DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Le agradezco al Embajador Didier Chambovey la invitación a participar el día de hoy en la Geneva Trade Week con este panel sobre el tema “APRENDER DE LA PANDEMIA DE LA COVID-19: CÓMO GARANTIZAR CORRIENTES COMERCIALES ESTABLES EN TIEMPOS DE CRISIS SANITARIA MUNDIAL”. Intentaré responder las preguntas siguientes que me han planteado.

Uno de los medios más eficaces para hacer frente a esta crisis fue la información oportuna y veraz. Para este fin, la OMC recopiló las medidas comerciales adoptadas en el contexto de la crisis. ¿Cuáles son las principales conclusiones que se pueden sacar de la información recopilada? ¿Cuál ha sido la evolución de las medidas comerciales adoptadas por los Miembros desde el comienzo de la pandemia? 

Desde el inicio de la crisis, fue evidente que los Gobiernos estaban utilizando instrumentos de política comercial como parte de sus esfuerzos para incrementar la disponibilidad (principalmente para el consumo en el mercado interno) de equipo de protección personal (EPP), respiradores y otros productos esenciales.

Promover la transparencia del sistema de comercio es una de las funciones fundamentales de la OMC, por lo que rápidamente creamos un grupo de expertos de la Secretaría para realizar un seguimiento de la proliferación de medidas comerciales adoptadas en respuesta a la crisis y para llevar a cabo un análisis más amplio sobre cómo la pandemia estaba afectando al comercio mundial. Los Miembros participaron de manera constructiva con esta labor y, en la página de la OMC dedicada a la COVID-19, se pueden encontrar tanto el análisis como una lista actualizada constantemente de medidas comerciales.

La evolución de las medidas comerciales a lo largo de la crisis se puede resumir de la siguiente manera: en un principio, cuando los suministros clave comenzaron a escasear, observamos muchas prohibiciones de las exportaciones de productos médicos e incluso de alimentos. Sin embargo, a estas medidas pronto les siguieron otras, destinadas a facilitar las importaciones, por ejemplo, la reducción de aranceles y otros impuestos aplicados a productos como el EPP, los antisépticos, los desinfectantes, el equipo médico y los medicamentos; la simplificación de los procedimientos aduaneros y los requisitos de documentación; el establecimiento de canales prioritarios; y la cooperación en la aprobación reglamentaria y de las autoridades aduaneras. Muchas de las prohibiciones de las exportaciones han sido derogadas, aunque el ímpetu parece estar debilitándose.

De las centenas de medidas específicas relacionadas con la COVID-19 recopiladas a partir de febrero hasta finales de agosto, se puede considerar que el 63% son medidas de facilitación del comercio y el 37% restante restringen el comercio. Alrededor del 22% de las medidas restrictivas del comercio que las economías del G-20 aplicaron han sido derogadas.

Una moraleja importante de todo esto es que el comercio está ayudando a satisfacer la demanda de productos esenciales. En marzo, la OMS estimó que para satisfacer la creciente demanda de equipo de protección personal la producción tendría que aumentar en un 40%. Según la información comercial preliminar de 94 economías, en el primer semestre de 2020, el comercio mundial de un conjunto de productos esenciales para la lucha contra la COVID-19, como el EPP, el antiséptico de manos y los respiradores, mostró niveles un 30% superiores a los registrados en el primer semestre del año pasado. Esto no quiere decir que los períodos de escasez o la escasez localizada de ciertos productos ya no existan, incluso en los principales mercados. No obstante, deja claro que cerrar los mercados no es el camino adecuado para garantizar el suministro.

Varios Miembros, entre ellos algunos que se encuentran representados en este panel, estuvieron a la altura del desafío. No esperaron a que todos los Miembros actuaran al unísono para anunciar sus propias medidas correctivas en favor del comercio: lo que harían y lo que evitarían hacer. Varios Miembros suscribieron sus declaraciones. Así comenzó la elaboración de una respuesta sistémica necesaria.

