MÓDULO DE FORMACIÓN SOBRE EL SISTEMA DE SOLUCIÓN DE DIFERENCIAS: CAPÍTULO 12
Evaluación del sistema de solución de diferencias de la OMC: resultados obtenidos hasta la fecha
El sistema tiene sus puntos fuertes y débiles. Ejemplo de estos últimos es que, a pesar de la fijación de plazos, el procedimiento completo todavía lleva mucho tiempo, durante el cual el reclamante sufre un daño económico continuo si la medida impugnada es incompatible con la OMC. No hay prevista ninguna medida provisional para proteger los intereses económicos y comerciales del reclamante vencedor mientras dura el procedimiento. Además, incluso después de ganar el caso, el reclamante no recibe ninguna compensación por daños sufridos durante el período concedido al demandado para aplicar la resolución. Tampoco la “parte vencedora” recibe ningún reembolso de la otra parte por sus costas procesales. En caso de no aplicación de las recomendaciones y resoluciones, no todos los Miembros tienen la misma capacidad práctica para recurrir a la suspensión de obligaciones. Por último, en unos pocos casos la suspensión de concesiones se ha revelado ineficaz para conseguir la aplicación; no obstante, estos casos son más la excepción que la regla.
El grado de éxito del sistema de solución de diferencias depende del rasero con que se mida. Si se compara con el anterior sistema del GATT de 1947 es evidente que el actual sistema es mucho más eficaz. Además, su carácter cuasijudicial y cuasiautomático le permite tramitar casos más difíciles. Estas características ofrecen mayores garantías a los Miembros que desean defender sus derechos. En comparación con otros sistemas multilaterales de solución de diferencias del derecho internacional, el carácter obligatorio y el mecanismo de aplicación del sistema de solución de diferencias de la OMC parecen ciertamente ventajosos.