Buenos días a todos. Bienvenidos a Ginebra y a la OMC. Sé que para muchos de ustedes esta no es su primera visita.

Espero que esta semana les permita conocer las novedades que se han producido en todos los ámbitos de nuestra labor desde nuestra última reunión de julio, y que les sirva, a ustedes y a sus delegaciones, como preparación para nuestra Conferencia Ministerial de Nairobi.

Como saben, esa Conferencia se celebrará dentro de un par de semanas.

Sin extenderme demasiado, presentaré a grandes rasgos nuestros preparativos para Nairobi. En estos momentos, creo que es importante celebrar un debate en el que analicemos los resultados que pueden lograrse en Nairobi y sus implicaciones para nuestra labor conforme se acerca 2016 y posteriormente.

Es la primera vez que la OMC celebra una Conferencia Ministerial en África, por lo que hay grandes expectativas de que se obtengan resultados para el continente africano y para todos los países en desarrollo, en especial para los menos adelantados. Y creo que todos los Miembros son de esta opinión.

Esta labor se está llevando a cabo principalmente en el marco de dos procesos.

El primero de ellos tiene lugar en los grupos de negociación, en cuyo marco los Miembros abordan diversas cuestiones específicas. No obstante, a pesar de los enormes esfuerzos dedicados a todas las cuestiones fundamentales del Programa de Doha para el Desarrollo (PDD), he de informarles de que es muy poco lo que se ha avanzado. Las posiciones de los Miembros siguen siendo muy dispares.

Esto quiere decir que no hemos sido capaces de avanzar respecto de muchas de las grandes cuestiones del PDD, como por ejemplo la ayuda interna a la agricultura o el acceso a los mercados en todas sus vertientes, es decir, para los productos agrícolas, los productos no agrícolas o los servicios.

Con todo, hay un sentimiento general de que el consenso es posible respecto de algunas cuestiones, únicamente a condición de que trabajemos con tesón en todas ellas. No hay objetivos fáciles.

Entre estas cuestiones figura un paquete de medidas para los PMA, que podría englobar una serie de elementos posibles, como nuevos avances en materia de acceso a los mercados libre de derechos y de contingentes, servicios, algodón y normas de origen.

Otro objetivo que podríamos lograr es un posible acuerdo sobre competencia de las exportaciones en el sector de la agricultura, que comprendería medidas relacionadas, por ejemplo, con los créditos y las subvenciones a la exportación, la función de las empresas comerciales del Estado y la ayuda alimentaria.

Los éxitos que podamos conquistar en esta esfera serán especialmente importantes para los países en desarrollo y menos adelantados. Tenemos la oportunidad de obtener los resultados que estos países han estado tratando de alcanzar durante tanto tiempo.

Cabe añadir que estamos trabajando en cuestiones como los mecanismos de salvaguardia especial (MSE) y la constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria, a pesar de que tampoco hemos conseguido avances en estos ámbitos.

La verdad es que nada está garantizado en las circunstancias actuales. Todavía hay mucho por hacer e importantes diferencias que salvar, y el tiempo apremia. Por lo tanto, si desean ver resultados respecto de estas cuestiones, les ruego que se hagan oír.

Hasta aquí, lo que respecta al primer proceso. El segundo se centra en la redacción de una Declaración Ministerial. Creo que el martes asistieron a la reunión celebrada en la sala W a propósito precisamente de este punto. Se trata de un ámbito en el que también se ha estado trabajando intensamente.

En el mes de octubre nombré a tres embajadores -Gabriel Duque, de Colombia; Harald Neple, de Noruega; y Stephen Karau, de Kenya- para que actuasen como Facilitadores de la labor en curso. En un principio, la idea era que celebrasen consultas con todos los Miembros sobre el contenido y el formato de la Declaración Ministerial.

En su primer informe a los Miembros, los Facilitadores pusieron de relieve algunos puntos de convergencia entre las delegaciones. Señalaron que todos los Miembros habían manifestado su adhesión al éxito de la Conferencia Ministerial de Nairobi, y que todas las delegaciones habían expresado su preferencia por una Declaración Ministerial consensuada como resultado deseado para Nairobi.

A este respecto, la mayoría de las delegaciones había hecho referencia a una Declaración Ministerial "semejante a la de Bali", estructurada en tres partes:

• La primera parte consistiría en un texto de introducción, que se centraría en la importancia del sistema multilateral de comercio en el contexto del vigésimo aniversario de la OMC.
• La segunda parte se ocuparía de los resultados para Nairobi, que, como ya les he explicado, se están abordando en los grupos de negociación.

• En la tercera parte, se consideraría la labor futura de la OMC después de Nairobi.

A continuación, los Facilitadores mantuvieron una serie de debates específicos sobre cada uno de esos tres puntos. Los debates contaron con la participación activa de los Miembros, que presentaron un gran número de propuestas de texto.

Pese a que se han observado algunos progresos, los Miembros han convenido en que los Facilitadores propongan un borrador preliminar en el que se traten los temas menos conflictivos, para avanzar así hacia un texto refundido.