En los discursos que ustedes han hecho sobre la COVID-19 en los últimos seis meses, han destacado regularmente la importancia de la transparencia y la cooperación. ¿Cómo mejorar el intercambio de información y la cooperación entre los Miembros y las organizaciones internacionales en futuras emergencias sanitarias? ¿Cómo optimizar más el proceso de notificación y asegurarse de que los Miembros notifiquen la información necesaria?

La pandemia ha mostrado la importancia de una transparencia y una cooperación institucionalizadas. Poder tener acceso a la información sobre las medidas comerciales de otros países en tiempo real permite adoptar decisiones de política bien fundadas a nivel nacional. Muchos Miembros contribuyeron al proceso de vigilancia de la OMC al compartir información de forma continua y al mostrar su apoyo a este ejercicio. En el sistema de la OMC, nada puede remplazar la disposición de los Miembros para cooperar y aportar transparencia.

También dependemos de otras organizaciones internacionales, que hacen uso cada una de su ventaja comparativa para aportar información útil. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud hizo uso de su experiencia para identificar medicamentos y suministros médicos esenciales, mientras que la Organización Mundial de Aduanas identificó los códigos de clasificación del Sistema Armonizado para cada producto. La OMC creó notas informativas para sintetizar lo que cada una hace en sus diferentes esferas. Una nota muy pertinente que se publicará próximamente aborda las cuestiones de política comercial relacionadas con la transmisión de enfermedades animales a seres humanos (enfermedades zoonóticas).

Como en cualquier sistema, aún se puede mejorar. Esto se aplica tanto al ejercicio de vigilancia del comercio como a las notificaciones formales de los Miembros. Ayer por la tarde participé en un panel en el marco de la Geneva Trade Week y examinamos varias mejoras que pueden realizarse. Mis observaciones pueden consultarse en el sitio web de la OMC.

¿Qué más puede hacer la OMC de manera general?

Me gusta ver series televisivas de política en las que hay una crisis en cada episodio. Entre estos programas figuran The West Wing, una serie de hace años de los Estados Unidos, Borgen de Dinamarca, Marseille de Francia y ahora Occupied de Noruega. En cada serie, hay un personaje fuerte, un líder que encuentra soluciones.

La OMC no tiene un órgano ejecutivo, sino presidentes temporales y, generalmente, un Director General. Cada uno de estos funcionarios, a pesar de su talento, tienen mandatos diferentes de los de un líder nacional, su trabajo es principalmente crear un consenso.

¿Qué podría realizarse de manera diferente si se mantiene esta forma de gobernanza? Cualquier grupo de Miembros o presidente puede pedirle a la Secretaría que reúna todas las posibles respuestas a una crisis, como mejoras en la vigilancia. Esto sería lo primero que cualquier líder ficticio de las series de televisión haría, aunque no lo hacen porque siempre conocen de antemano la solución a cualquier problema.

En el futuro, la Secretaría de la OMC puede ser más previsora y como mínimo recopilar las mejores ideas o por lo menos las más probables y ponerlas a disposición de los Miembros para que trabajen en ellas. Los Miembros pueden decidir cómo desean organizar el debate de las opciones.

No podemos caer en una costumbre de lasitud, como si no hubiera posibles respuestas ante una crisis, ya sea que la crisis aparezca con forma de enfermedad humana o animal, de evento serio relacionado con el clima o de crisis financiera. O incluso con forma de crisis institucional provocada por nosotros.

Nosotros en la Secretaría y nuestros Miembros presentes aquí y en las capitales necesitamos considerar cómo centrarnos en mayor medida en una planificación anticipada del sistema mundial del comercio. Esto va a requerir un verdadero esfuerzo. Mientras tanto, debemos afrontar una pandemia y, por supuesto, tenemos a nuestro alcance una serie de respuestas comerciales sistémicas que merecen nuestra atención inmediata.

Incluso antes de la pandemia, los Miembros debatían acerca de la manera de mejorar la función de transparencia de la OMC, y había varias propuestas para fomentar una notificación rápida y precisa. Como mínimo, se necesitan resultados en este frente. Y eso es lo mínimo. Considero que el llamamiento del G-20 para promover la reforma de la OMC es un llamamiento al que todos debemos prestar atención para examinar de manera más amplia las normas mundiales y para garantizar corrientes comerciales estables en esta y en futuras crisis, y durante épocas más normales.

