DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

Cuarta Mesa Redonda 1+6: “Promover la apertura, la estabilidad y un desarrollo de alta calidad de la economía mundial”

Observaciones del Director General Alan Wolff

I.  Perspectivas de la economía a mundial y respuestas de política adecuadas

Primer Ministro Li y colegas de las organizaciones internacionales,

La OMC agradece la oportunidad de reunirse hoy con ustedes para abordar los desafíos actuales a los que se enfrenta le economía mundial. Me complace oír sus palabras de apoyo al sistema multilateral de comercio y el libre comercio. Suscribo plenamente la reforma estructural y comercial que han solicitado el Presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, y la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

Las cuestiones que ustedes nos han pedido que abordemos son de vital importancia. Veo el futuro del sistema multilateral de comercio con optimismo. Pero las incertidumbres con respecto al año 2020 todavía son grandes.

  • El mes pasado, los economistas de la OMC estimaron que este año el comercio mundial de mercancías crecería únicamente un 1,2%. Solo unos meses antes, en abril, la previsión era del 2,6%. Los resultados para el año próximo son todavía dudosos. Dependen en gran medida de si las restricciones comerciales se retiran en lugar de ir a más.
  • Observamos ya una desaceleración sincronizada del crecimiento y del comercio en todas las regiones.

Uno de los factores que más contribuyen a esta evolución negativa es el aumento de las restricciones comerciales, debido en gran medida a las tensiones entre los principales interlocutores comerciales.

Esta situación genera incertidumbre para las empresas, que, como consecuencia de ello, están aplazando sus inversiones. Eso significa menos comercio, menos producción y menos creación de empleo, ahora y en el futuro.

Las cadenas de valor mundiales han permitido aumentar la eficiencia y han dado apoyo a la economía mundial, reportando beneficios generalizados. Las políticas nacionales e internacionales deben facilitar el movimiento transfronterizo de mercancías, servicios e información. La adopción de unas políticas apropiadas permitirá crear el entorno necesario para fomentar la innovación.

En los tiempos que corren, se requiere una mayor cooperación multilateral para promover la apertura y alcanzar así un crecimiento sólido y constante de la economía mundial, un crecimiento que sea sostenible desde el punto de vista del medio ambiente y sea inclusivo.

Todos los Miembros de la OMC han insistido en la importancia de conservar el sistema multilateral de comercio. En la reunión del G-20, las principales economías del mundo solicitaron la reforma de la OMC.

Para alcanzar esos objetivos, se requiere una contribución positiva neta de todos los Miembros de la OMC en función de sus respectivas capacidades. El nivel de contribución variará.

Incluso las economías menos adelantadas pueden aportar ideas, exponiendo formas prácticas de mejorar sus condiciones económicas a través de una mayor integración en la economía mundial.

Para los principales países comerciantes, los beneficios son mayores y, en consecuencia, también lo son sus responsabilidades en el esfuerzo para mejorar el sistema multilateral de comercio.

II. El crecimiento económico de China: alcanzar un nivel de apertura más elevado

En lo que se refiere a la adopción de políticas nacionales apropiadas, China debe proponerse en todo momento optimizar el entorno empresarial promoviendo el funcionamiento de los mercados.

No obstante, la futura trayectoria económica de China no puede concebirse aislada del contexto internacional. La prosperidad de China depende de su integración en el mundo a todos los niveles: en el ámbito de los bienes y los servicios, y en lo que respecta al intercambio transfronterizo de datos como parte de la economía digital emergente.

Ningún país puede permitirse actuaciones atípicas en ninguna de estas esferas si aspira a ser una economía avanzada del siglo XXI.

Un objetivo inmediato debe ser que China y sus interlocutores comerciales empiecen a buscar soluciones a las cuestiones conflictivas que están afectando a la economía mundial. No es un único Miembro el que plantea preocupaciones con respecto al comercio con China.

No mencionar algunas de esas preocupaciones sería hacer un flaco servicio a este foro y a la perspectiva de mantener en el futuro unas relaciones internacionales armoniosas.

