En el simposio técnico, que llevaba por título “Tecnologías sanitarias de vanguardia — oportunidades y desafíos”, se examinó cómo el progreso científico y los avances en la esfera de las tecnologías sanitarias han contribuido a una mejora sin precedentes de los resultados sanitarios. También se hizo referencia a importantes desafíos como la distribución desigual de las mejoras de la esperanza de vida y la calidad de vida en los países de ingresos bajos, medios y altos, y la persistencia de las desigualdades a escala nacional. Los panelistas subrayaron que para salvar esas diferencias y hacer frente a la evolución de la carga de morbilidad mundial sería fundamental realizar investigaciones orientadas por las necesidades, lograr avances tecnológicos para luchar contra enfermedades específicas y procurar un acceso asequible a los nuevos tratamientos.

En su discurso de apertura, el Director General de la OMC, Roberto Azevêdo, señaló que si bien la mejora del acceso a las tecnologías existentes seguía siendo importante, para superar los futuros desafíos en materia de salud pública también habría que preocuparse por promover la innovación y la asequibilidad de las nuevas tecnologías médicas de vanguardia. “Se están desarrollando categorías completamente nuevas de diagnóstico, tratamiento y profilaxis para responder a la evolución de las necesidades de salud pública. Es primordial seguir innovando y garantizar el acceso a los frutos de esta innovación. El sistema internacional de propiedad intelectual y las corrientes de comercio internacional resultan indispensables para hacer llegar al público las nuevas tecnologías necesarias de forma segura y eficaz”, afirmó.

El Director General Azevêdo subrayó que el sistema de propiedad intelectual existe para fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías y facilitar su difusión, y señaló la importancia de examinar cuestiones como la forma en que los marcos de propiedad intelectual se relacionan con las nuevas tecnologías médicas, como la edición génica. Afirmó que esos análisis iban más allá de los detalles técnicos sobre las normas de patentabilidad y el alcance de los derechos y excepciones, y explicó que la forma en que se hace uso de esos derechos repercute de manera importante en la asequibilidad.

Mencionó el ejemplo del receptor quimérico para el antígeno, o terapia de linfocitos T con CAR, una terapia aún en fase de desarrollo que ofrece posibilidades notables para tratar determinados tipos de cáncer mediante la modificación genética de los linfocitos para que ataquen a las células cancerosas al reintroducirlos en el cuerpo del paciente. En esta prometedora esfera de la investigación médica intervienen actores públicos y privados, y las condiciones que elijan para conceder licencias de sus tecnologías tendrán importantes repercusiones en la forma de dispensar los nuevos tratamientos. Además, estas terapias, pese a ser transformadoras, podrían conllevar costos que pueden suponer un lastre para los presupuestos sanitarios. “Estamos ante cuestiones complejas que se beneficiarán de debates como este, en el que se dan cita múltiples actores con una gran experiencia práctica”, añadió.

Subrayando la importancia de aplicar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC, que simplifica y acelera los procedimientos en frontera, el Director General Azevêdo destacó que el comercio llevado a cabo como movimiento transfronterizo de bienes y servicios también contribuye a mejorar la salud pública, ya que ayuda a garantizar la disponibilidad de nuevas tecnologías. “Ningún país por sí solo puede ser totalmente autosuficiente en lo que respecta a las tecnologías médicas que necesita, y menos aún los países en desarrollo vulnerables. Facilitar el comercio también significa facilitar el acceso a tecnologías e insumos médicos, lo que reduce el costo final del tratamiento”, señaló.

Por último, el Director General Azevêdo reafirmó la pertinencia del Acuerdo sobre los ADPIC de la OMC en consonancia con la Declaración de Doha relativa a los ADPIC y la Salud Pública, que envió una clara señal de que las normas de propiedad intelectual deben considerarse en el marco más amplio de las correspondientes políticas. Destacó la importancia del nuevo hito alcanzado con la entrada en vigor en 2017 de la enmienda al Acuerdo sobre los ADPIC, que legalizaba de forma explícita una nueva vía jurídica para acceder a medicamentos genéricos asequibles para todos. El discurso completo puede consultarse aquí.   

El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que el tema del simposio de este año ponía de manifiesto la capacidad de la ciencia, la tecnología y la innovación para mejorar la salud, en un momento en el que los avances científicos y tecnológicos estaban abriendo nuevos horizontes en la esfera de la salud pública “que no hace mucho se consideraban ciencia ficción”. Mencionó la cirugía robótica, la impresión 3D, la realidad virtual, los sensores cerebrales inalámbricos, la telemedicina y la salud móvil, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. “Estamos siendo testigos de cómo la ciencia y la tecnología evolucionan más rápido de lo que puede hacerlo la legislación, lo cual tiene consecuencias éticas y sociales importantes. Nosotros, como comunidad mundial, no debemos quedarnos rezagados ni desfasados”, dijo.

El Dr. Tedros subrayó que, aunque los avances tecnológicos han tenido una profunda repercusión en la salud humana, que se ha traducido en un aumento espectacular de la esperanza de vida, seguimos viviendo en un mundo marcado por unas desigualdades alarmantes. “Los habitantes de los países de ingresos altos viven de media 18 años más que los de los países de ingresos bajos. Y aunque cada vez más personas tienen acceso a los servicios y productos sanitarios, estas cada vez gastan más de su propio bolsillo para utilizarlos. Unos 930 millones de personas destinan más del 10% de los ingresos de sus hogares a la atención sanitaria. Los medicamentos representan una parte importante de esos gastos. Este problema no concierne solo a los países de bajos ingresos, afecta a todos los países”, dijo.

