Señoras y señores Ministros,
Excelencias,
Señoras y señores:

Agradezco esta oportunidad de dirigirme a ustedes hoy. Empezaré expresando mi gratitud al Perú por su muy cálida hospitalidad, y por darnos la oportunidad de visitar Arequipa.

Siempre es un placer para mí venir a este Foro, el APEC. Este organismo siempre ha prestado un enorme apoyo a la OMC y el sistema multilateral de comercio, y ustedes siempre han desempeñado una función muy positiva en nuestra labor.

Deseo agradecerles su continuo apoyo, y en particular su apoyo (y la paciencia de que hicieron gala) para el logro de una conclusión positiva en nuestra Conferencia Ministerial de Nairobi, celebrada el pasado mes de diciembre.

Espero con interés el provechoso intercambio de opiniones que hoy, una vez más, tendrá lugar aquí.

Teniendo esto presente, permítanme ofrecerles un breve resumen de nuestra actual labor en Ginebra.

No volveré a exponer los resultados de la Conferencia Ministerial de Nairobi: ustedes también estaban allí. Pero sí diré que, en lo que va de año, he mantenido muchas conversaciones con distintos Miembros. He hablado con Ministros en muchas capitales. Celebramos en Davos una excelente reunión de Ministros, convocada por el Gobierno suizo. De hecho, el encuentro de hoy es la primera reunión ministerial importante que se celebra desde entonces.

En las conversaciones que he tenido este año con Ministros he escuchado reiteradamente dos mensajes:

En primer lugar, que Nairobi fue un logro significativo, que se apoyó de manera muy positiva en el éxito de Bali.

Y, en segundo lugar, que necesitamos seguir obteniendo resultados.

En mi opinión, si queremos seguir logrando resultados, habrá dos etapas fundamentales.

En primer lugar, tenemos que poner en aplicación lo que ya hemos acordado. Eso es crucial para generar confianza entre los Miembros y dar credibilidad al proceso.

Debemos poner en práctica todas las decisiones adoptadas tanto en Bali como en Nairobi, entre otras cosas, participando plenamente en los programas de trabajo establecidos en las dos Conferencias Ministeriales.

Además, entre otras cosas, todos ustedes deben ratificar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio (AFC) y notificar su aceptación de la enmienda del Acuerdo sobre los ADPIC relativa al acceso a los medicamentos (un compromiso, desde luego, mucho más antiguo).

Muchas de las economías del APEC ya han dado estos pasos, y se lo agradezco. De hecho, 14 de ustedes han ratificado el AFC, y son ya 17 los miembros del APEC que han ratificado la enmienda del Acuerdo sobre los ADPIC. Exhorto a quienes no lo hayan hecho aún a que agilicen sus procesos internos a fin de garantizar que estas dos medidas puedan ponerse en vigor en un futuro próximo.

En segundo lugar, para lograr más resultados debemos también definir el camino a seguir.

Y creo que ahora, transcurridos ya cinco meses desde Nairobi, debemos acelerar la marcha con miras a determinar resultados posibles. Estos resultados podrían lograrse en el plazo de meses, antes de la Undécima Conferencia Ministerial o más tarde. Sea cual sea el calendario fijado para cada iniciativa, es necesario establecer los posibles resultados.

Como nota positiva, aprecio un aumento significativo del interés y las actitudes positivas con respecto a nuestra labor. He invitado a los Miembros a que reflexionen y aporten ideas sobre cómo podemos exactamente hacer avanzar las negociaciones. Y sigo recibiendo muchas ideas que se proponen sobre procedimiento y contenido.

En cuanto al fondo, se sigue haciendo mucho hincapié en que el desarrollo ocupe un lugar central y en dar prioridad a las cuestiones relacionadas con los PMA. Y, por supuesto, los Miembros siguen decididos a resolver las cuestiones restantes del PDD.

En cuanto al PDD, todavía no ha llegado a mis oídos nada que permita prever un avance. Durante dos años hemos trabajado con ahínco en busca de una idea, un método, o cualquier cosa que permitiera facilitar un acuerdo. Pero es obvio que, hasta el momento, no hemos encontrado la manera de salvar las diferencias.

Las dificultades no estribaban en consideraciones económicas sustantivas. Muchas de las ideas propuestas requerirían cambios mínimos en los programas existentes, si es que requerían alguno, en especial en el ámbito de la ayuda interna en el sector agropecuario. Eran fundamentalmente de índole política. Giraban en torno a diferencias de concepto muy básicas y fundamentales sobre la contribución que debe hacer cada cual y cómo debe hacerla. No se logró en absoluto un punto de encuentro.

Por consiguiente, está claro que si queremos encontrar soluciones debemos seguir intercambiando ideas, en particular en lo que respecta a las cuestiones más difíciles. Lo que es evidente es que no avanzaremos sin un cambio verdaderamente significativo en los niveles de flexibilidad y voluntad política.

Por otro lado, además de las cuestiones fundamentales del PDD, como la agricultura, el AMNA y los servicios, oigo hablar a los Miembros de otros temas que también querrían tratar.

