DISCURSOS — DG NGOZI OKONJO-IWEALA

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Buenas tardes a todos. Quiero darles la bienvenida con motivo de la salida de la publicación emblemática de la OMC sobre las estadísticas y previsiones comerciales anuales. Esta es la primera vez que participo en ese evento y quiero darles las gracias a todos por estar hoy con nosotros.

Permítanme comenzar por la historia del portacontenedores que bloqueó el Canal de Suez durante casi una semana.

Todos vimos que cientos de buques se vieron atrapados en un atasco de tráfico. Otros dieron un rodeo por el Cabo de Buena Esperanza, lo que hizo que su viaje fuera mucho más largo y costoso. Según las estimaciones, el valor del comercio que se vio afectado fue de cerca de 10.000 millones de dólares cada día.

El hecho de que el Ever Given pudiera causar tal perturbación es un indicio de que el comercio mundial de mercancías es relativamente robusto, y de que las cadenas de suministro mundiales han resistido durante la pandemia.

La palabra “relativamente” es importante ya que, con todo, el volumen del comercio mundial de mercancías disminuyó un 5,3% en 2020. Pero esta disminución fue menor de lo que se temía inicialmente.

Tras un acusado descenso en el primer semestre del año, el comercio se recuperó más rápidamente de lo previsto en el segundo semestre de 2020. Este repunte ha continuado, y según la previsión comercial de base de la OMC el volumen del comercio mundial de mercancías aumentará un 8% en 2021.

Se prevé que el crecimiento del comercio se ralentice a un 4% en 2022. Es importante señalar que con estas cifras el comercio seguiría por debajo de su tendencia anterior a la pandemia.

La COVID-19 sigue representando la amenaza más grave para las perspectivas comerciales. Las nuevas olas de infección podrían fácilmente frustrar cualquier esperanza de recuperación.

El rápido desarrollo de vacunas eficaces ha dado al mundo una oportunidad realista de detener el curso de esta enfermedad y de relanzar la economía mundial al mismo tiempo, pero esta oportunidad podría desperdiciarse si un gran número de países y personas no tienen un acceso igual a las vacunas.

Un despliegue rápido, mundial y equitativo de las vacunas es el mejor plan de estímulo que tenemos para la recuperación económica sólida y sostenida que todos necesitamos.

El aumento de la producción de vacunas permitirá a las empresas y las escuelas reabrir con mayor rapidez y ayudará a las economías a recuperarse.

En función de la rapidez con que podamos poner fin a la pandemia, el comercio podría resurgir con fuerza en los dos próximos años, o podría registrar una recuperación más débil y más prolongada.

La aceleración de la vacunación permitiría atenuar antes las medidas de restricción, con lo que la tasa de crecimiento del comercio podría aumentar hasta 2,5 puntos porcentuales con respecto a la previsión de base en 2021, recuperando así la tendencia anterior a la pandemia.

En cambio, si persiste la escasez de oferta, o si surgen cepas resistentes a las vacunas, el crecimiento del comercio podría perder 2 puntos porcentuales con respecto a la previsión de base.

Globalmente, pensamos que se considera que existe el riesgo de que haya que revisar la previsión a la baja, pero existe una posibilidad de revisión al alza si los países toman decisiones acertadas en materia de políticas.

Las grandes inyecciones monetarias y fiscales en las economías avanzadas ayudaron a evitar una recesión más grave el año pasado, un factor importante que explica por qué el crecimiento y el comercio han superado las proyecciones del año pasado. Pero estas medidas de apoyo no serán suficientes para poner fin a la crisis. Solo aumentando la producción de vacunas y haciendo que estén más ampliamente disponibles, podemos esperar que la economía mundial vuelva a funcionar a plena velocidad.

La posibilidad de que se deje atrás a muchos países a medida que salgamos de la crisis es muy preocupante. Si bien por el momento la recuperación económica mundial tiene una base amplia, hay signos de divergencia en las corrientes comerciales según las regiones.

Si se cumplen las previsiones actuales de la OMC, a finales de 2021 las exportaciones de Asia serían un 10% más elevadas que en 2019, mientras que la mayoría de las demás regiones registrarían aumentos más débiles o ligeras disminuciones.

Por ejemplo, las exportaciones de Europa y América del Norte se mantendrían estables, mientras que los envíos de África y Oriente Medio caerían un 4% y un 3%, respectivamente.

En cuanto a las importaciones, descenderían en América del Sur (-3%), África (-2%) y Oriente Medio (-6%), mientras que Asia (+5%) y América del Norte (+7%) registrarían un aumento correspondiente a la fortaleza relativa de su recuperación económica.

En este contexto, un aumento del proteccionismo sería perjudicial no solo para el crecimiento económico mundial sino también para la producción de vacunas. La fabricación de vacunas requiere insumos de muchos países diferentes. Como hemos citado y escuchado muchas veces, uno de los principales fabricantes de vacunas contra la COVID-19 dice que su vacuna necesita 280 componentes procedentes de 19 países diferentes. Pueden ver hasta qué punto la cadena de suministro sigue siendo complicada. Las restricciones al comercio harían aún más difícil aumentar la producción, lo que agravaría la desigualdad de los resultados económicos y sanitarios.

La OMC ha ayudado a que el comercio siga fluyendo durante la crisis. Ahora, la comunidad internacional debe aprovechar el poder del comercio para ampliar el acceso a vacunas que salvan vidas.

Muchas gracias.

 

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