Las actividades de la OMC y el reto del cambio climático

En esta página:

> Negociaciones relativas a los bienes y servicios ambientales
> Negociaciones sobre la relación entre los AMUMA y la OMC
> Negociaciones sobre la agricultura y los productos no agrícolas
> Cuestiones relacionadas con el cambio climático como parte de la labor ordinaria de la OMC

Nota: Esta página Web ha sido elaborada por la Secretaría bajo su responsabilidad, con la única finalidad de ofrecer una explicación general del tema tratado. No pretende en modo alguno ofrecer orientación jurídica respecto de las disposiciones de los Acuerdos de la OMC ni una interpretación jurídica autorizada de las mismas. Además, ningún elemento de la presente nota afecta, ni tiene por finalidad afectar en modo alguno a los derechos y las obligaciones de los Miembros de la OMC.

En el Acuerdo de Marrakech por el que se establece la OMC, los Miembros establecieron un vínculo claro entre el desarrollo sostenible y la liberalización comercial sujeta a disciplinas, con el fin de asegurarse de que la apertura de los mercados fuera acompañada de objetivos ambientales y sociales. En la actual Ronda de Doha, los Miembros han ido más lejos en su compromiso de seguir la vía del desarrollo sostenible al dar inicio a las primeras negociaciones multilaterales sobre comercio y medio ambiente de la historia.

Varios aspectos de la Ronda de Doha, cuyo objetivo es la mayor apertura del comercio, inciden directamente en el desarrollo sostenible y, por lo tanto, pueden contribuir en forma positiva a los esfuerzos para mitigar el cambio climático y adaptarse a él. Asimismo, la labor ordinaria de la OMC ofrece una plataforma para abordar los vínculos entre el comercio y el cambio climático.

 

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Negociaciones relativas a los bienes y servicios ambientales

Liberalización de los bienes ambientales

En el marco de las negociaciones en curso sobre el apoyo mutuo de las políticas en favor de la apertura comercial y del medio ambiente, los Miembros de la OMC se están esforzando por eliminar los obstáculos al comercio de bienes y servicios que puedan beneficiar al medio ambiente. La facilitación del acceso a los productos y servicios en esta esfera puede ayudar a mejorar la eficiencia energética y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y tener un impacto positivo sobre la calidad del aire, el agua, los suelos y la conservación de los recursos naturales. Un resultado satisfactorio de las negociaciones relativas a los bienes y servicios ambientales podría generar beneficios por partida triple para los Miembros de la OMC: para el medio ambiente, para el comercio y para el desarrollo.

Los bienes ambientales pueden abarcar una gama de tecnologías clave que pueden ayudar a luchar contra el cambio climático. La reducción o eliminación de los aranceles y los obstáculos no arancelarios a la importación de este tipo de productos reducirán sus precios y los harán más accesibles. La mayor competencia fomentará las innovaciones tecnológicas en las esferas relacionadas con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Según un estudio reciente del Banco Mundial sobre el comercio y el cambio climático, la eliminación de los aranceles y los obstáculos no arancelarios a las tecnologías limpias podría traducirse en un aumento del comercio del 14 por ciento.

Como ejemplo, el Grupo intergubernamental de Expertos sobre Cambios Climáticos ha identificado una gama de tecnologías de mitigación y adaptación que pueden ayudar a encarar el desafío del cambio climático. Muchas de estas tecnologías utilizan productos que actualmente son objeto de negociaciones en la Ronda de Doha. Entre ellos figuran las turbinas eólicas e hidroeléctricas, los calentadores de agua solares, los tanques para la producción de biogás, y los revestimientos para la captura de metano. En una comunicación presentada en diciembre de 2007, las Comunidades Europeas y los Estados Unidos propusieron que se diera prioridad en las negociaciones de la OMC a los bienes inocuos para el clima y a los servicios que puedan ayudar a hacer frente al cambio climático. Estos productos inocuos para el clima comprenden aproximadamente una tercera parte de los bienes ambientales que un grupo de delegaciones ya ha identificado.

Liberalización de los servicios ambientales

En las negociaciones sobre los servicios ambientales los Miembros de la OMC desean obtener compromisos específicos en el marco del AGCS con respecto a las actividades que puedan estar directamente relacionadas con las políticas destinadas a mitigar el cambio climático.

