DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

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Observaciones del Director General Roberto Azevêdo

Buenos días a todos,

Les agradezco su asistencia a este octavo simposio organizado por la OMC, en cooperación con la OMS y la OMPI.

Es para mí un privilegio dar de nuevo la bienvenida a la OMC a mis amigos, el Dr. Tedros de la OMS y el Subdirector General Getahun de la OMPI. En el décimo aniversario de nuestra cooperación, quisiera volver a dejar constancia de mi agradecimiento por su enfoque positivo con respecto a nuestra labor conjunta encaminada a obtener resultados en beneficio de nuestras organizaciones y sus miembros.

En julio de 2010, el primer simposio de esta serie supuso una iniciativa pionera. Las experiencias compartidas desde entonces han confirmado el acierto y la utilidad de haber dado ese paso.

Nuestra colaboración constituye un claro reconocimiento de que no podemos satisfacer las necesidades y expectativas de nuestros miembros si trabajamos de forma aislada.

Más allá del examen de nuevos temas específicos en encuentros como el de hoy, aprendemos y nos beneficiamos de los conocimientos técnicos de los demás.

La cooperación, la coordinación y perspectivas de política comunes no solo son deseables, sino esenciales, si queremos que los sistemas de comercio y de propiedad intelectual generen resultados en materia de salud pública.

La adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015 subrayó la importancia de nuestra asociación para garantizar mejores resultados de salud para todos.

Como es lógico, este enfoque colaborativo no se ha limitado a nuestros tres organismos. Ha intensificado nuestra cooperación con toda una serie de asociados internacionales y regionales de todo el sistema multilateral, que proceden de la sociedad civil, el mundo académico y la industria.

En el caso de la OMC, la colaboración con todos esos asociados ha resultado sumamente beneficiosa para nuestra labor de asistencia técnica y creación de capacidad. Por ejemplo, en julio aunamos esfuerzos con la OMS, la OMPI y la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMAO) para organizar un taller regional destinado a facilitar el acceso a los medicamentos y las tecnologías médicas y fomentar la innovación.

Hoy nos ocupamos de los retos que plantean las tecnologías médicas de vanguardia. La idea fundamental es que, si bien la mejora del acceso a las tecnologías existentes sigue siendo una cuestión prioritaria, no bastará para afrontar los futuros desafíos en materia de salud pública.

Se están desarrollando categorías completamente nuevas de diagnóstico, tratamiento y profilaxis para responder a la evolución de las necesidades de salud pública.

Es primordial seguir innovando y garantizar el acceso a los frutos de esta innovación. El sistema internacional de propiedad intelectual y las corrientes de comercio internacional resultan indispensables para hacer llegar al público las nuevas tecnologías necesarias de forma segura y eficaz.

Naturalmente, el sistema de propiedad intelectual existe para fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías y facilitar su difusión.

Una de las cuestiones que se examinarán hoy es cómo se relacionan los marcos de propiedad intelectual con las tecnologías de vanguardia, como la edición génica. Este análisis va más allá de los detalles técnicos sobre la patentabilidad y el alcance de los derechos y excepciones. También se refiere a cómo se hace uso de esos derechos.

Tomemos como ejemplo la terapia de linfocitos T con CAR (receptor quimérico para el antígeno), que ofrece posibilidades notables para tratar determinados tipos de cáncer. Esta terapia, que aún está en fase de desarrollo, consiste en extraer linfocitos y modificarlos genéticamente para que ataquen a las células cancerosas al reintroducirlos en el cuerpo del paciente.

Se trata de una esfera prometedora de la investigación médica en la que participan actores públicos y privados. Una encuesta reciente mostró que los centros de investigación del sector público poseen el 40% de las patentes en este ámbito y las empresas privadas el 49%. La forma en que decidan conceder licencias para estas tecnologías será un factor importante que determinará cómo se aplicarán las terapias en la práctica.

La terapia de linfocitos T con CAR constituye un avance espectacular que ofrece grandes posibilidades, pero también es un tratamiento costoso que requiere muchos recursos y puede suponer un lastre para los presupuestos sanitarios.

Estamos ante cuestiones complejas que se beneficiarán de debates como este, en el que se dan cita múltiples actores con una gran experiencia práctica.