En un contexto de precios altos y mercados en rápida evolución, la presión sobre la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud en todo el mundo y sobre su capacidad de facilitar un acceso pleno y asequible a una atención de calidad es cada vez mayor. “Con el envejecimiento de la población y la creciente demanda de asistencia de larga duración, estos desafíos irán a más, no a menos”, subrayó el Dr. Tedros.

Observó que la salud es un derecho humano de todas las personas, no un privilegio de unos pocos, y que “nadie debería ponerse enfermo o morir solo por ser pobre o por no poder acceder a los productos o servicios que necesita”. Para conseguirlo, el Dr. Tedros señaló que hacía falta entender mejor los complejos vínculos entre la innovación, la salud pública, los derechos de propiedad intelectual y el comercio, así como los beneficios, los costos y las limitaciones de los mecanismos disponibles para incentivar la innovación y su impacto en la fijación de precios de los productos sanitarios. “La OMS defiende un planteamiento basado en la integralidad de los sistemas de salud para mejorar el acceso”, dijo. El discurso completo puede consultarse aquí.

El Subdirector General de la OMPI, Minelik Alemu Getahun, destacó que las tecnologías de vanguardia han revolucionado la atención sanitaria y seguirán haciéndolo, ya que permiten brindar una asistencia cada vez más avanzada con mejores capacidades de investigación, diagnóstico y tratamiento. Por consiguiente, es necesario reconocer plenamente su potencial e impacto sumamente positivos en el sector de la atención sanitaria, sin olvidar abordar los desafíos que plantean estas tecnologías disruptivas.

“En primer lugar, los países deben mantener un entorno propicio que asegure la continuidad de la investigación y el desarrollo para que la invención y la innovación puedan florecer. En segundo lugar, también deben establecer marcos normativos que se adapten al ritmo rápido de los avances y que reflejen los valores de la sociedad sin crear obstáculos indebidos. En tercer lugar, es imprescindible abordar de manera equilibrada los problemas de la accesibilidad y la asequibilidad”, dijo.

Añadió que el sistema de propiedad intelectual se enfrentaba a un desafío similar en lo referente a adaptarse al ritmo exponencial de los avances, seguir incentivando y premiando la innovación y garantizar la difusión de conocimientos para favorecer la innovación continua de manera equilibrada y eficaz. La OMPI alienta la colaboración en la esfera de la innovación sanitaria, por ejemplo con su programa WIPO Re:Search, una asociación público-privada que ya lleva ocho años activa y ha facilitado más de 150 colaboraciones en materia de investigación y desarrollo (I+D) en los ámbitos de las enfermedades tropicales desatendidas, el paludismo y la tuberculosis.

El sistema de patentes es una fuente importante de información sobre las tendencias de la tecnología. El Sr. Getahun señaló que las solicitudes de patente publicadas muestran las tendencias y las novedades, poniendo a disposición datos valiosos sobre quién lleva a cabo proyectos de I+D y dónde. La OMPI ha estudiado los rápidos cambios en el entorno. En el Índice Mundial de Innovación de 2019 (GII), publicado por la OMPI en colaboración con la Universidad de Cornell y el INSEAD, y el primer informe de la OMPI sobre tendencias de la tecnología en el ámbito de la inteligencia artificial se presentan análisis desde el punto de vista de la propiedad intelectual y la innovación, las tendencias en ámbitos de la innovación médica como la genética y la investigación sobre células madre, la nanotecnología, la biología y la investigación cerebral, y las posibilidades, todavía muy desaprovechadas, que ofrece la inteligencia artificial para la agricultura, la atención sanitaria y la industria manufacturera.

“En los debates de hoy se analizará la situación de las tecnologías sanitarias de vanguardia y se examinarán algunos de los desafíos y oportunidades que plantea optimizar su uso en diversos contextos. Debemos procurar que nuestros debates sean lo más accesibles posible para el público, lo que requerirá aclarar conceptos y facilitar información clara y basada en hechos sobre estas tecnologías sanitarias tan apasionantes que no dejan de evolucionar”, dijo.

Los dos paneles principales del simposio ampliaron el debate sobre las oportunidades y los desafíos de las tecnologías sanitarias de vanguardia. El primer panel examinó las perspectivas sobre los resultados en materia de salud que se pueden obtener en el futuro mediante la aplicación de la biotecnología, la tecnología de la información y los macrodatos en los sectores de la medicina y de los productos sanitarios.

El segundo panel examinó las oportunidades y los desafíos que supone optimizar los beneficios de estas nuevas tecnologías. Los panelistas abordaron el aumento de los costos para los sistemas de atención sanitaria, los problemas de acceso y asequibilidad y las posibles opciones que tienen los países para facilitar un uso más amplio de estas tecnologías, así como la utilización de datos confidenciales de los pacientes y las consiguientes consideraciones éticas.

Para conmemorar los 10 años de coordinación entre la OMS, la OMPI y la OMC, cada organización facilitó información actualizada sobre la labor reciente vinculada a los temas del simposio.

El Director General Roberto Azevêdo señaló lo siguiente: “Nuestra labor conjunta supone un claro reconocimiento de que no podemos satisfacer las necesidades y expectativas de nuestros miembros trabajando en solitario. Más allá de las nuevas cuestiones concretas examinadas en eventos como el de hoy, aprendemos y nos beneficiamos de los conocimientos técnicos especializados de unos y de otros. Si queremos que los sistemas de comercio y de propiedad intelectual contribuyan a la salud pública, no es solo deseable, sino que es indispensable que auspiciemos la cooperación, aseguremos la coordinación y tengamos una perspectiva común en materia de políticas”.