Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) relativo a la igualdad de género

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 incluye las metas siguientes:

• 5.1: Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.
• 5.5: Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.
• 5.C: Aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a todos los niveles.

Desarrollo sostenible, comercio y empoderamiento de la mujer

En el preámbulo del Acuerdo de Marrakech -en virtud del cual se creó la OMC, se establece que el desarrollo sostenible es un objetivo fundamental de la Organización.

También se dispone que las actividades de la OMC "deben tender a elevar los niveles de vida […] permitiendo al mismo tiempo la utilización óptima de los recursos mundiales de conformidad con el objetivo de un desarrollo sostenible […]". Asimismo, se indica que es necesario que los países en desarrollo y los países menos adelantados obtengan la parte del incremento del comercio internacional que les corresponde.

El mandato de la iniciativa de Ayuda para el Comercio dicta que "la ayuda para el comercio deberá prestarse de manera coherente, teniendo plenamente en cuenta […] el objetivo general del desarrollo sostenible".

Desde su creación hace más de 20 años, la OMC ha tratado de que el comercio sea el eje de las estrategias de desarrollo y ayuda. Gracias a ello, el comercio ha contribuido a que millones de personas salgan de la pobreza. La labor de la OMC está igualmente orientada a que todos se beneficien de las oportunidades que ofrece el comercio, incluidas las mujeres y las pequeñas empresas.

Contribución del comercio al ODS 5 relativo a la igualdad de género

El comercio contribuye a la consecución del ODS 5 creando oportunidades de empleo para las mujeres y aumentando la participación de estas últimas en la economía. Al tener sus propios ingresos, las mujeres no solo mejoran su nivel de vida, sino también su situación y su poder de negociación en la familia. Esto es lo que también se conoce como "control de los cordones de la bolsa".

Las mujeres vuelven a invertir la mayor parte de sus ingresos -alrededor del 90%, según el Banco Mundial- en sus familias (sobre todo en educación y salud) y en sus comunidades. Por tanto, el aumento de su poder económico tiene un efecto de "bola de nieve" en la sociedad, pues hace que mejore el nivel de vida de todos y, por ende, que se reduzca la pobreza. A largo plazo, esto da lugar a cambios en las actitudes sociales y a un mayor respeto de los derechos de las mujeres.