DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Agradezco sinceramente al profesor Mark Wu y a la Facultad de Derecho de Harvard que hayan organizado este acto.

Querría tratar hoy aquí los retos a los que se enfrenta el sistema mundial de comercio y su capacidad de estar a la altura de esos retos.

Cada vez es más habitual leer que, con mucha probabilidad, el fin del orden liberal internacional sea inminente. Por "orden liberal internacional" se entiende el orden geopolítico de la posguerra, dominado por unas relaciones pacíficas entre países con ideas afines y cohesionado por un sistema económico multilateral liberal. Esta estructura mundial, de 80 años de antigüedad, sigue determinando en gran medida las relaciones internacionales, aunque se haya cuestionado su porvenir.

El orden geopolítico y el régimen económico mundiales, los dos componentes del orden liberal internacional, han sido considerados indivisibles durante decenios por los líderes occidentales, como si fueran las dos mitades de un todo.

Esta creencia, que se convirtió en doctrina, se remonta a la visión expresada por el Presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson en sus Catorce Puntos. Tras la Primera Guerra Mundial, Wilson aspiraba a una paz duradera, mediante el recurso a las siguientes medidas, entre otras:

"La supresión, en la medida de lo posible, de todas las barreras económicas y adopción de condiciones comerciales idénticas para todas las naciones que estén conformes con la paz y se asocien para mantenerla".(1)

Esta idea, abrazada por todas las grandes naciones, no fue aplicada a la sazón por ninguna.

Pero este ideal no murió con la Sociedad de las Naciones ni con el estallido de la segunda guerra mundial. El vínculo mencionado ocupaba un lugar central en el ideario y la política del Secretario de Estado de Franklin Roosevelt, Cordell Hull:

"Cuando estalló la guerra en 1914… comprendí que no se podía separar la idea del comercio de la de la guerra y la paz. Pensé que, si se daba mayor libertad a las corrientes comerciales -libertad en el sentido de menos discriminaciones y obstrucciones-, quizá hubiera una oportunidad razonable de disfrutar de una paz duradera".(2)

Este concepto fue incorporado por Franklin Roosevelt y Winston Churchill a los principios fundamentales de la Carta del Atlántico, suscrita en la bahía de Argentia (Terranova), el 14 de agosto de 1941.(3) Este concepto fue incorporado por Franklin Roosevelt y Winston Churchill a los principios fundamentales de la Carta del Atlántico, suscrita en la bahía de Argentia (Terranova), el 14 de agosto de 1941.

Unos meses después, los días 1 y 2 de enero de 1942, esta declaración conjunta fue suscrita por 26 países, un grupo que el Presidente Roosevelt, con el apoyo del Primer Ministro Churchill, apodó "las Naciones Unidas".

Este hilo conductor esencial de las políticas-compuesto por un entramado de economía y geopolítica, comercio abierto y paz- se llevó a la práctica mediante la creación de las instituciones económicas de Bretton Woods: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Internacional de Comercio, la última de las cuales no llegó a ver la luz, pero dio lugar al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), al que sucedió medio siglo después la Organización Mundial del Comercio (OMC). El "comercio para la paz" fue un elemento central de la política exterior de los Estados Unidos hasta hace relativamente poco, aunque este vínculo se fue citando cada vez con menor frecuencia y acabó por desaparecer por completo de las declaraciones de política oficiales de los Estados Unidos.(4) La relación entre el comercio y la causa de la paz figura también en el célebre credo indio de Panchsheel(5),que ocupó un lugar preeminente en el acuerdo comercial de 1954 entre la India y la región del Tíbet. Esta declaración de principios fue adoptada por unanimidad el 11 de diciembre de 1957 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El recuerdo de por qué se consideraba que la paz y el comercio se reforzaban mutuamente fue desvaneciéndose con la desaparición de la generación de la Segunda Guerra Mundial. La paz mundial ha dejado de ser un fundamento generalmente reconocido para la preservación del sistema multilateral de comercio. Sin la convicción de que los dos son inseparables, y después de varios seísmos económicos, cada vez está más en entredicho la supervivencia del orden liberal internacional, el sistema multilateral de comercio.

Algunas pruebas sobre las que se basa la afirmación de que el orden geopolítico vigente se está desintegrando son el auge del populismo, la progresión del autoritarismo en un número considerable de países, el gran número de conflictos armados internos y de fronteras inestables, los retos planteados por agentes no estatales y, sobre todo, los cambios en las posiciones relativas de centros de poder rivales y las posibles fracturas en alianzas que llevan en pie mucho tiempo.

