El sistema multilateral de comercio cumplirá 60 años el 1° de enero de 2008. El Informe sobre el Comercio Mundial celebra ese acontecimiento con un examen en profundidad acerca del GATT y la Organización Mundial del Comercio que le sucedió: sus orígenes, sus logros, los desafíos que se le plantean y lo que puede depararle el futuro. Es una historia notable de cambios y adaptaciones, de un sistema que ha contribuido considerablemente a la prosperidad de posguerra pero que no ha hecho realidad todo lo que puede ofrecer y al que todavía se plantean formidables desafíos.

“El sistema mundial de comercio ha sido una fuente de prosperidad, estabilidad y previsibilidad durante seis decenios. Ha sustentado un período de crecimiento económico sin precedentes y ha facilitado un entorno que ha permitido a muchos países elevar sus niveles de desarrollo y reducir la pobreza”, ha declarado el Director General Pascal Lamy. “Pero el GATT y la OMC no han hecho todo lo que podían, en especial para los países en desarrollo. En los próximos meses tenemos la oportunidad de brindar más a nuestros gobiernos Miembros y a los ciudadanos que representan. Alcanzando un acuerdo ambicioso y orientado al desarrollo en la Ronda de Doha podremos fortalecer enormemente un sistema que ha dado mucho para mejorar el mundo en que vivimos.”

En el Informe se examinan las circunstancias en que nació el GATT y se explica a continuación por qué los gobiernos consideran que les conviene colaborar en las cuestiones comerciales. Sigue a esto un análisis de la forma en que el GATT, y la OMC como institución, pueden fomentar una mayor cooperación internacional. Por último, se examina en el Informe lo que el sistema multilateral de comercio ha logrado en seis decenios y lo que aún queda por hacer.

Los autores explican que la primera mitad del siglo XX no se destacó como un ejemplo de cooperación internacional. Los años de entreguerras estuvieron caracterizados por fracasos rotundos de los gobiernos, una cooperación internacional limitada y graves dificultades económicas en muchos países. La política comercial era errática, salpicada de empujes proteccionistas, discriminación y tensiones. Fue con esos antecedentes que los arquitectos del sistema de cooperación económica de posguerra emprendieron la elaboración de mecanismos que garantizaran una mayor estabilidad y previsibilidad.

El Informe pone de relieve que el sistema multilateral de comercio se ve ante desafíos considerables, tanto en lo inmediato como a plazo mayor. Una tarea inmediata es la de poner broche a las negociaciones en curso en forma que ofrezca beneficios reales a todas las partes y prepare a la OMC para desempeñar el papel que le corresponde en la dirección del comercio internacional. Con las modificaciones que sufre el equilibrio del poder económico y el desplazamiento de los intereses internacionales, los autores del Informe plantean la interrogante de si los gobiernos ven alguna alternativa viable al principio de no exclusión que lleva implícito el actual sistema multilateral de comercio. El futuro de la OMC depende por completo de la medida en que los gobiernos valoren tal institución.

Al analizar las razones que llevan a los gobiernos a la opción de colaborar, el Informe presenta perspectivas de economistas, especialistas en economía política, teóricos de las relaciones internacionales y juristas. El abanico de explicaciones acerca de esa cooperación que presenta la bibliografía, diferentes y a veces complementarias, es de gran riqueza. Los economistas, por ejemplo, hacen hincapié en los mayores beneficios económicos que genera la liberalización recíproca de los intercambios. Los teóricos de la economía política reflexionan sobre la forma en que la política electoral puede contribuir a determinar las decisiones sobre la cooperación y la forma en que los compromisos internacionales pueden influir en el poder comparativo de los intereses que compiten dentro de una economía nacional. Los teóricos de las relaciones internacionales procuran explicar la cooperación desde la perspectiva de la gestión de las relaciones de poder, los conflictos de distribución y las ideas y creencias compartidas. Los juristas subrayan el papel de las “constituciones”, como los acuerdos comerciales internacionales, en la defensa del interés público y acotando la acción de los gobiernos. El análisis de esta bibliografía pone de manifiesto que las motivaciones de la cooperación en materia comercial son variadas y distan mucho de estar aclaradas por completo.