Durante la Ronda Uruguay las negociaciones se centraron en los servicios de alcantarillado, los servicios de eliminación de desperdicios y los servicios de saneamiento, enumerados — en el sector de los servicios ambientales — en la Lista de clasificación sectorial de los servicios (MTN.GNG/W/120). A otros servicios ambientales, que por lo general se entiende quedan abarcados por la categoría “Otros” en esa lista, se les prestó en ese momento escasa atención. Entre ellos figuran servicios como los de “limpieza de gases de escape” y “protección de la naturaleza y el paisaje” que están directamente relacionados con las medidas encaminadas a mitigar el cambio climático. Los servicios de limpieza de gases de escape comprenden servicios de vigilancia de las emisiones y servicios encaminados a controlar y reducir el nivel de contaminantes atmosféricos, ya provengan de fuentes móviles o estáticas, producidos en su mayor parte por la combustión de combustibles fósiles. Los servicios de protección de la naturaleza y el paisaje comprenden diversos servicios encaminados a proteger los sistemas ecológicos, así como estudios sobre la relación entre el medio ambiente y el clima.

En los últimos años esos “otros” servicios ambientales han aumentado, como consecuencia de ser cada vez más estrictos los reglamentos ambientales, y han cobrado importancia desde el punto de vista ambiental y económico. Se suministran principalmente de empresa a empresa y ofrecen mercados especializados para empresas pequeñas y medianas. Esos servicios están actualmente en la mesa de negociación y deberán ofrecer buenas perspectivas para nuevos compromisos en el marco del AGCS.

  

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Negociaciones sobre la relación entre los AMUMA y la OMC   

Actualmente, los Miembros de la OMC buscan la manera de asegurar la coexistencia armoniosa entre las normas de la OMC y las obligaciones comerciales específicas establecidas en diversos acuerdos que se han negociado a nivel multilateral para proteger el medio ambiente. Dado el consenso que existe actualmente en la comunidad internacional a favor del multilateralismo y las acciones concertadas para luchar contra el cambio climático, no se puede insistir lo suficiente en la importancia de estas negociaciones destinadas a establecer una relación armoniosa entre el comercio y el medio ambiente. Si bien hasta ahora no ha habido pruebas de que exista un conflicto entre los regímenes comercial y ambiental, un resultado satisfactorio de estas negociaciones reforzará la relación entre los dos regímenes jurídicos. Los negociadores han aprovechado las experiencias nacionales en la negociación y aplicación de los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente (AMUMA) a nivel nacional. Buscan formas de mejorar la coordinación y la cooperación nacionales en esta esfera. Estos mecanismos pueden ser esenciales para el éxito de los esfuerzos desplegados a nivel nacional e internacional para mitigar el cambio climático y adaptarse a él. Además, de las normas de la OMC y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se desprende claramente que los dos regímenes no operan de manera aislada. En primer lugar, el párrafo 5 del artículo 3 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el párrafo 3 del artículo 2 del Protocolo de Kyoto establecen que las medidas adoptadas para combatir el cambio climático no deben constituir un medio de discriminación arbitraria o injustificable ni una restricción encubierta al comercio internacional y se deben aplicar de tal manera que se reduzcan al mínimo los efectos adversos, comprendidos los efectos en el comercio internacional y repercusiones sociales, ambientales y económicas para otras Partes. Además, las normas de la OMC dejan un margen de actuación suficiente para poder recurrir en determinadas condiciones a medidas comerciales a fin de proteger el medio ambiente.

A nivel interinstitucional, los Miembros también estudian formas de mejorar el intercambio de información y la cooperación entre la OMC y las secretarías de los AMUMA. Se debaten elementos concretos para mejorar o complementar las prácticas y los mecanismos de cooperación existentes. Este intercambio de información incluye la participación en las reuniones respectivas y también la organización de sesiones de intercambio de información y actividades conjuntas de asistencia técnica y creación de capacidad. Ya hay cooperación entre la OMC y los organismos que se ocupan del cambio climático. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático participa en las reuniones del Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC (CCMA) y tiene la condición de observador ad hoc en el Comité que supervisa las negociaciones específicas sobre comercio y medio ambiente (CCMA en Sesión Extraordinaria). La Secretaría de la OMC asiste a las reuniones de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

  

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Negociaciones sobre la agricultura y los productos no agrícolas   

Algunos aspectos de las negociaciones sobre la agricultura y el acceso a los mercados para los productos no agrícolas podrían ayudar a mitigar el cambio climático y adaptarse a él, si bien de manera indirecta. En primer lugar, la eliminación de los aranceles y los obstáculos no arancelarios y la reducción de las ayudas a la agricultura en los países desarrollados podrían dar lugar a una asignación más eficiente de los recursos y la producción mundiales.

En segundo lugar, las negociaciones comerciales generarán más oportunidades de comercio para los países en desarrollo, que podrían ver sus ingresos aumentar de manera considerable. A su vez, estos mayores ingresos podrían ayudar a los países más pobres a reducir su vulnerabilidad a los efectos del cambio climático invirtiendo, por ejemplo, en sistemas de riego. A plazo más largo, la mayor previsibilidad derivada de los compromisos contraídos en el marco de la OMC a raíz de la Ronda de Doha y las actividades conexas de vigilancia y supervisión podrían ayudar a contrarrestar los cambios menos previsibles del clima y la productividad. Esto garantizará que los países en desarrollo no sufran de manera desproporcionada los efectos negativos del cambio climático.