Por lo que se refiere al supuesto declive del otro elemento central del orden económico liberal mundial -las economías nacionales orientadas al mercado y la apertura del comercio-, la lista de argumentos aducidos es larga. Se afirma que el sistema multilateral se está viendo:

  • menoscabado por la incompatibilidad de los sistemas económicos de las principales naciones comerciantes,
  • menoscabado por un repunte de medidas comerciales unilaterales,
  • menoscabado por discrepancias sobre las medidas necesarias para promover el desarrollo económico (por ejemplo, si la mayoría de las naciones comerciantes debería tratar de que se reconociera su necesidad de recibir un trato preferencial antes siquiera de entablar negociaciones),
  • menoscabado por el auge del populismo, el nacionalismo, la desigualdad en los ingresos y la falta de voluntad política de proseguir el proceso de liberalización del comercio mediante la conclusión de nuevos acuerdos comerciales,
  • menoscabado por la pérdida de confianza,
  • menoscabado por la preocupación creciente de que los acuerdos comerciales vigentes no son beneficiosos para sus partes, y
  • menoscabado por la falta de consenso entre todos los Miembros de la OMC sobre el camino a seguir y la sensación abrumadora de que ya ha pasado la época en que se podían concertar acuerdos multilaterales(6), lo que ha dado lugar a la proliferación constante de acuerdos bilaterales y regionales.

El sistema multilateral de comercio depende en gran medida del reconocimiento del carácter ejecutorio de las obligaciones contraídas en el marco de la OMC. La observancia de las normas de la OMC es esencialmente facultativa. Pero, cuando no se logra resolver un problema mediante consultas, resulta imprescindible poder recurrir a la solución de diferencias, un sistema que puede servir de base para resolver diferencias sobre la conformidad de las medidas de un Miembro con sus obligaciones. Esta baza fundamental de la OMC está abocada a dejar de funcionar respecto del examen de nuevos asuntos para finales del año en curso. Después de ello, es muy probable que el sistema de solución de diferencias de la OMC en su forma actual sufra un paro cardiaco.

Es innegable que el orden posterior a la segunda guerra mundial está padeciendo graves tensiones o que un sinfín de crisis se ciernen sobre él. Si queremos que el sistema de la OMC siga aportando estabilidad, prosperidad y unas relaciones internacionales pacíficas habrá que dar muestra de inteligencia y prudencia.

La resiliencia del sistema mundial de comercio

Estoy absolutamente convencido de que el sistema multilateral de comercio resistirá, mejorará y de hecho prosperará. Pero esta convicción no justifica la autocomplacencia. Las tareas que nos aguardan son inmensas, pero también lo son las oportunidades de realizar cambios positivos. El sistema está siendo puesto a prueba como nunca antes en sus 80 años de historia, pero hay razones fundadas para el optimismo. Enumeraré ocho:

1. La mayor parte con creces de los intercambios comerciales mundiales siguen llevándose a cabo de conformidad con los compromisos que los Miembros han contraído ante la OMC. Las medidas de restricción del comercio constituyen anomalías y tienen pocas probabilidades de perdurar.

  • Contrapunto: Ello depende en gran parte de que no se produzca una escalada de medidas comerciales y de que no haya un efecto de contagio ni de emulación. Además, la facilidad para derogar acuerdos internacionales plantea riesgos sistémicos. Cada vez que se denuncia un acuerdo se vuelve más fácil hacerlo.

2. El comercio mundial está en expansión, no en contracción. El sistema multilateral de comercio ha sobrevivido a una amenaza mucho más grave, la recesión económica de 2008 durante la crisis financiera mundial.

