Varias delegaciones declararon haber registrado un descenso de sus exportaciones desde el brote de COVID-19, y señalaron que los países en desarrollo que cuentan con recursos limitados son los más afectados por la crisis, en especial los que exportan un grupo muy reducido de productos. También indicaron que el paso a una economía digital está profundizando la brecha digital. Varios Miembros señalaron que la pandemia nos recuerda lo interconectado que está el mundo, lo cual acentúa la necesidad de mantener abiertas cadenas de suministro estables que garanticen la transmisión de bienes esenciales.

Con respecto a las necesidades futuras de los países en desarrollo, varios Miembros destacaron la importancia de lograr una mayor diversificación, aumentar la resiliencia y modernizar el sector manufacturero.

Los Miembros pusieron de relieve los beneficios del sistema multilateral de comercio basado en normas e hicieron hincapié en la necesidad de trabajar colectivamente para determinar la mejor manera de actuar a nivel multilateral. Añadieron que las normas de la OMC ayudan a brindar un acceso oportuno a productos médicos asequibles, promueven un crecimiento impulsado por la producción y garantizan que los más vulnerables reciban asistencia para desarrollar sus capacidades comerciales y productivas.

Algunos Miembros subrayaron la importancia del Programa de Trabajo sobre el Comercio Electrónico y del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio de la OMC, que ofrece incentivos para la transferencia de tecnología a los países menos adelantados (PMA). También mencionaron las iniciativas en curso para ayudar a los países en desarrollo a fortalecer sus capacidades comerciales, por ejemplo, la agilización de los procedimientos aduaneros para las mercancías de emergencia.

Además, los Miembros destacaron la necesidad de elaborar instrumentos de política para promover la recuperación económica, como fortalecer el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo. Se señalaron a la atención las propuestas de la alianza de países en desarrollo conocida como G-90.

Los países en desarrollo también destacaron la necesidad de disponer de un cierto margen de actuación para poder ocuparse de objetivos fundamentales, como proteger la vida de sus ciudadanos en estos momentos de crisis.

Se hizo hincapié en la difícil situación de los países africanos, ya que muchos dependen de la importación de productos médicos. El continente también se ve afectado por la contracción de la demanda de sus exportaciones por parte de los países desarrollados y los países en desarrollo, lo cual está teniendo un impacto especialmente negativo en su sector agrícola y en su participación en las cadenas de suministro. Algunas delegaciones pidieron a los Miembros que procuraran que las medidas de política adoptadas en respuesta a la pandemia de COVID-19 no afectaran a África más de lo necesario, y señalaron que esas medidas debían ser transparentes, proporcionadas, temporales y no discriminatorias. También subrayaron los beneficios de la integración regional a través de la Zona de Libre Comercio Continental Africana.