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5 La OMC puede ... fomentar la buena gobernanza

La transparencia -el intercambio de información y conocimientos- favorece la igualdad de oportunidades. Las reglas reducen la arbitrariedad y las posibilidades de corrupción.

Además, protegen a los gobiernos frente a los grupos de presión que defienden intereses partidistas.

Los gobiernos tienen que protegerse de los grupos de presión que defienden intereses partidistas y el sistema de la OMC puede ayudarles a lograrlo.

Tradicionalmente, el proteccionismo nos ha enseñado los daños que pueden causar los intereses sectoriales mezquinos cuando adquieren una influencia política desproporcionada.  Las políticas restrictivas se han convertido en guerras comerciales en las que todo el mundo salió perdiendo. 

El sistema de la OMC ayuda a los gobiernos a hacerse una idea más equilibrada de la política comercial.  Están en mejor posición para defenderse de los grupos de presión que defienden intereses partidistas al centrarse en compromisos que interesan al conjunto de la economía.

Restringir las importaciones puede parecer un buen modo de apoyar a un sector económico, pero desequilibra la economía en perjuicio de otros sectores a los que no se debería penalizar.  Por ejemplo, si un país protege su agricultura, el resto de los ciudadanos tiene que pagar los alimentos más caros, lo cual presiona al alza los salarios en todos los sectores.

El sistema de la OMC abarca una amplia gama de sectores.  Si en una negociación un grupo de interés presiona a su gobierno para que se le considere como un caso especial que necesita protección, el gobierno puede contrarrestar esas presiones sosteniendo que necesita un acuerdo amplio que beneficie a todos los sectores de la economía.  Eso es lo que hacen los gobiernos con frecuencia.

Las normas incluyen el compromiso de no volver a políticas poco acertadas.  En general, el proteccionismo no es acertado por los daños que causa, tanto a nivel nacional como internacional.

Hay obstáculos al comercio concretos que causan daños adicionales porque favorecen la corrupción y otras formas de mal gobierno.

Uno de los obstáculos al comercio a que se refieren las normas de la OMC es el de la imposición de contingentes, que consiste, por ejemplo, en limitar las importaciones o exportaciones a un volumen específico cada año.

Como los contingentes limitan el suministro, hacen que los precios suban de manera artificial, con lo que las empresas que venden sus productos dentro de ese contingente obtienen beneficios anormalmente elevados (los economistas hablan de "rentas contingentarias").  Estas circunstancias generan graves distorsiones en el mercado, y esos beneficios adicionales pueden utilizarse para influir en las políticas, ya que los beneficiarios disponen de más dinero para ejercer presiones. Estas condiciones también propician la corrupción, por ejemplo en la asignación de contingentes entre los comerciantes.  Lamentablemente, se trata de algo excesivamente común en todo el mundo.

En otras palabras, los contingentes son una manera especialmente negativa de restringir el comercio.  Los gobiernos han acordado, a través de las normas de la OMC, que se debe desalentar su uso.

Pese a todo, en la mayoría de los países sigue habiendo contingentes de varios tipos, y los gobiernos sostienen firmemente que son necesarios.  Pero se controlan mediante los Acuerdos de la OMC y hay compromisos para reducir o eliminar muchos de ellos.

 

Hay otras muchas esferas de los Acuerdos de la OMC que también pueden ayudar a reducir la corrupción y el mal gobierno.

Un acuerdo que tiene un efecto directo a través del sector público es el Acuerdo de Contratación Pública (ACP).  Regula la forma en que los gobiernos participantes hacen sus compras, y abre partes importantes del mercado de contratación pública a la competencia extranjera.  En diciembre de 2011, en el marco del ACP, se concertaron nuevas disposiciones que mejoran las disciplinas y amplían el acceso a los mercados entre 80.000 y 100.000 millones de dólares anuales.

La transparencia (por ejemplo, poner a disposición del público toda la información sobre los reglamentos comerciales, las tasas y los trámites necesarios), una mayor armonía entre los países en lo que se refiere a otros aspectos de la "facilitación del comercio", criterios más claros por lo que hace a las disposiciones que regulan la seguridad y las normas sobre los productos, así como la no discriminación, también ayudan al reducir el margen de arbitrariedad en la toma de decisiones y la posibilidad de hacer trampas.

A los gobiernos les suele venir muy bien invocar la limitación externa que la OMC impone a sus políticas:  "No podemos hacerlo porque incumpliríamos los Acuerdos de la OMC".

A nivel internacional, la OMC colabora estrechamente con otros organismos internacionales para tratar de mejorar la forma en que se abordan las cuestiones mundiales.  En torno a 140 organizaciones intergubernamentales tienen la condición de observador en los comités y consejos de la OMC, y la propia OMC también está presente como observadora en varios organismos.  La Secretaría de la OMC colabora con casi 200 organismos de ese tipo en esferas como estadística, investigación, normalización y asistencia técnica y formación.  El grado de cooperación varía, y sigue evolucionando para ayudar a los gobiernos miembros en sus políticas económicas.


Los Acuerdos de la OMC pueden ayudar a reducir la corrupción y el mal gobierno.