  • Contrapunto: La OMC pronosticaba un crecimiento del volumen del comercio de mercancías, medido por el promedio de las exportaciones y las importaciones, del 4,4% en 2018, cifra más o menos equiparable al incremento del 4,7% registrado en 2017. Por entonces se preveía una reducción del crecimiento al 4,0% en 2019, por debajo de la tasa media del 4,8% registrada desde 1990 pero aún muy por encima de la media posterior a la crisis, del 3,0%. Sin embargo, había señales de que quizás las crecientes tensiones comerciales estuvieran afectando ya a la confianza de las empresas y las decisiones de inversión.(7)
  • La OMC rebajó sus perspectivas comerciales el pasado mes de septiembre, a raíz de la escalada de las diferencias comerciales y el endurecimiento de las condiciones de crédito en los mercados. Actualmente está previsto que el crecimiento del comercio se frene al 3,7% en 2019 (desde el 3,9% previsto en 2018), pero estas estimaciones podrían revisarse a la baja si las condiciones del comercio siguen deteriorándose. Con todo, el crecimiento del comercio podría repuntar rápidamente si hubiera más certeza y una mejora del entorno normativo.(8)

3. Ninguno de los 164 países Miembros ha optado por abandonar la OMC. Al contrario, hay 22 países candidatos a la adhesión. Los numerosos países que se encuentran en un proceso activo de adhesión a la OMC representan sin excepción la tendencia a adoptar de manera constante reformas basadas en el mercado.

  • Contrapunto: Sería un error ignorar la declaración del Presidente del país que fue la principal fuerza impulsora de la creación del sistema mundial de comercio, quien dijo el año pasado: "Si no mejoran, me retiraré de la OMC".(9) Los Estados Unidos han formulado en la OMC numerosas críticas a algunos aspectos del sistema, así como propuestas específicas de cambio, pese a lo cual son uno de los Miembros que participan más activamente en los trabajos que dan valor a la OMC.
  • El Representante de los Estados Unidos para las Cuestiones Comerciales Internacionales declaró en la Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en diciembre de 2017: "Si la mayoría de los Miembros considera que seguir las normas actuales de la OMC dificulta su crecimiento económico, está claro que es necesaria una seria reflexión".

4. El sólido trabajo cotidiano de los Comités de la OMC sigue intensificándose, y cumple infinidad de funciones importantes de las que dependen en gran medida sus Miembros.

  • Contrapunto: La OMC dista de ser perfecta. Depende no solo de la observancia voluntaria, sino también de que cada Miembro sepa que los demás cumplen las normas en general. Abundan los ejemplos de falta de transparencia plena, cuando determinados Miembros no facilitan información completa y actualizada, por ejemplo, con respecto a las subvenciones internas.

5. El tema predominante entre los Miembros de la OMC es reforzar la Organización, no debilitarla, reformarla para que responda mejor a las cuestiones antiguas, pero también a otras nuevas que han surgido a raíz de unas tecnologías que impulsan un sistema mundial de comercio en rápida evolución. El Representante de los Estados Unidos para las Cuestiones Comerciales Internacionales, el Presidente de Francia, Sr. Macron, y los Ministros de Comercio del G-20 han abogado por la reforma de la OMC, y varios grupos de Miembros están emprendiendo actividades en este terreno, como los Estados Unidos, la UE y el Japón, el Grupo de Ottawa, integrado por 13 Miembros y establecido por el Canadá, y se han recibido propuestas de Miembros aislados, como Honduras, o resultantes de la colaboración entre la UE y China. Asimismo, se ha fijado el objetivo de acordar algunos resultados inmediatos para la reunión que mantendrán los líderes del G-20 en junio de 2019 en Osaka.

Entre las actuales iniciativas de reforma cabe citar las siguientes:

  • el compromiso de todos los Miembros de acordar la reducción de las subvenciones a la pesca para finales de 2019, unas subvenciones que provocan el saqueo de los océanos del planeta y privan a los pescadores de los países en desarrollo y PMA de sus medios de subsistencia, empujando en el caso de Somalia a los pescadores desposeídos a la piratería,
  • las iniciativas conjuntas a las que se han sumado Miembros que representan más de tres cuartas partes de la economía mundial,
  • la creación de nuevas normas sobre el comercio electrónico,
  • la generación de mayores beneficios procedentes del comercio para las microempresas, las pequeñas y medianas empresas y las mujeres,
  • la facilitación de la inversión,
  • la atenuación del efecto negativo de la reglamentación interna de los servicios en el comercio.
  • propuestas de reformas encaminadas a incrementar las ventajas para los países en desarrollo, y
  • una propuesta de mayor transparencia en relación con las medidas que afectan al comercio.
  • Contrapunto: Pese a todas las iniciativas mencionadas, de momento no está nada claro que se vayan a obtener resultados.

6. Si bien el funcionamiento del sistema de solución de diferencias de la OMC está abocado a un callejón sin salida, ningún Miembro ha dicho que deseara acabar con él, y se ha comenzado a trabajar intensamente para hallar soluciones viables a problemas que se han planteado como argumentos en su contra.