El sistema multilateral de comercio fue fundado por funcionarios cuya visión nos ha conducido a un mundo mucho mejor, aunque no siempre podamos verlo de esta forma. Es mucho mejor del que experimentaron en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, el sistema que diseñaron con sus normas de emergencia, ya sean relacionadas con restricciones a la exportación o con medidas sanitarias o de seguridad, está diseñado para un mundo de emergencias nacionales o limitadas a una región específica. Prepararse para un mundo con más crisis simultáneas y que afecten a todo el sistema, ya sean sanitarias o derivadas del cambio climático, requiere nuevas reflexiones sobre los tipos de normas comerciales que protegerían mejor el bienestar de las poblaciones a las que el sistema de comercio debe prestar servicio.

¿Cómo pueden los encargados de la formulación de políticas garantizar que las cadenas de suministro permanezcan abiertas y proteger las corrientes comerciales de perturbaciones provocadas por crisis sanitarias para poder evitar la escasez de mercancías esenciales?

En primer lugar, necesitamos mantener las corrientes comerciales abiertas y mantener la cooperación en primer plano.

  • En la primera etapa de la pandemia, el equipo médico escaseó de manera repentina. La producción a nivel nacional no pudo responder inmediatamente. En estos momentos, la escasez a nivel mundial de equipo médico se ha mitigado, puesto que la producción y el comercio han aumentado para atender el pico de demanda.

El comercio está cumpliendo con su papel. Los instrumentos de la OMC pueden ayudar a los Miembros a adoptar y aplicar políticas para facilitar el comercio.   

Muchos Gobiernos se han esforzado en facilitar las importaciones de ciertos productos médicos y de equipo de protección personal. Las medidas de facilitación han incluido la eliminación de los aranceles aplicados a la importación, el establecimiento de canales prioritarios de despacho, la disminución y simplificación de los requisitos de documentación y la cooperación con otros organismos que intervienen en la frontera. Los derechos, los impuestos y las cargas aplicados a los productos médicos esenciales relacionados con la COVID-19 y otros suministros vitales han sido retirados o aplazados temporalmente por 40 Miembros de la OMC, entre ellos 12 miembros del G-20.

Al mismo tiempo, la escasez mundial de varios productos condujo a muchos Gobiernos a imponer ciertas medidas de restricción de las exportaciones Las restricciones motivadas por situaciones de escasez de suministros están permitidas. No obstante, las restricciones a la exportación deben ser selectivas, proporcionadas, transparentes y temporales. La mayoría de las medidas de restricción de las exportaciones aplicadas en respuesta a la pandemia se describieron como temporales, y muchas de ellas ya han sido retiradas.

En segundo lugar, necesitamos considerar la mejor manera de gestionar los riesgos.

Los funcionarios gubernamentales no piensan solo en la gestión del suministro, sino también en cómo constituir y gestionar existencias de emergencia en un escenario de mayor incertidumbre. Esto debe reflexionarse de manera sostenible. La acumulación de existencias públicas es costosa y la experiencia reciente demuestra claramente que el compromiso de mantener existencias se erosiona con el tiempo. Además, intentar crear una reserva de capacidad de producción excedentaria o que se pueda destinar fácilmente a otros fines sería costoso y exigiría recursos que podrían haberse desplegado en otros lugares.

Una solución que tome en consideración una perspectiva regional o multilateral tiene el potencial de ser más sólida y más resiliente. Los picos de demanda podrían producirse en distintos lugares para diferentes bienes y servicios. Cuanta más agilidad, flexibilidad y certidumbre se incorpore a estos arreglos, mejor.

¿Qué esfuerzos realiza el sector privado para que las cadenas de suministro sean más resilientes cuando hay una emergencia y cómo puede la política comercial contribuir a estos esfuerzos?

Es fundamental escuchar al sector privado. Después de todo, este sector es el que realiza sus operaciones conforme a las normas negociadas en el sistema.

