1. Todos estamos de acuerdo: el acceso a los alimentos es un problema grave para la humanidad
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Es cierto hoy en día: 1.000 millones de personas padecen desnutrición crónica
2.000 millones de personas sufren malnutrición -
Será aún más cierto el día de mañana:
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la población mundial ascenderá a 9.000 millones en 2050
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“transición nutricional”/se pasará de una dieta basada en glúcidos y cereales a otra basada en proteínas
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nuevas limitaciones a la producción
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urbanización/disponibilidad de tierra cultivable
cambio climático
competencia de las bioenergías (bioetanol)
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Por consiguiente, desequilibrio entre la oferta y la demanda que podría traducirse en un incremento de los precios, cuyas víctimas serían los más pobres: el 50 por ciento de la renta se destina a los productos alimenticios en los países en desarrollo, el 20 por ciento en los países desarrollados. Cuanto menor es la renta, más elevado es el porcentaje.
2. ¿Qué soluciones hay? Algunas son
consensuadas y otras más controvertidas, como el papel del comercio
internacional y su regulación.
3. Consenso
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Reducir la pobreza: quienes pasan hambre son los pobres, principalmente porque sus ingresos son demasiado bajos. Hambre = disponibilidad + accesibilidad de los alimentos;
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aumentar la producción (solucionar los problemas de subinversión que han aquejado en las últimas décadas al sector de la agricultura, riego, posibilidad de una considerable mejora del rendimiento pese a las limitaciones medioambientales);
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evitar el desperdicio: el 30 por ciento de la producción alimentaria mundial no se consume/se echa a perder;
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frenar la tendencia a los excesos alimentarios entre la población más acomodada.
4. Debate sobre la apertura del comercio y la regulación del comercio agropecuario. Este debate existe desde hace 30 años en la OMC y su predecesor, el GATT, entre:
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los defensores del mercado todopoderoso: el desequilibrio entre la oferta y la demanda se corregirá mediante la apertura total de los mercados agropecuarios. Hay que dejar que los mejores productores produzcan al mejor precio para que los consumidores puedan acceder con mayor facilidad a los alimentos, incluidos los más desfavorecidos. Argumento generalmente invocado por los más competitivos;
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los defensores de la “especificidad agrícola”, a veces denominada “multifuncionalidad”: lo que se aplica a los neumáticos y a los calcetines no se aplica a los alimentos. La economía agrícola no obedece a las mismas reglas que la economía industrial (por razones diversas). Argumento generalmente invocado por los menos competitivos.
Hay más o menos los mismos partidarios de una teoría que de la otra entre los 153 Miembros de la OMC. No se trata de una cuestión Norte-Sur, porque hay defensores de una y otra en los dos hemisferios.
5. Así pues, hay que alcanzar un compromiso. Las bases de ese compromiso se sentaron durante la Ronda Uruguay en los años 90. A petición de los países en desarrollo, se está haciendo una revisión en el marco de la Ronda de Doha, que prácticamente ha concluido en materia de agricultura aun cuando siga habiendo dificultades en otras esferas de negociación.
El compromiso a grandes rasgos
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Reconocer los efectos positivos de la apertura del comercio:
i) El comercio internacional sirve de cinta transportadora entre países que producen mucho y bien, y países que producen poco y mal. Algunos países tienen déficit estructural: Oriente Medio, Egipto, China, Japón; otros superávit: Brasil, Tailandia, Australia. Los mercados abiertos y profundos son menos sensibles a las variaciones a corto plazo de la producción y a la especulación (el mercado del trigo frente al del arroz).
ii) Para que esa cinta transportadora funcione, es necesario corregir las distorsiones más flagrantes, en particular las que afectan a los países en desarrollo con un potencial agrícola considerable:
1. Las subvenciones X que hayan tenido efectos
devastadores sobre determinados productos de países en desarrollo.
2. Las subvenciones internas que distorsionen el comercio: cuanto más
rico es el país, mayores son las subvenciones.
3. La protección aduanera más estricta, que prohíba el acceso a los
mercados de los países en desarrollo y la introducción de sectores
agrícolas de valor añadido (progresividad arancelaria).
En los tres casos, el PDD ya ha aceptado:
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reconocer las especificidades de la economía agrícola
i) La diversidad de los modos de producción agrícola no permite la plena competencia (agricultura de subsistencia, comercio agrícola local, agricultura internacional). El 70 por ciento de la población pobre vive en zonas rurales. El paso de un modo de producción a otro resulta problemático.
ii) Por tanto: autorizar el mantenimiento de determinados tipos de ayuda (protección aduanera o subvenciones), ajustándolos al nivel de desarrollo.
iii) Ayuda específica posterior al PDD:
1. Protección agropecuaria tres veces superior
(por término medio) a la industrial.
2. Formas de flexibilidad significativas para las subvenciones que no
distorsionen el comercio (compartimento verde; 40.000 millones de
dólares EE.UU., Unión Europea y Estados Unidos).
3. Reducir a la mitad [de 450.000 a 220.000 millones de dólares EE.UU.]
las subvenciones que distorsionen el comercio/nada semejante para los
productos industriales.
iv. Ajuste países desarrollados/países en desarrollo
1. Promedio de los límites máximos de protección posteriores al PDD
Países desarrollados |
5 % |
Países emergentes |
40% |
PMA |
70% |
2. Subvenciones totales causantes de distorsión del comercio autorizadas
con posterioridad al PDD
Actualmente |
60% países desarrollados |
40% países en desarrollo |
PDD |
25% países desarrollados |
75% países en desarrollo |
3. MSE para los países en desarrollo/fin de la SGE para los países
desarrollados
v. Estos resultados “favorables al desarrollo” explican probablemente por qué son ahora los países en desarrollo quienes presionan para lograr una pronta conclusión de las negociaciones.
6. Sin embargo, quedan cuestiones nuevas en comparación con esos enfoques tradicionales: volatilidad, normas alimentarias, restricciones a la exportación
i) Las dos primeras no son cuestiones de la
OMC, sino de otras organizaciones internacionales (FAO/PMA, órganos
internacionales de normalización como el Codex Alimentarius). A priori
no hay obstáculos en la OMC.
ii) Restricciones a la exportación. Sorprendentemente, poco o mal
reguladas en la OMC. Tema nuevo que ha dado origen al reciente fenómeno
de las explotaciones agrícolas en el extranjero (en ocasiones denominado
acaparamiento de tierras agrícolas). Pero por ahora, el mandato de
negociación de la OMC no permite aplicar disciplinas severas a corto
plazo.
Conclusión
El comercio agropecuario y su regulación
pueden contribuir, junto con otras políticas internacionales y
nacionales, a mejorar el acceso a los alimentos, que muchos consideran
un derecho humano.
Véase el informe de la próxima reunión del grupo de trabajo presidido
por el Secretario General de las Naciones Unidas, en el que participan
todas las organizaciones internacionales, incluida la OMC, así como las
ONG.
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