Algunos de ellos también son cuestiones del PDD. Las subvenciones a la pesca es una de las esferas que se plantean con frecuencia. Me han hablado asimismo de cuestiones como la política de competencia, las pymes (o las MIPYMES), la facilitación de las inversiones, el comercio electrónico, las normas privadas, los obstáculos no arancelarios y muchas otras.

Observo que varias de estas cuestiones ocupan un lugar destacado en su proyecto de comunicado. Y ciertamente el APEC ha estado tomando la iniciativa en los debates sobre estas esferas.

Ahora el desafío consistirá en dar una forma clara y precisa a lo que los Miembros quieren debatir en el marco de esos epígrafes generales. En todos los casos necesitamos un grado de especificidad mucho mayor del que tenemos en la actualidad.

El comercio electrónico, por ejemplo, podría abarcar todo un universo de posibles cuestiones. ¿Qué esferas concretas desean plantear los Miembros en los debates?

Para poder avanzar, necesitaremos más claridad. En mi opinión, el APEC podría desempeñar una función útil en este frente, como ya lo hizo en el pasado.

Da la impresión de que el debate es ahora notablemente más dinámico que hace solo 12 meses. El sector privado, por ejemplo, muestra mucho más interés.

Dentro de unos días propiciaré una reunión en la OMC a petición de la CCI y el B-20 a la que asistirán dirigentes empresariales para exponer sus puntos de vista sobre cuestiones que, según ellos, deben tratarse en el marco de la OMC. Iniciativas como esta, o como la atención que Filipinas y otros conceden a las MIPYMES, podrían ayudarnos a llenar de contenido estas cuestiones.

De manera análoga, los debates en que ustedes participan en otros foros -como el TPP, la RCEP, el Acuerdo sobre Bienes Ambientales o el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios- pueden ayudar a entender mejor las cuestiones que se tratan aquí en la OMC y aportar ideas nuevas al debate. Espero con interés oír sus opiniones.

Siguiendo con las cuestiones de fondo, confío en que en un futuro cercano sea posible progresar en lo relativo al Acuerdo sobre Bienes Ambientales. Sé que muchos de ustedes están trabajando arduamente para concluir este Acuerdo antes de fin de año. Los animo a que prosigan con sus esfuerzos, y con mucho gusto los ayudaré en lo que esté a mi alcance.

En cuanto al procedimiento, debo decir que, independientemente de cómo deseen avanzar los Miembros y cuáles sean las cuestiones que quieran debatir, tenemos que velar por que eso suceda de forma inclusiva y abierta. Debemos ofrecer a todos y cada uno de los Miembros de la OMC la oportunidad de participar activa y constructivamente desde el primer día.

De más está decir que soy un firme partidario del multilateralismo, y creo que se debe privilegiar ese enfoque, pero estoy seguro de que habrá esferas en las que no todos los Miembros estarán en condiciones de participar o no desearán hacerlo. Por consiguiente, en mi opinión, el futuro de las negociaciones depende de que podamos ser flexibles y reconozcamos plenamente las diversas circunstancias que se dan entre los Miembros.

Por ejemplo, podríamos tratar de seguir de algún modo el modelo del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio. O podríamos plantearnos un enfoque híbrido, combinando elementos multilaterales y plurilaterales.

Hay muy diversas ideas y posibilidades de esta índole, y por supuesto corresponde a los Miembros decidir qué camino debemos seguir exactamente. Pero pienso que la flexibilidad es el factor fundamental.

O sea, que queda mucho por hacer, en especial si queremos seguir logrando resultados a corto plazo.

En Ginebra estoy insistiendo en la necesidad de intensificar esta labor en los próximos meses. Para ser más exactos, he hecho hincapié en que necesitamos pasar de la reflexión a la acción. Y para poder pasar a la acción, tenemos que decidir cuáles son nuestros objetivos. Claro está que tenemos que llevar a cabo la labor de aplicación, pero si desean ir más lejos, no hay tiempo que perder.

Y, como siempre, la función que ustedes desempeñen será de vital importancia.

Los países del APEC tienen un sólido historial de liderazgo en algunas de las cuestiones fundamentales de la OMC. Ustedes llevaron la delantera en la facilitación del comercio, y también en el Acuerdo sobre Bienes Ambientales, y ahora van a la vanguardia en muchas cuestiones que los Miembros están debatiendo en Ginebra. Aquí en Arequipa nos rodean tres volcanes. Espero que los tomemos como fuente de inspiración, y se produzca en Ginebra una erupción de ideas e iniciativas.

El apoyo de todos ustedes será esencial, ¡y no admite demora!

Aunque Nairobi fue todo un éxito, el proceso ciertamente dejó mucho que desear. Muchas cosas tuvieron que hacerse en el último momento. ¡Muchas cosas tuvieron que hacerse en el propio Nairobi! Debemos aprender la lección para que la próxima vez no ocurra lo mismo.

El respaldo político a nivel ministerial es esencial: ahora, durante los debates en Ginebra, y en la etapa previa a la próxima Conferencia Ministerial.

Así pues, les ruego que participen y perseveren en el empeño.

Muchas gracias por su atención.