Expansión del comercio internacional
El último medio siglo se ha caracterizado
por una expansión sin precedentes del comercio internacional. Desde
1950 el volumen del comercio mundial se ha multiplicado por más de
27. En comparación, el PIB se ha multiplicado por ocho en el mismo
período. En consecuencia, la participación del comercio
internacional en el PIB mundial ha aumentado del 5,5 por ciento en
1950 al 20,5 por ciento en 2006. Más 
Varios factores han contribuido a esta
espectacular expansión del comercio mundial. En primer lugar
figura el cambio tecnológico, que ha reducido considerablemente
los costos del transporte y las comunicaciones. En la segunda
mitad del siglo XX, los motores de reacción y la contenedorización
redujeron significativamente los costos del transporte aéreo y
marítimo, por lo que aumentaron la gama y el volumen de las
mercancías que se comercializan. La revolución de la tecnología de
la información ha facilitado el comercio y la coordinación de la
producción de las partes y componentes de un producto final en
distintos países.
Otro factor ha sido la liberalización de las políticas comerciales
y de inversión. Los países han abierto sus regímenes comerciales
de manera unilateral, bilateral, regional y multilateral. Las
medidas que gravaban, restringían o prohibían el comercio se han
eliminado o reducido significativamente. Estos cambios en las
políticas económicas no sólo han facilitado el comercio sino que
también han permitido que un mayor número de países participen en
la expansión del comercio mundial. En particular, las
exportaciones de los países en desarrollo representan actualmente
el 36 por ciento de las exportaciones mundiales, es decir
aproximadamente el doble que a principios del decenio de 1960.
Así pues, las innovaciones tecnológicas y los cambios en las
políticas comerciales y de inversión han democratizado el comercio
y facilitado la “desagregación” de la producción. Las partes y los
componentes de un producto final pueden fabricarse en distintos
lugares del mundo. Muchas de las plantas de producción se han
localizado en países en desarrollo que, a su vez, se han ido
integrando cada vez más a las cadenas de suministro mundiales. En
comparación con lo que sucedía en el pasado, se puede incorporar
una mayor proporción del comercio en la fabricación de un producto
final y más países pueden participar en el proceso.
La expansión del comercio mundial puede ser una de las razones por
las que el tema del comercio se menciona cada vez más en los
debates sobre el cambio climático y también puede ayudar a
explicar las preocupaciones que suscita el impacto del comercio en
las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero, ¿hasta qué
punto se justifican esas preocupaciones? Menos
¿Cómo afecta el comercio a la emisión
de gases de efecto invernadero?
Los economistas especializados en
comercio han desarrollado un marco conceptual para examinar de qué
manera la apertura del comercio puede afectar al medio ambiente.
Este marco, aplicado por primera vez para estudiar el impacto
ambiental del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),
divide el impacto de la liberalización del comercio en tres efectos
independientes: escala, composición y técnica. Por lo tanto, este
marco se puede utilizar para estudiar los vínculos entre la apertura
del comercio y el cambio climático. Más
El efecto en la “escala” se refiere al impacto
que tiene sobre las emisiones de gases de efecto invernadero el
aumento de la producción o de la actividad económica como
consecuencia de la liberalización del comercio. El supuesto
general es que la apertura del comercio hará aumentar la actividad
económica y, por ende, el consumo de energía. Si todos los demás
factores permanecen iguales, este aumento en la escala de la
actividad económica y el consumo de energía hará aumentar las
emisiones de gases de efecto invernadero.
El efecto en la “composición” se refiere al hecho de que la
liberalización del comercio desvía la producción de un país hacia
los productos en los que tiene una ventaja comparativa. Esa
reasignación de recursos dentro de un país es la forma en que el
comercio mejora la eficiencia económica. El efecto sobre las
emisiones de gases de efecto invernadero dependerá de los sectores
en los que el país tenga una ventaja comparativa. El efecto en la
composición hará disminuir las emisiones de gases de efecto
invernadero si los sectores en expansión consumen menos energía
que los sectores en los que se reduce la actividad. Por lo tanto,
es difícil predecir si el efecto en la composición hará disminuir
o aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por último, la apertura del comercio puede ayudar a mejorar la
eficiencia energética —el efecto en la “técnica”— de manera que la
producción de mercancías y servicios genere menos emisiones de
gases de efecto invernadero. Esta disminución de las emisiones
puede producirse de dos formas. En primer lugar, la liberalización
del comercio aumentará la disponibilidad y reducirá el costo de
las mercancías, los servicios y las tecnologías inocuos para el
medio ambiente. Esto es particularmente importante para los países
que no tienen acceso a estas mercancías, servicios y tecnologías o
que no los producen a una escala suficiente o a precios
asequibles. Las mayores oportunidades de acceso a los mercados
pueden incitar a los exportadores a desarrollar nuevos productos,
servicios y tecnologías para mitigar el cambio climático. En
segundo lugar, el aumento en los ingresos que genera el comercio
puede alentar a la sociedad a exigir una mayor calidad ambiental
—es decir, menos emisiones de gases de efecto invernadero—.
