OMC: NOTICIAS 2009

> Resumen de la reunión del Consejo General

> La Declaración de Doha explicada
> Explicación de la Decisión de Doha relativa a la aplicación
> Cómo están organizadas las negociaciones

Informe del Presidente del Comité de Negociaciones Comerciales

Quisiera, antes que nada, dar la bienvenida a los participantes en el curso introductorio de la OMC para los países menos adelantados (PMA) que tienen ocasión de asistir a la presente reunión del Consejo General. Me complace que este curso les brinde la oportunidad de hacerse una idea global de la labor de la OMC, en la que los intereses de los PMA ocupan un lugar destacado.

Desde mi último informe, el CNC celebró el 24 de julio una reunión informal cuyo objetivo fue examinar la situación y las próximas etapas de las negociaciones en el marco del Programa de Doha para el Desarrollo (PDD). Las observaciones que hice en esa reunión se comunicaron a las delegaciones en el documento JOB(09)/84. Solicito que se incluyan en el acta de la presente reunión del Consejo General. No repetiré todos los pormenores, pero quisiera recordar algunas de las cuestiones que planteé y aprovechar los elementos comunes surgidos en los debates que mantuvimos el viernes.

Informé a las delegaciones sobre los contactos que había establecido recientemente a nivel político y el renovado impulso que los dirigentes habían dado al PDD al solicitar que la Ronda se concluyera en 2010. A continuación expuse un panorama general de la situación en cada una de las esferas de negociación, así como una indicación de las hojas de ruta previstas por los Presidentes de los grupos de negociación para las semanas siguientes a la pausa estival.

Ya se trate de hojas de ruta, horarios de trenes o GPS, para recurrir a la terminología utilizada el pasado viernes, ya comiencen en Versoix, en Vevey o en Carouge, lo que les oí decir el viernes es que todo ello apunta en la misma dirección, a saber, la conclusión de la Ronda de Doha el próximo año.

Durante el prolongado y, en mi opinión, fructífero debate, hubo unanimidad en que, si queremos llegar puntualmente a nuestro destino, es necesario que el renovado compromiso político de los dirigentes se traduzca sin demora en avances tangibles en las negociaciones.

También se observó un firme apoyo al proceso descrito con detalle en las hojas de ruta y a la necesidad de que todos los participantes estén dispuestos a trabajar de manera intensiva en el otoño. El mensaje era que todos hemos de poner manos a la obra.

Si bien reconocieron la necesidad de trabajar a todos los niveles, incluido el bilateral, las delegaciones subrayaron la primacía del ámbito multilateral. Se expresaron diferentes opiniones sobre los posibles efectos de las conversaciones bilaterales en la rapidez y la transparencia de la adopción de decisiones multilaterales, pero hubo un amplio acuerdo en que el trabajo bilateral no debería ser una razón para frenar o interrumpir el proceso multilateral; los dos han de avanzar simultáneamente. También se señaló que las conversaciones bilaterales no deberían durar demasiado y habían de llevarse a cabo con la máxima transparencia posible.

Se expresó con firmeza la postura de que el punto de llegada sería la consignación en listas en las esferas de la agricultura y el AMNA, seguida inmediatamente de un proceso de verificación. Hubo por tanto un firme apoyo al principio de que no haya sorpresas con respecto no sólo al proceso de consignación en listas en las esferas de la agricultura y el AMNA, sino también a otras esferas que forman parte del todo único.

Hubo asimismo un considerable debate sobre la necesidad de intensificar e impulsar el trabajo en todas las esferas de las negociaciones. Las delegaciones recordaron la secuencia establecido por los Ministros en Hong Kong, pero también reconocieron ampliamente la necesidad de alcanzar un grado aceptable de certidumbre en todas las esferas en el momento en que se llegara a un acuerdo sobre las modalidades para la agricultura y el AMNA. Ello exige procesos más horizontales, siguiendo el método de trabajo en círculos concéntricos que hemos establecido. En la medida de lo posible, este trabajo debería estar basado en textos. Para que ese proceso sea eficaz, será importante que las delegaciones señalen las cuestiones “de elevado interés” para ellas, y que se abstengan igualmente de “tomar rehenes”.

Por último, he de mencionar también que muchas delegaciones reafirmaron los principios básicos de estas negociaciones: multilateralismo, desarrollo y un proceso de acumulación progresiva, sin exclusiones y transparente. En mi calidad de Presidente del CNC y de Director General, haré todo lo que esté a mi alcance para que se apliquen estos principios.