Entre las contribuciones que ofrece una institución como la OMC se cuentan las de reducir las incertidumbres, facilitar las negociaciones, difundir información, reducir los costos de transacción en múltiples formas, ayudar a resolver diferencias, administrar acuerdos, vigilar políticas y actuar como agente de supervisión. El Informe analiza lo realizado por la OMC en todas estas esferas.

Se señala en el Informe que el comercio mundial se ha multiplicado 27 veces desde 1950, en volumen, con un crecimiento tres veces más rápido que el de la producción mundial. El GATT y la OMC han ayudado en grado considerable a la liberalización del comercio; pero los progresos han sido desparejos y en algunos aspectos los éxitos han sido limitados. La liberalización del comercio agrícola ha resultado particularmente ardua, y los resultados hasta ahora han sido limitados. Del mismo modo, las manufacturas con alta concentración de mano de obra siguen teniendo mayores obstáculos comerciales en los principales mercados. Otros mecanismos -unilaterales y regionales- también han desempeñado una función importante en la reducción de aranceles y otros obstáculos al comercio.

Los autores señalan que los seis decenios transcurridos también han sido tiempos de una evolución notable en el sistema de solución de diferencias del GATT y la OMC. La utilización del mecanismo de solución de diferencias ha aumentado considerablemente desde el establecimiento de la OMC, y ello se debió en parte nada desdeñable a la mayor actividad de los países en desarrollo. Durante la Ronda Uruguay, los procedimientos de solución de diferencias se fortalecieron de manera que no tiene precedentes, en particular con la introducción de la adopción semiautomática de los informes y la creación del Órgano de Apelación como órgano permanente de revisión. También se han perfeccionado los procedimientos de aplicación de las decisiones, poniéndolos al abrigo de la posibilidad de bloqueo por el demandado. La mayoría de los asuntos se resuelven con éxito, predominantemente en favor de la parte reclamante. En la mayoría de los casos las decisiones se cumplen; pero algunos asuntos muy destacados se han caracterizado por problemas de cumplimiento y procedimientos muy dilatados. En unos pocos casos se ha llegado en última instancia a aplicar medidas de retorsión. Es posible que el mecanismo de solución de diferencias de la OMC sea objeto de nuevos perfeccionamientos que mejoren su capacidad para resolverlas de manera más oportuna y efectiva. También podrían mejorarse las posibilidades de los países más pequeños y pobres de promover asuntos.

A pesar de las disposiciones expresas del GATT en materia de votación, la adopción de decisiones se ha caracterizado en general por el consenso. Esta práctica ha continuado en la OMC, pero la cuestión de la participación en la adopción de las decisiones ha pasado a primer plano. Al elaborar procedimientos de decisión adecuados, la principal dificultad siempre consistirá en encontrar el equilibrio conveniente entre la eficiencia y la no exclusión. Las coaliciones han adquirido mayor importancia en los procedimientos de decisión de la OMC, así como en la formulación de las posiciones de negociación en sus aspectos sustantivos. En la mayoría de los problemas del programa de la OMC no se crean líneas divisorias entre el Norte y el Sur en la forma que, en el pasado, impidió la flexibilidad que hoy caracteriza la formación de coaliciones en la OMC. Las negociaciones de la Ronda de Doha han añadido una nueva dimensión y cierta fluidez a la creación y desintegración de coaliciones y grupos en el seno de la Organización.

Muchos de los desafíos futuros del sistema de la OMC están ínsitos en las cuestiones mencionadas: desde el imperativo de corto plazo de completar la Ronda de Doha hasta las cuestiones sistémicas que durante muchos decenios han formado parte de las deliberaciones en el GATT y la OMC. Pero el sistema de comercio también tiene que mirar hacia delante, y no dejarán de surgir nuevos problemas. Esas cuestiones incluirán probablemente la relación entre el comercio y problemas ambientales como el del calentamiento mundial, y el comercio y la energía. Es probable que se manifiesten presiones sobre el sistema para que se desarrolle la labor ya iniciada, por ejemplo sobre la forma de profundizar y fortalecer las normas multilaterales del comercio de servicios.