El problema del cambio climático también ha contribuido al desarrollo del sector de los biocombustibles, puesto que muchos países se han dado cuenta de que los biocombustibles les pueden ayudar a cumplir los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero contraídos en el marco del Protocolo de Kyoto. Dado que la producción de biocombustibles se concentra principalmente en los países consumidores, el comercio de biocombustibles por el momento no es muy importante. El comercio de biodiésel se lleva a cabo sobre todo entre países de la Unión Europea, pues es ahí donde actualmente se concentran la producción y el consumo. Sin embargo, el comercio de bioetanol ha ido creciendo en los últimos años y el Brasil se ha perfilado como el principal exportador. Desde 2000, 20 Miembros de la OMC han notificado 37 medidas relacionadas con los biocombustibles en el contexto del Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio.

La clasificación en el SA de los biocombustibles tiene consecuencias sobre la forma en que se aplican las disciplinas de la OMC a las medidas nacionales relativas a estos productos. Hasta hace poco, el biodiésel y el bioetanol se solían comercializar como productos agrícolas. En 2005, la Organización Mundial de Aduanas decidió incluir el “biodiésel” en el capítulo VI relativo a los “productos de las industrias químicas o de las industrias conexas” (SA 382490). El bioetanol sigue comprendido en la partida 2207 del capítulo 22 del SA relativo a las “bebidas, líquidos alcohólicos y vinagre”. Cualquier resultado de las negociaciones de Doha sobre la agricultura y el acceso a los mercados para los productos no agrícolas será aplicable al sector de los biocombustibles.

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Cuestiones relacionadas con el cambio climático como parte de la labor ordinaria de la OMC

El Comité de Obstáculos Técnicos al Comercio (Comité OTC)

El Comité OTC constituye un foro importante para debatir los reglamentos técnicos adoptados por los gobiernos para mitigar el cambio climático. Las especificaciones técnicas y las prescripciones de etiquetado relacionadas con el cambio climático no son nuevas en la OMC. En efecto, están claramente comprendidas en las disciplinas del Acuerdo OTC que establece, entre otras cosas, normas para evitar los obstáculos innecesarios al comercio y la armonización. Además, el Acuerdo OTC exige que los Miembros intercambien información sobre los reglamentos técnicos que puedan tener un impacto en el comercio. En años recientes se han notificado varias normas sobre productos y prescripciones de etiquetado destinadas a mejorar la eficiencia energética o el control de las emisiones. Los reglamentos técnicos relacionados con el cambio climático que se han examinado hasta ahora en el Comité OTC parecen referirse principalmente a prescripciones aplicables a productos. Por ejemplo: normas relativas al ahorro de combustible para automóviles; requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos que utilizan energía; programas de eficiencia energética para los productos de consumo y valores límite de emisión para motores diésel.

El Comité analiza las medidas relacionadas con el cambio climático para asegurarse de que no constituyen obstáculos innecesarios al comercio internacional, pero sin dejar de cumplir los objetivos legítimos de protección del medio ambiente, y promueve la armonización.

En cuanto a las normas internacionales, la Organización Internacional de Normalización (ISO) ha adoptado cuatro normas (14064 - 1, 2 y 3:2006 y 14065:2007) que incluyen prescripciones para la cuantificación y la declaración de las emisiones de gases de efecto invernadero y de las reducciones de esas emisiones. Estas normas se refieren a los procedimientos de evaluación de la conformidad y no incluyen prescripciones sobre los niveles de emisiones para productos específicos.

Es posible que cada vez más normas del sector privado incluyan prescripciones relativas a la producción o el etiquetado, con el objetivo declarado de mitigar los efectos negativos del cambio climático o adaptarse a ellos. Si bien estas normas no son obligatorias, pueden afectar a las condiciones de acceso a los mercados para cierto número de productos.

El Comité de Comercio y Medio Ambiente (CCMA)

El programa de trabajo del Comité de Comercio y Medio Ambiente (CCMA) abarca las principales cuestiones en las que coinciden el comercio y el medio ambiente. En el CCMA se han examinado varias cuestiones que se relacionan indirectamente con el cambio climático, como los beneficios para el medio ambiente resultantes de la eliminación de las restricciones comerciales en los sectores de la energía y la silvicultura y los efectos del etiquetado de la eficiencia energética en el acceso a los mercados. El Comité promueve las ideas para hacer avanzar el programa sobre comercio y medio ambiente y es el portal principal que pueden utilizar los Miembros para analizar más a fondo los vínculos entre el cambio climático y el comercio.

> Introducción
> Los efectos de la apertura del comercio en el cambio climático
> El cambio climático y la posible pertinencia de las normas de la OMC