Permítanme que les informe acerca de la reunión de participación abierta sobre la extensión de las indicaciones geográficas y la relación entre el Acuerdo sobre los ADPIC y el CDB que celebré ayer por la tarde, de conformidad con el mandato que se me encomendó en la Conferencia Ministerial de Hong Kong.

Según prescribe ese mandato, he informado ya al CNC y al Consejo General sobre los progresos realizados en este proceso de consultas. Desde mi último informe al Consejo General, he llevado a cabo personalmente dichas consultas en cuatro sesiones que tuvieron lugar entre marzo y julio. A fin de proseguir el trabajo que había realizado anteriormente Rufus Yerxa, ayer convoqué una consulta abierta a todos los Miembros y presenté un amplio informe sobre la labor llevada a cabo hasta ahora. El informe de hoy será por tanto breve y abarcará los hechos más recientes.

Las consultas se han centrado en cuestiones técnica, para ayudar a los Miembros a comprender mejor los intereses y preocupaciones de los demás y aclarar los aspectos técnicos de ambas cuestiones. No se han centrado en cuestiones de interés general para los Miembros de la OMC, como por ejemplo si esas cuestiones deberían estar vinculadas al programa más amplio de negociaciones y, en caso afirmativo, cómo deberían estarlo. Esta es una cuestión respecto de la cual los Miembros siguen estando divididos.

Aunque el proceso de consultas no ha permitido salvar las diferencias que caracterizan desde hace tiempo al debate sobre estas cuestiones, creo que esas diferencias están mejor definidas. En mi opinión, sus contornos son más nítidos. Estamos comprendiendo poco a poco las repercusiones de los diferentes modos de salvar esas diferencias. Pero hemos de ser claros: los Miembros no se han puesto aún de acuerdo sobre determinadas cuestiones de procedimiento y sobre la posición de estas dos cuestiones con respecto al programa de trabajo global y al paquete de negociaciones, ni tampoco han llegado a un acuerdo sobre cuestiones sustantivas. Por ejemplo, continúan discrepando en cuanto a si se debería ampliar o no el alcance de las mercancías a las que se concede un nivel más elevado de protección en virtud del artículo 23, y en cuanto a las medidas específicas necesarias, en su caso, para asegurar que el Acuerdo sobre los ADPIC y el CDB se apoyen mutuamente.

Si bien los Miembros discrepan en cuanto a la necesidad de una extensión de las indicaciones geográficas, parecen estar de acuerdo en que es legítimo utilizar marcas de fábrica o de comercio, legislación sui generis u otros medios legales para protegerlas. El debate se refiere más bien a si esos sistemas pueden o deben responder a las expectativas de los Miembros, y de qué modo han de hacerlo.

Las delegaciones suscriben también los objetivos y principios básicos del CDB, pero difieren en cómo garantizar que el Acuerdo sobre los ADPIC y su aplicación apoyen efectivamente esos objetivos y principios.

Las consultas de participación abierta celebradas ayer pusieron de manifiesto esos puntos de convergencia y las discrepancias que persisten. Sin embargo, esos debates me permitieron llegar a la conclusión de que los Miembros siguen siendo partidarios de este método de consultas continuas, siempre que haya suficiente transparencia para todos, y por consiguiente me propongo continuar el proceso sobre las mismas bases, asegurando al mismo tiempo la transparencia, en particular mediante la presentación de informes al CNC y al Consejo General.

Además, atendiendo a las peticiones de los Miembros y en aras de la transparencia, he decidido distribuir el texto del informe de carácter informal que he presentado a los Miembros, dejando bien claro que se trata sólo de una impresión informal acerca del proceso, y que esa informalidad constituye el alma de las consultas. Sería contraproducente que estas conversaciones se publicaran o recogieran en un informe detallado o autorizado. Por ello les pido que consideren mi informe como un simple documento de referencia, y en modo alguno como un documento formal, completo o definitivo.

Proseguiré estas consultas después de la pausa estival; la siguiente reunión está prevista para el 8 de octubre.

Para concluir, nuestra tarea consiste ahora en lograr que las promesas políticas se correspondan con los resultados de las negociaciones. Es necesario hablar menos y actuar más. No se trata tanto de “optimismo o pesimismo” como de “activismo”.