  • Contrapunto: Hay una diferencia sustancial entre lo que los Estados Unidos, por una parte, y la UE y otros Miembros, por otra, creen que debería ser el comportamiento del Órgano de Apelación.

7. Quizá la razón más poderosa para el optimismo es que los países afectados por conflictos ven en la OMC lo mismo que los fundadores del sistema multilateral de comercio vieron cuando lo crearon, en 1947. Ven un camino hacia el crecimiento económico, que conduce a una mayor estabilidad interna y ofrece más posibilidades de alcanzar y mantener la paz.

  • Contrapunto: No está claro que esta concepción del lugar central del sistema multilateral de comercio para sus intereses fundamentales se vaya a hacer extensiva de los países recién adheridos y en proceso de adhesión al conjunto de los Miembros, incluidos los principales países comerciantes.

8. Los países tienen intereses que pueden atender de la mejor manera posible perteneciendo a la OMC. Requieren normas comerciales que promuevan suficiente certeza como para que el comercio internacional pueda florecer. Lo que está en juego es el bienestar económico, que no se basa en nociones teóricas sino en la práctica. Debe de haber un grado de confianza suficiente para dar por sentado que se cumplirán las normas y se aplicarán los acuerdos. El fundamento del funcionamiento del sistema multilateral de comercio es el cumplimiento voluntario de las normas, y no su imposición en función de los resultados de los procedimientos de solución de diferencias.

  • Contrapunto: Los Miembros no siempre reconocen la necesidad de adecuar su comportamiento a los intereses a más largo plazo que les procuraría mantener el sistema mundial de comercio. El sistema no se basa en un imperativo moral de fondo. Aunque hubo una época en que las razones morales de las naciones se consideraban la principal fuerza motriz para que funcionara el sistema, eso ya no ocurre. Se trata de una proyección antropomórfica de las obligaciones sociales que sienten los individuos con respecto a la sociedad y que se atribuye erróneamente a las disposiciones contractuales que rigen el comercio mundial.

El imperativo de comerciar

La base sobre la que se erige el sistema multilateral es una necesidad humana básica, que prevalece sobre todo lo demás: el imperativo de comerciar. El comercio ya existía antes de la escritura y, hace cinco milenios, en la antigua Sumeria (parte de Mesopotamia que constituye el actual Iraq), podría haber motivado incluso su aparición.

Las motivaciones a las que responde el comercio, incluida la variedad que aporta a la vida, no van a desaparecer. Una estudiosa siguió ocho grandes rutas comerciales antiguas: la Ruta de la Seda y la Ruta de las Especias, que son las más conocidas, pero también las rutas del incienso, el ámbar, el té, la ruta transahariana del oro, los esclavos, la sal y los textiles, y del estaño.(10) Si se visita Samarcanda, como hice yo hace tres semanas, queda claro que el comercio es consustancial a las poblaciones del mundo desde hace milenios.

El comercio fue y es necesario para la seguridad nacional desde la época en que hacía falta estaño para crear bronce a partir del cobre.

El comercio fue y es necesario para alimentar a la población, y esta necesidad se hará más acuciante a medida que el cambio climático vaya haciendo que algunas tierras sean más cultivables y otras queden yermas.

El comercio fue y es necesario en aras de una eficiencia sin la cual el nivel de vida sería inferior por doquier. La autarquía no es la tendencia del futuro. Es una opción política manifiestamente deficiente. Siempre han existido las cadenas de valor mundiales, pero ahora son más refinadas, gracias a un mundo que se ha hecho más pequeño debido a los avances revolucionarios introducidos en el transporte, como los supercargueros, y a la mejora de las comunicaciones. El mundo estará inevitablemente más interconectado. El avance continuo de la tecnología es una fuerza irresistible.

El deseo de comerciar tiene una fuerza gravitacional propia, a la que es imposible sustraerse mucho tiempo.