El comercio llevado a cabo como movimiento transfronterizo de bienes y servicios también contribuye a mejorar la salud pública, ya que ayuda a garantizar la disponibilidad de nuevas tecnologías.

Ningún país por sí solo puede ser totalmente autosuficiente en lo que respecta a las tecnologías médicas que necesita, y menos aún los países en desarrollo vulnerables.

Facilitar el comercio también significa facilitar el acceso a tecnologías e insumos médicos, lo que reduce el costo final del tratamiento.

Volvamos a la terapia del cáncer con linfocitos T basada en la edición génica. En algunas formas de este tratamiento se extraen células sanguíneas del paciente con cáncer, se envían a uno de los pocos centros internacionales con la capacidad necesaria para modificarlos y posteriormente se devuelven al lugar de partida para su reinfusión.

En muchos países que carecen de estos centros, el tratamiento solo puede funcionar bien si las conexiones fronterizas son fluidas y rápidas, sin demoras ni obstáculos reglamentarios innecesarios. La aplicación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC, que simplifica y acelera los procedimientos en frontera, se convierte en uno de los muchos elementos necesarios para facilitar el acceso efectivo a tratamientos médicos punteros.

Desde un principio, nuestra cooperación se ha centrado en este enfoque integral, inclusivo y bien fundamentado con respecto a nuestra labor conjunta encaminada a alcanzar objetivos concretos. En esta iniciativa de colaboración, hemos examinado juntos las repercusiones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cómo pueden las tecnologías innovadoras fomentar la vida sana y el bienestar.

Hemos analizado los crecientes desafíos interdisciplinarios que plantea abordar el tema de la resistencia a los antimicrobianos y, en particular, lo que se necesita en el contexto de la innovación, el acceso a los antibióticos y su uso apropiado. También hemos examinado los efectos de la evolución de los modelos empresariales en la innovación médica, así como las políticas de compra y de fijación de precios.

El Acuerdo sobre los ADPIC de la OMC ha sido un referente constante en toda esta labor. La Declaración de Doha relativa a los ADPIC y la salud pública constituyó un punto de inflexión importante y envió una clara señal de que las normas comerciales, y en particular las normas de propiedad intelectual, deben considerarse en el marco más amplio de las correspondientes políticas.

En el primero de nuestros simposios, que tuve el privilegio de acoger en 2015, se abordaron las enseñanzas extraídas de la aplicación del Acuerdo sobre los ADPIC. De ellas se desprende principalmente que nuestros miembros han decidido aplicar los principios del Acuerdo sobre los ADPIC de distintas formas en función de sus necesidades y circunstancias nacionales, al tiempo que persiguen los objetivos del Acuerdo de apoyar la innovación y fomentar el acceso a los frutos que genera.

La entrada vigor en 2017 de la enmienda al Acuerdo sobre los ADPIC supuso un nuevo hito, al legalizar de forma explícita una nueva vía jurídica para acceder a medicamentos genéricos asequibles. Esto es fundamental para los países que se enfrentan a los mayores obstáculos para satisfacer las necesidades de sus poblaciones. Garantizar la eficacia de este mecanismo se ha convertido en un elemento clave para la divulgación y la creación de capacidad con nuestros asociados, no solo aquí en Ginebra, sino también, y cada vez más, en regiones de países en desarrollo como América Latina, la región árabe y África.

A mi juicio, este vínculo entre el diálogo sobre políticas y las medidas prácticas es uno de los importantes beneficios que se derivan de estos simposios.

En Ginebra, existe el riesgo de abordar las cuestiones de una manera más bien abstracta. Aunque tenemos una idea bastante clara de lo que queremos conseguir juntos, no estamos necesariamente al corriente de las mejores fórmulas prácticas para lograrlo. Los numerosos expertos que intervienen hoy son una fuente rica y diversa de sabiduría práctica y adquirida con esfuerzo que nos ayudará a consolidar nuestros conocimientos sobre las cuestiones de política y a fundamentar nuestra labor futura.

Por ello, agradecemos encarecidamente a nuestros oradores expertos el tiempo y la experiencia que ponen a nuestra disposición. Y a todos ustedes les damos las gracias por acompañarnos hoy en este importante debate, que espero propicie y fundamente nuestro diálogo futuro.

Una vez más, mi más sincero agradecimiento por su presencia y mis mejores deseos de que el programa del día sea acertado y productivo.

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