad no es una característica intrínseca de nuestros países, sino una etapa pasajera en nuestra trayectoria, que requiere especial cuidado y atención. Tenemos que ser capaces de valernos por nosotros mismos antes de poder participar en el comercio mundial a fin de que, con ayuda de este, alcancemos la prosperidad para nuestros pueblos”.

El Sr. Abraham K. Kamara, Representante Adjunto de la Misión Permanente de Liberia ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (UNOG) y co-coordinador del Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC, dijo que este grupo había promovido el Programa de Comercio para la Paz basándose en el apoyo entre homólogos y el intercambio de conocimientos entre sus miembros.

El Sr. Kamara subrayó que el Programa de Comercio para la Paz se había vuelto más pertinente que nunca. Señaló que “estamos enfrentando dificultades sin precedentes que exigen que la comunidad internacional busque con urgencia nuevos enfoques y soluciones, especialmente para los Estados frágiles y afectados por conflictos, que se han visto perjudicados de manera desproporcionada, primero por la pandemia y ahora por tensiones geopolíticas”.

Añadió que, “en beneficio de nuestros pueblos y para promover una paz duradera, necesitamos urgentemente un apoyo eficaz para acceder a los instrumentos comerciales internacionales que brinda la OMC”.

El Dr. Paul R Williams, cofundador del Grupo de Políticas y Derecho Internacional Público (PILPG), centró su intervención en explicar que la conclusión exitosa de un acuerdo de paz exige la participación de expertos en comercio, y que el comercio y la reglamentación de este pueden contribuir a generar una paz duradera y sostenible.

Citó como ejemplo el acuerdo que concluyeron Ucrania y la Federación de Rusia para permitir la exportación de cereales y señaló que, si bien por lo general los negociadores de la paz consideran que las iniciativas de comercio para la paz pueden complementar los acuerdos alcanzados en este ámbito, el acuerdo concluido para la exportación de cereales a través del mar Negro ha cambiado la perspectiva. “Este es un ejemplo de una iniciativa de comercio para la paz que literalmente constituye la piedra angular de lo que esperamos se convierta en un alto el fuego y, en última instancia, un futuro acuerdo de paz sostenible entre Rusia y Ucrania”.

El Sr. Williams señaló que, en general, los negociadores de la paz saben sobre desmilitarización, desmovilización y reintegración, pero no sobre regímenes comerciales y sus efectos futuros, por ejemplo, sobre la propiedad, la gestión y el reparto de los ingresos de los recursos naturales, lo que a menudo da lugar a un fracaso de las negociaciones.

Añadió que “el hecho de contar con abogados mercantiles en estas negociaciones contribuiría a resolver estas cuestiones”.

El Sr. Liam Foran, Presidente y cofundador de la iniciativa Peace Dividend, habló sobre la manera en que las inversiones del sector privado pueden ayudar a los Estados frágiles y afectados por conflictos a lograr la estabilidad y el desarrollo. Hizo hincapié en que los cambios tecnológicos y la movilidad creciente de los capitales han favorecido la aparición de una nueva clase empresarial, incluso en los contextos más difíciles, lo que debe considerarse un pilar sólido para la consolidación de la paz y la estabilidad.  

En su opinión, la OMC debería integrar al sector privado de manera más coherente a lo largo de los procesos de adhesión y dar a conocer mejor el Programa de Comercio para la Paz a fin de respaldar los logros que este ha alcanzado. “Las empresas pueden contribuir de manera decisiva a mantener la paz y la seguridad, y el comercio es el principal canal por el que pueden hacerlo. Por ende, creo que, si logramos involucrar de manera coherente al sector privado, podremos alcanzar algunos resultados interesantes durante los próximos años.”

El Dr. David Laborde, Investigador Superior del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), destacó la manera en que se relacionan entre sí los problemas relativos a la seguridad alimentaria, el cambio climático, el comercio y la paz. Señaló que, para garantizar la seguridad alimentaria, los agricultores necesitan paz, y el comercio es necesario para reequilibrar los suministros de alimentos entre consumidores y proveedores, ya que este permite cubrir los déficits de alimentos que hay en una región con los excedentes de alimentos que se producen en otra. Cuando este delicado equilibrio se ve alterado por un conflicto o el cambio climático, se perturba el comercio, se destruyen activos productivos y se desplazan personas. A su vez, esto puede dar lugar a un deterioro de la seguridad alimentaria.

El Dr. Laborde añadió que la OMC puede contribuir a mantener las corrientes comerciales y a proteger los vínculos entre los países y dentro de ellos. Aclaró que, no obstante, “el comercio es solo una cara de la moneda”. Este debe complementarse con instituciones sólidas y justicia económica para garantizar la paz.

Antecedentes

El Programa de Comercio para la Paz surgió a raíz de una visión del Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC, integrado por Estados frágiles y afectados por conflictos vinculados al proceso de adhesión a la Organización. El objetivo del Grupo es facilitar la integración de los Estados frágiles y afectados por conflictos en el sistema multilateral de comercio a través de la adhesión y la pertenencia a la OMC, con el objetivo a largo plazo de consolidar instituciones y marcos de política económica y de comercio y promover la transparencia y la buena gobernanza.

La Semana del Comercio para la Paz es una de las principales actividades de divulgación que se organizan en el marco del Programa de Comercio para la Paz. La primera edición de la Semana del Comercio para la Paz tuvo lugar en diciembre de 2020 e incluyó 10 seminarios en línea en los que participaron ocho asociados. En noviembre de 2021 se celebró la segunda edición en colaboración con el Gobierno de Kazajstán, que se centró en el tema del comercio y la seguridad desde una perspectiva euroasiática.

Las actividades que se organizan en el marco del Programa se llevan a la práctica conforme a cuatro pilares y tienen por objeto profundizar los conocimientos sobre la relación entre el comercio y la paz y, en particular, sobre la manera en que el comercio puede contribuir de manera positiva al logro de la paz y la estabilidad en los Estados frágiles y afectados por conflictos.

El Programa de Comercio para la Paz pone de relieve las necesidades y los problemas que enfrentan los Estados frágiles y afectados por conflictos como una cuestión de importancia sistémica en la OMC. En la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en junio de 2022, el Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC pidió que, para la Decimotercera Conferencia Ministerial, se estableciera un Programa de Trabajo de la OMC sobre el Comercio para la Paz para los Estados frágiles y afectados por conflictos.