En mayo(1), los dirigentes empresariales destacaron la importancia de mantener un suministro ininterrumpido de bienes y servicios esenciales en tiempos de crisis. También subrayaron el valor de las inversiones digitales, desde los servicios financieros hasta la conectividad digital.

  • Exhortaron a una aplicación efectiva y rápida del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.
  • Los participantes subrayaron la importancia de la coordinación de las políticas a escala internacional e instaron a los Gobiernos a que considerasen el comercio como un complemento de la producción nacional.
  • Específicamente, los representantes empresariales formularon las siguientes sugerencias:
    • reducir los aranceles impuestos a los medicamentos y otros productos esenciales mediante iniciativas como un nuevo y ampliado Acuerdo de la OMC sobre Productos Farmacéuticos.
    • establecer disciplinas más estrictas en materia de controles de las exportaciones y estar atentos a las nuevas restricciones a la importación.
    • negociar normas transparentes y uniformes sobre el comercio digital e invertir más en la digitalización de la información.
    • acelerar la economía circular y centrarse en iniciativas que promuevan el desarrollo sostenible.
    • abstenerse de aplicar cargas fiscales adicionales durante la recuperación posterior a la pandemia, especialmente impuestos digitales, que podrían dificultar la recuperación, y
    • notificar a la OMC todas las medidas adoptadas en respuesta a la crisis

También debemos prestar más atención a las pequeñas y medianas empresas que se han visto seriamente afectadas por la pandemia.

Las pequeñas empresas tienen una presencia predominante en sectores como el turismo y los servicios de restauración, la cultura y la venta minorista: precisamente los sectores económicos más afectados por las medidas de distanciamiento social y de restricción al transporte. Asimismo, el menor tamaño de estas empresas hace que les resulte más difícil hacer frente a las perturbaciones económicas. En comparación con las grandes empresas, suelen tener menos reservas en efectivo y redes de proveedores de menores dimensiones. Por lo tanto, es muy importante reflexionar sobre la necesidad vital de impulsar la financiación del comercio, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.

Algunos Miembros de la OMC han adoptado medidas para incrementar las oportunidades comerciales de las pequeñas y medianas empresas, por ejemplo, medidas relacionadas con las aduanas, como la simplificación de los procedimientos aduaneros o la reducción de los derechos de aduana, en particular, con respecto a los suministros médicos y a los productos agrícolas. La digitalización también puede ayudar a las mipymes a sobreponerse a la perturbación de las cadenas de suministro ya que les permite acceder a una mayor variedad de clientes internacionales y a otros proveedores.

¿Cómo asegurarse de que las medidas restrictivas del comercio adoptadas por los Miembros en respuesta a una crisis sanitaria sean selectivas, proporcionadas, transparentes y temporales, y no creen obstáculos innecesarios al comercio ni perturben las cadenas de suministro?

La transparencia es fundamental para este fin. Para que el comercio de bienes y servicios fluya, los comerciantes y los Gobiernos necesitan conocer las reglas.

Esta permite a los Miembros de la OMC tener conocimiento de las medidas que se adoptan en todo el mundo, y estos pueden así adoptar decisiones bien fundadas a nivel nacional. También permite a los que están experimentando una repercusión negativa plantear cualquier cuestión y participar en el debate público sobre posibles políticas y medidas.

La OMC ha sido muy eficaz en este aspecto. El sistema de la OMC garantiza la transparencia a través de diversos mecanismos y está ayudando a reunir información en una plataforma multilateral. Nuestro último informe de vigilancia, que abarca el período comprendido entre mediados de octubre de 2019 y mediados de mayo de 2020, muestra que el 70% de las medidas adoptadas en este período (256 en total) estaban relacionadas con la pandemia de COVID-19. De estas 256 medidas, 147 facilitaban el comercio y 109 lo restringían.

Mantener la transparencia de las medidas es fundamental para mitigar la incertidumbre.