La semana pasada dije que hemos recorrido un largo camino y que nos acercamos al término de nuestro viaje. La sensación de que estamos entrando en la etapa final del proceso ha de ser ampliamente compartida y más efectiva. Espero que este período de vacaciones les brinde la oportunidad no sólo de reponer fuerzas, sino también de reflexionar y recapacitar, de manera que el otoño sea realmente una estación productiva.

Con esto concluyo mi informe, Sr. Presidente. Gracias.

 

 

Informe del Director General sobre el segundo Examen Global — Ayuda para el Comercio

Los días 6 y 7 de julio celebramos el segundo Examen Global de la Ayuda para el Comercio de la OMC. Todos nuestros principales asociados se hicieron representar en esta conferencia al máximo nivel, con lo que reafirmaron su constante apoyo a esta iniciativa incluso en estos difíciles momentos.

La presencia del Secretario General de las Naciones Unidas, de los directivos de organizaciones internacionales y de Ministros fue una clara muestra de nuestra voluntad colectiva de colaborar para hacer frente a los problemas de capacidad con que se enfrentan los países en desarrollo.

Estimamos que esa conferencia fue satisfactoria en cuanto que en ella se hizo balance de los progresos globales logrados desde la puesta en marcha de la iniciativa en 2005 y se puso de relieve la necesidad de obtener compromisos adicionales y sustantivos de los donantes, en particular en la actual coyuntura, en la que los países en desarrollo se enfrentan a problemas aún más graves como consecuencia de la actual crisis económica mundial.

La conferencia fue asimismo satisfactoria porque en ella se destacó el actual liderazgo de muchos países en desarrollo en la determinación de sus prioridades, con la ayuda de comunidades económicas regionales.

En cuanto al modo de seguir adelante con el programa de Ayuda para el Comercio, se identificaron algunas cuestiones fundamentales como prioritarias para nuestra labor futura.

En primer lugar, la necesidad de reforzar la dimensión regional de la Ayuda para el Comercio. Es alentador comprobar que nuestros asociados regionales, los bancos regionales de desarrollo, las comisiones económicas regionales y las comunidades de integración regional han reafirmado su compromiso de desempeñar una función de liderazgo a ese respecto.

En segundo lugar, la necesidad de mantener el impulso en lo que respecta a los compromisos más allá de 2010. A tal fin, ya he empezado a señalar esa necesidad a la atención de todos los donantes en mis interacciones con ellos. También he planteado esta cuestión en los contactos que he mantenido con algunos dirigentes en la cumbre del G 8 recientemente concluida en Italia, y me propongo seguir haciéndolo en futuros contactos bilaterales. Me complace observar que por lo menos en este momento no he oído manifestar a ningún donante su intención de reducir su apoyo a la iniciativa Ayuda para el Comercio. De hecho, varios de ellos han hecho ya promesas de contribuciones adicionales a las de 2005, pese a las limitaciones presupuestarias a que se enfrentan actualmente.

En tercer lugar, en la conferencia hubo también unanimidad en cuanto a la necesidad de aumentar la participación del sector privado en esta iniciativa. Por mi parte, seguiré manteniendo amplias consultas al respecto con grupos del sector privado; otros asociados en la Ayuda para el Comercio me han asegurado que se centrarán en lograr la plena participación de dicho sector.

Por último, en la conferencia se destacó la necesidad de centrar nuestra atención en la evaluación de la repercusión de las actividades de Ayuda para el Comercio en los países en desarrollo. La razón para hacerlo es evidente. Para mantener el nivel de apoyo político con que cuenta actualmente esta iniciativa, tenemos que demostrar de manera clara y convincente que la Ayuda para el Comercio está reportando beneficios sobre el terreno, y que efectivamente se está aumentando la capacidad para comerciar de los países en desarrollo. He empezado ya a celebrar consultas con nuestros asociados para aprovechar sus experiencias en materia de evaluación.

En resumen, el segundo Examen Global de la Ayuda para el Comercio nos ha proporcionado una clara hoja de ruta para la labor relativa a la Ayuda para el Comercio bajo el liderazgo del CCD.

La iniciativa Ayuda para el Comercio puede marcar la diferencia en lo que se refiere a la capacidad de los países en desarrollo para obtener los beneficios en materia de desarrollo resultantes de una conclusión satisfactoria del Programa de Doha para el Desarrollo. Por mi parte, sigo plenamente convencido de que nos hallamos en el buen camino.

 

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