El comercio no puede florecer si no hay normas generalmente aceptadas

En el Código del rey babilonio Hammurabi, en torno a 1780 a.c., se consignaron por primera vez unas normas comerciales rudimentarias, o al menos el primer conjunto de normas que ha sobrevivido hasta nuestros días.(11)

Actualmente, los Acuerdos de la OMC establecen una amplia panoplia(12) de normas y procedimientos para efectuar transacciones comerciales internacionales, que contienen los siguientes elementos fundamentales:

  • cumplir los compromisos arancelarios consolidados contractualmente en relación con las importaciones de mercancías,
  • no discriminar las importaciones de mercancías o la prestación de servicios sobre la base del país de origen, excepto cuando esté explícitamente autorizado,
  • no imponer limitaciones cuantitativas a las importaciones,
  • conceder trato nacional al aplicar la reglamentación interna,
  • no emplear subvenciones vinculadas a la promoción de las exportaciones o la sustitución de las importaciones,
  • notificar los proyectos de normas y tomar en consideración las observaciones recibidas de otros Miembros,
  • brindar transparencia en relación con las subvenciones y las medidas comerciales, y
  • cumplir las recomendaciones incluidas en las constataciones desfavorables de los grupos especiales de solución de diferencias.

Y la lista dista de estar completa.

En el marco de estas normas, desde que la OMC se fundó en 1995, las exportaciones mundiales de mercancías han aumentado en términos de valor de 5,6 billones de dólares EE.UU. a 17,7 billones de dólares EE.UU. en 2017 (3,4 veces más) y, en términos de volumen, el comercio de mercancías se ha multiplicado por 2,6. Se estima que, cuando se aplique plenamente el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, que entró en vigor hace dos años, se reducirán los costos del comercio un 14,3% en promedio. A principios de marzo de 2019, 141 Miembros de la OMC habían ratificado dicho Acuerdo.

En cualquier debate sobre la evolución del comercio internacional y el imperio de la ley debe examinarse el destino del Órgano de Apelación de la OMC. Para resolver un asunto, una "división" de tres miembros del órgano compuesto por siete miembros debe examinarlo. Actualmente solo hay tres miembros y a partir del 11 de diciembre solo quedará uno. Por consiguiente, no se podrán realizar nuevas apelaciones. En caso de que eso ocurra y cuando así sea, las constataciones formuladas por los grupos especiales en el marco del Entendimiento de la OMC sobre la Solución de Diferencias no serán definitivas si una parte las recurre, incluso aunque la apelación no se pueda examinar. Se correrá por lo tanto el gran riesgo de que las partes que en otras circunstancias plantearían una diferencia recurran a "tomarse la justicia por su mano" -es decir, a aplicar medidas de retorsión, seguidas por medidas de contrarretorsión-, en lugar de llegar a una solución cuasijudicial de cada diferencia. Por este motivo se está tratando de atender las preocupaciones de los Estados Unidos y lograr que desbloqueen el procedimiento de nombramiento. En caso de que no se logre resolver la situación antes del 12 de diciembre de 2019, lo que no puede preverse ahora mismo, algunos Miembros podrían adoptar disposiciones alternativas. No hay garantía de que todos vayan a estar de acuerdo con el mismo planteamiento o de que los Estados Unidos den su acuerdo a un "plan B" sustitutivo. Un sistema de solución de diferencias ad hoc añadiría un grado de incertidumbre e inestabilidad potencial al régimen multilateral de normas comerciales.

Todo ello no tiene por qué ser catastrófico, pero plantea un riesgo muy elevado, especialmente porque están implicados los mayores interlocutores comerciales. No sería un riesgo necesariamente sistémico y sin duda no pondría en riesgo la existencia de la OMC, pero se trataría de una situación sumamente peligrosa si no se halla una solución oportuna y positiva y no se gestionan cuidadosamente las relaciones comerciales.

Una de las características positivas singulares de la OMC es el carácter ejecutorio de sus normas. El imperio de la ley es una conquista única de la civilización. Hay que mimarlo. Se dice que un funcionario superior de la Casa Blanca afirmó la semana pasada que la mayor amenaza para la OMC sería la incapacidad de adaptarse a las condiciones actuales del comercio mundial. La adaptación al cambio es una ley natural que se aplica a todos los organismos vivos y también a la OMC. La OMC tiene que ser capaz de formular nuevas normas cuando sea necesario y hacerlas cumplir todas.