Dado que los efectos en la escala y en la técnica tienden a
funcionar en sentidos opuestos, y que el efecto en la composición
depende de la ventaja comparativa de los países, el impacto global
del comercio en las emisiones de gases de efecto invernadero no se
puede determinar con antelación. Dependerá de la magnitud o la
intensidad de cada uno de los tres efectos.
El efecto en la técnica es el principal mecanismo por el que la
apertura del comercio puede ayudar a mitigar el cambio climático.
De ahí la importancia de la actual Ronda de Doha, y en particular
de las negociaciones, para liberalizar el comercio de mercancías y
servicios ambientales. Al aumentar la disponibilidad de bienes,
servicios y tecnologías que pueden ser importantes para mejorar la
eficiencia energética, el comercio puede ayudar a superar el
desafío del calentamiento global. Menos
Comercio y transporte
El vínculo entre el comercio y los
servicios de transporte también suscita preocupaciones en cuanto al
papel del comercio en las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el comercio internacional los países se especializan en la
producción de mercancías en la que tienen una ventaja comparativa y
luego las exportan, e importan otras mercancías de sus
interlocutores comerciales. Estos intercambios internacionales
exigen que las mercancías se transporten desde el país de producción
hasta el país de consumo. Por ello, es probable que la expansión del
comercio internacional dé lugar a una mayor utilización de los
servicios de transporte. Más
El petróleo suministra el 95 por ciento del
total de la energía utilizada en el transporte mundial —por lo que
es una fuente significativa de emisiones de gases de efecto
invernadero—. El Organismo Internacional de Energía ha calculado
que en 2004, el transporte fue el causante del 23 por ciento de
las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero
relacionadas con la energía. Pero la parte correspondiente a los
distintos modos de transporte varía mucho. Alrededor del 74 por
ciento de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía en el
sector del transporte provienen del transporte por carretera y un
12 por ciento del transporte aéreo.
Teniendo en cuenta que la Organización Marítima Internacional
calcula que aproximadamente el 90 por ciento del volumen del
comercio mundial de mercancías se transporta por mar y que la
mayor parte de las emisiones de CO2 del sector del transporte
proviene del transporte por carretera, puede deducirse que el
comercio internacional no contribuye de manera importante a las
emisiones provenientes del sector del transporte. El estudio del
Organismo Internacional de Energía de 2007 sobre las emisiones de
CO2 derivadas del consumo de combustibles indica que el transporte
marítimo internacional genera aproximadamente el 8,6 por ciento de
las emisiones del sector del transporte.
Con relación a la huella de carbono del transporte internacional
está surgiendo otro concepto, el de los kilómetros que recorren
los alimentos (“food miles”), que supone el cálculo de las
emisiones de C02 conexas al transporte de alimentos a larga
distancia hasta el consumidor final. Por lo tanto, algunos
sostienen que en la medida de lo posible se deberían adquirir
productos de origen local y que las etiquetas de los productos
alimenticios deberían facilitar información sobre su origen. Sin
embargo, determinar la “huella de carbono” real de los productos
alimenticios de producción nacional y la de los importados es algo
muy complejo. El modo de transporte (aéreo, por carretera,
marítimo o por ferrocarril) y la distancia no son los únicos
factores que contribuyen a las emisiones de CO2. El ciclo de vida
de los productos, con inclusión de los métodos de producción (por
ejemplo, invernaderos con calefacción o producción al aire libre;
técnicas modernas con uso intensivo de energía o métodos
manuales), también cumple una función importante.
En efecto, algunos estudios sobre la relación entre la distancia
recorrida y el carbono en el caso de las mercancías objeto de
comercio han mostrado que el efecto puede ser el opuesto al que
comúnmente se cree. Por ejemplo, se ha aducido que las flores
producidas en Kenya y transportadas por vía aérea a Europa
generarían menos emisiones de CO2 que las producidas en Holanda; o
que el transporte de corderos de Nueva Zelandia hacia el Reino
Unido generaría un 70 por ciento menos de CO2 que el de los
producidos en el Reino Unido. Por lo tanto, es posible que la
cuestión de las “food miles” deba analizarse caso por caso y
verificarse de manera empírica. Menos
> Introducción
> La OMC y el
reto del cambio climático
> Las medidas
relacionadas con el cambio climático y la posible pertinencia de las
disciplinas comerciales