Ahora bien, es evidente que las cuestiones más controvertidas precisarán un enfoque diferente. Hay ámbitos, como la reafirmación del PDD y la disposición a considerar nuevos temas, en los que los Facilitadores ni siquiera tratarán de elaborar un proyecto de texto. Esa es una labor que incumbe a todos los Miembros.

Los Facilitadores presentarán el texto este viernes. A continuación, el miércoles de la semana que viene, nos volveremos a reunir para examinarlo a fondo.

Y, naturalmente, todavía habrá muchas oportunidades para debatir y modificar el texto, según los Miembros consideren conveniente.

Este proceso en torno a la Declaración demuestra la importancia de Nairobi, pero también pone de relieve que nuestra labor no va a concluir ahí.

No cabe duda de que el debate sobre el futuro del PDD reviste la misma importancia que cualquiera de los resultados que alcancemos en Nairobi.

Los progresos que ha registrado el PDD desde su inicio en 2001 han sido muy lentos y, cuando las negociaciones son lentas en la OMC, los países exploran otras vías, como las que ofrecen los acuerdos comerciales regionales.

Aunque iniciativas de ese tipo son positivas, la OMC también tiene que seguir avanzando.

El riesgo de recurrir siempre a foros regionales es que, la mayoría de las veces, los países en desarrollo y los PMA quedarán excluidos del debate.

Los foros multilaterales son los únicos que dan cabida a todas las opiniones y permiten abordar debidamente los principales temas de desarrollo

Este enfoque devuelve el protagonismo a la OMC y a nuestra capacidad de negociación.

Y nos obliga a preguntarnos cómo haremos avanzar las cuestiones de Doha pendientes después de Nairobi. Las opiniones al respecto son muy dispares.

Algunos Miembros sostienen que, por su importancia vital para el desarrollo, debemos seguir trabajando en el Programa de Doha, y añaden que, mientras no se concluya la Ronda de Doha, no debemos desviar la atención hacia ningún otro tema.

Otros mantienen que, tras años de éxitos limitados en el marco de Doha, no es probable que se puedan lograr nuevos avances con esa estructura, sobre todo en lo que respecta a los temas más complicados.

Por ello, esos países son reacios a seguir entablando negociaciones en el marco actual.

Además, esos Miembros consideran que, para seguir funcionando correctamente, la Organización ha de evolucionar y ocuparse de todas aquellas cuestiones nuevas que los Miembros deseen abordar. Para ellos, es esencial que la OMC afronte las nuevas preocupaciones, pues de lo contrario se arriesga a perder su importancia.

Como es evidente, reconciliar estas posturas no es tarea fácil.

No obstante, creo que, al reflexionar sobre el camino que debemos seguir, hay importantes puntos de convergencia que no debemos pasar por alto.

Por ejemplo, creo que todos los Miembros están de acuerdo en lo siguiente:

• queremos lograr algún resultado en Nairobi;
• sea cual sea el resultado que logremos, no bastará para concluir formal y consensuadamente la Ronda de Doha; y
• los Miembros desean mantener sobre el tapete las cuestiones más relevantes de Doha, entre las que destaca la agricultura.

El debate acerca de la manera de avanzar revestirá una importancia vital para el futuro de la OMC y, en este sentido, los próximos días van a ser decisivos.

En consecuencia, es mucho lo que hay juego, en cuanto a los resultados que se puedan obtener y en cuanto a las repercusiones potenciales de esos resultados, o de su ausencia, para el futuro del sistema multilateral de comercio.

Nairobi va a ser un momento muy importante en muchos aspectos y debo decir que también podría arrojar otros resultados positivos.

Por ejemplo, se pedirá a los Ministros que aprueben la adhesión de Liberia y del Afganistán, lo que supondrá un gran impulso para el crecimiento y el desarrollo en esos dos países.

También es posible que se concluya la ampliación del Acuerdo sobre Tecnología de la Información, que se traducirá en un aumento del crecimiento económico en todo el mundo.

Además, quizás se observen nuevos avances en lo que respecta al Acuerdo sobre Bienes Ambientales.

Por otra parte, esperamos que el Marco Integrado mejorado (MIM) logre un rotundo apoyo en la conferencia sobre promesas de contribuciones, que se celebrará la víspera de la Conferencia Ministerial. El MIM constituye, efectivamente, un apoyo fundamental para los PMA y, por tanto, este será otro resultado importante de la Conferencia Ministerial.

Como pueden comprobar, tenemos muchas cuestiones sobre la mesa, pero es preciso seguir trabajando intensamente para lograr resultados positivos en Nairobi.

Sin duda, se hacen cargo de que el tiempo que nos queda es sumamente escaso. Aun así, no quería dejar pasar la oportunidad de compartir hoy unos momentos con ustedes y tener un rápido intercambio de impresiones.

Por ello, deseo agradecerles su atención y decirles que será un auténtico placer escuchar sus preguntas o comentarios.