Conclusión

La conclusión de la Ronda Uruguay en 1993 y el nacimiento de la OMC en 1995 fueron seguidos por una época de aplicación de los nuevos Acuerdos. Desde entonces se han producido logros reseñables -se ha concertado un acuerdo para prohibir las subvenciones a las exportaciones de productos agrícolas, se ha ampliado el alcance del Acuerdo sobre Tecnología de la Información, y se ha concluido el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio- que deberían hacer que el cruce de las mercancías a través de las fronteras sea más fluido. Pero, cuando en 2008 no se pudieron concluir las negociaciones del Programa de Doha para el Desarrollo, las empresas y los Gobiernos parecieron desviar en gran medida su atención de la Organización: las empresas adoptaron disposiciones propias para operar en el marco de las normas vigentes, y los Gobiernos negociaron acuerdos comerciales bilaterales y regionales.

La OMC mantuvo su impulso, pero ya no fue suficiente para que alcanzara nuevas cimas gracias al trabajo de sus Comités ordinarios. La actualidad mundial pasó a centrarse en la desigualdad en los ingresos y el auge del populismo. En particular, los Estados Unidos empezaron a tomar las riendas de sus relaciones con China, aplicaron medidas de seguridad nacional, bloquearon el nombramiento de miembros del Órgano de Apelación y abogaron por la reforma de la OMC. Estas medidas acabaron provocando una reacción de los Miembros de la OMC. Hoy se debaten seriamente las posibles reformas, incluida la del Órgano de Apelación. Con un nuevo impulso del G-20, el Gobierno del Canadá y otros, los Miembros están analizando las mejoras que se pueden aportar a la OMC en varios ámbitos. Se ha producido un debate animado sobre la diferenciación entre los "países en desarrollo" Miembros en función de sus contribuciones relativas. Y, como ya se ha indicado, varios Miembros han presentado una propuesta para mejorar el cumplimiento de las normas de transparencia y las obligaciones de notificación.

Además, los Miembros que representan tres cuartas partes de la economía mundial ya no consideran aceptable el inmovilismo. Tienen la intención de ampliar el ámbito de acción de la OMC. Después de la Conferencia Ministerial de Buenos Aires se organizaron debates en el contexto de cuatro iniciativas conjuntas y se entablaron negociaciones sobre las normas que deben regir las transacciones comerciales electrónicas.

En pocas palabras, en la OMC se tiene la sensación de que se abren nuevas posibilidades. Nada será fácil, pero ha comenzado un proceso de renovación y reforma potencial.

Un elemento de la reforma que quizá no haya llamado tanto la atención, pero no por ello deja de ser importante, ha sido la reanudación por varias economías pequeñas de sus procesos de adhesión a la OMC, porque son conscientes de que hay una relación esencial entre su participación en el sistema de comercio liberal y sus posibilidades de crecimiento económico, estabilidad y paz. Los dos últimos países que pasaron a formar parte de los 164 Miembros de la OMC en 2015 fueron Liberia, que ha sobrevivido a los dos flagelos de la guerra civil y el Ébola, y el Afganistán, cuyos problemas no es necesario recordar. Sus Ministros de Comercio y Embajadores se han convertido en los evangelizadores del sistema multilateral de comercio en un momento en que varios países comerciantes importantes daban por descontado ese sistema.

Se ha formado una cola a la puerta de la OMC para adherirse a ella. En muchos casos se han reactivado con entusiasmo antiguos procesos. Bajo el impulso del Afganistán y Liberia, los Ministros de Comercio de ocho países inauguraron oficialmente el Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC el 10 de diciembre de 2017, en paralelo a la Undécima Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en Buenos Aires (Argentina). De los 20 miembros del Grupo g7+, 12 son Miembros iniciales de la OMC (Burundi, Chad, Côte d'Ivoire, Guinea, Guinea-Bissau, Haití, Islas Salomón, Papua Nueva Guinea, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Sierra Leona y Togo); 3 son Miembros que se han adherido en virtud del artículo XII(13) (Afganistán, Liberia y Yemen); 4 son Gobiernos de países en proceso de adhesión (Comoras, Santo Tomé y Príncipe, Somalia y Timor-Leste); y 1 es un Estado sin condición de observador que está estudiando la posibilidad de solicitar su adhesión a la OMC (Sudán del Sur). El principal objetivo del Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC es facilitar la integración de las economías frágiles recién salidas de un conflicto en el sistema multilateral de comercio gracias a las reformas relacionadas con la adhesión a la OMC, incluido el establecimiento de instituciones y marcos creíbles de política económica y de comercio, y la promoción de la transparencia y la buena gobernanza, sobre la base de las mejores prácticas internacionales. En la lista de países que han expresado un renovado interés por adherirse a la OMC figuran también Belarús, Etiopía y el Iraq.