Por ejemplo, los Miembros de la OMC han planteado dudas con respecto a las políticas de China en las esferas de las subvenciones industriales, el apoyo a las empresas públicas, la protección de la propiedad intelectual y las restricciones al flujo de datos.

Al abordar estas cuestiones, las autoridades chinas deben encontrar maneras de proceder que sean buenas para el clima empresarial de la propia China y buenas para la economía mundial. La OMC puede desempeñar un papel constructivo como lugar donde alcanzar nuevos entendimientos y como lugar donde cualquier acuerdo bilateral que incluya normas susceptibles de ser aplicadas más ampliamente pueda ser considerado para su incorporación al sistema multilateral de comercio.

Empezar a retirar las restricciones comerciales introducidas en los últimos dos años sería un buen punto de partida, pero nos engañaríamos si pensáramos que eso ocurrirá sin introducir importantes reformas, tanto en las políticas nacionales como en las normas internacionales.

III. Promover la reforma de la gobernanza económica a nivel mundial

El sistema multilateral de comercio ha evolucionado por etapas. Se creó en 1947 después de la segunda guerra mundial con el fin de evitar los errores políticos cometidos tras la Primera Guerra Mundial que dieron lugar a otra gran guerra.

En 1979, la siguiente generación añadió acuerdos con el fin de reducir los obstáculos no arancelarios en el sistema.

En 1995, una nueva generación estableció la OMC, en la que se abordaron las normas sobre los servicios y la propiedad intelectual por primera vez y se reforzaron las disciplinas sobre el comercio de productos agropecuarios. Durante este período, tuvo lugar una importante negociación que culminó con la adhesión de China a la OMC.

Ha llegado el momento de planificar una reforma sistémica para modernizar el sistema de comercio y mejorar su gobernanza. Eso incluye la cuestión de su capacidad para elaborar normas, de cómo solucionar las diferencias con mayor rapidez y con una legitimidad plenamente reconocida, y de cómo los Miembros y su Secretaría pueden gestionar mejor una institución comercial que es ahora mucho mayor.

Los Miembros quieren que la OMC sea más rápida y responda mejor a sus necesidades, pero alcanzar el consenso multilateral es difícil. Los Miembros lo han reconocido, y han empezado a buscar nuevas formas de avanzar. Además, si bien las normas vigentes son un punto de referencia esencial para el comercio mundial, no reflejan las nuevas tecnologías ni las nuevas formas de hacer negocios.

Es necesario abordar tres esferas.

1. Es preciso actualizar el conjunto de normas de la OMC.

En Ginebra se han producido avances positivos de los que informar.

  • En el frente multilateral, los Miembros siguen trabajando intensamente para alcanzar un acuerdo que reduzca las subvenciones a la pesca perjudiciales. Se mejoraría así notablemente la salud del medio marino.
  • Un grupo de Miembros que representa tres cuartas partes de la economía mundial está trabajando activamente en iniciativas conjuntas abiertas a cuantos quieran sumarse. En estas se abordan nuevas normas en los ámbitos siguientes:
    • el comercio electrónico,
    • la reglamentación nacional en la esfera de los servicios,
    • la facilitación de las inversiones,
    • la mejora del acceso de las mujeres al comercio mundial, y
    • las pequeñas y medianas empresas.
  • Se están produciendo avances significativos.
  • China participa plenamente en estos esfuerzos.

Los Miembros consideran estas iniciativas una manera de preparar el sistema de comercio para la economía del siglo XXI.

Las normas comerciales deben adaptarse a la Cuarta Revolución Industrial. De lo contrario, el resultado probable es la acción unilateral y la fragmentación, lo que entrañará la imprevisibilidad y el aumento de los costos para la actividad empresarial, en especial para las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (MIPYME). En lugar de eso, necesitamos un camino hacia una economía mundial en la que todos puedan participar y todos puedan beneficiarse.