Los altos niveles de incertidumbre multiplican el impacto de los costos del comercio en el comercio internacional. En el primer trimestre de 2020, por ejemplo, un indicador ampliamente utilizado para medir el nivel mundial de incertidumbre(2) mostró niveles un 60% superiores a los provocados por la guerra de Iraq y el brote del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en 2003. La incertidumbre hace que a las empresas les interese menos invertir en nuevas relaciones comerciales, y el aumento de la incertidumbre también puede dar lugar a una contracción de la financiación del comercio que probablemente repercuta de manera especialmente fuerte en las economías emergentes y en desarrollo.

¿Qué nuevas disciplinas podrían adoptarse para evitar perturbaciones similares en el futuro? ¿Cómo pueden las normas comerciales incentivar a los Miembros de la OMC a cooperar en sus reacciones en materia de políticas cuando se declare esa próxima emergencia?

Los Miembros han puesto sobre la mesa una cantidad de ideas concretas que pueden mejorar la aptitud de las normas para hacer frente a futuras pandemias.

Entre esas ideas figuran las siguientes:

  • Transparencia: Apoyar los procesos de notificación de la OMC y examinar la forma en que pueden racionalizarse aún más utilizando instrumentos digitales. La información resultante, que será fiable y estará verificada por el país que impone la medida, puede a continuación hacerse pública rápidamente. Otra idea es establecer un mecanismo de consulta entre las autoridades competentes de los países signatarios con el fin de identificar y abordar las perturbaciones comerciales que afectan al comercio de mercancías esenciales.
  • Agricultura: Impulsar el análisis y el examen de las medidas que los Miembros de la OMC podrían adoptar para seguir mejorando el comercio agropecuario sobre la base de las enseñanzas extraídas de la COVID-19.
  • Comercio electrónico: Impulsar el debate sobre el comercio electrónico en la OMC para alcanzar una conclusión satisfactoria.
  • Facilitación del comercio: Lograr una aplicación más extendida y profunda del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio y fomentar un mayor uso de medios electrónicos para los trámites aduaneros a fin de reducir al mínimo las interacciones cara a cara sin alargar los plazos de tramitación.
  • Actuación propuesta en la iniciativa del Grupo de Ottawa relativa a los suministros médicos: Determinar las medidas que los Miembros de la OMC podrían adoptar para facilitar el comercio de suministros médicos a fin de que el mundo esté mejor preparado para afrontar otras emergencias sanitarias futuras.

También es necesario que tengamos en cuenta los cambios que se están produciendo en el panorama económico.

La COVID-19 ha exacerbado o acelerado diferentes procesos, por ejemplo:  

    • Mayor comercio digital transfronterizo
    • Mayor diversificación en el abastecimiento de la cadena de suministro
    • Mayor automatización en las etapas de producción y de la cadena de suministro
    • Mayor flexibilidad en los procesos de producción

Idealmente, el sistema de comercio debería evolucionar para poder apoyar estos esfuerzos. Los debates actuales sobre el comercio electrónico, la facilitación de las inversiones y la reglamentación nacional en la esfera de los servicios son buenos ejemplos de cómo los Miembros de la OMC están utilizando la plataforma de la OMC para aprovechar las oportunidades que observan en un sistema de comercio dinámico. 

¿Cómo pueden las normas comerciales respaldar mejor la respuesta a la COVID-19 e incrementar la resiliencia para hacer frente a futuras pandemias?

Hay que trabajar por una mayor apertura.

El mundo ha sido testigo de una importante ola de liberalización de las políticas comerciales en las tres últimas décadas. Sin embargo, se estima que los obstáculos de política comercial y las diferencias de reglamentación aún representan al menos el 10% de los costos del comercio en todos los sectores. Se trata en particular de las medidas arancelarias y no arancelarias, los obstáculos temporales al comercio, las diferencias de reglamentación y el costo de cruzar fronteras, así como de otras políticas que afectan al comercio, como la ausencia de medidas de facilitación de las inversiones o de protección de la propiedad intelectual. Si se abordaran estos obstáculos, se podría contribuir enormemente a facilitar las corrientes comerciales.

Aprovechar las tecnologías más recientes.