Fue imposible no emocionarse al oír al primer Presidente de Timor-Leste, Xanana Gusmão, defender en la OMC el pasado mes de octubre el vínculo entre el comercio y la paz, una conclusión a la que había llegado durante sus siete años de encarcelamiento y que había logrado hacer realidad tras una lucha armada seguida por un período de reconciliación. También fueron inolvidables las palabras del Embajador del Sudán, sentado al lado del de Sudán del Sur, cuando dijo sencillamente en una reunión celebrada en Djibouti en enero del año en curso que "donde hay comercio, hay paz".

Cabe destacar que el hilo conductor entre el comercio y la paz entrevisto por Cordell Hull después de los estragos causados por la Primera Guerra Mundial ha sido advertido de nuevo por las naciones que aspiran al crecimiento económico, la estabilidad y un fundamento para la paz.

El entusiasmo de Bosnia y Herzegovina y de Belarús por la adhesión a la OMC, que les ayudará en sus procesos de reforma interna, también resulta alentador. Y, más recientemente, la decisión de los dirigentes de Uzbekistán de salir del aislamiento y solicitar la adhesión a la OMC es una clara prueba del valor del sistema multilateral de comercio.

Con las reformas y los renovados bríos de los países en proceso de adhesión, el futuro de la OMC promete ser, cuando menos, brillante.

  1. Punto III de los Catorce Puntos.  http://avalon.law.yale.edu/20th_century/wilson14.asp. volver al texto
  2. Tomado de: Douglas A. Irwin, Trade Liberalization: Cordell Hull and the Case for Optimism, 31 de julio de 2008. volver al texto
  3. En su declaración conjunta se comprometieron a esforzarse … "respetando totalmente sus obligaciones existentes, en extender a todos los Estados, pequeños o grandes, victoriosos o vencidos, la posibilidad de acceso en condiciones de igualdad al comercio y a las materias primas mundiales que son necesarias para su prosperidad económica". volver al texto
  4. Pese a lo cual todavía lo recoge la legislación de los Estados Unidos. Véase el discurso pronunciado por el autor en la American University de Washington, DC, el 5 de febrero de 2018, en la siguiente dirección: https://www.wto.org/spanish/news_s/news18_s/ddgra_09feb18_s.htm. volver al texto.
  5. Los cinco principios de la coexistencia pacífica (Panchsheel) se enunciaron formalmente por primera vez en el Acuerdo sobre los Intercambios Comerciales y las Relaciones entre la Región del Tíbet de China y la India, firmado el 29 de abril de 1954, que en su preámbulo afirma que los dos Gobiernos “han resuelto concertar el presente Acuerdo con arreglo a los siguientes principios:
    i. Respeto mutuo de la integridad territorial y la soberanía de cada Parte,
    ii. No agresión mutua,
    iii. No injerencia mutua,
    iv. Igualdad y beneficios mutuos, y
    v. Coexistencia pacífica”. volver al texto
  6. Desde entonces no se ha concertado ningún nuevo acuerdo multilateral de comercio de una magnitud equivalente a los negociados durante la fundación de la OMC en 1995. volver al texto
  7. https://www.wto.org/spanish/news_s/news18_s/pr820_s.htm volver al texto
  8. https://www.wto.org/spanish/news_s/news19_s/wtoi_19feb19_s.htm volver al texto
  9. https://www.bbc.com/news/world-us-canada-45364150 volver al texto
  10. Artículo de 2016 de Claire Cock-Starkey, que se puede consultar en: http://mentalfloss.com/article/86338/8-trade-routes-shaped-world-history. volver al texto
  11. Hoy está en el Louvre. Contiene, por ejemplo, el párrafo 103: "Si, estando de gira, un enemigo le obliga a dejar cuanto lleva, que el agente lo jure por la vida del dios, y no tendrá castigo". http://www.thenagain.info/Classes/Sources/Hammurabi-Trade.html. volver al texto
  12. Cabe señalar que, según el diccionario Merriam Webster, la palabra panoplia "procede del término griego 'panoplia', que designa la armadura completa vestida por los 'hoplitas', soldados de infantería fuertemente armados de la antigua Grecia". En el fondo, esta presentación versa sobre cuán completa es esa armadura. volver al texto
  13. Países en proceso de adhesión a la OMC que no eran Partes Contratantes del GATT cuando la OMC vio la luz. volver al texto

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