En la Conferencia de Bali, los Miembros convinieron en preparar, para finales de 2014, un programa de trabajo para concluir las negociaciones de la Ronda de Doha (véase el párrafo 1.11 de la Declaración Ministerial).

En la reunión celebrada el 1º de abril, los Miembros recalcaron la importancia de las negociaciones sobre los servicios en el marco de la Ronda y expresaron su disposición a participar en el programa de trabajo posterior a Bali. Señalaron que los tres aspectos del acceso a los mercados -los servicios, la agricultura y el acceso a los mercados para los productos no agrícolas (AMNA)- se debían abordar de forma paralela. Las delegaciones subrayaron la necesidad de centrarse en lo que fuera 'factible' y avanzar sobre la base de la transparencia y la inclusión.

Algunos Miembros dijeron que el nivel de ambición en los servicios debía ser similar al de la agricultura y el AMNA. También era necesario lograr un equilibrio en el programa sobre servicios, incluso entre el acceso a los mercados y la elaboración de normas. Varias delegaciones pidieron una vez más que la dimensión de desarrollo ocupara un lugar central en la negociación.

Varias delegaciones dijeron que era importante evitar que se abordaran los distintos aspectos del acceso a los mercados en orden “secuencial”, puesto que en su opinión eso había situado a las negociaciones sobre los servicios en posición de desventaja. Esas delegaciones pidieron que las negociaciones se desarrollaran conjuntamente, mientras que otras subrayaron la importancia fundamental de las negociaciones sobre la agricultura en la Ronda de Doha.

En cuanto a las negociaciones plurilaterales sobre los servicios que se estaban llevando a cabo fuera de la OMC, se expresaron opiniones diversas. La mayor parte de los Miembros creía que se trataba de un proceso paralelo a las negociaciones multilaterales. Algunos advirtieron sobre las consecuencias negativas que podían tener esas negociaciones, mientras que otros consideraban que se debían seguir analizando las posibles sinergias. Algunas delegaciones estimaban que esas iniciativas podían socavar el proceso multilateral.

Respecto de lo que queda por hacer antes de que los Miembros presenten sus ofertas revisadas sobre servicios -un paso decisivo en las negociaciones en esta materia- muchos Miembros pusieron de relieve la necesidad de estar abiertos a nuevos enfoques. Una de las propuestas formuladas fue la de inspirarse en los acuerdos comerciales regionales sobre servicios, en los que muchos Miembros habían ido bastante más allá de las disposiciones establecidas en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), al consolidar los niveles existentes de acceso a los mercados. También se propuso centrarse en grupos de sectores, por ejemplo los relacionados con la economía digital, el comercio electrónico, las cadenas de suministro, la facilitación del comercio o los intereses de los países en desarrollo. Algunas delegaciones manifestaron preocupación por que se seleccionaran sólo algunas cuestiones.

El nuevo Presidente, Embajador Gabriel Duque (Colombia), acogió con satisfacción la “voluntad de avanzar” de los Miembros y los exhortó a que presentaran propuestas más concretas que facilitaran los debates sobre el componente de servicios del programa de trabajo.