Durante la pandemia, se han tomado medidas para facilitar el despacho de aduana de mercancías, con procedimientos automatizados que reducen la necesidad de contacto personal. Por ejemplo, algunos Miembros notificaron a la OMC que durante la pandemia estaban aceptando certificados electrónicos veterinarios y fitosanitarios, en lugar de los certificados físicos estándares. Si esta práctica se mantuviera, estas medidas podrían disminuir los costos de cruzar fronteras.

Los debates en curso en la OMC sobre el comercio electrónico son de particular interés en este punto. Para poder aprovechar la tecnología también hay que construir la infraestructura necesaria. Las mejoras en la conectividad de las TIC contribuirían a mitigar las repercusiones de las restricciones de viaje y el distanciamiento social. La cobertura de banda ancha y de telefonía móvil desempeña un papel particularmente importante para las empresas que tratan de sustituir la entrega física por las interacciones digitales y que necesitan un acceso adecuado a los servicios de TIC. En el contexto de la pandemia de COVID-19, los Gobiernos y los operadores de sectores privados han adoptado medidas para mejorar los servicios de comunicaciones como la telefonía móvil e Internet, por ejemplo, al disminuir el costo del acceso a Internet.

Fortalecer el sistema multilateral

La contribución de la OMC a la recuperación posterior a la COVID-19 sería más importante si los Miembros impulsaran el proceso en curso de una reforma sistémica. Esto significaría restablecer la función prevista de la OMC como foro donde:

  • se negocian acuerdos de manera satisfactoria para abordar problemas urgentes; 
  • se resuelven diferencias dentro de una estructura vinculante y aceptada universalmente; y
  • hay una Secretaría fuerte, comprometida y profesional que presta servicio activamente a los Miembros. 

Los Miembros de la OMC tendrán la oportunidad de colaborar con el nuevo Director General para que el sistema multilateral de comercio, y el comercio mundial, tengan bases todavía más sólidas para el futuro.

Considero que nuestros 164 Miembros y los 23 países que desean adherirse a la OMC tienen un fuerte interés común en poder contar con un sistema mundial de comercio sólido, eficaz y perfeccionado.

Las siguientes etapas para consolidar las bases que ya existen:

  • Mejorar el sistema de vigilancia
  • Actualizar el Acuerdo sobre Productos Farmacéuticos de la OMC. Su última actualización se realizó en 2010. Cuando se negoció, abarcaba el 90% de la producción mundial. En la actualidad esa cifra es del 60%. Hoy en día hay grandes países productores que no tenían un peso importante en el comercio de productos farmacéuticos. También es necesario actualizar la lista de fármacos. Se debe considerar si los productos médicos pueden incluirse.
  • Actualizar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información. El Acuerdo debía examinarse en 2018, pero esto no se hizo. Sería útil examinar la cobertura del Acuerdo en el contexto de la pandemia, en particular por lo que respecta al equipo médico avanzado.
  • Reanudar las negociaciones relativas al Acuerdo sobre Bienes y Servicios Ambientales Los fenómenos climáticos se han establecido en nuestra conciencia colectiva. El Acuerdo debería verse desde la misma perspectiva, como parte de la mitigación de la crisis. Si la misma configuración se volviera a estancar con problemas de definición, se debería buscar un enfoque de mayor nivel.
  • Comercio electrónico. Es fundamental que este debate concluya de manera satisfactoria.
  • Financiación del comercio. La OMC ha utilizado su capacidad de convocatoria para reunir instituciones financieras. La financiación del comercio no se ha recuperado de la crisis financiera de hace más de una década.
  • Asistencia específica para el desarrollo. Es necesario aplicar más plenamente el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio. Esto va a requerir un aumento de la asistencia técnica. Se debe escuchar con atención particularmente a los países menos adelantados para entender mejor sus necesidades.

Notas:

  1. 1. Diálogos sobre el Comercio volver al texto
  2. World Uncertainty Index, es un indicador que se obtiene al contabilizar el porcentaje de aparición de la palabra “uncertain” (incertidumbre, o sus variantes) en los informes de cada país de la Economist Intelligence Unit. volver al texto

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