Reunión informal del CNC a nivel de Jefes de Delegación

Observaciones introductorias del Presidente

Muchas gracias por venir hoy habiéndoles avisado con tan poca antelación, pero los acontecimientos se han precipitado en las últimas horas y me parece fundamental que veamos juntos con claridad la situación en la que nos encontramos y lo que queda de nuestro objetivo de concluir la Ronda para finales de año. No puedo ocultar la triste verdad: estamos en un atolladero.

El 1º de julio, el CNC me pidió que organizase consultas intensas y amplias con el objetivo de facilitar el establecimiento urgente de modalidades para la agricultura y el AMNA. También me pidió que les presentase un informe lo antes posible. Como declaré en ese momento, mi objetivo en estas consultas sería facilitar y catalizar el acuerdo entre los Miembros, que siguen siendo los principales actores en el proceso.

Desde entonces, he emprendido este proceso consultivo como se me pidió, empezando con los Miembros del G-6 y ampliando luego progresivamente el círculo de mis contactos con delegaciones individuales y con grupos.

También he asistido a la sesión abierta de la Cumbre del G-8 en San Petersburgo, donde estaban presentes varios de los Jefes de Estado y de Gobierno de los Miembros aquí representados. Me mostré muy franco con los dirigentes y les dije que tenían que revisar las instrucciones que les habían dado a ustedes, y darles más flexibilidad. Mi petición de flexibilidad era doble: por una parte, que mejorasen las cifras que había sobre la mesa, y por otra, que aceptasen ajustar lo que estaban dispuestos a pagar con lo que podían esperar razonablemente a ese precio. También les advertí de que, si no lo hacían, se arriesgaban a encontrarse precisamente en la situación en la que nos encontramos ahora. Durante la reunión hubo algunos signos alentadores de flexibilidad adicional al más alto nivel político.

Sobre la base de estos signos, ayer los Ministros del G-6 celebraron aquí una reunión presidida por mí y con la asistencia de los Presidentes de los grupos de negociación sobre la agricultura y sobre el AMNA. Fue una reunión larga y detallada pero, cuando finalizó, quedó claro que las diferencias siguen siendo demasiado amplias.

De los debates celebrados este fin de semana se desprende claramente que el principal bloqueo concierne a los lados agrícolas del triángulo de cuestiones que el G-6 ha estado tratando de resolver. Pese a que ha habido algunas mejoras con respecto a las cifras que se barajaron informalmente, y en particular con respecto al acceso a los mercados para los países desarrollados, las diferencias en el nivel de ambición entre el acceso a los mercados y la ayuda interna siguieron siendo demasiado amplias para poder salvarse. El bloqueo fue de tal magnitud que el debate ni siquiera pasó a abordar el tercer lado del triángulo, el acceso a los mercados en el AMNA.

La situación actual es muy grave. Sin las modalidades en la agricultura y en el AMNA, ahora está muy claro que no será posible finalizar la Ronda para finales de 2006. Para empezar, ya no disponemos del tiempo necesario para elaborar y finalizar las listas de concesiones. Además, aunque los debates del G-6 sobre un número limitado de cuestiones han sido una condición previa para seguir avanzando, es necesario tener siempre presente que el G-6 no negocia por el resto de los Miembros. Para llegar a un acuerdo sobre modalidades plenas, habría que abordar también otras muchas cuestiones, aparte del denominado triángulo. Los plazos siempre han sido muy justos, pero el bloqueo constante en unos pocos puntos clave significa que simplemente ya no nos queda tiempo para el resto.

Ante este persistente punto muerto, creo que el único camino que puedo recomendar consiste en suspender las negociaciones de toda la Ronda a fin de permitir la seria reflexión de los participantes que resulta claramente necesaria. Un cuarto intermedio para pasar revista a la situación, examinar las opciones disponibles y reconsiderar las posiciones.

En términos prácticos, esto significa que ahora se deberían suspender los trabajos en todos los grupos de negociación, y lo mismo cabe decir de los plazos que los distintos grupos tenían ante sí.

También significa que los progresos realizados hasta la fecha sobre los diversos elementos del programa de negociación quedan en suspenso, en espera de la reanudación de las negociaciones cuando el entorno negociador sea el debido. Se han realizado progresos significativos en todas las esferas de las negociaciones, y juntos debemos tratar de reducir el riesgo de que se malogren.

Esto es lo que propondré en la reunión del Consejo General del jueves. No es mi intención proponer nuevos plazos ni una fecha para la reanudación de la actividad en los grupos de negociación. Esto sólo puede suceder cuando se den las condiciones para que haya nuevos progresos, lo que significa cambios en posiciones arraigadas. Es evidente que la pelota está en el campo de ustedes. He discutido esta propuesta con los Presidentes de los grupos de negociación poco antes de esta reunión y coinciden conmigo en que en este momento ese es el mejor camino.

Entre tanto, insto a todos ustedes a que utilicen este período de reflexión precisamente para eso: para una reflexión seria y realista sobre lo que aquí está en juego. Todos sabemos que esta es la más ambiciosa de todas las rondas comerciales de los últimos 50 años. En rigor, lo que hoy ya está sobre la mesa vale potencialmente dos o tres veces más que las rondas anteriores, tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo.

Como dije a los líderes reunidos en San Petersburgo, un fracaso de la presente Ronda supondría un golpe a las perspectivas de desarrollo de los Miembros más vulnerables, para quienes la integración en el comercio internacional representa la mejor esperanza de lograr el crecimiento y mitigar la pobreza. Esta es la razón por la que se denomina "la ronda del desarrollo": está destinada a ser una contribución a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

A mi parecer, un fracaso también enviaría una clara señal negativa sobre el futuro de la economía mundial y sobre el peligro de que resurja el proteccionismo en un momento en el que el ritmo de la globalización afecta negativamente a la trama social y económica de muchos países y la inestabilidad geopolítica está en aumento. Esto resulta más que evidente si se contempla hoy en día la situación internacional fuera de aquí, quiero decir fuera de esta sala.

Todos sus dirigentes y gobiernos han destacado en repetidas ocasiones su deseo de concluir la Ronda, y no puede ser aceptable que ese compromiso no se traduzca en actos. Si hay verdaderamente voluntad política, tiene que haber un camino. Pero hoy éste se echa en falta. Y permítanme que les hable con claridad: en esta asamblea no hay ni vencedores ni vencidos. Hoy, sólo hay vencidos.

Por mi parte, continuaré, desde luego, manteniendo contactos con los participantes a todos los niveles, y también estaré a disposición de todos los Miembros, como lo estarán los Presidentes de los grupos de negociación, para todo contacto que deseen tener con nosotros. Mi prioridad como Director General seguirá siendo defender la integridad del sistema de la OMC y seguir asistiendo a los Miembros para llegar a un acuerdo.

Pueden contar conmigo para hacer cuanto esté en mi mano con objeto de mantener la presión en pro de una evolución política que permita una reanudación de las negociaciones. Sin embargo, debería quedar claro que esa evolución debe venir de ustedes, los Miembros. E insto a todos a que en este cuarto intermedio reflexionen sobre la forma de hacer realidad esa evolución.

> Se suspenden las negociaciones. “Hoy, sólo hay vencidos”

Declaración del Presidente del CNC Pascal Lamy ante la reunión celebrada por este Comité el 24 de julio
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Audio de la conferencia de prensa que siguió a la reunión del CNC celebrada el 24 de julio
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