Detrás de estas iniciativas conjuntas se advierte un claro impulso. En la cumbre del G-20 celebrada en Osaka, 24 dirigentes mundiales — entre ellos el Presidente Xi — expresaron su firme apoyo a la elaboración de nuevas normas internacionales sobre el comercio electrónico.

En Shanghái, este mismo mes, 92 Miembros de la OMC suscribieron una declaración en favor de la facilitación de las inversiones, poniendo de relieve la importancia de crear un entorno más transparente, eficiente y previsible para la inversión transfronteriza.

2. Hay que reestablecer un sistema de solución de diferencias plenamente operativo

La cuestión más inmediata en la lista de reformas necesarias es garantizar que los derechos y las obligaciones de los Miembros de la OMC sigan siendo exigibles mediante el recurso a un sistema de solución de diferencias acordado y plenamente operativo. La certidumbre es fundamental para todos aquellos que participan en el comercio, que es la base del crecimiento económico mundial, y esa certidumbre requiere que las diferencias se resuelvan sin recurrir a medidas de retorsión y contrarretorsión.

Mantener una instancia de apelación que todos consideren plenamente legítima eliminaría ese riesgo. Se está trabajando para lograr un consenso sobre qué medidas adoptar con el fin de alcanzar ese objetivo. Si el esfuerzo fracasa, el sistema dejará de ser plenamente operativo en menos de tres semanas desde el día de hoy.

3. Cualquier sistema de gobernanza requiere una gestión eficaz.

La reforma de la Organización no puede llevarse a cabo inmediatamente. Exigirá que los Miembros de la OMC deliberen y reflexionen.

A largo plazo, la reforma de la OMC abarcará determinadas cuestiones que en la actualidad no se están abordando.

  • Sin duda los Miembros examinarán cómo mejorar su participación en la labor de la OMC. Entre los Miembros de la OMC no hay una estructura de gobernanza similar a la de otras organizaciones económicas intergubernamentales multilaterales o regionales. A medida que la OMC se amplíe hacia la universalidad, este problema no hará más que acentuarse.
  • Conforme cambie la naturaleza del comercio, surgirán también problemas en relación con las estructuras y los procedimientos adecuados de los comités.
  • Probablemente se realizará un examen detallado de otras cuestiones relativas a la gobernanza, por ejemplo las siguientes:
    • cómo puede el sistema de solución de diferencias responder mejor a las necesidades y ser más eficiente,
    • cómo puede la Secretaría de la OMC apoyar mejor los objetivos de la Organización, por ejemplo realizando análisis, vigilando los hechos que afecten al comercio, velando por el cumplimiento de las obligaciones o apoyando el fortalecimiento de la capacidad de los países en desarrollo, y
    • cómo interactúa la OMC tanto con otras organizaciones económicas internacionales como con las empresas y la sociedad civil.

Aunque las cosas, por fuerza, evolucionan a lo largo del tiempo en cualquier organización internacional, siempre hay margen de mejora. Es probable que los Miembros opten por un enfoque más sistemático.

Conclusión

La Duodécima Conferencia Ministerial, que se celebrará en Kazajstán en junio de 2020, es un punto de referencia evidente para todas estas conversaciones. Algunas cuestiones podrán concluirse con éxito; otras requerirán más tiempo.

  • Debemos ser pragmáticos y obtener resultados donde se pueda y cuando se pueda, pero, aun así, debemos seguir siendo visionarios.
  • Tenemos que continuar trabajando arduamente en todos esos frentes si queremos ver avances.
  • Tenemos la oportunidad de introducir algunos cambios fundamentales en el sistema de comercio para que este pueda prestar un mejor servicio a la comunidad mundial ahora y en los años venideros. Pero, para que eso se haga realidad, no basta con declarar que sería deseable contar con un mejor sistema multilateral de comercio. Necesitaremos una visión tanto para junio de 2020 como para el año 2025.
  • Seguirá siendo de vital importancia el compromiso político al más alto nivel. También lo será la coordinación continua entre las instituciones aquí representadas.
  • El apoyo y la participación de China seguirán siendo esenciales.

Muchas gracias.

 

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